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General: ¿Hablamos de terrorismo?
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Respuesta  Mensaje 1 de 34 en el tema 
De: Quico º  (Mensaje original) Enviado: 06/10/2009 12:53
En un momento que discutimos sobre terrorismo, he aquí uno que no es negado por NADIE

Posada Carriles aún no da cuenta ante la Justicia por Crimen de Barbados

Posada Carriles

Posada Carriles y demás coautores del crimen jamás han sido juzgados por el horrendo acto terrorista perpetrado contra Cuba, por lo que cada 6 de octubre constituye, además de dolor, un motivo de denuncia permanente.

TeleSUR _ Hace: 05 horas
Este martes se cumplen 33 años del más grave atentado perpetrado contra Cuba, la voladura del avión de la aerolínea Cubana con 73 personas a bordo en 1976, macabro hecho de la autoría del terrorista Luis Posada Carriles, quien aún no da cuenta ante la justicia por ese crimen.

El 6 de octubre de 1976 un vuelo Cubana transportaba al equipo nacional juvenil de esgrima de Cuba, que regresaba victorioso a su país luego de su participación en el Campeonato Centroamericano y del Caribe celebrado en Venezuela.

El avión partió de Caracas rumbo a Trinidad y Tobago, desde donde siguió a Barbados en su última escala hacia Cuba pero, pocos minutos después de haber despegado, el estallido de una bomba en el interior de la aeronave causó la muerte instantánea de los pasajeros y tripulantes de la aeronave.

Las últimas palabras del capitán de la tripulación y el estallido de una segunda bomba quedaron grabados como prueba testimonial del acto terrorista, conocido como el Crimen de Barbados.

Además de Posada Carriles, la autoría material del hecho se atribuye al cubano Orlando Bosch, quien estuvo encarcelado en Venezuela por este atentado que salió libre en 1988.

A 30 años del crimen, los autores materiales de este macabro crimen no han pagado por sus delitos, gracias a que Bosch, de nacionalidad cubana, fue indultado en 1990 por el Gobierno estadounidense y actualmente vive en Miami, Florida, Estados Unidos.

Luis Posada Carriles, que se fugó de una cárcel venezolana en 1985, también permanece en la nación Estados Unidos, donde es juzgado, aunque no precisamente por terrorista sino por delitos de inmigración.

Su extradición está siendo reclamada por Venezuela desde el año 2005, cuando fue recluido en una prisión estadounidense en El Paso, Texas.

Las autoridades de Estados Unidos están obligadas legalmente a extraditar a Posada Carrilas a Venezuela, ya que en cuanto a la legislación interna, existe la llamada Ley Patriótica estadounidense, mientras que en el plano exterior, entre otros, están las disposiciones contra el terrorismo internacional y el Tratado de Extradición entre ambos países.

Sin embargo, como muestra de una indignante actitud, mientras tales terroristas permanecen libres, Estados Unidos matiene prisioneros a cinco cubanos desde hace más de 11 años encarcelados, por defender a su país de acciones vandálicas como la perpetrada por Posada Carriles y Bosch.

Se trata de los Cinco antiterroristas cubanos Gerardo Hernández, Antonio Guerrero, Fernando González, Ramón Labañino y René González.

Terrorismo desde la CIA

El líder de la Revolución Cubana, Fidel Castro, ha señalado directamente al Gobierno de Estados Unidos como el autor intelectual del atentado, luego de que se determinara que el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en en inglés) y la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés), según documentos ya desclasificados, tenían conocimiento de los autores.

Tanto Posada Carriles como Bosch fundaron la llamada Coordinación de Organizaciones Revolucionarias Unidas (Coru), en 1976, en República Dominicana, organización anticastrista de ultraderecha que fue conformada a instancias de la CIA.

Los dos terroristas y agentes de la Inteligencia estadounidense contaron con la complicidad del venezolano Hernán Ricardo, quien fue el responsable de colocar los artefactos explosivos en el avión.

Ricardo, quien también tiene un largo currículum al servicio de la CIA, trabajó para una firma de detectives privados en Venezuela, dirigida por Luis Posada Carriles, quien encubría las acciones terroristas contra entidades cubanas en el extranjero o de otros países que mantenían relaciones con Cuba.

