Muchas de las cosas que te preocupan no se merecen ni el tiempo ni el problema que te haces preocupándote por ellas. Y toda esa preocupación innecesaria te distrae de otras cosas más productivas, creativas y alegres que podrías estar haciendo.
Con cada preocupación viene también la opción de dejarla ir. Puedes sentirla, ver a qué se debe y luego optar, inmediatamente, por alejarte de ella.
Tan pronto como lo hagas, tu mente estará mucho más clara y enfocada. Tu espíritu experimentará una gloriosa renovación.
Simplemente imagina cuán maravilloso sería limpiar tu cabeza de la pesada carga de preocupaciones que la ocupan. Imagínalo, y luego decide llevar a cabo el sencillo acto de hacerlo.
Opta por alejarte de las preocupaciones y quítate ese peso de encima. En un instante, tu preocupación se habrá ido.
Respira el dulce y refrescante aire de la libertad, de la claridad y de la efectividad. Aléjate de las preocupaciones y avanza con sentido positivo.
Gabriel Sandler