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General: Venezuela: en Educación, Chávez avanza
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De: Matilda (Mensaje original) |
Enviado: 18/08/2009 22:44 |
Pedro Echeverría
1. Nada de lo que haga Hugo Chávez en Venezuela –cómo en los sesentas Fidel Castro en Cuba- podrá agradar al imperio estadounidense porque hasta hoy sigue siendo el policía mundial y queriendo imponer castigos de acuerdo a sus particulares intereses.
Por eso al aprobar la Asamblea Nacional (Congreso) de Venezuela, en las primeras horas de este viernes 14 una nueva ley de educación, la polarización de los grandes empresarios, los medios de información y la iglesia, contra el gobierno de Chávez se agudizó; hay amenazas de ser desconocida por gremios y universitarios que consideran que la ley pretende ideologizar a los alumnos en el socialismo, en tanto que la jerarquía de la Iglesia Católica advirtió que elimina la educación religiosa en las escuelas venezolanas.
2. Como en México, en Venezuela los sectores más reaccionarios, los impulsadores de la educación privada y enemigos de la educación pública, no aceptan que se les toque sus privilegios. En México la educación privada, la mayoría de las veces dominada por la iglesia, es un gigantesco negocio multimillonario con la total protección del Estado. Es el mismo gobierno el que ha dejado al abandono la escuela pública (presupuestos, programas, maestros, edificios, laboratorios) para que los padres con dinero paguen la escuela privada. ¡Imagínense lo que pasaría en México si esas gigantescas escuelas privadas de una orden religiosa se les impidieran hacer negocios, se les obligara a impartir una educación científica y se les prohibiera hacer campañas religiosas en la escuela!
3. Con el tonto y tramposo argumento de que "el Estado no debe intervenir en la educación de los hijos y que las familias deben elegir el tipo de enseñanza que quieren" se pretende descalificar la educación pública y acusar a los gobiernos de querer ideologizar dictatorialmente. En el México de los años sesenta, con el argumento de "destruir la ideología comunista" los grandes ricos más reaccionarios se reunían en las plazas públicas para realizar grandes hogueras para quemar cientos de libros de texto gratuito que el gobierno repartía en las escuelas primarias. Pero los gobiernos miedosos, como los de López Mateos y Díaz Ordaz, en vez de castigar a quienes ordenaban las quemas, buscaban negociar con ellos cambios de orientación de los textos, tal como se ha venido haciendo.
4. Los ricos empresarios, los medios de información y la iglesia, al pedir que el Estado deje en las familias la orientación de la educación, callan sus verdaderos propósitos: querer quedarse con la educación para que la dirijan a su manera. ¿Se olvida acaso que el clero, los terratenientes y militares, que en el siglo XIX llegaron a tener en sus manos el monopolio de la educación provocaron guerras para evitar que los liberales de entonces (como en México) lucharan para separar a la iglesia del Estado y arrebatarle el monopolio educativo? Indiscutiblemente Chávez conoce bien esas experiencias históricas y sabrá explicarlas a su pueblo para que no sea engañado y manipulado por los medios de información. Si en Venezuela se busca realmente dar los primeros pasos al socialismo, la educación es un buen comienzo.
5. Fidel Castro no dio paso atrás alguno porque en ese país, en un año (no recuerdo si fue en 1961 o 1962) se superó totalmente el analfabetismo. En Venezuela, parece que la campaña contra el analfabetismo realizada por el bolivarismo y la robinsoneada ha logrado la alfabetización total. Lo que no se puede decir de México donde, después de 90 años de campañas tras campañas anuales, de dilapidar millones y millones de pesos, aún las estadísticas reconocen más de un 12 por ciento, es decir, casi 15 millones de analfabetas, y en pleno siglo XXI. Además hay que hablar del analfabetismo funcional, el de aquellas personas que aprendieron a leer pero que ya desaprendieron por falta de práctica. En las sociedades capitalismo, donde la educación escolarizada es tomada en cuenta, ser analfabeta es ser marginado.