Además, Posada Carriles agrega en su historial criminal y de violencia la confesión pública que hizo a un diario estadounidense de haber organizado actos de sabotaje contra hoteles y restaurantes en La Habana, en 1997, y su estrecha relación con Santiago Álvarez y Oswaldo Mitat, acusados en el estado de Florida por posesión de armas y explosivos.

El terrorista admitió a una reportera del diario The New York Times, en una entrevista en julio 1998, que recibió dinero de miembros de la Fundación Nacional Cubano-Americana para perpetrar acciones terroristas.

En esa entrevista, el terrorista además reconoció su responsabilidad en la voladura del avión y dijo: "De ser necesario, lo haría nuevamente".

Un documento del Gobierno Federal de Estados Unidos, divulgado por la prensa en Washington en marzo de 2006, admitió que Luis Posada Carriles es un terrorista y que su liberación representaría un peligro para la seguridad pública.

Pese a la condición de terrorista de este criminal, el Gobierno estadounidense se niega a extraditarlo a Venezuela para que sea juzgado por su responsabilidad en el atentado que cobró la vida de 73 personas.

En septiembre de 2006, el Comité de Familiares de las víctimas del Crimen de Barbados exigió al presidente de Estados Unidos, George W. Bush, facilitar la aplicación de la justicia en ese horrendo atentado ocurrido en 1976.

En un comunicado, los integrantes de esa agrupación demandaron a Bush que haga cumplir las leyes de su país y los tratados internacionales.

"No cejaremos en nuestros empeños porque los terroristas comparezcan ante la justicia; no cejaremos en nuestros empeños por rechazar la hipocresía y la doble moral del Gobierno de Estados Unidos, que defiende la supuesta existencia de un terrorismo bueno y otro malo, y mientras no se haga la justicia, que nadie lo dude, haremos temblar la injusticia", apunta ese documento.



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Respuesta  Mensaje 2 de 34 en el tema 
De: hr-mk Enviado: 06/10/2009 22:13

Impunidad ante el crimen de Barbados

06 de Octubre de 2009

Por Benito Cuadrado Silva

Cuando en la noche del 6 de octubre de 1976 la villaclareña María Ofelia Conquero escuchó en el televisor la noticia de que un avión de Cubana de Aviación había sido saboteado en Barbados, enseguida corrió a la habitación de la madre para ponerla al tanto del suceso.

Luego de escucharla, apenas sin reflexionar, la anciana se llevó la mano al corazón, y con esa intuición que solo poseen en grado sumo las progenitoras cuando presienten al hijo en peligro, exclamó: «¡En ese avión está Carlos!»
En efecto, Carlos Conquero, integrante de la tripulación del CU-455, se encontraba entre las 73 personas que perdieron la vida en el siniestro.

La anciana falleció de tristeza algún tiempo más tarde, mientras que María Odelia prolongó su existencia durante varios lustros, siempre apoyada en la esperanza de ver caer a los principales victimarios del hermano bajo el peso de la justicia, pero la vida no le concedió suficiente tiempo para tener, al menos, ese consuelo.

Murió hace unos años, poco después de la perversa actuación de la presidenta de Panamá, Mireya Moscoso, quien liberó de la prisión, en contubernio con la mafia cubano-americana, a Luis Posada Carriles, implicado en la voladura de la nave, y que cumplía sanción en la nación istmeña por un fallido atentado a Fidel durante la Cumbre Iberoamericana en esa capital.

«La decisión de la mandataria fue verdaderamente repugnante» —me confesó por aquellos días en su hogar la afligida mujer, y a seguidas dijo que con ese proceder la Moscoso demostró un profundo desprecio por el sufrimiento de los cientos de cubanos que cada día lloraban a sus seres queridos, impunemente masacrados en el interior de la aeronave.

«Ella no es capaz de entender el daño que ha causado ni el sentimiento de frustración y amargura que nos provocó con su indigno gesto», aseveró.

Como María, familiares de los demás mártires han muerto también a lo largo de un prolongado proceso de impunidad sin haber tenido siquiera la posibilidad ver a los culpables comparecer ante los tribunales.

