Algunos críticos del embargo remarcan la doble moral de aislar a Cuba por su socialismo,
mientras se comercia con otros estados comunistas como China o Vietnam,
con los mismos sistemas políticos y económicos que en Cuba son causas del embargo.
El comercio con estos países, se defiende como una influencia benigna en los países comunistas, que los animaría a optar por el libre mercado.
Ningún senador o congresista cubanoamericano (actualmente disponen de escaños los senadores Mel Martínez (Republicano por Florida) y Robert Menendez (Demócrata por Nueva Jersey) y los congresistas Lincoln Diaz-Balart, Mario Diaz-Balart, e Ileana Ros-Lehtinen (Republicanos por Florida) ) ha intentado impulsar alguna medida de similar cariz en Cuba.
Para algunos, esta contradicción se debe, no a la política exterior del país, sino a la interior, siendo resultado de la importancia del lobby cubano
y sus contribuciones en las elecciones del país.
En respuesta a estas críticas, los que están de acuerdo con la política de los congresistas y senadores cubanoamericanos remarcan el hecho de que ninguno de ellos han votado por ningunas de las medidas
para suavizar o eliminar las sanciones contra los otros países comunistas.
Críticos de izquierda, incluyendo Noam Chomsky, aducen que el embargo tiene el objetivo de evitar el éxito del plan económico de Castro,
evitando así que sirva de ejemplo en otros países latinoamericanos,
documentos desclasificados de 1964 del Departamenteo de Estado también afirman que Castro representa una amenaza a la hegemonía de Estados Unidos y un desafio abierto a la Doctrina Monroe.
Otros críticos se centran en la dudosa utilidad del embargo: argumentan que, en vez de influir en el gobierno cubano alejándolo del modelo socialista,
en su momento le ató aún más a la URSS,
de la cual pasó a depender económicamente.
También se ha dicho que el embargo es útil al gobierno de Fidel Castro, lejos de perjudicarlo, porque le permite culpar a los Estados Unidos de las fallas de su gobierno,
y a la vez presentarse como el defensor de los cubanos frente al embargo estadounidense.
Es por esta razón que diversos sectores liberales creen que el embargo ha afianzado a Castro en el poder y evitado que Cuba adopte el libre mercado,
y siga un camino similar a otros países comunistas.
Empresarios y economistas han advertido también que el embargo deja a las empresas estadounidenses en desventaja en el mercado cubano tras su hipotético final,
pues se enfrentarán a una competencia más firmemente asentada. Por ello, hicieron un llamamiento al final del embargo[5]
El embargo cuenta con la oposición de la comunidad internacional.
Así, las Naciones Unidas
han aprobado varias veces resoluciones instando a Estados Unidos
a levantar o al menos aligerar el embargo con amplia mayoría:
en 2002
173 países votaron a favor,
mientras sólo Israel, Estados Unidos
y las Islas Marshall
se oponían;
en 2004,
sólo EEUU, Israel, las Islas Marshall y Palaos
se opusieron (con abstención de los Estados Federados de Micronesia).
El 4 de febrero de 2003,
la ONU realizó una votación sobre el fin del embargo.
Solo Estados Unidos, Israel y las Islas Marshall votaron en contra del fin del mismo.
De nuevo, el 8 de noviembre de 2005,
las Naciones Unidas aprobaron una resolución instando al final del bloqueo,[6] con la única oposición
de Estados Unidos, Israel, Islas Marshall y Palau.
La ley Helms-Burton
ha sido objeto de críticas por parte de los gobiernos canadiense y europeo,
que no aceptan las pretensiones extraterritoriales de Estados Unidos,
ya que la ley incluyen formas
de castigar a compañías no estadounidenses
que comercien con Cuba.
En el Congreso del Canadá, la ley fue parodiada por Godfrey-Milliken Bill,
que reclamó la devolución de las propiedades confiscadas tras la revolución americana a los realistas.
Más lejos llegó el Parlamento Europeo,
que en 1996
ilegalizó el acatamiento de la ley Helms-Burton por ciudadanos europeos.
