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General: Una bandera que no está a la venta, ni nunca lo estará.
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De: Matilda (Mensaje original) |
Enviado: 05/01/2010 17:28 |
Una bandera que no está a la venta y nunca lo estará
«Era
mi destino traer esta bandera hasta aquí» —expresó Houston Touceda—.
«Sé que es pequeña, pero también sé cuánto valor encierra». «Cuba no se
vende».
EUSEBIO LEAL Y EL SEÑOR ENRIQUE HOUSTON TOUCEDA JUNTO A LA HISTÓRICA BANDERA CUBANA
La
Sala de las Banderas del Museo de la Ciudad, recibió una importante
contribución destinada a la notable colección de insignias
independentistas cubanas, custodiada por la Oficina del Historiador de
la Ciudad de La Habana. Al patrimonio de la nación ha sido devuelta
en comprometido y generoso gesto, la bandera conservada celosamente por
el insigne patriota Juan Manuel Macías, amigo y fiel colaborador del ex
general del ejército español, el venezolano Narciso López, a quien
acompañó desde tierras norteamericanas en la expedición del vapor
Creole, cuyo desembarco fallido se produjo el 19 de mayo de 1850 por la
ciudad matancera de Cárdenas. Entonces, al retirarse el contingente
ante el fracaso de su empeño, Macías recibió una bandera cubana de
manos de otro integrante de la expedición, el coronel O Hara, del
regimiento Kentucky. Con esa insignia regresó a los Estados Unidos de
Norteamérica, y esta fue legada a la familia Touceda por espacio de 159
años, debido al vínculo matrimonial contraído entre la hija del coronel
Macías, Alicia Macías y Brown y Antonio Touceda. En ceremonia
oficial, donde estuvieron presentes Ricardo Alarcón, presidente de la
Asamblea Nacional, en representación del Presidente de los Consejos de
Estado y de Ministros, General de Ejército Raúl Castro Ruz; Homero
Acosta, secretario del Consejo de Estado; Miguel Barnet, presidente de
la Unión de Escritores y Artistas de Cuba; Eduardo Torres-Cuevas,
director de la Biblioteca Nacional; Margarita Ruiz, directora del
Consejo Nacional de Patrimonio, entre otras personalidades, el
Historiador de la Ciudad de La Habana, Eusebio Leal Spengler, recibió
la enseña nacional que trajeron a Cuba, desde Estados Unidos, el señor
Enrique Arturo Antonio Houston Touceda y su esposa Patricia. En sus
palabras, Leal agradeció tan noble gesto: "Sin duda alguna asistimos
hoy a un acto de gran relevancia histórica por el cual regresa a Cuba
uno de sus símbolos más preciosos. En esta sala arde una llama eterna
en memoria a todos los sacrificios y sufrimientos que el pueblo cubano
pagó por su independencia absoluta". El Historiador evocó aquel
día de junio de 1849, en la ciudad de Nueva York, cuando un grupo de
personalidades se reunieron en un acto trascendental: el ex general
Narciso López; su secretario personal, el literato y notabilísimo
escritor cubano Cirilo Villaverde; el esclarecido poeta Miguel Teurbe
Tolón y su esposa Emilia; y también Juan Manuel Macías, edecán del
general López. "Se cuenta, y así ha quedado el testimonio escrito
de Cirilo Villaverde, que el general trazó sobre un papel en blanco el
diseño de lo que sería la bandera nacional de los cubanos.
