Germán Díaz Guerra

“Todo no es miseria en Cuba. Como se debería de saber tiene el país casi la misma cantidad de presos políticos como Estados Unidos, pero la salud es en algunos aspectos se puede comparar muy bien con el veinte veces más rico vecino del norte.”

Con esta oración sacada de algún breviario castrista, Seven Britton quien es catedrático en enfermedades infecciosas, trata de lanzar una plegaria por aquel paraíso tropical que se desvanece. El panfleto salió publicado en la sección cultural del diario Svenska Dagblade del día 12 de agosto del 2003.

Sven visito el hospital Pedro Couri, hospital situado en La Habana y que atiende a personas infectadas con el HIV. Relata que allí almorzó con uno de los médicos con el que pudo entablar una conversación sobre el nivel de vida. El almuerzo costaba 30 öre (una corona sueca es igual a 30 öre y un dólar cuesta alrededor de 8 coronas). y el salario del galeno cubano era de 600 pesos, alrededor de 300 coronas suecas. Le pregunta a su colega cubano si tiene casa y carro. A lo que su colega, que recibió cursos de superación en Francia, le  responde que el alquiler son solamente 30 pesos. El carro es por una petición que se hace y que cuando se acepta cesta 4000 pesos, se puede juntar aún con mi salario. No ve ninguna hostilidad en su colega,  y el ambiente en el hospital es de igualdad entre el personal y los pacientes , de lo que siente envidia. Y piensa que si se va a juzgar por la salud pública es difícil entender la particular imagen negativa  que se da de Cuba ahora cuando su longeva y extenuada revolución ha cumplido 50 años.

Según Sven la mejor medida individual de la situación de la salud pública de un país es la sobrevivencia de los niños de hasta cinco años. Que viene dado muy claro por los parámetros internacionales de salud que fueron tomados por el instituto Karolinska de Estocolmo y que la organización mundial de la salud las ha tomado, queda muy claro correlación entre la economía de un país y la oportunidad de esos niños a sobrevivir hasta los cinco años. El bienestar da salud y la salud da bienestar. La distribución del bienestar respectivamente de la pobreza, los cuales se encuentren bajo el control político, tienen también importancia, y el ejemplo más claro de estos parámetros de salud es Cuba. A pesar de la débil economía a causa del doble impedimento, desde el interior el control estatal y del exterior el embargo comercial de Estados Unidos, es la sobrevivencia de los niños comparable con la del 20 veces rico Estados Unidos.

Hospital de La Habana. Foto: Beatriz del Carmen Pedroso, periodista independiente

Continua el articulo señalando que las estadísticas de sobrevivencia en Cuba se atestiguan como creíbles. Comparada con países de mismo producto nacional bruto es la diferencia entre los niños que sobreviven muy grande. Mientras que ocho niños de cada mil nacidos vivos muere ante los cinco años de edad en Cuba, es la cifra correspondiente a Camerún 150 y respectivamente Laos  120, que tienen un producto nacional bruto igual. Suecia toma un lugar de honor en estos parámetros y tiene la mayor sobrevivencia de niños a pesar que estamos lejos de ser el país más rico hoy día. La priorización de Cuba  de los recursos contrastantes a la salud pública repectivamente a la educación llama al seguimiento en ves del castigo.

Como catedratico en enfermedades infecciosas describe la situación ambos países.  Britton opina que sobre Cuba hay una descripción negativa domina el problema del SIDA en la prensa internacional.. En la aparición de la epidemia se aprovecho Cuba de las clásicas contramedidas  epidemiológicas, para el caso el aislamiento forzoso de los infectados. Esta es una variante más dura que la estrategia sueca que creó departamentos especiales para los infectados con el virus del SIDA antes de que supiéramos cómo y en que grado la infección se esparcía. En Cuba fue el internamiento forzoso común, pero después de 1993 se terminaron con las prácticas del aislamiento. Lo que es obligatorio consiste ahora de una introducción de tres meses de estancia en uno de los doce sanatorios para infectados donde el recién diagnosticado tiene la posibilidad de instruirse sobre la infección y de como se constituye su transmisión. Todo tratamiento y seguimiento es después en el policlínico. Si es esto, o la información general alrededor del SIDA en un país con un alto grado de educación lo que hace reducir el crecimiento de la epidemia es difícil de saber. Pero es un hecho que Cuba tiene la más alta mínima taza de difusión del SIDA en Latinoamérica con 3200 infectados en once millones de habitantes, según una estadística del 2001. Esta cifra es más baja que la que existe en Suecia, a pesar de que desde hace unos años atrás se ha tenido una cantidad considerable de turistas sexuales en Cuba.