Aunque fue más simbólico que real,
esta ley eliminó cualquier reclamación por parte de la ley a ciudadanos europeos.
Según el Consejo Europeo:[7]
"El Consejo, al mismo tiempo que reafirma su preocupación de fomentar la adopción de reformas democráticas en Cuba, recordó la profunda inquietud expresada por el Consejo Europeo con respecto a los efectos extraterritoriales del "Cuban Liberty and democratic Solidarity (Libertad) Act" adoptado por Estados Unidos y a las disposiciones legales similares relativas a Irán y Libia que están en estudio. Señaló las innumerables objeciones planteadas en el mundo contra esta ley. Invitó al Presidente B. Clinton a que renuncie a la aplicación de las disposiciones del título III y expresó su preocupación en cuanto a las medidas ya adoptadas para la aplicación del título IV de dicha ley. El Consejo definió una serie de medidas que podrían ser adoptadas por la Unión Europea en respuesta al perjuicio causado a los intereses de empresas de la Unión Europea como consecuencia de la aplicación de esta ley. Entre estas medidas figuran:
-
la consulta de un grupo especial de la Organización Mundial del Comercio para la solución de conflictos;
-
modificaciones de procedimientos que regulan la entrada de representantes de empresas americanas en los Estados miembros de la Unión Europea;
-
la utilización o la aprobación de una legislación en la Unión Europea destinada a neutralizar los efectos extraterritoriales de la legislación americana;
-
el establecimiento de una lista de empresas americanas que inician acciones previstas en el título III, que convendría supervisar.
El Consejo encargó al Coreper que adoptara las disposiciones necesarias para la aprobación urgente de medidas comunitarias y medidas nacionales coordinadas."
Varios líderes religiosos se han opuesto al embargo por diversas razones, incluyendo principalmente motivos humanitarios. El papa Juan Pablo II pidió el fin del embargo tanto en su visita pastoral a México en 1979 como en la visita que realizó en Cuba en 1998. El patriarca ortodoxo Bartolomé I tildó el embargo de "error histórico" cuando visito la isla el 25 de enero de 2004. Varios líderes religiosos estadounidenses también han mostrado su oposición al embargo. En 1998, los Discípulos de Cristo y la Iglesia Unida de Cristo, iglesias protestantes que suman dos millones de miembros, escribieron una carta conjunta a favor de aliviar la presión económica del embargo. Los reverendos Jesse Jackson y Al Sharpton y el imán Louis Farrakhan también son conocidos opositores al embargo.
El 15 de mayo de 2002 el ex presidente Jimmy Carter habló en La Habana pidiendo el fin del embargo: "Nuestras dos naciones han estado atrapadas en un destructivo estado de beligerancia durante 42 años, y es hora de cambiar nuestra relación y forma de pensar y hablar".[8] En declaraciones públicas, el ministro cubano de Relaciones Exteriores, Felipe Perez Roque, ha calificado el embargo como "acto de genocidio".
Algo que ha develado la complicación de una imposición, por muchos considerada absurda ya, ha sido el caso de una víctima inocente de dicho embargo. La señora Mary McCarthy, ciudadana canadiense radicada en Cuba y con 107 años de edad, se ha visto imposibilitada a retirar sus ahorros de $300,000 USD debido a la prohibición que se indica. Recientemente y debido a las presiones de diversas autoridades internacionales el gobierno ha cedido a entregarle un poco de su dinero para solventar sus gastos de geriatría.[cita requerida]
En octubre de 2007, la ONU volvió a condenar el embargo ilegal y unilateral de Estados Unidos a Cuba, por una votación de 184 votos a favor y solo 4 en contra.[2]. Nuevamente, los opositores al fin del bloqueo fueron
Estados Unidos, Israel, Islas Marshall y Palau.
El Representante ante la ONU de Estados Unidos declaro que “Los problemas de Cuba no se deben a ninguna decisión de Estados Unidos sino al embargo a la libertad que el régimen cubano le impone a su propio pueblo”.[cita requerida]