Un antiguo funcionario del Departamento de Estado - con acceso a
secretos del más alto nivel - y su esposa han sido arrestados por cargos de
espiar para el gobierno cubano desde hace casi 30 años, anunció el
viernes el Departamento de Justicia.
La pareja también ha sido acusada de confabularse para suministrar
información clasificada a La Habana.
Según una demanda penal abierta el viernes en Washington, Walter Kendall
Myers, 72, y su esposa Gwendolyn Steingraber Myers, 71, fueron acusados de
confabularse para actuar como agentes ilegales y pasar información clasificada
al gobierno cubano, también han sido acusados de fraude cablegráfico y
telefónico.
Funcionarios de justicia dijeron que la pareja, residente en Washington, fue
arrestada el jueves por el FBI. Ambos hicieron su primera aparición el viernes
en el Tribunal federal para el Distrito de Columbia.
El departamento dijo que Kendall Myers empezó a trabajar para el
Departamento de Estado en 1977 y que fue a Cuba en diciembre de 1978 por
‘‘objetivos académicos' tras una invitación de la Misión Cubana en Estados
Unidos en Nueva York. Dice que fueron vistiados por el funcionario de la misión
mientras vivían en Dakota del Sur y, en 1979, acordaron "servir como agentes
clandestinos del gobierno cubano'.
El Departamento de Justicia alega el Servicio de Inteligencia cubano le
sugirió a Myers que reanudara su trabajo en el Departamento de Estado "o la
CIA'.
Dijo que Myers regresó a Washington con su esposa y consiguió un trabajo en
el Departamento de Estado en un cargo que requiere acceso a secretos de alto
nivel.
"Esa actividad clandestina que cubrió casi tres décadas, es increíblemente
seria y debe de servir como una advertencia a otros en el gobierno de EEUU
que pudieran traicionar la confianza del país sirviendo como agentes ilegales
de un gobierno extranjero', dijo David Kris, secretario de Justicia adjunto
para Seguridad Nacional.
El arresto se produce cuando el presidente Barack Obama ha tratado de
mejorar las relaciones con el gobierno cubano. El senador Mel Martínez le pidió al
gobierno que detuviera "cualquier otro intento de contacto diplomático con el
régimen', incluyendo la reanudación de conversaciones migratorias entre los
dos países, "hasta que el Congreso de EEUU no tenga plena información sobre
el daño que estos individuos han ocasionado a nuestra seguridad nacional.
"Esto es un crudo recordatorio de que a sólo 90 millas de nuestras costas,
hay un gobierno hostil al pueblo de Estados Unidos, un régimen que trata de
hacernos daño y que trabja contra nuestros intereses en todo el mundo', dijo
Martínez.
Según una declaración jurada, el Departamento de Justicia dijo que Kendall
Myers le dijo a una fuente del FBI "que típicamente él sacaba información del
Departamento de Estado de memoria o tomando notas, aunque ocasionalmente se
llevaba documentos a la casa'.
El departamento dijo que Myers dijo haber recibido "muchas medallas' del
gobierno cubano y que él y su esposa habían estado una noche con Fidel Castro
en 1995.
La declaración jurada alega que el Servicio de Inteligencia cubano
frecuentemente "se comunicaba con sus agentes clandestinos en Estados Unidos
transmitiendo mensajes radiales cifrados desde Cuba en frecuencias de onda
corta' y que la pareja tenía "un radio de onda corta en su apartamento y le
habían dicho a una fuente del FBI que lo habían usado para recibir mensajes'.
El Departamento de Justicia dice que el episodio de espionaje empezó a
confrontar problemas cuando, en abril de 2009, el FBI inició una operación
encubierta "para convencer a la pareja de que habían sido contactados por un
oficial de la inteligencia cubana y para asegurarse de la magnitud de sus
actividades para la inteligencia cubana'.
Dijo que una fuente encubierta del FBI posando como agente cubano de
inteligencia se acercó a Kendall Myers, dicendo que había sido enviado por un
agente de inteligencia cubano para contactarlo.
"Hemos sido muy cautelosos con nuestros movimientos y hemos tratado de
estar alertas a cualquier vigilancia', le dijo Kendall Myers al agente del
FBI, según afirmó el Departamento de Justicia.