Sobre el pronto arribo de la democracia a Cuba dijo el catedratico sueco, estamos muy bien informados.  Para nadie es extraño que allí no haya alguna prensa que sea libre o que criticar públicamente al gobierno esté prohibido.  Seguro que hay todavía presos políticos aunque ellos han sido menos (y en todo caso no son más que los que Estados Unidos retiene sin reconocimiento jurídico en Guantánamo) Todo esto lo vamos a criticar y adentrarnos en cada posibilidad imaginable.

Y culmina con expresar entristecimiento como socialdemócrata porque Suecia se ha sumado a lo que llama una escalada de acusaciones contra Cuba. Sven Britto quisiera que Suecia en ves haga algo para que Cuba no la dejen caer para atrás y  de nuevo sea las Vegas caribeña.

Cualquier cubano que en la Isla lea este articulo enseguida se dará cuenta que el catedrático sueco no sabe muy bien a donde fue a parar. Claro está que el escenario que le presentaron puede hasta superar la fantasía de muchos allí porque no se ajusta a la realidad de la Cuba de hoy. Pero parece que perdió la oportunidad de ver la realidad de los médicos cubanos. No alcanzó a ver que cantidad de galenos cubanos, obligados por la difícil situación económica, han tenido que trasladarse a otras profesiones u oficios  como única alternativa para sobrevivir. O quizá no le fue mostrado las condiciones de los médicos que hoy día sufren cárcel por que valientemente han sabido criticar a la dictadura cubana.

Pero en la Suecia de hoy día no solo los exiliados que venimos de ese crudo sistema sabemos como está construido escenograficamente la propaganda del sistema. No es posible que se pueda vivir de la mentira toda la vida. Hasta los que viven de ella se dan cuenta en algún momento que ya nadie les cree. Los engañados van siendo cada vez menos y muchos en Suecia. Y lo más interesante es que no solo terminan por quitarse la venda que les cubría los ojos, sino que ellos mismo a través de su contacto con la realidad cubana han aprendido a rebatir las mentiras que se riegan con la propaganda castroide. Y un ejemplo lo tenemos en Erik Jennische, quien pertenece a Centro Liberal Internacional de Suecia (SILC),quien tres días después, el 15 de agosto del 2003 da una respuesta al catedrático pro-castrista.

Erik Jennische. Foto: Carlos M. Estefanía

Este conocedor de nuestra realidad describe el articulo de Sven Britto como dando una copia de papel carbón de la propaganda del régimen cubano sobre el estado de bienestar en Cuba. Cuyo mensaje descansa sobre la imaginación de que ha habido un sustancial mejoramiento en Cuba después que Fidel Castro tomó el poder en 1959, y que es relevante que ha comparado a Cuba con los países más absolutamente pobres del mundo, Camerún y Laos.

Pero que en 1950 había en Cuba un producto nacional bruto de 3390 dólares percapita (OECD, 1990 års priser) el que era significantemente más que en por ejemplo España, Portugal y Grecia y al mismo nivel que Italia. En 1998 el mismo había caído hasta 2164 dólares en Cuba, mientras que se redoblaba en otros países. En el reporte “Los llamados logros” de 1998 hacen Manuel Sánchez Herrero y Arnaldo Ramos Lauzurique  fuera con el mito del estado de bienestar cubano. Ambos viven en Cuba y las cifras que ellos ponen vienen del libro de las estadisticas del año de Cuba y del reporte de las Naciones Unidas.

