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General: El diario New York Times confirma que seis millones de estadounidenses viven gra
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De: Matilda (Mensaje original) |
Enviado: 11/01/2010 15:36 |
El diario New York Times confirma que seis millones de estadounidenses viven gracias a los bonos de comida
InSurgente.- Según un análisis de los datos estatales realizado por el diario New York Times,
unos seis millones de estadounidenses (una de cada 50 personas en
Estados Unidos) viven únicamente de los 100 o 200 dólares mensuales en
bonos de comida. Según informa este periódico, la cantidad de personas
en paro y que no reciben ingresos económicos (ni prestaciones sociales,
ni seguro de paro, pensiones, ayuda por hijos o paga por enfermedad) se
ha disparado un 50% en los dos últimos años a medida que la recesión
aumentaba.
Según este artículo del 3 de enero, en
los dos últimos años el número de persona sin ingresos se ha triplicado
en Nevada, duplicado en Florida y Nueva York, y aumentado casi un 90%
en Minnesota y Utah. En el condado de Wayne, Michigan (que incluye
Detroit, donde la mitad de la población está en paro o subempleada) uno
de cada 25 residentes afirma tener ingresos sólo en bonos de comida. En
Yakima County, Washington, la cifra es uno de cada 17 residentes.
Estas
cifras revelan la vasta escala del sufrimiento humano en Estados Unidos
mientras empieza la nueva década y señalan la falacia de hablar de
“recuperación” económica. Los seis millones de personas en hogares que
carecen de ingresos (que incluyen a 1.2 millones de niños) equivalen a
toda la población de Indiana o Massachusetts, o a la suma de las
poblaciones de Los Angeles, Filadelfia y Boston. Esta catástrofe
social pone de relieve la indiferencia de la administración Obama, que
no ha hecho prácticamente nada para proporcionar ayuda a aquellas
personas que han perdido sus empleos, hogares y medios de vida, a pesar
de que no escatima gastos para apuntalar a la elite financiera y
financiar sus actuales guerras.
La cantidad de personas que
carecen de ingresos ha estado ascendiendo desde 1996, cuando el
presidente demócrata Bill Clinton y el Congreso republicano pusieron
fin a la asistencia social como un derecho universal, un estatuto del
que el programa de ayuda federal había disfrutado desde su inicio en la
década de 1930. Prometiendo el “final del ciclo de dependencia”,
demócratas y republicanos impusieron los limites de la duración de una
vida a los beneficios, redujeron drásticamente la cuantía de las ayudas
e impusieron restrictivas “condiciones laborales” y otros requisitos
para conceder más ayudas.
A pesar de la creciente necesidad de
ayuda Obama se ha opuesto a toda financiación adicional para lo que
queda del programa de asistencia social, llamado Ayuda Temporal para
Familias Necesitadas. El Times informó que desde su momento de auge, las personas inscritas en la asistencia social han descendido casi un 75%.
“Muchas
de las personas que en las pasadas recesiones recibieron ayuda en
efectivo ahora no la reciben”, informó a World Socialist Web Site Judy
Putnam, portavoz de la Liga de Michigan para los Servicios Humanos.
“Sólo un tercio de los niños del Estado que viven en la pobreza reciben
ayuda en efectivo en comparación con los dos tercios de antes de la
‘reforma de la asistencia social’ en 1996. Los habitantes de Michigan
son muy dependientes de los bonos de comida”.
Con unas ayudas
a los parados que sólo abarcan a la mitad de las personas en paro, los
bonos de comida (que proporcionan una media de 1 dólar por comida por
persona o unos 100 dólares por persona al mes para individuos o
familias que ganan hasta el 130% del umbral oficial de pobreza) se han
convertido en una red de salvación de último recurso. Una cifra récord
de 36 millones de personas (una de cada ocho adultos y uno de cada
cuatro niños) depende ahora del programa de bonos de comida. El
Programa conjunto federal-estatal de Asistencia a la Nutrición
Suplementaria (SNAP, en sus siglas en inglés) se está ampliando
actualmente a 20.000 personas al día, pero se calcula que todavía
abarca solamente a dos tercios de las personas que deberían recibirlo.
Un estudio anterior del Times
mostraba que había más de 200 condados estadounidenses en los que el
uso de bonos de comida se disparó en al menos dos terceras partes,
incluyendo en el Condado de Riverside, California, la mayor parte del
gran Phoenix y Las Vegas, un anillo de los barrios de las afueras de
Atlanta y un tramo de 150 millas al sudoeste de Florida desde Bradenton
hasta los Everglades. El estudio descubrió que hay más de 800 condados
en los que los bonos de comida alimentan a una tercera parte del total
de los niños.
