Estoy aquí, y vengo de un viaje con el Enano por Honduras, donde contactamos con el presidente Zelaya en la embajada de Brasil y participamos en algunas movilizaciones contra el gobierno fascista de Goriletti, ese monigote que pusieron los militares para hacer el ridículo ante el mundo entero.
También hemos aprovechado la estancia en Honduras para orinar y defekar en el portal de la casa del gorila jefe del ejército al que había destituido el presidente Zelaya.
El glorioso llamó por teléfono al usurpador golpista y le ha dejado claro que tiene que devolver la presidencia robada y rendir cuentas, junto con sus cómplices militares, ante la justicia, y que no se atreviera a replicarle, que estaba hablando nada menos que con el Enano Infiltrado.