Necesariamente esta hacía referencia a dos grandes acontecimientos
políticos e históricos de su tiempo: la guerra de independencia de los
Estados Unidos que hizo nacer su propia bandera y la de Francia; la
Francia insurgente de 1789 y el sentido de aquellos tres colores: rojo,
azul y blanco", aseveró el Historiador. Leal concluyó sus palabras
agradeciendo profundamente al Presidente de la República, "el General
Presidente Raúl Castro Ruz, por la designación recaída en el Presidente
de la Asamblea Nacional del Poder Popular para representarle este día;
a todos los amigos de Cuba que intervinieron en este gesto; a la
Doctora Teresa Sánchez, la jueza de California que con entrañable
afecto nos visitó con este objetivo; a nuestro Ministerio de Relaciones
Exteriores y a todos aquellos que han puesto su mano en tan noble
proyecto". Con la misma devoción, depositó una ofrenda floral a la
memoria de Juan Manuel Macías, y de todos aquellos que lucharon por la
libertad de Cuba. Por su parte, el señor Enrique Houston Touceda
reconoció la calidez con que fue recibido en nuestro país y declaró que
por encima de cualquier interés comercial, pesó en él y su familia la
certeza de que esta bandera le pertenece por derecho al pueblo de Cuba;
un pueblo que no está a la venta, ni nunca lo estará. Don Antonio
reverenció a la figura de Céspedes y a todos aquellos que decidieron
alzarse en armas por la independencia de Cuba. Para él, evocarlos "es
venerar un ayer glorioso: todos debemos ser guardianes del pasado para
saber cómo debemos contemplar el futuro". Con esta sentencia
concluía: "Mi corazón está lleno de agradecimiento por haber venido
aquí. Sé que este estandarte es pequeño, pero el corazón y la fuerza
detrás de él es grande". Este histórico y sagrado símbolo, para
suerte de los cubanos, permanece ya junto a la bandera denominada
Primus in Cuba — presentada por primera vez en Nueva York y donada al
presidente Mario García Menocal en 1916 por Doña Alicia Macías de
Touceda — y la enarbolada por Carlos Manuel de Céspedes, el 10 de
octubre de 1868, al iniciar las luchas por la independencia de nuestra
Isla. La bandera cubana, declarada oficial en 1869 por la Asamblea
Constituyente de Guáimaro, coincide con el diseño de esta que hoy
ingresa legalmente al Patrimonio Nacional de la República de Cuba. Las
dos enseñas que el coronel Macías y su familia guardaron celosamente
serán custodiadas para siempre por el pueblo al cual pertenecen. Con
sus dos franjas blancas, tres azules, el triángulo rojo y la estrella
solitaria, constituyen símbolos sagrados de los sueños independentistas
de incontables patriotas cubanos.
:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
Donan bandera cubana perteneciente a colaborador de Narciso López
«Era
mi destino traer esta bandera hasta aquí» —expresó Houston Touceda—.
«Sé que es pequeña, pero también sé cuánto valor encierra». Y, al
ratificar que cumplía un deber, concluyó emotivamente: «Cuba no se
vende».
De acto de gran relevancia
histórica calificó hoy el Historiador de la Ciudad de La Habana,
Eusebio Leal Spengler, el recibimiento de una bandera cubana que
perteneciera a Juan Manuel Macías, uno de los colaboradores más
allegados del General Narciso López. Para entregarla al Museo de la
Ciudad, viajó a Cuba el nieto de Macías, Enrique Antonio Houston
Touceda, quien expresó: «mi abuelo siempre deseó que la enseña nacional
retornara a manos de su verdadero dueño: el pueblo de Cuba». En
presencia del presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular,
Ricardo Alarcón de Quesada, se efectuó la solemne ceremonia en la Sala
de las Banderas, donde se conserva la denominada Primus in Cuba, donada
en 1916 al gobierno cubano por Doña Alicia Macías de Touceda, también
descendiente del patriota. A esa enseña de gran tamaño —que fue
presentada por vez primera en Nueva York, poco después de su creación
en 1849— se une ahora el pequeño estandarte, tan significativo como la
anterior por constituir otro ejemplar único que la familia de Macías
conservó de generación en generación durante 159 años. «Era mi
destino traer esta bandera hasta aquí» —expresó Houston Touceda—. «Sé
que es pequeña, pero también sé cuánto valor encierra». Y, al ratificar
que cumplía un deber, concluyó emotivamente: «Cuba no se vende». Tras
agradecer la presencia de Alarcón quien —aseguró Leal— asistió en
representación del General Presidente, Raúl Castro Ruz, el Historiador
de la Ciudad dijo que «con este acto se cierra un capítulo hasta hoy
inconcluso de la historia del patrimonio nacional de la Isla». Junto
a otros patriotas, como Miguel de Teurbe Colón y Cirilo Villaverde,
Juan Manuel Macías participó en la ya mencionada reunión en Nueva York,
donde fueron definidos el diseño y los colores de la actual insignia
nacional. Luego, acompañó al General López en la fallida expedición del
buque Creole, que desembarcó en la ciudad de Cárdenas el 19 de mayo de
1850. Aquí ondearía por primera vez la bandera de la estrella
solitaria. Consta que, al retirarse el contingente, ante el fracaso
de su empeño, Macías recibió una réplica de la bandera cubana de manos
del Coronel O´Hara, del regimiento Kentucky —que integraba la
expedición—, con cuya insignia regresó a Estados Unidos. Es éste
ejemplar el que acaba de engrosar el patrimonio nacional. En la Sala
de las Banderas del Museo de la Ciudad también se conserva la
enarbolada por Carlos Manuel de Céspedes, el 10 de octubre de 1868, al
proclamar la Independencia de Cuba y dar la libertad a sus esclavos en
el ingenio La Demajagua. Sin embargo, la bandera de Narciso López
fue elegida enseña nacional por los representantes de la República en
Armas en la Asamblea de Guáimaro (1869). Entonces se decidió que la
creada por Céspedes se fijara también en sus sesiones. Ello se cumple
actualmente en las reuniones de la Asamblea del Poder Popular.
Redacción Opus Habana
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