TEGUCIGALPA -- El nuevo canciller Enrique Ortez Colindres anunció el lunes que la comunidad internacional debe respetar la decisión de Honduras de deponer al ex presidente izquierdista Manuel Zelaya para salvar la democracia en el país.
"Aquí no hubo golpe de Estado porque los hondureños siguen regidos por la Constitución, a la que el anterior gobierno quiso reformar sin ningún fundamento y de manera ilegal", dijo el Ortez Colindres.
"Con la influencia del dinero y la propaganda izquierdista se ha hecho una imagen falsa internacional de Honduras, la que estamos dispuestos a contrarrestar", añadió.
Advirtió que "pese a que Honduras estaba a punto de colapsar por una locura política y que vivía en la ley de la jungla, algunas naciones intentan formar un bloque ideológico contra nosotros, lo que trataremos de desarticular".
En alusión al presidente venezolano Hugo Chávez, que anunció con intervenir militarmente en Honduras para devolver el poder a Zelaya, el canciller sostuvo que "como vivíamos en la ley de la jungla cualquier tonto nos amenaza hoy con invadirnos. Sin embargo, buscaremos a los amigos (que no especificó) para enfrentar esa situación".
"Hoy empezaremos a vivir de nuevo dentro del orden jurídico", dijo Ortez Colindres a la cadena local de radio HRN.
Sobre el tema y a la misma estación, el nuevo presidente Roberto Micheteletti afirmó "que nos amenazan con invadir nuestro territorio, pero cada hondureño es un soldado que defenderá su patria. Esas son especulaciones... y nadie nos atemorizará".
Indicó que "respetamos a todo el mundo y sólo pedimos que nos respeten, y nos dejen en paz porque el país se encamina a elecciones generales libres y transparentes en noviembre".
El Congreso designó a Micheletti el domingo para concluir el mandato de Zelaya siete meses, que vence en enero de 2010.
Entretanto, continúan por segundo día consecutivo los apagones en amplias zonas de la capital y las principales ciudades hondureñas. La Empresa Nacional de Energía Eléctrica sostiene que el problema es causado por "fallas técnicas" que intenta resolver rápidamente.
Decenas de simpatizantes de Zelaya siguen protestando frente a la Casa Presidencial con lemas contra el nuevo gobierno y exigiendo el retorno de Zelaya.
Ellos impulsaban la "consulta popular" que el ex mandatario realizaría el 28 de junio para convocar una Constituyente que reformara la ley fundamental hondureña de 1982 y facilitara su reelección, pese a que la Corte Suprema de Justicia y todos los órganos estatales la declararon ilegal.
La iniciativa era rechazada también por los empresarios y diferentes sectores sociales. Sólo la apoyaban algunos líderes izquierdistas de organizaciones obreras, magisteriales, campesinas, indígenas y estudiantiles.
La Constitución no permite a los legisladores ni a la Corte Suprema modificar siete de sus 379 artículos llamados "pétreos" para mantener incólume la alternabilidad en el poder y prohibir la reelección del mandatario, que sólo debe cumplir una gestión de cuatro años.
Zelaya se encuentra en Managua para participar en una reunión de presidentes del Sistema de Integración Centroamericana prevista para el martes, luego de que los militares lo capturaron el domingo y lo enviaron en avión a Costa Rica.
Las fuerzas armadas, según el nuevo gobierno, sólo cumplieron una orden judicial para llevar a cabo ese acto en contra del ex gobernante.
Los militares, que no se han pronunciado sobre la situación en el país, se mantuvieron 18 años en el gobierno entre 1956 y 1982 en Honduras luego de derrocar a tres presidentes elegidos democráticamente.