(IAR
Noticias) 28-Septiembre-09
Si no fuera porque tienen detrás al Pentágono y a los
republicanos USA, se parecerían al régimen de Birmania que en el año 2007
expulsó de su territorio a la ONU y a todas las instituciones controladas por el
eje USA-UE. En Honduras, el régimen de Micheletti se endureció al extremo:
Advirtió a Brasil que podría quitarle el status diplomático a su embajada (con
lo cual Zelaya quedaría sin protección), expulsó a representantes de la OEA de
su territorio y decretó el estado de sitio previendo nuevas movilizaciones de
Zelaya y de su aparato político.
Informe
IAR Noticias /
Agencias
Militares hondureños cerraron este lunes dos medios de comunicación
leales al derrocado presidente Manuel Zelaya, mientras sus seguidores se
aprestan a lanzar una "ofensiva final" para intentar su restitución.
En una conferencia de prensa desde la
embajada de Brasil, donde está atrincherado desde que regresó clandestinamente a
Honduras el 21 de septiembre, Zelaya dijo que militares podrían irrumpir pronto
en la sede diplomática, sitiada por centenares de soldados.
"Temo que
en las próximas horas asalten esta sede diplomática", expresó Zelaya. "La
comunidad internacional debe actuar (...) pido protección al mundo",
agregó.
El régimen que controla Honduras anunció este domingo que
retirará el estatus diplomático a la embajada brasileña en Tegucigalpa si
Brasil no entrega o da asilo político al derrocado presidente hondureño, Manuel
Zelaya.
"Si en 10 días no se ha definido el status de Manuel Zelaya
la sede perderá su condición diplomática, pero por cortesía no se está
planteando invadir el local", dijo el ministro de Asuntos Exteriores Carlos
López Conteras en una rueda de prensa ante los medios hondureños.
El
sábado por la noche, el presidente de facto de Honduras, Roberto Micheletti, dio
un ultimátum de 10 días a Brasil para que definiese el "status" de Zelaya,
refugiado desde el lunes 21 en su embajada, pero no precisó que medidas se
tomarían contra Brasilia si no cumplía con lo exigido.
López Contreras explicó que
Brasil perdería su derecho a tener embajada en Tegucigalpa si no cumple
con el plazo, aunque se comprometió a respetar la soberanía del edificio durante
ese periodo, desmintiendo así que existan planes para allanar la sede
diplomática y arrestar allí a Zelaya.
Desde que el presidente derrocado
entrara por sorpresa en Honduras y se refugiase en la sede diplomática
brasileña, cientos de militares y policías mantienen cercado el edificio,
tratando de controlar también las concentraciones de los seguidores de Zelaya en
los alrededores de la embajada.
En otro frente del conflicto, el
gobierno provisorio de Honduras impidió este domingo la entrada de una misión de
avanzada de la Organización de Estados Americanos (OEA), que llegó al aeropuerto
Toncontín de Tegucigalpa.
La comitiva de la OEA no pudo salir del
aeropuerto porque sus integrantes fueron retenidos por agentes de la
Dirección de Población y Política Migratoria, informó la agencia de noticias
mexicana Notimex.
El acto fue calificado de "acción de
barbarie" por el embajador de Honduras en Washington, Enrique Reina, leal al
depuesto presidente Manuel Zelaya, en declaraciones a una televisora
local.
La policía y los militares que custodian el aeropuerto impidieron
el paso de los periodistas que trataron de entrar en la sección de Migración,
donde están retenidos los miembros del equipo de la OEA.
El grupo
de funcionarios de la OEA viajaba al país centroamericano para preparar la
agenda de una misión de ministros de Exteriores de la OEA que visitaría esta
capital para trabajar en el diálogo entre el gobierno derrocado de Zelaya y las
autoridades del régimen de facto de Roberto Micheletti.
La base de la
negociación sería el Acuerdo de San José, elaborado con la mediación del
presidente costarricense Óscar Arias, y que establece el retorno de Zelaya al
poder.
En otra línea ofensiva, el régimen que controla Honduras
suspendió 45 días las garantías constitucionales según un decreto
revelado por la agencia EFE y que restringe las libertades de
circulación y expresión, y prohíbe las reuniones públicas, entre otras medidas.
El decreto ordena el desalojo de toda institución pública tomada
por manifestantes, el cierre de medios de comunicación que "ofendan la
dignidad humana, a los funcionarios públicos o atenten contra la ley" y la
detención de personas que sean consideradas sospechosas.
La norma fue
dictada el pasado 22 de septiembre por el presidente de facto, Roberto
Micheletti, en consejo de ministros, y fue publicada el sábado, en La Gaceta
Oficial, confirmó a EFE una fuente del gobierno.
La medida se
tomó, según el decreto, con el fin de "mantener la paz y la seguridad
interior" del país ante la "perturbación grave de la paz" ocasionada por
incidentes ocurridos después de que el presidente depuesto, Manuel Zelaya,
regresara al país tras su derrocamiento el 28 de junio pasado.
"Se prohíbe la libre circulación, la cual se restringirá conforme a
los parámetros" de territorio y duración fijados en los comunicados en los que
se establezca el toque de queda, dice el texto.
También se prohíbe,
agrega, "toda reunión pública no autorizada por las autoridades policiales o
militares".
Otra prohibición es "emitir publicación por cualquier medio
hablado, escrito o televisado, que ofendan la dignidad humana, a los
funcionarios públicos, o atenten contra la ley, y las resoluciones
gubernamentales; o de cualquier modo atenten contra la paz y el orden
público".
La Comisión Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL), "a través
de la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas, queda autorizada para suspender
cualquier radioemisora, canal de televisión o sistema de cable que no ajuste su
programación a las presentes disposiciones", indica el decreto.
Establece
la detención de "toda persona encontrada fuera del horario de circulación
establecido (por el toque de queda), o que de alguna manera se presuma como
sospechoso por las autoridades policiales y militares, de causar daños a las
personas o sus bienes" y "aquellos que se asocien con el objeto de cometer
hechos delictivos".
"Toda persona detenida deberá permanecer recluida en
los centros de detención legalmente establecidos", agrega.
Se ordena,
asimismo, "el desalojo de toda instalación pública que haya sido tomada por
manifestantes o se encuentren personas en su interior realizando actividades
prohibidas por la ley".
El decreto ordena a todos los ministerios y demás
instituciones del Estado, en el ámbito local, "poner a disposición de la Policía
Nacional y las Fuerzas Armadas, sin dilación alguna, los medios a su disposición
que les soliciten para el desarrollo de las operaciones".
El ministerio de Exteriores hondureño dijo además que no permitirá el
regreso de los embajadores de Argentina, España, México y Venezuela, retirados
tras el golpe, a menos que esos países reconozcan antes al gobierno de
facto.
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