Puede mencionarse en ese sentido a la ranchuelera Angelina Valdés, madre de Ángel Tomás, el copiloto. En medio del delirio en que la sumió el golpe homicida, solo atinaba a clamar por el retorno de su entrañable hijo. Y también el viejo Pablo Pérez, de la misma localidad villaclareña, que lamentaba en el ocaso de su vida la irreparable pérdida del sobrino Wilfredo, capitán de la nave.

¿Qué derecho tenían Orlando Bosch, Posada Carriles, Freddy Lugo y Hernán Ricardo, verdaderos jinetes del Apocalipsis, a tronchar vidas inocentes y a quebrar la armonía de modestos hogares cubanos?

Cada 6 de octubre deviene ocasión propicia para mantener en alto las voces de denuncia, y en cada aniversario igualmente se impone la evocación de lo acontecido hace 33 años en aguas caribeñas.

Ocho minutos habían transcurrido desde el despegue del avión del aeropuerto de Seawell, la capital barbadiense, cuando brotó la voz del copiloto: «Fello, fue una explosión en la cabina de pasajeros y hay fuego.»

—Regresemos de inmediato. Avisa a Seawell, indicó el piloto.

—Seawell, tenemos una explosión y estamos descendiendo inmediatamente. Tenemos fuego a bordo.

—CU-455, ¿regresarán al campo?, respondió la torre de control.

A las 5:25 p.m., aproximadamente, la nave averiada pide pista y obtiene la autorización. Segundos más tarde, los operadores de la torre escuchan por la radio gritos desde la cabina: «Cierren la puerta, cierren la puerta», y casi al instante otra exclamación: «¡Eso es peor!, ¡Pégate al agua, Fello!, ¡Pégate al agua!»

Luego, el silencio. Muchos bañistas, atónitos, observaron desde la playa cómo aquella mole metálica, convertida en una bola de fuego se precipitaba al mar. En tanto, un taxista denunciaba poco después a la policía de Trinidad-Tobago el extraño comportamiento de dos individuos que había conducido hasta el hotel Holiday Inn.

Se trataba de los venezolanos Lugo y Ricardo, quien en conversación telefónica con la novia en Caracas, pidió que transmitiera a Posada Carriles un mensaje, que por sí mismo revela la calaña de esos personajes: «el autobús con los perros se había caído», en alusión al siniestro.

Han transcurrido 33 años desde entonces y aún los cubanos esperan por el cese de la impunidad.

Periódico Vanguardia - Santa Clara - Villa Clara - Cuba
Impreso: martes 6 de octubre, 2009


Respuesta  Mensaje 3 de 34 en el tema 
De: Nobotuma Enviado: 06/10/2009 23:39
En este mundo al revés, los verdaderos terroristas andan fresquitos como unas lechugas. Posada Carriles se pavonea muy chévere en las calles mayameras, mientras los cinco héroes cubanos soportan hasta triples cadenas perpetuas. El Comandante Chávez ha pedido, centenares de veces, la extradición de ese malandro y ¿qué hace el gobierno gringo? proteje al degenerado que voló el avión cubano y acá en Venezuela torturó y asesinó a luchadores por la verdadera libertad de mi patria. Así son las cosas.....

Respuesta  Mensaje 4 de 34 en el tema 
De: hr-mk Enviado: 08/10/2009 09:44
Que se puede esperar de una disquen que "justicia corrupta",y de semejante arria de burros,al final resulto que Posada Carriles es agente de la CIA desde 1960,y como buen mercenario,cobra extra por delatar a sus propios jefes,pues no tenia uno,sino varios,la CIA le pagaba para que denunciara a Jorge Mas Canosa,y Jorge Mas Canosa le pagaba para que hiciera actos de terrorismo y cometiera asesinatos contra civiles inocentes.
 
En resumida,ese eterno luchador anticastrista,que se hacia llamar el "Guerrero",resulto ser un chivato"...asesino , terrorista connotado,mercenario,traficante de drogas y miembro de la CIA....
 
!Que ejemplo de patriotismo!.....


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