La Jiribilla entrevista a Manu Chao

inSurGente.-
Hace 17 años pisó Cuba por primera vez con la expedición Cargo Tour 92,
aunque Cuba había sido una palabra inseparable a lo largo de su vida.
Entonces se presentó en el teatro Karl Marx. Desde ese momento, como
una necesidad inquebrantable, el músico franco-español Manu Chao (en la
fotografía) regresa cada cierto tiempo a la Isla, a la misma Isla de la
que tanto le hablara desde pequeño su padre, el periodista y escritor
español Ramón Chao, y que fuera la cuna de su “primer héroe musical”:
Bola de Nieve; la tierra de un amigo siempre presente en su casa: Alejo
Carpentier, y sobre todo, el espacio de lucha de uno de sus mayores
símbolos: el Che. Hagan clic en "Leer más" para acceder al texto
íntegro de la entrevista.
La Jiribilla (Yinett Polanco y R. A. Hernández).- Hace
17 años pisó Cuba por primera vez con la expedición Cargo Tour 92,
aunque Cuba había sido una palabra inseparable a lo largo de su vida.
Entonces se presentó en el teatro Karl Marx. Desde ese momento, como
una necesidad inquebrantable, el músico franco-español Manu Chao
regresa cada cierto tiempo a la Isla, a la misma Isla de la que tanto
le hablara desde pequeño su padre, el periodista y escritor español
Ramón Chao, y que fuera la cuna de su “primer héroe musical”: Bola de
Nieve; la tierra de un amigo siempre presente en su casa: Alejo
Carpentier, y sobre todo, el espacio de lucha de uno de sus mayores
símbolos: el Che.
Precisamente para rendir homenaje al
guerrillero y líder revolucionario cubano-argentino regresó Manu Chao a
Cuba este año, con sendos conciertos en La Habana y Santa Clara.
Nacido
en París en 1961, José-Manuel Thomas Arthur Chao es uno de los músicos
progresistas más reconocido en el mundo franco e hispanoparlante. Ajeno
a los grandes circuitos mediáticos, este prolífico y políglota
cantautor emprende su música de manera crítica y comprometida con las
causas de su tiempo, a partir de textos cargados de preocupaciones
sociales y una amplísima combinación de ritmos provenientes de Europa,
América Latina y África. Sus álbumes más reconocidos Clandestino
(1998), Próxima estación esperanza (2001), Radio Bemba Sound System
(2002) Siberie m'etait contée (2004), La radiolina (2007) y Baionarena
(2009), se venden por millones de copias.
Para
el antiguo miembro de la banda Mano Negra, y desde hace varios años
líder de la Radio Bemba Sound System, con la que ofreció un memorable
concierto en la Tribuna Antimperialista de La Habana en el 2006, sus
agrupaciones más reconocidas son “dos bandas de escenario que funcionan
con la energía como primera palabra”. Pleno de emoción cuando canta lo
mismo en un gran estadio que en una esquina improvisada, pero sencillo
y más bien tímido en la vida cotidiana, Manu emprendió este viaje con
La Jiribilla durante dos días seguidos, conformando a retazos una
conversación donde nos confiesa sus visiones en torno a la música, los
deseos de estudiar Medicina en Cuba, sus reflexiones en torno a una
época inquietante y apasionante al mismo tiempo y la certeza que lo ha
acompañado en este camino “buscando un ideal”, donde más que respuestas
nos deja sus eternas interrogantes: “¿Cuándo será? ¿Cuándo será? ¿Por
dónde saldrá el sol?”.
-Estos
dos conciertos en los que has participado en Cuba han sido en homenaje
al Che. En varias ocasiones has comentado que lo conoces desde que
naciste, más allá del “líder de la izquierda mundial”, ¿qué es el Che,
en lo personal, para Manu Chao?