6. Pero en Venezuela han ligado otro problema. El artículo 50 de la ley de educación es uno de los más polémicos al establecer que los medios de comunicación –que acostumbran hacer lo que les da la gana- tienen prohibido publicar informaciones que produzcan terror en los niños, inciten al odio, atenten contra los sanos valores del pueblo venezolano, la salud mental y física de la población. La mención a la prensa provocó la reacción de los periodistas, que alertaron sobre los peligros a la libertad de expresión. Pero, ¿de qué libertad de expresión hablan si el pueblo no tiene espacios para expresarse, son pueblos sin voz, y son los medios los que monopolizan la palabra y la propiedad de los periódicos, radios y TV? En última instancia no se silencia a nadie sino sólo se les dice que no pueden hacer lo que les venga en gana.
7. Ante la avalancha de críticas de los grupos de derecha, el gobierno de Chávez ha dicho: "Todo el mundo fue consultado incluyendo los sectores de oposición que dicen que no fueron abordados. Ellos mismos estuvieron en la comisión permanente de Educación, Cultura y Deportes y expusieron lo que pensaban y lo que quieren es que la educación sea privada para convertirla en una mercancía de enriquecimiento. La educación en Venezuela será gratuita, popular, laica, será una educación para la liberación del ser humano y no para la subordinación de fuerzas imperialistas como desea la oposición. Están indignados porque se declara Bolivariana y Robinsoniana nuestra educación o sea que prácticamente les avergüenza el pensamiento de nuestro Libertador y de su maestro Simón Rodríguez".
8. La educación en Venezuela, en México, en Cuba o en cualquier país no puede dejarse en manos de los dueños del capital, de quienes se han aprovechado de ella para hacer negocios y controlar la mente del pueblo para someterlo. El pueblo tiene el derecho absoluta a ella y debe estar en manos de sus representantes en tanto no pueda controlarla de manera directa. Hugo Chávez está haciendo lo que en México hicimos a mediados del siglo XIX y que continuamos al triunfo de nuestra revolución; pero también nos está despertando a los latinoamericanos de ese larguísimo sueño que le ha permitido a los privatizadores arrebatarnos la educación pública, gratuita, laica y popular para imponerlos una educación al servicio del capital. Esperamos que Chávez siga adelante para que nos enseñe lo que es luchar para el pueblo. |
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De: residente (Mensaje original) |
Enviado: 18/08/2009 15:48 |
¿DóNDE ESTA EL SOCIALISMO? (I) |
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2009-8-18 |
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“A mi no me eligieron Presidente para restaurar el capitalismo en Cuba ni para entregar la revolución. Fui elegido para defender, mantener y continuar perfeccionando el socialismo, no para destruirlo”. Esto fue manifestado por el Presidente Raúl Castro en su intervención ante la Asamblea Nacional del Poder Popular, efectuada el 1 de agosto. Según ese criterio la revolución existe, cuando en verdad desde hace tiempo se desarrolla un generalizado proceso involutivo en la sociedad. Asimismo, sus palabras reflejan la creencia de que ha habido algún tipo de socialismo en Cuba. En los años 1960, mayoritariamente los cubanos creyeron en la revolución y recibieron con entusiasmo la proclamación de este proceso como socialista en abril de 1961. En los sueños populares se estableció la fe en el inicio de un proyecto que traería prosperidad, igualdad y justicia social; donde los medios fundamentales de producción se pondrían en función de los intereses nacionales y el principio de distribución según el resultado del trabajo se abriría camino, sin dejar olvidados a los sectores desvalidos de la población. Como decían los manuales de economía de aquel entonces, comenzaba una época de desarrollo armónico y proporcional, en un entorno estrictamente organizado y planificado, con el objetivo de satisfacer paulatinamente las crecientes necesidades materiales y espirituales de la ciudadanía. Paralelamente, mediante la “insuperable” educación socialista, incluida la formación de las nuevas generaciones con la