Al menos 30 millones de personas pasan hambre en Estados Unidos
Foto: Archivo / EL TIEMPO
Aunque
la situación no es nueva, se ha agudizado con la crisis económica que
estalló a finales del 2008. En los últimos 12 meses, se han perdido
cerca de 6 millones de empleos.
Ocurre en el país más poderoso, donde cada año se despilfarran 75 mil millones de dólares en comida.
Para
los Blackwell, una familia de cinco personas residente en el estado de
Virginia, el peor día del 2009 fue el de la Navidad. "Es triste no
poder darles regalos a los niños en este día tan especial. Pero es más
triste ni siquiera ofrecerles un buen plato de comida.
Era final de mes y nuestra alacena ya estaba completamente vacía",
recuerda Clarissa, la madre del clan y quien aún agradece el gesto
caritativo de los vecinos de su barrio que la ayudaron a sobreaguar tan
penosa situación.
Aunque su situación económica nunca ha sido boyante, se puso peor a
comienzos del año pasado, cuando su marido perdió su empleo en una
constructora del área metropolitana.
Desde entonces Clarissa, que ya trabajaba tiempo completo como
cajera en una farmacia, tomó un segundo empleo en un restaurante.
Charles, el esposo, recibe un subsidio de desempleo y la familia está
inscrita en un programa de asistencia alimenticia que financia el
gobierno federal.
Los niños -de 5, 7 y 9 años- están inscritos en la escuela pública
James Polk, de Alexandria, donde reciben un almuerzo gratis también
patrocinado con fondos del estado.
"Pero ni así -dice esta mujer
de 39 años-, nos alcanza para pagar cuentas. O es el mercado o la
cuenta del doctor, o la renta. Algunos días nos defendemos con una sola
comida y hay noches en las que nos vamos a la cama con el estómago
vacío".
El drama de los niños
El drama de los Blackwell no es para nada único. De acuerdo con las
últimas estadísticas de la Oficina del Censo en E.U., más de 45
millones de estadounidenses viven en niveles por debajo de la pobreza,
es decir, el 17 por ciento del país (el total de población colombiana).
De ellos, más de 30 millones pasan, literalmente, hambre. Lo que más
llama la atención de este último dato es que al menos nueve millones
son niños. De hecho, según la organización Feeding América, una ONG que
se encarga de distribuir comida entre los más necesitados, uno de cada
cuatro menores en el país no recibe una alimentación adecuada.
Las cifras, por si solas escandalosas, sorprenden en un país como
E.U., considerado de los más ricos del mundo, famoso por sus porciones
supersize (extragrandes) y donde anualmente se desperdician, según un
estudio de la Universidad de Arizona, unos 75 mil millones de dólares
en comida que va a parar a la basura.
Si bien la situación no es nueva, se ha agudizado con la crisis
económica que estalló a finales del 2008 y que está golpeando con rigor
a los más pobres. En los últimos 12 meses, más de 1.3 millones de
personas han pasado a vivir en la pobreza y se han perdido cerca de 6
millones de empleos. La tasa de desocupación se ubicaba en noviembre
pasado en 10,2 por ciento, la más alta en 26 años.
Pero lo que mejor redondea la crisis es la situación alimenticia.
"Una cosa es quedarse sin empleo algunos meses. Otra, es tener que
pasar hambre. Lo que estamos viendo es la peor crisis en las casi tres
décadas que llevamos trabajando en esto", dice Vicki Escarra,
presidenta de America's Second Harvest, el 'banco de comida' más grande
del país.
Según ella, en este periodo su organización ha visto un incremento
del 30 por ciento en solicitudes de personas buscando asistencia
alimenticia. Desafortunadamente, los fondos de estas entidades sin
ánimo de lucro han caído últimamente pues las grandes empresas han
disminuido sus donaciones por la emergencia económica.
Otro indicador de la gravedad de la situación está en las cifras del
Programa Complementario de Asistencia Alimenticia (SNAP, por su sigla
en inglés). Desde 1969, SNAP, o Food Stamps como antes se llamaba, ha
sido el vehículo a través del cual el gobierno federal subsidia la
alimentación para los más pobres.
Durante el 2006 y el 2007, SNAP otorgó subsidios a unas 26 millones
de personas. En el 2008 esa cifra subió a 28 millones y medio y luego,
a 34 millones en el 2009. Es decir un 23 por ciento de aumento en sólo
dos años.
Y el programa, que en el 2006 costaba unos 30.000 millones de
dólares, ahora cuesta 50.000 pues los subsidios han sido ajustados para
reflejar la inflación en el sector alimenticio.
Actualmente, una persona que califica para SNAP recibe en promedio
124 dólares al mes, mientras una familia de cuatro, recibe unos 275
dólares. Pero eso, dice Escarra, es insuficiente pues un mercado normal
puede costar cerca de 500 dólares para ese mismo periodo en Estados
Unidos.
Quizá por ello hay casos como el que narra Ann Johnson, directora de
la escuela primaria James Polk. "Hemos visto a niños guardando comida
del almuerzo para llevársela a sus casas o pidiendo los sobrados a
otros compañeros. Eso nunca había pasado. Según los profesores, los
estudiantes dicen que sus padres los han instruido a que lo hagan",
sostiene Johnson.
Los economistas afirman que se trata de una situación pasajera:
familias que se aprietan el cinturón mientras pasan estos momentos
difíciles. Y predicen que para el 2011 los niveles de pobreza y, por
ende, las personas que requieren seguros alimenticio y de empleo,
volverán a ubicarse dentro del promedio histórico.
E.U., además, no es un país del Tercer Mundo, donde a veces la plata
ni alcanza para ofrecer este tipo de beneficios. Sin embargo, si es
difícil entender como en la nación más poderosa del mundo, donde se
gastan más de 100 mil millones de dólares anuales en guerras y otros 20
mil en asistencia a otros países, el 16 por ciento de sus niños estén
pasando hambre.
SERGIO GÓMEZ MASERI
CORRESPONSAL DE EL TIEMPO
WASHINGTON