-Es el ejemplo de una
persona a la cual se podría describir con una frase que estaba en una
caja de Mano Negra, “entre lo dicho y lo hecho, el camino es derecho”,
o sea, actuaba siempre de acuerdo con lo que pensaba y hay poca gente
así. No lo conocí pero te da la sensación de que ponía sus actos a la
altura de sus pensamientos. He leído cosas de él. Es un símbolo súper
fuerte. En Europa siempre fue un símbolo de la juventud, la
adolescencia, en los lugares de rock, siempre estaba ahí el Che, como
un hermano más. Su alcance es mundial. Cuando fui a África, a trabajar
a Mali, a lugarcitos pequeños son ellos los que te comentan del Che
porque saben que algo tienes que ver con Latinoamérica y enseguida te
hablan de él, como diciendo, lucha pa´ nosotros.
¿Y cuando llegas a Cuba y la gente te habla no del mito, sino de la parte humana?
-La
visita al Memorial fue muy fuerte por eso, fue conmovedor ver sus
objetos, cosas que te llevan a la cotidianidad, detalles como el reloj,
el mate... Cuando estuve ante los restos, sentí mucho respeto; pero
ante la parte humana de los objetos en el Museo, me emocioné.
-Has
contado que en tu casa se escuchaba mucho Bola de Nieve y luego
llegaron los Van Van y Eliades Ochoa… además del Che y la música, ¿qué
otras razones te unen a Cuba?
-Las más fuertes son
esas. Lo que más me liga a Cuba desde mi infancia —que no lo podré
quitar nunca de mi educación— es Bola de Nieve. Tengo 48 años y para mi
vida es muy importante: ha sido su música, mi primer profesor, mi
primer héroe musical.
-Carpentier le regaló a tu padre, Ramón, el primer par de maracas que tuviste…
-Hay
un detalle de la anécdota de Carpentier sobre mí, que mi padre me contó
hace años pero no recuerdo bien, algo le dijo Carpentier a mi padre de
que yo iba a ser músico, él le avisó a la familia.
-¿Cómo calificarías la imagen que de Cuba existe en Europa?
-Hay
varios niveles: al nivel del público que viene a nuestros conciertos
hay una imagen positiva, el problema son los medios de comunicación,
donde es horrible cómo quieren describir a Cuba, no es información, no
es periodismo, es pura propaganda anticubana y ya sabes cómo son los
grandes medios neoliberales de comunicación, que a fuerza de machacar
acaban machacándote, y constantemente repiten la idea de que Cuba es
dictadura, y solo hablan mal de la Isla y nunca de sus logros que
existen, que están en la educación, en la salud, que son evidentes y
ahí ni “mu”.
Entonces,
el trabajo de cada día es desmontar esa propaganda. Por eso, en cada
entrevista allí o me llega la pregunta o la provoco, porque no es
justo, da una rabia terrible cuando ves cómo plantean los grandes
medios de comunicación que el diablo de Latinoamérica es Cuba.
Cualquier
persona que ha viajado por Cuba y otros países de la región lo sabe. Ya
lo comentaba el otro día, el infierno no lo vi en Cuba, lo vi en otros
países, vi cosas mucho más duras, violentas, inaceptables. La pelea
allí es esa, reequilibrar la información. De todos modos hay mucha
gente que manda otra información sobre Cuba, pero el problema son los
medios.
-¿En el Viejo Continente de qué modo se recibe la cultura cubana?
-Los
músicos cubanos han sido embajadores extraordinarios, aparte de la
gente que conoce más o menos a Cuba y busca siempre cosas para
informarse, muchos otros se sensibilizaron con la película del Buena
Vista Social Club, que caló fuertemente a nivel popular, en toda
Europa, hasta el último pueblito del continente. Más que la película la
música fue muy escuchada. Vas a cualquier lugarcito perdido en Francia
y cantas alguno de esos temas y las personas lo cantan contigo, es casi
parte del folclor de allí, han llegado al alma de gente de toda clase,
de cualquier edad. A raíz de eso muchos comenzaron a interesarse, a
conocer otras bandas.
-Cómo es tu relación con los cubanos cuando llegas a la Isla?
