FEBRERO 15
cumpleaños de Hildita (11)
Día de marcha tranquila. A las 10 de la mañana habíamos alcanzado el punto a donde llegaron los picadores. Luego todo fue marchando lentamente. A las 5 de la tarde informaron haber encontrado un sembrado y a las 6 se confirmaba. Mandamos a Inti, Loro y Aniceto para que hablaran con el campesino; éste resultó ser Miguel Pérez, hermano de Nicolás, un campesino rico, pero él es pobre y explotado por el hermano, de modo que se mostró dispuesto a colaborar. No comimos debido a lo avanzado de la hora.
FEBRERO 16
Caminamos unos metros para ponernos a cubierto de la curiosidad del hermano y acampamos en un alto que da al río, 50 metros abajo. La posición es buena en cuanto a estar cubierto de sorpresas, pero un poco incómoda. Comenzamos la tarea de preparar una buena cantidad de comida para la travesía, que haremos cruzando la sierra hacia el Rosita.
Por la tarde, una lluvia violenta y pertinaz, que siguió sin pausas toda la noche, entorpeció nuestros planes, pero hizo crecer el río y nos dejó nuevamente aislados. Se le prestará $1,000 al campesino para que compre y engorde puercos; tiene ambiciones capitalistas.
FEBRERO 17
La lluvia siguió toda la mañana, 18 horas de lluvia. Todo está mojado y el río muy crecido. Mandé a Marcos, con Miguel y Braulio a que busque un camino para ir al Rosita. Volvió a la tarde luego de hacer 4 kilómetros de trocha. Informó que se levanta un firme pelado similar a lo que llamamos la Pampa del Tigre. Inti se siente mal, producto del atracón.
h-720 (condiciones atmosféricas anormales).
FEBRERO 18
cumpleaños de Josefina (33)
Fracaso parcial. Caminamos lentamente siguiendo el ritmo de los macheteros, pero a las 2 éstos habían arribado al firme llano donde no se precisa machete; nosotros nos demoramos algo más y a las 3 llegamos a una aguada donde acampamos, esperando cruzar el firme por la mañana. Marcos y Tuma fueron de exploración, pero volvieron con muy malas noticias; toda la loma es cortada por farallones cortados a pico, imposibles de bajar. No hay más remedio que retroceder.
h-980 m.
FEBRERO 19
Día perdido. Bajamos la loma hasta encontrar el arroyo e intentamos subir por él, pero fue imposible. Mandé a Miguel y Aniceto para que subieran por el nuevo estribo y trataran de pasar al otro lado, sin resultado. Consumimos el día esperándolos y retornaron anunciando que los farallones eran del mismo tipo: impasables. Mañana intentaremos subir por el último firme después del arroyo que cae en dirección oeste (los otros lo hacen en dirección sur y allí se quiebra la loma).
h-760 m.
FEBRERO 20
Día de lenta marcha, pero accidentado; Miguel y Braulio salieron por el viejo camino para llegar al arroyito del maizal; y allí perdieron el rumbo y volvieron al arroyo al anochecer. Al llegar al siguiente arroyo mandé a Rolando y Pombo a explorarlo hasta que se encontraron con el farallón pero no volvieron hasta las 3, por lo que seguimos por el camino que Marcos iba haciendo, dejando a Pedro y el Rubio a esperarlos. Llegamos a las 4.30 al arroyo del maíz, donde hicimos campamento.
No volvieron los exploradores.
h-720 m.
FEBRERO 21
Lenta caminata arroyo arriba. Pombo y Rolando volvieron con la noticia de que el otro arroyo daba paso, pero Marcos exploró éste y lucía lo mismo. A las 11 salimos, pero a las 13.30 nos encontramos con unos pozos de agua muy fría que no se podían vadear. Se mandó a Loro a explorar y tardó mucho por lo que envié por la retaguardia a Braulio y Joaquín. Loro volvió con la noticia de que el arroyo ensanchaba más arriba y era más practicable por lo que se resolvió seguir sin esperar los resultados de Joaquín. A las 6 acampamos cuando aquél traía la noticia de que se podía subir el firme y había bastante camino practicable. Inti está mal; “aventado” por segunda vez en una semana.
h-860.
FEBRERO 22
Todo el día se invirtió en subir por firmes bastante difíciles y de mucha manigua. Tras un día agotador nos tomó la hora de acampar sin coronar, mandé a Joaquín y Pedro para que trataran de hacerlo solos y volvieron a las 7 con la noticia de que faltaban por lo menos tres horas de chaqueo. h- 1,180. Estamos en las cabezas del arroyo que desemboca en el Masicuri, pero con rumbo sur.
FEBRERO 23
Día negro para mí; lo hice a pulmón pues me sentía muy agotado. Por la mañana salieron Marcos, Braulio y Tuma para preparar el camino, mientras nosotros esperábamos en el campamento. Allí desciframos un nuevo mensaje que anuncia el recibo del mío al buzón francés. A las 12 salimos, con un sol que rajaba piedras y poco después me daba una especie de desmayo al coronar la loma más alta y a partir de ese momento caminé a fuerza de determinación. La altura máxima de la zona está a 1,420 m.; de allí se domina una amplia zona incluido el Río Grande, la desembocadura del Ñancahuazu y una parte de Rosita. La topografía es distinta de la que marca el mapa: luego de una clara línea divisoria, se baja abruptamente a una especie de meseta arbolada de 8 a 10 kilómetros de ancho en cuyo extremo corre el Rosita; luego se eleva otro macizo con alturas equivalentes a la de esta cadena y a lo lejos se ve el llano.
Decidimos bajar por un lugar practicable, aunque muy pendiente, para tomar un arroyo que conduce a Río Grande, y de allí al Rosita. Luce que no hay casas en la orilla, contra lo que marca el mapa. Acampamos a 900 m., luego de un camino infernal, sin agua y ya anocheciendo.
En la madrugada anterior oí a Marcos mandando a la mierda a un cro. y por el día a otro.
Hay que hablar con él.
FEBRERO 24
cumpleaños de Ernestico (2)
Día trabajoso y desganado. Se avanzó muy poco, sin agua, pues el arroyo que llevamos está seco. A las 12 se cambiaron los macheteros por el agotamiento; a las 2 de la tarde llovía un poco y se cargaban las cantimploras; poco después encontramos una poceta y a las 5 acampábamos en un rellano, al lado del agua. Marcos y Urbano siguieron la exploración y Marcos volvió con la noticia de que el río estaba a un par de kilómetros pero el camino por el arroyo era muy malo, pues se convertía en una ciénaga.
h-680 m.
FEBRERO 25
Día negro. Se avanzó muy poco, y, para colmo Marcos equivocó la ruta y se perdió la mañana; había salido con Miguel y el Loro. A las 12 comunicó esto y pidió relevo y la comunicación; fueron Braulio, Tuma y Pacho. A las 2 horas retornó Pacho diciendo que Marcos lo había enviado porque ya no se escuchaba bien. A las 4.30 envié a Benigno para que avisara a Marcos que si a las 6 no encontraba el río retornara; después de la salida de Benigno, Pacho me llamó para decirme que Marcos y él habían tenido una discusión y que Marcos le había dado órdenes perentorias amenazándolo con un machete y dándole con el cabo en la cara; al volver Pacho y decirle que no seguía más, lo volvió a amenazar con el machete, zarandeándolo y rompiéndole la ropa.
Ante la gravedad del hecho, llamé a Inti y Rolando, quienes confirmaron el mal clima que existía en la vanguardia por el carácter de Marcos, pero también informaron de algunos desplantes de Pacho.
FEBRERO 26
Por la mañana tuve una explicación con Marcos y Pacho, de la que salí convencido de que existió por parte de Marcos la injuria y el maltrato y, quizás, la amenaza con el machete, pero no el golpe; de parte de Pacho, contestaciones injuriosas y una tendencia a la bravuconería innata en él, con algunos antecedentes aquí. Esperé que todo el mundo estuviera reunido y hablé entonces de lo que significaba este esfuerzo por llegar al Rosita, explicando cómo este tipo de privaciones era una introducción a lo que sufriríamos y explicando que, producto de la falta de adaptación se producían incidentes vergonzosos, como éste protagonizado entre dos cubanos; critiqué a Marcos por sus actitudes y aclaré a Pacho que otro incidente como éste provocaría su baja deshonrosa de la guerrilla. Pacho, además de negarse a seguir con el comunicador, volvió sin avisarme nada del incidente, y luego, según todas las probabilidades, me mintió sobre los golpes de Marcos.