Que la mortalidad infantil antes de un año de nacido era en 1958 del 33,4 por cada mil nacimientos y ya entonces la más baja en Latinoamérica.  Aunque en 1954 era la mortalidad infantil más alta en Francia que lo que era en Cuba, todo un 41,9 por cada mil niños, en Japón 48,9 y en Italia 52,8. Y que ya en los comienzos de los 90’ las cifras eran contrarias: Cuba 9,9, Francia 7,9, Japón 4,0 e Italia 8,0.

Nos señala el liberal sueco que  Britto es obligado a comparar a Cuba con Camerún y Laos no comprende que la mortalidad infantil en Cuba sea especial baja, sino que solo el desarrollo económico es impresionantemente catastrófico. Que por otra parte es la mortandad infantil el único campo donde Cuba se ha mantenido en el desarrollo. En lo valido a la capacidad médica estaba Cuba en los comienzos de los años 50’ en el lugar número 10 en el mundo con un médico por cada 960 habitantes. En el medio de proyecto de “La Casa del Pueblo” (Folkhemet) estaba Suecia todavía a medio camino con uno por cada 1400 habitantes. En 1981 ha España en 30 años de franquismo disminuido la cifra de 1 por 990 a 1 por 390. Ofreciendo este dato no para defender a Franco sino para establecer una comparación solamente.  Cuba tenía entonces solamente 1 por 600.

Para continuar se pregunta el replicante preguntándose si en Cuba se alimentan bien los niños, o ¿no? Para después introducir al lector sueco en una serie de datos importantes. Al principio de los 50’ comían los argentinos en una encuesta en diez países latinoamericanos más calorías por día que los cubanos, según el documento de “Los Logros”. En 1995 comieron los cubanos menos calorías que esos diez países y fue el único de Latinoamérica que substancial bajó el consumo desde los 50’, también con un 16%. En un una publicación que  el  Instituto Bertil Ohlin presenta en la feria del libro en septiembre se refiere el ecónomo Oscar Espinosa Chepe a estadísticas del departamento de alimentación de las Naciones Unidas, la FAO sobre el año 1997 al 1999. A pesar de que fue el mejor año después que la ayuda soviética desapareció, padeció el 17 % de la población cubana a desnutrición. En abril se condenó a Espinosa Chepe al igual que 74 activistas democráticos conjuntamente 1456 años de prisión. De donde Britton sacó la idea que la cantidad presos políticos ha disminuido se puede adivinar.)  La decadencia en el campo de los alimentos desde los 50’ refleja todos los otros sectores de la sociedad del bienestar: seguro social, salarios, vida cultural, estudios y accesos a la medicinas.  En especial si uno compara con España, Portugal y Grecia que también se encontraban bajo dictaduras militares cuando Fidel Castro tomó el poder. La baja mortalidad infantil es una excepción que se  necesita para la propaganda.

En cuanto al tema del SIDA l responde a su contraparte que Cuba tenga una limitada expansión del SIDA, como Britto retoriza, es también una vana esperanza. “La educación popular” y los medicamentos que se fabrican “con medios propios” no pueden contrarrestar los efectos del creciente turismo sexual, los hábitos sexuales de los cubanos o la falta de condones o medicinas para frenar los efectos de la enfermedad.

Para finalizar su respuesta, el liberal sueco sabiendo la trascendencia que tiene Cuba y el sistema que en ella impera le da el disparo de gracia a su contrario con unas palabras excepcionales. “Pero lo serio es que en el articulo  Britton  menosprecia el significado de la democracia y de la libertad de expresión para que crezca el estado de bienestar en la sociedad. A lo mejor él cree que la salud, la lucha contra el SIDA, y la salud del pueblo en Suecia se podrían haber desarrollado con el fracasado líder guerrillero en el poder.”

http://www.cubanuestra.nu/web/article.asp?artID=1532