-Es
muy lindo lo que pasa con la gente, ya sea en La Habana o en El
Mejunje, donde fue verdaderamente entrañable, y las ganas ahora es
volver lo más rápidamente posible con toda la banda, porque de rumbitas
la pasamos bien y espero que a la gente le guste; pero tengo ganas de
venir con toda la banda a hacer un show de tres horas, hacer una gira
por La Habana y a otros lugares de Cuba. Me parece muy entrañable ver
muchachos que me crucé en la prueba de sonido y me dijeron que habían
recorrido cien kilómetros para venir al concierto. La verdad es que
hubo un trato muy lindo con las gentes y me dan ganas de volver con la
banda para dar más.
-Luego de haber vivido en varios lugares de América Latina, ¿no has pensado quedarte en Cuba por un tiempo?
-Siempre
me lo planteo cuando vengo aquí. Aparte de ser músico una de las cosas
que en mi vida me gustaría ser es médico, quiero aprender Medicina, y
qué mejor lugar en el mundo que Cuba para hacerlo, me lo estuve
planteando toda esta semana como opción de vida. Quiero aprender a
curar a la gente y busco profesores por el mundo, me hace falta un poco
de tiempo pero un día voy a tomar esa determinación. Toda esta semana
he estado pensando qué mejor lugar en el mundo para encontrar esos
profesores que en Cuba, donde además puedo encontrar los mejores
profesores de música, todo cubano es un profesor de música.
-Imagina que en unos años alguien entre a tu consulta y te diga: pero si yo tengo todos tus discos…
-Creo
que nunca curaré en un consultorio, seguiré caminando por ahí y a donde
llegue trataré a la gente. Pero no me veo en un consultorio, me veo
caminando con la guitarrita y con sabiduría de curandero, qué mejor
regalo para hacerle a una persona que curarlo de alguna molestia… es
apasionante. Poquito a poco aprendo algunas cosas, sé aliviar algunas
penas, pero me falta mucho camino.
Eso
es lo que me falta con Cuba, siempre vengo a hacer conciertos, a pasar
una semana pero me gustaría quedarme más tiempo, digamos seis meses
para entenderla mejor, más profundamente, pero aún hay tiempo para eso.
-En
este viaje te acompañó Jacek Wozniak, pintor con el cual has trabajado
por mucho tiempo, o sea, que no solo se dan los conciertos, sino
también las artes plásticas homenajean al Che…
-Al
principio cuando Jorge, mi representante, me habló de venir aquí estos
días no nos hablaba de conciertos. Yo estaba con Wozniak y lo primero
que pensamos fue: vamos allí y pintamos un cuadro, porque tenemos una
expo juntos. Wozniak viene mucho a pintar a mi casa porque vivo en un
taller donde hay mucho espacio, y el primer trabajo que hicimos juntos
fue el libro Siberie m'etait contée.
Tenía
en ese entonces muchos textos abandonados hacía años, escritos de
juventud en francés, que para mí eran canciones fallidas. Un día él
llegó al estudio, empezó a leer todo eso y me preguntó si se lo podía
llevar a su casa y volvió a la semana con cada texto acompañado de un
dibujo. Entonces todos esos textos que yo pensaba que no funcionaban,
de pronto con esos dibujos me funcionaron y decidimos hacer ese libro
donde él pintó sobre mis textos y aprendimos un oficio, porque fue un
año de trabajo en el cual aprendimos a hacer un libro, lo hicimos todo
nosotros: escribir, pintar, maquetar, ir a buscar el papel, ir a la
fábrica, fue lindo.
Luego
continuó viniendo a pintar a mi casa, y un día me plantó un cuchillo en
el alma cuando me dijo: “ahora tienes que escribir sobre mis cuadros”.
Dije que no por muchos meses porque una cosa es trabajar en Photoshop,
donde si no sirve lo borras y no pasa nada, y otra es escribir en un
cuadro donde no lo puedes borrar. Yo no tengo ninguna técnica, pero
tanto insistió que un día me lancé a graffitear un cuadro de él y ahí
empezó la expo que tenemos ahora que se llama Manwoz, de Manu y
Wozniak, que se ha exhibido en bibliotecas, en lugares abiertos para
que lo pueda ver el pueblo, espero que podamos traerla aquí un día,
sería un sueño.