combinación del estudio con el trabajo- fundamentalmente en zonas rurales - y la masiva aplicación del trabajo voluntario, se crearía un hombre nuevo, desprendido de todo egoísmo, solidario y altruista, patriota e internacionalista, dispuesto a dar la vida por la patria, y hasta por la humanidad. Pasada la ensoñación, la dura realidad demuestra que lejos de llegar a esos propósitos paradisiacos, hemos arribado a una sociedad llena de injusticias sociales y frustraciones, donde el trabajo ha dejado de constituir la fuente principal de satisfacción de las necesidades materiales y espirituales. Las confiscaciones de los bienes de propietarios privados, no pasaron realmente a patrimonio del pueblo, sino de un grupo de poder que los ha gestionado al margen de los intereses de la nación, con una ineptitud extrema durante decenios, por lo que la propiedad social es un mito, un engaño. En especial ocurrió con la tierra, que de recurso poseído por grandes hacendados antes de 1959, pasó a un Estado que lo ha administrado sumamente peor. En los hechos, el latifundio privado fue sustituido por el estatal, mucho más ineficiente. En cuanto al supuesto precepto de que los trabajadores pasarían de “clase en sí”, desprovista de toda posibilidad de ejercer alguna autoridad sobre los medios de producción, a “clase para sí” dueña de ellos y principal protagonista del destino del país, ha resultado una estafa de colosales proporciones. En la practica, los trabajadores cubanos como clase social han sido reducidos a la nada, sin derechos incluso a organizar verdaderos sindicatos que defiendan sus intereses, a realizar huelgas, a contratarse libremente y absolutamente imposibilitados a disfrutar de infinidad de avances obtenidos en muchos países, en los cuales las organizaciones obreras con sus luchas han logrado por ley tener representantes en los buró de dirección de las grandes empresas, en especial europeas, donde cualquier decisión de importancia debe tomarse en consulta con los trabajadores. Por el contrario, las supuestas organizaciones obreras cubanas no son más que prolongaciones de los brazos del Estado-Partido, diseñadas para explotar más a los trabajadores, sin que tengan derecho a reclamar. Son en grado superlativo nada más que la reproducción exagerada de las bandas transportadoras de los propósitos de control del totalitarismo, conformadas por Lenin en la Unión Soviética. En la conducción de la sociedad no se ha contado con los trabajadores ni el pueblo en general. Las consignas de desarrollo armónico y proporcional de una economía ordenada y planificada, así como la constante satisfacción de las necesidades materiales y espirituales, hoy con toda claridad son una burla a la inteligencia de los cubanos. No se trata de un socialismo imperfecto, de la suma de 2+2=3, sino de un capitalismo de estado inepto e incapaz que ha sumido el país en el desastre. Calificar a Cuba de socialista es una falsificación; una ofensa a los seres humanos que durante siglos han luchado honestamente y entregado sus vidas en aras de la justicia social y la hermandad entre los seres humanos. ¿DóNDe ESTA EL SOCIALISMO? (II FINAL) Quien se esfuerce hoy por la justicia social, en modo alguno puede identificar nuestro pasado reciente con ninguna doctrina que aspire al mejoramiento social. Si alguien sinceramente quiere un avance social en Cuba tiene que poseer el valor de denunciar todo lo malo que se ha hecho, y en primer lugar iniciar un proceso democrático, propiciador de un fututo de prosperidad para todos los cubanos. Cuando se habla de socialismo, hay que pensar en la mayor participación pública, lo cual requiere un alto nivel de democracia. ¿Cómo puede participar el pueblo en los asuntos de toda la sociedad, si no tiene derecho a expresarse y organizarse libremente? Por otra parte, la libertad del individuo es fundamental en el desarrollo de las naciones, además de un derecho de los seres humanos a exteriorizar los sentimientos. En un mundo tan complejo como el actual, tan lleno de opciones y contradicciones, el debate de las ideas se torna un factor decisivo para encontrar las vías mejores para el desarrollo. En tales condiciones, la libertad y la democracia son indispensables para