Otra vez la segunda esposa de Silvio Berlusconi, la bellísima Verónica Lario, madre de tres de sus cinco hijos, vuelve a convertirse en su peor adversario con otra protesta contra la conducta machista de su marido.
El escándalo que estalló ayer ha movido un poco la aburrida campaña electoral para las elecciones europeas del 7 de junio, que Berlusconi seguramente ganará fácilmente según todas las encuestas.
El "Silvio nazionale" y los suyos, según la prensa, proyectaban presentar varias chicas del espectáculo como candidatas, gracias a sus bellas curvas y sus caras lindas para atraer a los electores varones.
Verónica Lario se indignó ante la agencia "Ansa" con una declaración en la que afirma que la conducta de su marido es "un cambalache sin pudor".
La señora no dejó dudas de que también el segundo matrimonio de Berlusconi está en ruinas. "Alguien ha dicho que todo esto es un apoyo a las diversiones del emperador. Estoy de acuerdo: todo en nombre del poder sin frenos".
Y agregó: "Quiero que quede claro que mis hijos y yo somos víctimas y no cómplices de esta situación que nos hace sufrir".
La pasión de Berlusconi por las bellas mujeres forma parte de la leyenda del personaje. Ya hace más de un año hubo otro incidente serio entre el "Cavaliere" y su mujer por los piropos subidos que lanzó a una soubrette de la televisión que hoy ha sido promovida a ministra. En una carta al diario "La Repubblica" Verónica Lario exigió un pedido de disculpas que Berlusconi le dio a regañadientes.
Ahora, en cambio, el ataque es más profundo. "Que el poder quiera destacar las curvas femeninas y la consecuente falta de respeto supone una ofensa a todas las mujeres".
Desde Varsovia, donde se encuentra en visita oficial, el primer ministro respondió que "la señora le cree a una maniobra tramposa de la prensa de izquierda".
Como las listas de candidatos no han sido aún publicadas, Berlusconi destacó que cuando lo sean se verá que hay solo tres jóvenes bellas entre las aspirantes a eurodiputadas, que son laureadas en la universidad e inteligentes.
Pero la crisis no se aplaca porque Berlusconi fue al cumpleaños número 18 de otra linda que lo llama "papi". Su segunda mujer le recordó que no asistió a los cumpleaños por la misma edad de sus tres hijos "aunque fue invitado".