Ese fuego eterno que emerge de tu piel
Abrasa, incesante mi deseo.
Son mis manos, ira y mesura, plenas de necesidad
Por poseerte, orgullosa curiosidad.
Quema tu piel bajo el reflejo de la luna acusadora
Que nos vigila y acecha, intransigente y voraz.
Arde mi sexo en deseo mortal
Y desfallece hacia tu boca, en un lento caminar.
Pues sutil y pura, despiertas en mí
El sueño eterno dormido
De morir y vivir contigo.
Y en cada gota de lluvia
Bajo el sol que agobia
O en la sensual brisa de primavera
Llega a mí tu estela.
Es la fuerza del destino
Que sumiso y perverso juega con nosotros
Entre la sombra del tiempo.
Pues la distancia, se retira, asombrada y derrotada
Tras el empuje arrebatador que nos une.
Constante, enardecido, vivo pleno cada día
Con las esperanza de encontrarte
Más, despierto asustado, tembloroso y distante.
A cada paso, en cada sombra
Despierta mi espíritu tu cuerpo
Vivo en ti, sin ti muero…
Saludos
kuko