Castro prometió que se eliminarían viejas prohibiciones. Poco después se autorizó a las personas naturales cubanas la entrada de las en los hoteles, la adquisición de computadoras personales y el acceso a la telefonía celular, todo en pesos convertibles (1 peso convertible equivale a 24 pesos cubanos).
El gobierno también anunció la puesta en vigor de una normativa que pondría el salario en función de la productividad del trabajo, con lo cual se terminaría el “igualitarismo” salarial. Esa medida y la reestructuración del aparato ministerial siguen pendientes, aunque han ocurrido modificaciones, como la integración de las actividades agroalimentarias del Ministerio del Azúcar al Ministerio de la Agricultura.