Mensajes del Che Guevara en la Tricontinental (ONG Cubana)
1.- “El odio como factor de lucha”: El odio intransigente al enemigo, que impulsa mas allá de las limitaciones del ser humano y lo convierte en una efectiva, violenta, selectiva y fría máquina de matar. Nuestros soldados tienen que ser así, un pueblo sin odio no puede triunfar sobre un enemigo brutal.
2.- Hay que llevar la guerra hasta donde el enemigo la lleve; a su casa, a sus lugares de diversión; hacerla total; hay que impedirle tener un mínimo de tranquilidad, un mínimo de sosiego, fuera de sus cuarteles, y aún dentro de los mismos; atacarlo donde quiera que se encuentre; hacerlo sentir una fiera acosada por cada lugar que transite.
Impresionante ¿no? Pues así era la filosofía de este asesino en masa, el odio y el terror, como el mismo dijo en sus alocuciones públicas.
¿Es posible que se haya convertido a este asesino en un ídolo? Ponerse una franela con la cara del Che equivale a ponérsela con la cara de Mussolini o de Stalin o de Hittler. De ninguna manera me parece inspiradora la idolatría a ningún ser humano, mucho menos si estos son unos asesinos.
1.- “El odio como factor de lucha”: El odio intransigente al enemigo, que impulsa mas allá de las limitaciones del ser humano y lo convierte en una efectiva, violenta, selectiva y fría máquina de matar. Nuestros soldados tienen que ser así, un pueblo sin odio no puede triunfar sobre un enemigo brutal.
2.- Hay que llevar la guerra hasta donde el enemigo la lleve; a su casa, a sus lugares de diversión; hacerla total; hay que impedirle tener un mínimo de tranquilidad, un mínimo de sosiego, fuera de sus cuarteles, y aún dentro de los mismos; atacarlo donde quiera que se encuentre; hacerlo sentir una fiera acosada por cada lugar que transite.
Impresionante ¿no? Pues así era la filosofía de este asesino en masa, el odio y el terror, como el mismo dijo en sus alocuciones públicas.
¿Es posible que se haya convertido a este asesino en un ídolo? Ponerse una franela con la cara del Che equivale a ponérsela con la cara de Mussolini o de Stalin o de Hittler. De ninguna manera me parece inspiradora la idolatría a ningún ser humano, mucho menos si estos son unos asesinos.