Le pedí a los bolivianos que el que se sintiera flojo no apelara a métodos torcidos, me lo dijera a mí y lo licenciábamos en paz.
Seguimos caminando, tratando de alcanzar el Río Grande, para seguir por él; lo logramos y se pudo seguir durante un poco más de 1 km.) pero hubo que volver a subir pues el río no daba paso en un farallón. Benjamín se había quedado atrás, por dificultades en su mochila y agotamiento físico; cuando llegó a nuestro lado le di órdenes de que siguiera y así lo hizo; caminó unos 50 ms. y perdió el trillo de subida, poniéndose a buscarlo arriba de una laja; cuando le ordenaba a Urbano que le advirtiera la pérdida, hizo un movimiento brusco y cayó al agua.
No sabía nadar. La corriente era intensa y lo fue arrastrando mientras hizo pie; corrimos a tratar de auxiliarlo y, cuando nos quitábamos la ropa desapareció en un remanso. Rolando nadó hacia allí y trató de bucear, pero la corriente lo arrastró lejos. A los 5 minutos renunciamos a toda esperanza. Era un muchacho débil y absolutamente inhábil, pero con una gran voluntad de vencer; la prueba fue más fuerte que él, el físico no lo acompañó y tenemos ahora nuestro bautismo de muerte a orillas del Río Grande, de una manera absurda. Acampamos sin llegar al Rosita a las 5 de la tarde. Nos comimos la última ración de frijoles.
FEBRERO 27
Tras otro día fatigoso, marchando por la ribera y subiendo farallas, llegamos al río Rosita. Éste es más grande que el Ñancahuazu y menor que el Masicuri y tiene las aguas rojizas.
Nos comimos la última ración de reserva y no se encontraron señales de vida próxima, a pesar de lo cerca que estamos de lugares poblados y carreteras.
h-600.
FEBRERO 28
Día de semidescanso. Después del desayuno (té) di una corta charla, analizando la muerte de Benjamín y contando algunas anécdotas de la Sierra Maestra. A continuación salieron las exploraciones, Miguel, Inti y el Loro Rosita arriba, con la instrucción de caminar 3<^>1/2 horas, lo que yo creía fuera necesario para alcanzar el río Abaposito, pero no fue así por la falta de senda; no encontraron señales de vida reciente. Joaquín y Pedro subieron a los montes de enfrente, pero no vieron nada ni encontraron senda alguna o restos de ella. Alejandro y Rubio cruzaron el río pero no encontraron senda, aunque la exploración fue superficial. Marcos dirigió la construcción de la balsa y se inició el cruce apenas terminada, en un recodo del río donde desemboca el Rosita. Pasaron las mochilas de 5 hombres, pero pasó la de Miguel y quedó la de Benigno, mientras que sucedía al revés con ellos, y para colmo, Benigno dejó los zapatos.
La balsa no pudo ser recuperada y la segunda no estaba terminada, de modo que suspendimos el cruce hasta mañana.
Análisis del mes
Aunque no tengo noticias de lo ocurrido en el campamento, todo marcha aproximadamente bien, con las debidas excepciones, fatales en estos casos.
En lo externo, no hay noticias de los dos hombres que debían mandarme para completar el conjunto; el francés ya debe estar en la Paz y cualquier día en el campamento; no tengo noticias de los argentinos ni del Chino; los mensajes se reciben bien en ambas direcciones; la actitud del partido sigue siendo vacilante y doble, lo menos que se puede decir de ella, aunque queda una aclaración, que puede ser definitiva, cuando hable con la nueva delegación.
La marcha se cumplió bastante bien, pero fue empañada por el accidente que costó la vida a Benjamín; la gente está débil todavía y no todos los bolivianos resistirán. Los últimos días de hambre han mostrado una debilitación del entusiasmo, caída que se hace más patente al quedar divididos.
De los cubanos, dos de los de poca experiencia, Pacho y el Rubio no han respondido todavía, Alejandro lo ha hecho a plenitud; de los viejos, Marcos da continuos dolores de cabeza y Ricardo no está cumpliendo cabalmente. Los demás bien. La próxima etapa será de combate y decisiva.