-Una de las características que más te señalan es la energía que despliegas encima del escenario…
-De
adolescente era más observador, las fiestas las montaban los colegas, a
mí nunca me gustó ser el centro de atención, siempre estaba en el
rincón más oscuro observando y pensando: por favor que nadie me saque a
bailar. Ahora llego a los lugares y todo el mundo me mira, me he
acostumbrado pero no es natural para mí. Antes de los conciertos me
cuesta, esté donde esté, nunca se me ha quitado, ahora mismo no me
siento bien, estoy nervioso, inquieto. Daría todo el oro del mundo para
cambiar todo, y el plan para esta noche fuera irse al río a pescar,
pero luego empieza el show y al segundo de subirme al escenario me
siento feliz y después del show ultrafeliz.
Todo
lo bonito del show lo pago antes, todo se paga en la vida. Intento usar
técnicas para aceptarlo, para estar tranquilo, para tomar fuerzas, me
cuesta ser sociable una hora antes del concierto, me repito una y otra
vez: “la vergüenza no mata”. Hay mucha gente que cuando me ve en la
calle tranquilo antes del show y luego me ve en el show no me reconoce,
dicen: no es la misma persona; sí es la misma persona pero en momentos
diferentes. El primer paso que doy en el escenario se convierte en
adrenalina. Mi teoría es que toda esa energía que tengo en el palco
viene de mi miedo a subirme en él.
-Hacer canciones es un modo de “descargar” tu “rabia” cuando ves algo que no te gusta…
-Siempre,
son mi pequeña terapia personal. Escribes más cuando ves cosas que no
te agradan, no sé si será egoísmo, pero en mis momenticos felices no me
dan deseos de escribir, lo vivo y punto. Cuando algo me vuelve infeliz
o me da rabia, por como funciona el mundo, necesito escribirlo,
sacarlo, ha sido mi salvavidas toda la vida.
-¿También escribes cuando algo te conmueve?
-Sí,
pero más cuando me conmueve algo que podría ser mejor, escribo más ante
una injusticia que cuando me conmueve un amor, por ejemplo. Tengo
canciones de amor, pero son canciones de desamor, “La despedida” es una
canción de amor fallido, escribí esa canción cuando me curé de la
separación con esa chica. Cuando estábamos los dos juntos y felices no
me salió ninguna canción. También es bueno que salga de la alegría, hay
artistas que trabajan la alegría, expresarla, y nosotros también de
cierto modo, no en la letra, sino más bien en la música. La letra es
más triste y mezclamos los dos, de ahí viene “malegría”, esa letra un
poco triste que está en mis canciones y la alegría de la música en la
cual las envolvemos.
-Está previsto lanzar en noviembre el CD/DVD en vivo Baioanera, ¿cuáles son los proyectos para esta presentación?
-Nosotros
siempre planificamos a corto plazo, para este año sí se sabe que iremos
a Argentina y Chile en noviembre. Ahora salió un CD en vivo de un
concierto que se hizo en Francia en Bayona. La banda está saludable,
ahora volvimos de una gira por Francia de un mes, todo septiembre, fue
full power, el público extraordinario, una banda donde cantamos como
una piña, hay mucha amistad y muchos años juntos así que está la banda
muy sólida, estoy muy feliz.
-Has
conformado varias proyectos musicales, los más reconocidos han sido
Mano Negra, después Radio Bemba y ahora de nuevo Radio Bemba Sound
System. ¿Cuáles son los puntos en común y las diferencias entre ellos?
-La
diferencia radica en las distintas gentes que ha estado en cada banda.
La similitud radica en la energía. Son dos bandas de escenario que
funcionan con la energía como primera palabra.
