Este artículo es la continuación de «¿Qué es el Proyecto Censurado?»
de Ernesto Carmona.
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Esta información, que ha sido dada a conocer por los medios
de comunicación en los países cuyos gobiernos se opusieron a la guerra,
ha sido ignorada por los medios de comunicación en los países que
participaron y aprobaron la operación militar anglo-sajona. Una vez
más, se demuestra que el consorcio mediático se alinea a los intereses
dominantes del país donde se encuentra.
Síntesis
Más de 1,2 millones de iraquíes han tenido una muerte violenta como
resultado de la invasión iniciada en 2003, según un estudio del
prestigioso grupo británico de investigación Opinion Research Business
(ORB). Estas cifras sugieren que la invasión y la ocupación de Irak
rivalizan con las matanzas masivas del siglo XX -el número de víctimas
mortales sobrepasa las 800.000 a 900.000 que se estima murieron durante
el genocidio de Ruanda en 1994, y ya se aproxima a la cantidad (1,7
millones) de los que fallecieron en los tristemente famosos «Campos de
la Muerte» en Camboya, durante la era del Khmer Rojo en la década de
los 70 del siglo pasado.
La investigación de ORB cubrió quince de las dieciocho provincias de Irak.
Las zonas no cubiertas incluyen dos de las regiones más inestables
de Irak —Kerbala y Anbar— y la norteña provincia de Arbil, donde las
autoridades locales les negaron el permiso de trabajo.
En entrevistas cara a cara con 2.414 adultos, la encuesta encontró
que más de uno de cada cinco encuestados había tenido por lo menos una
muerte en sus hogares como resultado del conflicto, a diferencia de
causa natural.
Los autores Joshua Holanda y Michael Schwartz señalaron que la
narración dominante [de la propaganda] en Irak -que la mayor parte de
la violencia contra los iraquíes es cometida por los propios iraquíes y
no es responsabilidad de los EEUU- está mal concebida.
En su reportaje de octubre de 2006 (Ver Proyecto Censurado 2006, # 2 en inglés), los entrevistadores de la revista The Lancet
les preguntaron a los encuestados iraquíes cómo murieron sus seres
queridos. Entre los familiares que estaban seguros acerca del autor de
dichas muertes, el 56% era imputable a las fuerzas de los EEUU y sus
aliados.
Schwartz sugirió que si una parte proporcional de la mitad del resto
de las muertes de iraquíes no atribuidas fue causada por las fuerzas de
EEUU, el resultado final sería que aproximadamente el 80% de todas
ellas fueron cometidas directamente por EEUU.
Incluso con las cifras más bajas confirmadas a finales de 2006, las
fuerzas de EEUU habían dado muerte a un promedio de 5.000 iraquíes por
mes desde el principio de la ocupación. Sin embargo, la tasa de
víctimas mortales en 2006 fue dos veces más alta que el promedio total,
lo que quiere decir que el promedio de muertes provocadas por los
estadounidenses ese año estuvo por encima de 10.000 por mes, o más de
300 por día. Con la ola que comenzó en 2007, la cifra actual
probablemente sea mucho más alta.
Schwartz precisó que la lógica de esta carnicería radica en una
estadística emitida por los militares estadounidenses y divulgada por
el Instituto Brookings: durante los primeros cuatro años de ocupación
militar estadounidense fueron enviadas a los barrios hostiles más de
1.000 patrullas diarias, con órdenes de capturar o matar a
«insurrectos» y «terroristas». (Desde febrero de 2007, el número ha
aumentado a casi 5.000 patrullas por día, si incluimos a las tropas
iraquíes que participan con las fuerzas estadounidenses). Cada patrulla
invade un promedio de 30 hogares diarios, con la misión de interrogar,
arrestar o matar a iraquíes sospechosos. En este contexto, cualquier
hombre en edad de luchar no sólo es un sospechoso, sino un adversario
potencialmente letal. A los soldados estadounidenses se les advierte
que no corran riesgos (Véase artículo # 9).
Según las estadísticas militares de EEUU, divulgadas también por el
Instituto Brookings, estas patrullas actualmente dan lugar a unos 3.000
tiroteos por mes, o poco menos de un promedio de 100 diarios (sin
contar los 25 adicionales que involucran a los aliados iraquíes). Miles
de rondas de patrullas dan como resultado millares de muertes de
iraquíes inocentes y detenciones desmesuradamente brutales.