el avance de los pueblos, cuando por suerte también existen valiosos medios para acceder a la información y desplegar la creatividad, como la Internet y otros medios informativos. Así se está creando a nivel mundial posibilidades increíbles de alcanzar una sociedad más democrática, en la cual las opiniones personales y colectivas pueden debatirse en foros que dejan atrás los estrechos márgenes nacionales. Desafortunadamente en Cuba todo eso se niega al pueblo, cuando se mantiene vedado el acceso a Internet. Así el falaz socialismo cubano cierra las puertas del conocimiento y la información, condenando la sociedad al estancamiento, en un escenario internacional cada día más competitivo e interconectado. Al contario de haber creado un hombre nuevo, con amplias posibilidades, se ha empujado la población al delito, la mentira, la doble moral, erosionado la identidad nacional y dañado los valores espirituales. Cuba posee una de las mayores poblaciones penales del mundo en relación con la cantidad de habitantes, según estadísticas publicadas por organismos de Naciones Unidas como PNUD, o revistas de reconocido prestigio internacional como The Economist. Está abrumadoramente compuesta por jóvenes deformados por la miseria y las lacras que azotan la sociedad y, en una altísima proporción, de personas de raza negra y mestizos. Esto demuestra el total fracaso de los propósitos de igualdad y justicia social proclamados al inicio de la revolución. Simultáneamente florece en el entorno social la indisciplina y la falta de honradez, favorecidos por salarios que no alcanzan para vivir y ambientes laborales irracionales propicios para la erosión de la cultura del trabajo y la creatividad. Si realmente se quiere mejorar la sociedad cubana habrá que hacer cambios radicales en las estructuras económica, política y social, así como en los erróneos conceptos que durante años han lastrado el país, y tener el coraje de reconocer que lo ocurrido en los últimos 50 años ha sido un completo fracaso. A su vez, los viejos esquemas del socialismo no tienen nada que ver con las realidades y requerimientos del Siglo XXI. El viejo concepto de la exclusión de la propiedad privada en el desarrollo de las naciones ha sido probadamente nocivo. Como se ha demostrado en muchas naciones, la iniciativa individual en un marco regulado resulta un decisivo factor de desarrollo, pues al mismo tiempo que beneficia a los propietarios puede crear enormes riquezas para propiciar el avance y bienestar social. Por su parte, la propiedad pública puede y debe jugar un papel importante de acuerdo con las necesidades, tradiciones y culturas de los países, pero siempre en un ambiente democrático, que permita un estricto control social para impedir a políticos ambiciosos utilizarla en beneficio propio y crear camarillas para implantar su poder. Como puede observarse en la mayoría de los países, se afinca la tendencia al aseguramiento de la educación, la salud pública y la seguridad social para todos los ciudadanos, e incluso en muchos- sin tanta propaganda- se ha alcanzado niveles de protección muy superiores a los existentes en Cuba, hoy inmersos en un proceso de erosión a causa de la falta de sustentabilidad económica. Quien lo dude, debe analizar las situaciones presentes en la mayoría de los países de Europa o en Canadá, así como los firmes pasos que está dando la Administración Obama en Estados Unidos para mejorar el acceso y la calidad de la salud pública y la educación para todos los ciudadanos. En Cuba no es momento para supuestos perfeccionamientos de lo inexistente, sino de transformaciones radicales a un sistema disfuncional. Si se quiere realizar las transformaciones con el máximo de seguridades sociales, criterio apoyado por la inmensa mayoría de la ciudadanía, es mejor dejar las inservibles etiquetas a un lado y los prejuicios absurdos en otro. Es tiempo de realismo y edificar con responsabilidad una sociedad donde pueda desplegarse el caudal de creatividad bloqueado por tantos años, a fin de utilizar las considerables reservas productivas existentes. Oscar Espinosa Chepe Economista y Periodista Independiente. La Habana, Agosto 12 de 2008
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