¡¡Hasta siempre Comandante!!
Cada día más convencido estoy de que este personaje de español ¡ná de náaaa! Y no es que me importe, al contrario pero es que en cada mensaje deja más señales que me recuerdan a un cierto Renegado y eso si que me "hode". Ser un esbirro, pasa, ser un vendido al imperio, pasa, ser un pobre diablo que no sabe donde tiene el Norte, no es que pase, es que me da pena, lo que no soporto es al mentiroso.
A ver si me centro sobre lo importante. Me reafirmo de pe a pá en mi mensaje:
Parece que la pregunta del Alias Ignacional ha suscitado bastantes respuestas. Sin embargo a la pregunta concreta, nadie ha respondido; si se me permite…
Quiero decir que NADIE es imprescindible; ni Chávez, ni Fidel, ni Evo ni nadie que en este momento le venga a la mente a quien esté leyendo este mensaje.
Me remito a una respuesta del Comandante Fidel Castro a un periodista español en los tiempos en que Fidel era un joven revolucionario que venía de triunfar con la revolución de los barbudos en Cuba.
El periodista le comento algo que se decía continuamente por estas tierras, y era, en España hacía falta un Fidel, a lo que comento el Comandante; a España no le hace falta un Fidel por el hecho de ser Fidel, la revolución cubana triunfó porque se dieron las condiciones precisas. En Cuba ha habido muchos Fidel, pero solo uno en un momento preciso de la historia.
Recuerdo la visita que hizo a Chile poco antes del golpe militar contra el pueblo chileno, cuando estudiantes le dijeron que había que exportar la revolución cubana a Chile, también respondió que las revoluciones no se exportan. Las revoluciones las hacen los pueblos.
Esta es mi opinión al respecto en cuanto a la “imprescindibilidad” de las personas, dicho esto me reafirmo en mi escrito anterior en el panel ENTRE “LIBERALES” VA LA COSA en cuanto a que los revolucionarios llevaremos la revolución adelante, y esta empieza en la sublevación de los gladiadores en la antigua Roma, sigue en la Comuna de Paris en el glorioso Octubre en Rusia y llega a nuestros días con una gloriosa América latina que empieza a levantarse guiados por el faro cubano, pasando por episodios más o menos importantes a lo largo de la historia. Solo ALGO es imprescindible; el deseo de libertad e igualdad en el ser humano y luchar por el. El resto viene por sí solo.
Otro episodio en el que quiero dejar mi opinión es el del vergonzoso ¿Por qué no te callas? Si alguna vez he deseado que la tierra se me trague fue ese día, y no por las palabras babosas del Borbón, personaje impuesto por el dictador como su sucesor y habría que agradecer a ETA que “subiera a los cielos” a Carrero Blanco pues el dictador, no fiándose de su aprendiz, le había designado primer ministro.
Y vuelvo a repetir “EL BORBÓN, FUE DESIGNADO por el asesino y sátrapa Franco, aunque después en un paripé por aquellos que debían velar por los intereses de España, ratificaron a éste como monarca, saltándose la designación jerárquica, ya que en todo caso, correspondía a don Juan, su padre, el trono y no a Juan Carlos. Y me sentí mal, por que como bien dice el Gran Papiyo, el que sí representaba a los españoles allí, pues es electo, era José Luis Rodríguez Zapatero, un supuesto socialista que en lugar de solidarizarse en las manifestaciones con Chávez, tomo la defensa del aprendiz de Fürer , el tristemente famoso Asnar del trió de las Azores.
En cuanto al hecho en sí, el borbon venia tocado del ala con una conversación con Ortega y solo le faltaba que “un indio” acusara a un “español” de fascista, era demasiado para sus oídos.
Y lo cierto es que debe de serle muy molesto a él que se cree aun el monarca de Iberoamérica, que alguien muy por encima de el ya que sí representa a su pueblo, pueda hablarle de tú.
Por cierto, los hidalgos tuvieron en su época el beneplácito del pueblo llano porque salían de él, pero eran sencillamente la clase pobre de los llamados “nobles”. Para mí no merecen más simpatía que la “nobleza” pura y dura o sea, ninguna.
Sabiendo como se las gastan los esbirros, uno debe medir las palabras, no sea cosa que los reemplazantes de la político social, llamen a la puerta o interpretando la Ley Corcuera, me derriben la puerta de una patada y aunque no sea el caso, a eso se le llama vivir bajo el temor ¿Terror? En esta España que se pretende democrática, hay que medir sus palabras, mal que pese reconocer a los fascistas ocultos y arropados en el PP y apoyados por el PPSOE. Es lo que dijo Santiago Carrillo en Mérida “en el franquismo, existía la censura posterior; hoy impera la previa”
Pero no voy a dedicarle más atención a palabras necias. Sí a los hachos.
Un personaje que pretende corregir a los demás en sus escritos, debería ser más cuidadoso en los suyos. Ya que sigue escribiendo igual, no sé si aun tildándose de médico, no sabe escribir, o es que se pone tan nervioso ¿estresado? que no acierta a teclear las teclas, por eso espero que no siga en su necedad de corregir lo que moralmente no puede y después de todo ¿Por qué regla de tres uno no puede decir ¡¡Por güevos, aunque sean güeros? si le apetece!!.
Se salta a la torera lo de la momia andaluza que “predilectada” por un ex dirigente de la UGT, que dejó el cargo para presidir Andalucía, no le preocupa que esta individua siga en libertad después de saltarse a la torera las leyes laborales. No le preocupa que tal “personaja” sea homenajeada por instancias oficiales. Claro que como el es facha ¿Qué le va a importar? dirá que es cosa de los socialistas
Y volviendo a la palabra de Evo o del benjamín de los busch. El error no fue de ninguno de los dos, es sencillamente de la utilización de la palabra REPÚBLICA, República significa ni más ni menos que “la cosa pública o sea, del conjunto del Estado” y esto alguien con un poco de cultura debería saberlo y no dedicarse (posiblemente por ignorancia, o por temor a ella) a ridiculizar a quienes legítimamente la emplean. Cuando la Reina Isabel la Católica expulsa a los judíos, lo hace de la República, estado en la cual se aposentan los diferentes reinos de aquella época.
¡¡Y que cierto es que los ajos pican!!
Cuba si Cuba si
Cuba si yanquis NO
¡¡Saludos revolucionarios!!
Quico,
un malaco en la diáspora