La última estatua de Cristóbal Colón fue retirada recientemente de Caracas, de cuyas calles el gobierno del presidente Hugo Chávez desea borrar las huellas del navegante genovés por considerarlo origen de un “genocidio”, una actitud criticada por historiadores y urbanistas.
La desaparición de esta estatua es la última línea de una crónica de desamores entre la Venezuela de Hugo Chávez y Colón que comenzó el 12 de octubre de 2003, día de la Hispanidad o de la Raza, que el mandatario venezolano rebautizó como día de la Resistencia Indígena.
“Quitar la estatua de Colón es levantar la estatua de la estupidez humana y del disparate político. El presidente pretende lo imposible: borrar la historia de Venezuela y de América Latina para hacer una a su gusto”, declaró a la AFP el historiador Elías Pino Iturrieta.
Sin embargo, Chávez consideró que aquella “estatua vieja” y “horrible” no tenía “nada que ver con el patrimonio nacional”.
“Cristóbal Colón fue el jefe de una invasión que produjo no una matanza sino un genocidio. Noventa millones de aborígenes vivían en esta tierra, 200 años después quedaban tres millones. ¿Qué fue eso? Un genocidio”, dijo Chávez.
Colón “estaba ahí, señalando el rumbo. ¿Cómo nos va a señalar el rumbo Cristóbal Colón? Ahí hay que poner un indio”, agregó.
Para Jorge Rodríguez, alcalde oficialista del municipio caraqueño de Libertador, donde se encuentra el parque de El Calvario, en el que se situaba la polémica estatua, levantar monumentos a la gloria de Colón “sería tan injustificado como colocar una estatua de Adolf Hitler en Berlín”.
Según Pino Iturrieta, “a estas alturas del siglo XXI, renegar de esta parte de la historia” es un “anacronismo”.
“El propio Simón Bolívar era una de las figuras más robustas de la cultura española, un blanco descendiente de colonizadores y conquistadores”, recordó el historiador.
Para Hannia Gómez, presidenta de la Organización de defensa de la memoria urbana, la retirada de la estatua de Colón del conjunto arquitectónico del Calvario es un “delito cultural” ya que atenta contra la ley del patrimonio, que incluye el parque en su conjunto.
“Nos escandaliza que una declaración del gobierno dé el derecho de quitar una estatua protegida. Es un despojo que se hace a la ciudad”, explicó a la AFP.
Según la experta, en Venezuela “debería haber una defensa de todas las instituciones culturales pero actualmente sólo se defienden las que representan un determinado punto de vista político”.
Pero Mercedes Otero, presidenta de Fundapatrimonio, sostiene que la estatua de Colón no volverá a este parque caraqueño.
“Para nosotros es vergonzoso lo que Colón hizo en nuestra América (…) No podemos seguir rindiéndole culto a Cristóbal Colón”, declaró a la prensa local.
Según esta responsable, en el pedestal que ocupó la polémica estatua se colocará una imagen que represente los valores latinoamericanos actuales, para lo que se organizará un concurso entre los países de la Alternativa Bolivariana para las Américas (Alba).
La otra estatua de Cristóbal Colón que podía contemplarse en Caracas corrió peor suerte que esta última. El 12 de octubre de 2004 fue derribada y arrastrada por las calles por un grupo de personas.
Obra del escultor Rafael de la Cova, la estatua está siendo restaurada desde entonces pero nunca volverá a ser mostrada en la plaza pública y probablemente sea entregada a la Galería de Arte Nacional.
Posteriormente, se tomó la decisión de rebautizar el Paseo Colón como Paseo de la Resistencia Indígena y hace unos meses las autoridades municipales decidieron retirar de un parque de Caracas una réplica de la carabela “Santa María”, una de las tres con las que Colón llegó a América en 1492.
En su lugar se construye una reproducción del buque “Leander” con el que el libertador venezolano Francisco de Miranda luchó contra las tropas españolas en 1806.