EFE El gobierno regional del Tíbet anunció un millonario plan para frenar la desertización del "techo del mundo", cuyos glaciares se derriten por el cambio climático y el impacto de la explotación humana.
En el altiplano tibetano, con una altitud media de 4.000 metros, se amplifican los efectos negativos del calentamiento global, debido a que se trata de una zona más sensible a los cambios de temperatura.
"El impacto del calentamiento global ha acelerado la contracción de los glaciares, que al fundirse están aumentando el nivel de los lagos del Tíbet", explicó Zheng Guoguang, responsable de la Administración Meteorológica de China.
Según este funcionario, "si el calentamiento continúa, millones de personas en el oeste de China se enfrentarán a inundaciones a corto plazo y a sequías a la larga".
Para frenar la pérdida de este sistema ecológico único, el gobierno regional anunció un plan de 15.500 millones de yuanes (2.300 millones de dólares, 1.640 millones de euros), provenientes del gobierno central, que se aplicará hasta el año 2030.
El objetivo es la resurrección natural de los sistemas ecológicos del altiplano Qinghai-Tíbet, donde la temperatura ha aumentado una media de 0,32 grados centígrados por década desde que empezaron a tomarse los datos en 1961.
Según Drawa, las causas de la desertización del Tíbet son la sequedad del clima, el exceso de pastoreo, las explotaciones mineras y la tala de árboles que han disparado la pérdida de cubierta forestal, que sólo representa un 11,3 por ciento del altiplano en la actualidad, frente a la media del 20 por ciento en toda China.
El primer paquete para la recuperación del sistema tibetano fue anunciado hoy mismo, con una inversión de 5,4 millones de dólares para proteger cuatro pantanos en el área de Ngari, en el suroeste del Tíbet, en el segundo semestre de este año.
Se trata de los lagos de Mapham Yutso, Zhari Namco, Dongco y Pangong Tso.
Con el plan antidesertización, que incluye proyectos de reforestación, las autoridades esperan que el proceso de desertización se frene el año próximo y que en 2020 la mitad del desierto haya revertido su tendencia y sea recuperable.
Articulo del diario La opinión.