Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

LA CUBA DEL GRAN PAPIYO
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 Conociendo Cuba 
 CANCION L..A 
 FIDEL CASTRO.. 
 Fotos de FIDEL 
 Los participantes más activos 
 PROCLAMA AL PUEBLO DE CUBA 
 
 
  Herramientas
 
General: El Marxismo en Cuba. Antes y después.
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: residente  (Mensaje original) Enviado: 15/11/2009 18:57
El Marxismo en Cuba. Antes y después.
21 de Septiembre, 2004 por Laprotuberancia

Quienes tienen más de 30 años en Cuba, recuerdan el Marxismo. Hoy, claro, supuestamente también hay Marxismo, pero sólo aquellos que vivieron el de aquella época, pueden acordarse de que no es lo mismo, aunque no necesariamente lo hacen pues a ninguno de los dos bandos le conviene tanta memoria.

Yo, que me especializo en poseerla buena para esas cosas, que tengo algunos años más que la edad mínima para recordar, y que no milito en ninguno de los polos, no tengo inconvenientes en hacer el cuento de cómo era aquello y por supuesto, decir cómo es ahora.

ANTES

Mi primer Marxismo fue una asignatura que me impartieron en la secundaria, en los años 80, en 9no grado, que se llamaba "Fundamento de los conocimientos políticos". En el preuniversitario tuve más y luego en la universidad. Era sólo una de tantas asignaturas, no era considerada de las más importantes e incluso, era de las más fáciles de aprobar. Para mí sólo servía para aumentar el promedio, cosa que al final no me favorecía, pues se lo subía a todos.

Los adultos también tenían lo suyo. El adoctrinamiento se daba en varias formas, como círculos de estudio y demás, pero entre éstas destacaba: la Escuela del Partido. El que estaba pasando un curso en la Escuela, dejaba por un tiempo de asistir a su trabajo. Quien conoce Cuba sabe que eso no tiene inconveniente pues cualquier escuela y cualquier trabajo se subordinan a una misma cosa: la dirección de la Revolución, que establece las prioridades.

En la Escuela se podían pasar cursos de una semana, un mes, varios meses. Habia varios formatos. Los designados para pasarla eran preferiblemente cuadros, una denominación que incluye a dirigentes de cualquier nivel, de sindicatos, del Partido, Juventud, CDR, en fin, de cualquier cosa, aunque podían ser también simples obreros. Al tiempo que había muchos alumnos, había muchos profesores de Marxismo, que eran lo mismo que profesores de filosofía, pues supuestamente el Marxismo era la cumbre de la filosofía (al ser también la cumbre de otras muchas cosas, tampoco había profesores de otra economía que no fuera marxista, ni de otra psicología, etc.). Esos profesores, como es de imaginar se nutrían de la versión soviética del asunto, y muchos estudiaron allá, donde los osos. Los libros por supuesto eran rusos y recuerdo a un autor: Afanasiev.

Según aquellos tiempos, el Marxismo era la ciencia que justificaba la existencia de la Revolución. El planteamiento básico, fuera cierto o no, tenía consistencia y en resumen era este: Marx separó con pinzas lo que para él eran las revoluciones de verdad, de las simples rebeliones y descubrió que todas las revoluciones de verdad que habían ocurrido, es decir, el paso de la comunidad primitiva al esclavismo, de ahí al feudalismo y de éste al capitalismo, tenían algo en común: siempre una clase social anteriormente explotada obtenía el poder por la vía de defenestrar a la clase dirigente anterior, pero esto sucedía sólo si, y esto es lo más importante: sólo si la nueva clase en el poder era promotora de un formato de producción superior al derribado.

Por otra parte se nos repetía que mientras el mezquino objetivo del capitalismo era la obtención de ganancias, el noble socialismo sólo perseguía la satisfacción de las necesidades siempre crecientes de la población a través de otro estribillo: de cada cual según su capacidad, a cada cuál según su trabajo, para indicar que en el socialismo no se le pagaba lo mismo a todo el mundo, sino en concordancia con su aporte. El Marxismo no era sólo eso, pero tampoco era mucho más, según la versión light que digeríamos.

DESPUÉS

A raíz de la caída de la Unión Soviética, todo los que nos decían aquellos libros quedó en entredicho: si la URSS era económicamente superior a los Estados Unidos, ya que era socialista ¿por qué se desbarató aquélla y no éstos? Lo poco que se habla oficialmente del asunto aclara que en realidad aquél no era un socialismo de verdad, como el que quería Marx y Lenin, que los rusos tenían problemas productivos, que sus artículos eran feos, pesados y derrochadores de gasolina, que había un evidente divorcio entre el Partido y las masas y que los demás países socialistas, lo eran porque los tanques soviéticos les habían impuesto ese sistema al final de la Segunda Guerra Mundial, que aquello, naturalmente, no era sostenible y que por lo tanto no es de extrañar lo que pasó. Pero de ahí surge otra pregunta: ¿entonces por qué nos tomó de sorpresa? De eso no se habla.

Pero lo peor de la caída de la URSS fue que acabó con el subsidio soviético y desnudó el hecho de que el aceptable nivel de vida que teníamos en Cuba no se debía a la calidad económica de nuestro sistema y esto generó algunas interrogantes como estas: ¿será que el socialismo no es tan funcional económicamente como se decía? O peor aún: ¿será que nunca tuvimos socialismo? Y si esto es así ¿por qué nos mintieron?

La única respuesta que tenemos, de modo oficioso, es que los rusos nos embarcaron, que debimos haber traducido directamente a Marx desde el alemán y no confiar en la traducción que desde ese idioma al ruso y del ruso al español, hacían los soviéticos y que para colmo, la versión de socialismo que nos vendieron era una tergiversación creada a la medida de las conveniencias de la dirigencia soviética.

Pero aquí hay un problema: el gobierno trata de demostrar que la caída de esas ¿democracias populares? no fue debido a un error del Marxismo, sino a su mala aplicación, de manera que sigue justificando la insistencia de Cuba en ser socialista, y en parte esta versión tiene a su favor una canasta que vale tres: el hecho de que la Revolución Cubana no se ha caído. El Marxismo, o al menos, la palabra marxismo, sigue siendo funcional al gobierno cubano.

Si bien antes de la crisis, se nos decía que la forma superior de ser revolucionario era ser marxista, ahora se equiparan, como ideólogos de la Revolución, a Marx y a Martí. Que aunque Martí fue una persona inteligentísima, de hecho el primero en descubrir que los USA eran un país imperialista, como revolucionario superior, es decir, como marxista, no era nadie, y del otro, del tal Marx, ya no se habla. Se le puede preguntar a cualquiera en la calle que dijo Marx que no haya dicho Martí y nadie lo sabría. Al sistema, que decide qué se sabe y qué no, le conviene que todas esas celebridades muertas en las que nos apoyamos, halen para un mismo lado, el suyo, y aunque la gente, es verdad que con menos frecuencia, sigue yendo a las escuelas de Marxismo, lo cierto es que en ellas ya no se habla de Marx.

Porque la parte del Marxismo que los soviéticos no corrompieron, y que es precisamente el básico, dice, y bien que lo dice, que el socialismo es más productivo y más democrático que el capitalismo, lo cuál no se corresponde con lo que vemos, de manera que a pesar de que ya nos aclararon que el Marxismo soviético era mentira, no nos han dicho por cuál lo vamos a sustituir, cuál es el verdadero y esto es así porque simple y llanamente el Marxismo, aquí como en todas partes, sigue siendo una cosa, que en estado puro, subvierte.

 


Primer  Anterior  Sin respuesta  Siguiente   Último  

 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados