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El sacerdote Marco Arana.
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El sacerdote peruano Marco Arana, un teólogo de la
liberación que aspira a ser candidato presidencial en 2011, preocupa desde ya a
la izquierda porque socava la base electoral del nacionalista Ollanta Humala, y
a la derecha por sus críticas a la minería, motor económico del país.
IAR
Noticias
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AFP
Fundador hace seis meses del partido de izquierda
Tierra y Libertad, Arana (47 años) es un religioso que pasó del trabajo
evangelizador al social y ecológico a inicios de los años 90, cuando era párroco
en Hualgayoc, una de las zonas más pobres de Perú, en el departamento norandino
de Cajamarca.
Este sacerdote emerge cuando la política peruana está dominada, según las
encuestas, por figuras importantes como la congresista Keiko Fujimori -hija del
condenado ex presidente Alberto Fujimori-, el alcalde de Lima, Luis Castañeda, y
la ex candidata presidencial Lourdes Flores, todos de derecha.
Su presencia también ha comenzado a generar recelos en la izquierda
tradicional, que esperaba aglutinarse en torno al nacionalista Humala.
El eje de su política, Arana lo define como "la defensa de los derechos
ambientales y de la justicia social", y en oposición al "modelo neoliberal que
aplica el gobierno ultraconservador del presidente Alan García".
"Encontré la vieja minería que usaba a niños en los socavones, que no
reconocía los derechos de los trabajadores que morían en las minas y que
usurpaba las tierras de las comunidades campesinas", dijo Arana en diálogo con
la AFP.
Su enfrentamiento con la minera Yanacocha, asentada en Cajamarca y una de las
mayores productoras de oro en América Latina, le ha valido el odio de las
empresas mineras, que lo califican de violento y antiminero, acusándolo además
de oponerse al desarrollo del país. "No soy antiminero, mi cuestionamiento es a
la actividad que atenta contra la naturaleza y amenaza la vida de la gente más
pobre; la minería debe jugar un rol importante y debe respetar los derechos
humanos de las poblaciones, sin destruir el
medio ambiente como ha venido sucediendo", sostuvo.
Arana considera que por levantar la bandera ecologista se ha desatado una
campaña en su contra de parte de las empresas mineras. "Están hurgando en toda
mi vida, desde mi época de colegial, interrogan a mis ex compañeros de estudios
para ver si tuve amoríos", dijo el religioso, quien adelantándose a futuras
acusaciones, aclaró: "yo no tengo hijos, estoy con la conciencia tranquila".
El sacerdote, graduado en teología en la Universidad Gregoriana de Roma, se
considera partidario de la teología de la liberación. "En la iglesia católica
hay una línea profética comprometida con los sectores que sufren, pero también
hay corrientes conservadores que defienden el statu quo", precisó al referirse
al Opus Dei, "que tiene una ideología autoritaria e intolerante".
En el lado de la izquierda nacionalista, el legislador Daniel Abugattás opinó
que Arana está pecando de "soberbio y de estar jugando el rol de títere de la
extrema derecha que busca reducir el voto de Humala en los sectores sociales".
Arana señala que "se vienen muchos golpes de la derecha y de la izquierda" y
que esas actitudes responden a la propuesta de su partido "que pone en cuestión
una manera de hacer una política tradicional centrada en caudillos".