La ignorada crisis de los refugiados
Los intentos de los iraquíes por escapar de la violencia han
originado una crisis de refugiados de enormes proporciones. Según
informes de 2007 del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para la Migración
(OIM), casi 5 millones de iraquíes han sido desplazados por la
violencia, la mayor parte de los cuales huyó de su país a partir de
2003. Más de 2,4 millones abandonaron sus hogares por áreas más seguras
dentro de Irak, 1,5 millones se fueron a vivir a Siria y más de un
millón de refugiados a Jordania, Irán, Egipto, Líbano, Turquía y los
países del Golfo Pérsico.
Los refugiados de Irak, que aumentan a un promedio de casi 100.000
por mes, no tienen ninguna opción legal de trabajo en la mayoría de las
provincias y estados receptores, y su desesperación es casa vez mayor. [1]
Sin embargo, son más los iraquíes que continúan abandonando sus hogares
que los que han retornado a sus casas, a pesar de las afirmaciones
oficiales que indican lo contrario. Miles de los que huyen opinan que
la seguridad es tan mala como siempre y que retornar significaría
aceptar la muerte. La mayoría de los que vuelven son posteriormente
desplazados una vez más.
Los periodistas Maki al-Nazzal y Dahr Jamail entrevistaron a un
ingeniero iraquí que ahora trabaja en un restaurante de Damasco, Siria:
«¿Regresar a Irak? No hay un Irak adonde volver, mi amigo. Irak sólo existe en nuestros sueños y recuerdos».
Otro entrevistado dijo a los autores: «Los militares de EEUU dicen
que ahora Fallujah es segura, mientras más de 800 hombres permanecen
detenidos allí en las peores condiciones... Por lo menos 750 de los 800
detenidos no son combatientes de la resistencia, sino gente que se
niega a colaborar con las fuerzas de ocupación y sus ‘colas’». (Los
iraquíes llaman comúnmente “colas de los americanos” a quienes
colaboran con las fuerzas de ocupación).
Otro refugiado de Bagdad dijo: «Regresé a mi hogar con mi familia en
enero. Durante la primera noche después de nuestra llegada los
estadounidenses allanaron nuestra casa y nos mantuvieron a todos en una
misma habitación mientras sus francotiradores utilizaban nuestro tejado
para dispararle a la gente. Decidimos volver aquí [a Damasco] a la
mañana siguiente, tras una noche de horror que nunca olvidaremos».
Actualización de Michael Schwartz
Las estadísticas de mortalidad citadas en “Is the United States
Killing 10,000 Iraqis Every Month?” se basaron en una investigación
científica de las muertes causadas por la guerra en Irak, publicada en
otro artículo plausible para Proyecto Censurado. El artículo original,
publicado en The Lancet en 2006, recibió una cobertura
desdeñosa cuando se dio a conocer y después desapareció de la vista de
los lectores, mientras los grandes medios volvían a divulgar estimados
parciales que reflejaban la cifra de iraquíes muertos en una décima
parte de los cálculos de The Lancet. El bloqueo informativo de
los medios corporativos también se extendió a mi artículo, y no ha
disminuido en lo más mínimo, aunque el artículo de The Lancet ha resistido varias oleadas de críticas, en tanto que otros estudios lo confirman y actualizan (Ver Proyecto Censurado 2006, # 2 en inglés).
A principios de 2008, la mejor valoración, basada en extrapolaciones y reproducciones del estudio de The Lancet,
señaló que 1,2 millones de iraquíes habían muerto como consecuencia de
la guerra. Esta cifra, a mi entender, no se ha divulgado en ninguno de
los medios de comunicación de EEUU.
El bloqueo informativo de las cifras de víctimas fue acompañado de
uno similar de otra prueba fundamental en mi artículo: que la
estrategia militar de la administración Bush en Irak asegura
diariamente una enorme destrucción de propiedades y una elevada
mortandad. Las reglas de reclutamiento que exigen que las
aproximadamente mil patrullas estadounidenses respondan diariamente a
cualquier acto hostil con un aplastante poder de fuego –armas de bajo
calibre, artillería, y poderío aéreo- garantizas que gran cantidad de
civiles sufran y mueran. Pero los principales medios rehusaron cubrir
este delito de mutilación, aún después de las reuniones de la
organización Soldados de Invierno de marzo de 2003 en las que se
destacaron las declaraciones hechas por más de cien veteranos de guerra de Irak sobre su participación en lo que llamaron «situaciones generadoras de atrocidades».