-Tus músicos…
-Son
mi familia, tenemos una relación extraordinaria entre nosotros de
confianza. Cada uno conoce perfectamente lo que sabe hacer y tiene
mucha confianza en el otro, somos una piña, es una suerte inmensa, no
es solo suerte porque se trabajó esa banda, son años, no es una banda
que se montó así nada más, se fue curtiendo con los años. Para nada se
montó con los mejores músicos que había en el panorama musical de
cierta época. Primero la amistad, y luego la sabiduría musical o el
amigo ya la tiene, o le damos la posibilidad de aprenderlo con
nosotros. Radio Bemba es una banda que se presenta por allí y por allá,
pero considero también que es y fue para bastante gente una escuela de
música. Ese es mi orgullo, hay gente que pasó dos o tres años y luego
con lo que aprendió allí se fue a montar su propia banda, y ese es mi
orgullo.
-En estos conciertos estás acompañado por músicos nuevos, integrantes del grupo español Festicultores.
-Nunca
habíamos tocado juntos. Los había visto tocar en festivales por ahí,
cuando vine a tocar sabía que no habría ningún problema musical, hay
plena confianza, me encanta cuando es así, cuando las cosas salen
natural, es que la cosa va sana, la energía está limpia.
-Discos en preparación…
-Están
terminados dos que ya han salido, uno que se grabó con una radio
asociativa de Argentina, La Colifata, que transmite desde un hospital
psiquiátrico y la llevan los pacientes del hospital. Ese salió solo en
Internet en una página que se llama vivalacolifata.org y la gente puede
bajar de allí gratuitamente por voluntad de los colifatos. Además fui a
Mali, donde yo había producido un disco de una pareja que son dos
artistas que son pareja, son ciegos. Les hice el disco hace cuatro años
y ya el barrio donde viven es como mi casa. Acabé de producir el disco
del hijo, se llama Sam, su banda se llama SMOD, y que saldrá
próximamente. Tengo miles de canciones escritas por el camino, y tengo
que grabar en algún lugar porque por ahora no paro de viajar. Tengo
muchas ganas de grabar lo que estamos tocando estos días.
Este
viaje a Cuba solo vinimos Madjid y yo, y tocamos las canciones de
cantina y rumbitas que solemos tocar cuando estamos los dos. Tenemos
una banda que llamamos Los Musicarios, los asesinos de rumba, lo peor
de la rumba somos nosotros, y esos temas son los que nos gustaría
grabar próximamente.
-¿Es cierto que cuando viajas grabas los sonidos que te impresionan para mezclar luego con tu música?
-Lo
hice mucho, sobre todo esa época de preparación de Clandestinos, todos
esos años que viajé por Latinoamérica, con el rumbo un poco perdido, no
sabía muy bien lo que iba a hacer de mi vida, sinceramente no pensaba
grabar otro disco, entonces grababa sonidos para mí, para escuchar y
para poner una vocecita, una guitarra, era más terapia personal que un
trabajo para que lo llegaran a escuchar otras gentes. Me pasé mucho
tiempo así grabando sonidos, ambientes, y lo sigo haciendo porque
siempre es apasionante grabar una canción de este modo porque cuando lo
metes dentro de un ambiente toma mucho cuerpo.
-Durante un tiempo hiciste cine de manera estable.
-Me
encanta filmar y editar. Es como la música, una pasión muy tiránica
porque te coge 24 horas al día los siete días de la semana. Es un poco
obsesivo, como cuando estás grabando un disco. Me apasiona, pero me
retiré un poco porque llegó un momento cuando me di cuenta de que ya ni
agarraba la guitarra y volví a lo mío. Sin embargo, me encanta hacerlo,
tengo muchos guiones escritos, me gusta grabar con la cámara y editar
después. Ahora es fácil comparado con unos años atrás, hoy en día con
un pequeño aparato que puedes llevar en la bolsa lo puedes hacer todo.
Con lo que tengo encima puedo grabar una película, hacer mi próximo
disco, hacerlo todo y eso te da mucha libertad. Mi problema es que no
hay bastantes horas en el día. Entonces me comparto entre la música y
la imagen, pero últimamente tirando más hacia la música.
-¿Cuánto
le han aportado a la música estas otras miradas del hombre de cine, del
hombre que también se interesa por las artes plásticas?
