Finalmente, y como fue adelantado por IAR Noticias en sucesivos informes
(Ver:
Potencias: De la "crisis financiera" a la "crisis de los Estados"), los billonarios fondos públicos utilizados para salvar a los megaconsorcios
bancarios e industriales terminaron generando una deuda impagable y un rojo
crónico en las cuentas fiscales de las naciones capitalistas centrales
(principalmente EEUU y la UE).
La nueva crisis, como lo señala The
Financial Times, ya está siendo exportada desde EEUU mediante el endeudamiento
sin respaldo que explota el dólar como "refugio seguro" para los
especuladores internacionales
Y llegó el impacto que faltaba: El
costo (económico y social) que demandará a los Estados capitalistas
(empezando por EEUU y las economías centrales) el salvataje (con dinero público
de todos los contribuyentes) de los grandes conglomerados bancarios y
empresariales que hicieron estallar la "burbuja" del colapso financiero a escala
global.
Según el emblemático vocero del mundo
financiero imperial europeo, The Financial Times, la crisis griega
traspuso las barreras de la eurozona y ya llegó a EEUU, de donde partieron
originalmente sus causas.
La crisis fiscal, señala el
Financial, "Comenzó en Atenas y se extendió a Lisboa y Madrid, pero sería un
grave error creer que la crisis de deuda soberana afectará solamente a las
economías más débiles de la eurozona. El problema no se limita al Mediterráneo.
Estamos ante una crisis fiscal del mundo occidental. Sus ramificaciones son
mucho más profundas de lo que la mayor parte de los inversores creen".
Para el diario, las explosiones de
deuda pública afectan a las economías: al aumentar los temores de impago y/o
depreciación monetaria, las autoridades revisan al alza los tipos de
interés.
Unos tipos reales más altos
ralentizan (desaceleran) el crecimiento, sobre todo cuando el sector
privado sufre un elevado endeudamiento, como ocurre en la mayor parte de
economías occidentales, también en EEUU.
Aunque la tasa de ahorro de los
hogares estadounidenses ha aumentado desde que empezó la Gran Recesión, no ha
crecido lo suficiente para absorber los billones de dólares de emisiones de
deuda anuales, apunta el Financial.
Para el financiero británico,
cualquier decisión sobre Grecia puede repercutir directamente sobre Portugal,
España y seguramente otras economías, y es probable que la solución no
llegue de forma inmediata.
"Aun así, las idiosincrasias de la
eurozona no deberían hacernos olvidar la naturaleza general de la crisis fiscal
que ahora mismo afecta a la mayor parte de las economías occidentales".
"Llamémosle geometría fractal de la
deuda -subrraya el Financial-: el problema es básicamente el mismo en
Islandia, Irlanda, Reino Unido o EEUU; lo único que varía es el tamaño. Lo
que Occidente está a punto de aprender es que no hay nada como una lección
keynesiana. Los déficit no nos han “ayudado” ni la mitad que la política
monetaria (tipos de interés cero más relajación cuantitativa)".
La locomotora de la crisis
Según el Financial, los efectos
de las explosiones de deuda pública son mucho más inmediatos de lo que pensamos.
La peor parte se la lleva la eurozona, ya que los inversores, cuando están
inquietos, recurren al “refugio seguro” de la deuda estadounidense.
El Fondo Monetario Internacional
publicó recientemente un informe sobre los ajustes fiscales que las economías
desarrolladas necesitarían acometer para recuperar la estabilidad fiscal en la
próxima década.
Los peor ubicados, según el FMI,
resultaron ser Japón y Reino Unido, con un ajuste fiscal del 13% del PIB,
seguidos de Irlanda, España y Grecia, con un 9%. En sexto lugar aparecía EEUU,
que, según los criterios del FMI, necesitaría ajustar su política fiscal un 8%
del PIB .
"El nuevo presupuesto de la
Administración Obama asume alegremente un crecimiento del PIB real del 3,6% para
los próximos cinco años, con una inflación del 1,4% de media. No obstante, si
suben los tipos reales, el crecimiento sin duda será menor. En esas
circunstancias, el pago de intereses podría aumentar de un 10% a un 20% y a un
25%", señala el Financial.
Es posible que este efecto persista
durante algunos meses, al igual que ocurrió a finales de 2008 cuando el pánico
se apoderó del sector bancario. No obstante, con analizar un poco la situación
fiscal del Gobierno federal, por no mencionar la de los estados, nos daremos
cuenta de la falacia que rodea al concepto de “refugio seguro”, añade.
La semana pasada, el servicio de
inversores de Moody’s advirtió de que no debería darse por hecho que se va a
mantener la calificación AAA para EEUU.
La advertencia recuerda a la cuestión
que planteó Larry Summers antes de volver al Ejecutivo: “¿Durante cuánto
tiempo puede seguir siendo la primera potencia mundial el mayor prestatario del
mundo?”.
"Si pensamos un poco, puede parecer
apropiado que la crisis fiscal de Occidente haya empezado en Grecia, la cuna de
la civilización occidental. No tardará en cruzar el Canal y llegar a Reino
Unido. Pero la cuestión es cuándo llegará esa crisis al último bastión del poder
occidental, al otro lado del Atlántico", concluye el financiero británico.
La "crisis de los Estados"
De esta manera, y como ya lo habíamos
adelantado en IAR Noticias hace una semana,
el proceso de sobreendeudamiento
público (agregado a la caída de la recaudación por la desaceleración económica)
no solo amenaza la estabilidad económica y la "gobernabilidad" del sistema, sino
que también (y como ya sucedió con los bancos y empresas privadas) puede
hacer colapsar en cadena a los propios Estados capitalistas, tanto
centrales, como subdesarrollados o emergentes.
En general, la sombra de una
insolvencia de pago generalizada (producida por los déficit y la baja de
recaudación fiscal) hace temer a los analistas del sistema un rebrote de la
crisis financiera, no ya a nivel de los bancos y entidades privadas, sino a
nivel de los propios Estados capitalistas centrales.
De esta manera, la crisis fiscal
(producto del déficit comercial y recaudatorio del Estado) se sumó al panorama
de agravamiento del desempleo (principalmente en EEUU y Europa), la no
reactivación del consumo (producida por la desaparición del crédito para la
producción), y los interrogantes que persisten en caso de que los bancos
centrales decidan levantar los estímulos (planes de rescate) a bancos y
empresas.
Como producto de la especulación
bursátil (escamoteados a la inversión productiva) en los últimos meses fue
cobrando forma visible un nuevo actor emergente en la economía mundial: La
"crisis fiscal" (producto de los déficit siderales que aquejan a los Estados
de las economías centrales) que sucede a la "crisis financiera" en la
debacle de la economía capitalista globalizada.
Y hay una paradoja: La "crisis
estatal" no nace como producto del endeudamiento privado sin respaldo (la
economía de papel de los grandes conglomerados bancarios imperiales) sino como
emergente de los programas estatales de salvataje financiero que han
endeudado (sin respaldo fiscal) a los Estados centrales, con EEUU y la Unión
Europea en primer término.
La nueva crisis, como lo señala The
Financial Times, ya está siendo exportada desde EEUU mediante el endeudamiento
sin respaldo que explota el dólar como "refugio seguro" para los
especuladores internacionales.