La eficacia del bloqueo informativo de los medios fue ilustrada
vívidamente por una encuesta de Associated Press de febrero de 2007,
mediante la cual se le preguntó a una muestra representativa de
residentes estadounidenses cuántos iraquíes habían muerto como
resultado de la guerra. El encuestado promedio pensó que la cifra era
menos de 10.000, equivalente a cerca del 2 por ciento del total real
para aquella época. Este notable desconocimiento masivo, al igual que
muchos otros aspectos de la noticia sobre el desarrollo de la guerra en
Irak, no recibió ninguna cobertura de los medios de comunicación, ni
siquiera de la Associated Press, que encargó el estudio.
La organización «Veteranos de Irak Contra la Guerra» señala la
brutalidad de la ocupación en Irak como la principal causa de la
situación y su principal objetivo de su trabajo como activistas es
denunciar este hecho.
La masacre del pueblo iraquí es la base de sus demandas de retiro
inmediato y completo de las tropas de EEUU y el tema en las históricas
reuniones de Soldados de Invierno en Baltimore. Aunque no hubo
cobertura de este acontecimiento por parte de los principales medios de
comunicación de EEUU, el flujo de información de actualidad de Pacifica
Radio y del sitio Web de IVAW alcanzó una enorme audiencia —incluyendo
a un gran número de soldados en servicio activo—, con vívidas
descripciones de las atrocidades cometidas por la maquinaria bélica de
EEUU. Un número creciente de sitios independientes de noticias ofrece
ahora cobertura regular sobre este aspecto de la guerra, incluyendo a
Democracy Now, Tom Dispatch, Dahr Jamail’s Mideast Dispatches, Informed
Comment, Antiwar.com, y ZNet.
Actualización de Maki Al-Nazzal y Dahr Jamail
El ascenso de los generales de EEUU David Petraeus, a jefe del
CentCom [Comando Central de EEUU], y Raymond Odierno, como sustituto de
Petraeus como comandante general de la Fuerza Multinacional en Irak,
provocó mucha cólera entre los iraquíes que viven en Siria y Jordania.
Los dos generales que convencieron a EEUU y a la sociedad internacional
de «las mejoras en Irak» parecen no haber tenido éxito para convencer
de tales «mejoras» a los refugiados iraquíes.
«Tal como la administración de Bush condecoró a Paul Bremer (el jefe
anterior de la Autoridad Provisional de la Coalición), ellos están
premiando a otros que participaron en la destrucción de Irak», dijo
Muhammad Shamil, un periodista iraquí que huyó a Siria en 2006. Lo que
ellos llaman violencia se concentró en algunas áreas de Irak, pero
ahora se ha expandido a todo el país, gracias a los héroes de guerra de
EEUU. «Son miles los que matan, desalojan o detienen, desde Basra (en
el sur) hasta Mosul (en el norte)».
Otros refugiados iraquíes parecen haber cambiado su actitud con
respecto a la esperanza de volver. Desde que se publicó este artículo
en marzo de 2008, ha continuado profundizándose la crisis de los
refugiados. Esto lo agrava el hecho de que la mayoría de los iraquíes
no tiene intención alguna de volver a casa. En su lugar, están buscando
residencia permanente en otros países.
«Decidí dejar de soñar con regresar a mi tierra y tratar de buscarme
un nuevo hogar en cualquier lugar del mundo», dijo Maha Numan, de 32
años, en Siria. «Soy un refugiado desde hace tres años, viviendo hasta
ahora del sueño de regresar, pero decidí dejar de soñar. He perdido la
fe en todos los líderes del mundo después de las oleadas en Basra,
Ciudad Sadr y ahora Mosul. Esto parece no tener fin y hay que
esforzarse más por encontrar un refugio seguro para la familia».
La mayor parte de los iraquíes en Siria conoce mucho más noticias
sobre su país que la mayoría de los periodistas. En cualquier café
Internet de Damasco, cada uno de ellos llama a su ciudad o pueblo natal
y le informa a otros refugiados iraquíes sobre los sucesos del día. Las
noticias de la violencia en curso en gran parte de Irak les reafirman
su convicción de permanecer en el exterior.
« ¡Hoy hubo cuatro explosiones en Fallujah!», dijo Salam Adel, quien
trabajó como traductor para las fuerzas de EEUU en Fallujah en 2005.
«¡Y dicen que es seguro regresar! Malditos sean; ¿volver para qué?
¿Para las bombas de carretera o los coche bomba?»
Para la administración de Bush, fue políticamente importante
asegurar que la situación en Irak está mejorando. Esta afirmación ha
sido apoyada por la complicidad de los medios corporativos. Sin
embargo, 1,5 millones de iraquíes en Siria, y más de 750.000 en
Jordania, tienen una opinión muy diferente. Si no, no permanecerían
fuera de Irak.