-Siempre
aporta mucho, muchas canciones mías han nacido de estar editando
imágenes porque en ellas hay ambientes de sonido, a veces hay imágenes
mías y de Madjid cantando a las 6 de la mañana, eso te da la idea para
una canción, le añades una guitarra, lo regrabas y de ahí nace un tema.
Muchas canciones mías nacieron de estar editando “pelis”, creo que va
todo junto en cualquier arte que practiques o más que arte diría
pasión, nutre todas las otras, no es algo hermético.
-¿Cómo concibes la cultura?
-Para
mí la cultura es sabiduría de la que ya existe y luego libertad. Creo
que es bueno impregnarse de la cultura a tu alrededor en cualquier país
donde estés, para entenderla, y practicarla de cierto modo. Luego viene
la libertad, creo que cultura es libertad, la creación es libertad. No
se debe estar pensando esto no se hace así, o una cumbia, una rumba o
un reggae se graban de este modo, hay que romper los moldes, un pelín
de irreverencia siempre viene bien.
-¿Qué es para Manu Chao la irreverencia, cuánto de bien o mal le haría al mundo un poco de ella?
-Es
un arte difícil. Irreverencia, pero siempre con un cierto respeto. En
el mundo cultural, a muchos lugares donde voy no le haría mal un poco,
muchas gentes trabajan con moldes preestablecidos, y los artistas que a
mí me apasionan y me traen frescura siempre son un poco irreverentes.
Está bien escuchar o ver lo que no te esperas. Está muy bien asimilar
lo que se está haciendo alrededor tuyo, me parece como la base
“educativa”, pero luego hay que transgredir un poco.
-Hace
tres años en el concierto que diste en la Tribuna Antimperialista
exclamaste: “¡George Bush es el hombre más peligroso del mundo para el
futuro de todos nosotros y de nuestros hijos!”, hoy cuando ya no está
Bush en la Casa Blanca, ¿de qué modo crees que pueda seguir cambiando
el mundo?
-Con que Bush se haya ido, pase lo que pase
es positivo, porque peor era difícil. Hay que ver porque todos los
equilibrios mundiales están mudando muy rápido, es una época
inquietante y al mismo tiempo apasionante, no hay certeza de nada, el
mundo de mañana se está dibujando hoy. Está cambiando muy rápido el
mundo económico, tecnológico. Desgraciadamente lo que no consigue mudar
muy rápido es el mundo de las relaciones humanas, pero cada día más
gente se está dando cuenta de que el sistema capitalista —que
finalmente es quien rige el mundo— está llegando al fin o nos está
llevando a todos a un suicidio colectivo. Ahora hay muchos más
conscientes de que si el mundo capitalista sigue como va, es el fin del
planeta, entonces más personas intentan mudar su día a día y vivir de
una manera más acorde con las leyes de la naturaleza y la esperanza
está por ahí.
-Luego de recorrer muchos rincones de Latinoamérica, ¿cómo valorarías el panorama de transformaciones en el continente?
-Si
comparamos Latinoamérica con Europa que cada día se hace más
reaccionaria, lo que está pasando en Latinoamérica en términos
generales es bastante positivo, faltan muchos logros aún pero la
situación estaba terriblemente crítica y eso no se va a arreglar en
cinco o seis años, es un proceso de 15 ó 20 años pero que está llevando
su caminito, país por país de maneras diferentes, pero evidentemente en
Latinoamérica hay un laboratorio esperanzador para buscar una sociedad
más justa, lo que en Europa no es el caso hoy en día.
-¿Sigues teniendo confianza en el futuro?
-El
futuro va a pasar por crisis fuertes, el futuro está nublado a medio
plazo. Va a ser difícil porque van a ocurrir cambios necesarios, la
hegemonía de EE.UU. va a acabar, la emergencia de China es algo
imparable, están saliendo nuevos equilibrios mundiales. Es muy difícil
prever lo que va a pasar porque estamos en un período de cambio súper
fuerte; pero a largo plazo el sueño, y la lucha de cada día, es que
aparezca el sol.