A finales del año pasado varios investigadores
de la Universidad Washington de St. Louis publicaron un estudio en el
que demostraban que el 50% de todos los niños y el 90% de los niños
afroamericanos recibirán bonos de comida en algún momento de su vida
antes de cumplir 20 años. “Para muchos niños estadounidenses los años
de infancia en vez de ser una época de seguridad son una época de
confusión económica, de riesgos y de momentos difíciles”, afirmó Mark
Rank, médico y uno de los autores del informe.
El informe del Times
del 3 de enero se centraba en Florida, donde el número de personas que
no tienen más ingresos que los bonos de comida se ha duplicado en dos
años y más que triplicado a lo largo de la costa sudeste, donde el boom
inmobiliario se convirtió en un desbarajuste de casas embargadas y
abandonadas. Según datos estatales, las personas sin ingresos fueron
divididas entre familias con niños e individuos. Entre los afectados
también había mezcla racial (aproximadamente un 42% blancos, 32% negros
y 22% latinos), en la que los blancos eran el segmento que crecía más
rápidamente durante la recesión.
Esta caída en la indigencia ha afectado a amplias capas de la población. El artículo del Times
cita a una madre de mediana edad de dos niños, Isabel Bermudez, que se
trasladó desde un proyecto de viviendas en Bronx a vender casas en
Florida. Llegó a tener unos ingresos con seis cifras, una casa con
piscina e inversiones; perdió su empleo, su casa y se quedó sin
subsidio de paro. Los únicos ingresos de Isabel Bermudez ahora son 320
dólares al mes en bonos de comida. “Pasé de ganar 180.000 dólares a
depender de los bonos de comida”, declaró al periódico y añadió que sin
ese programa no podría alimentar a sus hijos.
El aumento de la
dependencia de exiguas prestaciones de bonos de comida expone la
ausencia de algo que se pueda llamar con propiedad una red de seguridad
social en Estados Unidos. La situación no hará sino empeorar ya que
tanto demócratas como republicanos se preparan para rebajar
drásticamente lo que queda de programas financiados con dinero público
para pagar el multitrillonario rescate de Wall Street y la expansión de
las acciones militares estadounidenses por todo el mundo.
El
tema del Discurso sobre el Estado de la Unión de Obama (que se espera
para principios del mes próximo) será la reducción del déficit a largo
plazo y una mayor demanda al pueblo estadounidense de que reduzca su
consumo. La Casa Blanca está respaldando una comisión bipartita para
recomendar recortes fundamentales de los programas sociales básicos
junto con tasas regresivas al consumo, y el director de presupuesto de
Obama, Peter Orszag, ha afirmado que la administración tomará medidas
para reducir el déficit en su próximo presupuesto que se presentará en
febrero. Estas acciones arrojaran a la pobreza a millones de personas
más.
La crisis social a la que se enfrenta la clase
trabajadora (graves niveles de paro, desahucios, aumento del hambre, de
la pobreza y de las personas sin hogar) es la expresión más gráfica del
fracaso del capitalismo, un sistema económico que beneficia a unos
pocos ricos a expensas de la vasta mayoría de la población.
En
medio de este empeoramiento de la situación para la clase trabajadora
se ha informado la semana pasada de que los tres bancos principales
(Goldman Sachs, JPMorgan Chase y Morgan Stanley) recibirán decenas de
miles de millones de dinero público con el Programa de Ayuda a Activos
con Problemas, que entregará 49.500 millones de dólares en bonos de
dinero y asignaciones de bonos. En total se calcula que los bancos
estadounidenses contarán con 200.000 millones en compensaciones
totales.
La administración Obama continúa y está acelerando la
transferencia de riqueza desde la clase trabajadora a aquellas personas
responsables de haber precipitado el peor colapso económico desde la
Gran Depresión.
Casi un año después de su toma de posesión el
presidente Obama ha demostrado que no es más que una herramienta de la
oligarquía financiera. El propio futuro de la clase trabajadora depende
del desarrollo de un movimiento socialista de masas contra esta
administración, los dos partidos de los grandes negocios y el sistema
del beneficio que defienden.
Fuente: http://www.wsws.org/articles/2010/jan2010/pers-j07.shtml Jerry White World Socialist Web Site
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