Jostein Gaarder, autor de la "Historia de Sofía" Israel ya es historia. Ya no reconocemos al estado de Israel. No hay vuelta atrás. El estado de Israel ha violado el reconocimiento mundial y no conseguirá la paz hasta que deponga las armas. El estado de Israel, en su forma actual es historia. No hay vuelta atrás. Es hora de aprender una nueva lección: Ya no reconocemos el estado de Israel. No pudimos reconocer el régimen de apartheid de Sudáfrica, ni reconocimos tampoco el régimen afgano de los Talibán. También hubo muchos que no reconocieron el Irak de Saddam Hussein o las limpiezas étnicas de los serbios. Tenemos que hacernos a la idea: El estado de Israel en su forma actual es historia. |
Límites a la tolerancia Hay límites a nuestra paciencia, y hay límites a nuestra tolerancia. No creemos en promesas divinas como justificación para la ocupación y el apartheid. Hemos dejado la edad media atrás. Nos reímos con intranquilidad de aquellos que aún creen que el dios de la flora, fauna y las galaxias ha escogido a un pueblo en particular como su favorito y les ha dado tablas de piedra ridículas, arbustos ardiendo y licencia para matar. El arte de la guerra sin escrúpulos Reconocemos y prestamos atención al la profunda responsabilidad de Europa en la situación apremiante de los judíos, en el vergonzoso acosamiento, en los pogromos y en el Holocausto. Era históricamente y moralmente necesario para los Judíos tener su propia patria. No obstante, el estado de Israel, con su arte de la guerra sin escrúpulos y sus repugnantes armas, ha masacrado su propia legitimidad. Ha quebrado sistemáticamente la legalidad internacional, convenciones internacionales e incontables resoluciones de la ONU y ya no puede esperar protección de las mismas. Ha bombardeado por saturación el reconocimiento mundial. ¡Pero no temaís!. La tribulación pronto terminará. El estado de Israel ha visto su Soweto. Ahora estamos marcando un hito. No hay vuelta atrás. El estado de Israel ha violado el reconocimiento mundial y no tendrá paz hasta que deponga sus armas. Sin defensas, sin piel Que el espíritu y la palabra rompan los muros del apartheid israelí. El estado de Israel no existe. Ahora está sin defensas, sin piel. Que el mundo por tanto tenga piedad de la población civil; pues nuestras profecías de perdición no están dirigidas a los individuos civiles. Pues hemos visto imagines de pequeñas niñas israelíes escribiendo odiosos saludos en las bombas a punto de ser lanzadas sobre las poblaciones civiles de Líbano y Palestina. Las pequeñas niñas israelíes no son lindas cuando se pavonean con regocijo sobre la muerte y el tormento del otro lado del frente. La retribución de la venganza de sangre No reconocemos la retórica del estado de Israel. No reconocemos la espiral de retribución y violencia que proviene de "ojo por ojo y diente por diente". No reconocemos el principio de diez o mil ojos árabes por un ojo israelí. No reconocemos el castigo colectivo o la disminución de población como arma política. Han pasado dos mil años desde que un rabino israelí criticó la vieja doctrina de "ojo por ojo y diente por diente". Israel no escucha Durante dos mil años hemos ensayado el programa de estudios del humanismo, pero Israel no escucha. No fue el Fariseo el que ayudó al hombre tirado al lado del camino que había caído presa de los bandidos. Fue un Samaritano; hoy diríamos un Palestino. Somos humanos antes que nada ? luego cristianos, musulmanes o judíos. O como dijo el rabino judío: "Y si solamente saludas a tus hermanos, ¿qué más haces que los demás?". No aceptamos el secuestro de soldados. Pero tampoco aceptamos la deportación de poblaciones enteras o el rapto de parlamentarios elegidos legalmente y de ministros del gobierno. Reconocemos el estado de Israel de 1948, pero no el de 1967. Es el estado de Israel el que no reconoce o respeta el estado internacionalmente legal de Israel de 1948. Israel quiere más ? más agua y más pueblos. Para obtener esto están aquellos que quieren, con la asistencia de Dios, una solución final al problema palestino. 'Los palestinos tienen tantos países más', han argumentado ciertos políticos israelíes; nosotros solamente tenemos uno. ¿EEUU. o el mundo? O como el mayor protector del estado de Israel lo expresa: "Que Dios continúe bendiciendo América". Una pequeña niña se dio cuenta de esto. Se volvió a su madre diciendo: "¿Por qué el presidente siempre termina sus discursos con 'Dios bendiga a América'? ¿Por qué no dice, 'Dios bendiga al mundo'?". Calma y piedad No reconocemos el estado de Israel. Ni hoy, ni en este escrito, no en la hora del dolor y la ira. Si la nación israelí entera cayese ante sus propias artimañas y partes de su población tuvieran que huir de sus áreas ocupadas hacia otra Diaspora, entonces diríamos: Que sus alrededores se mantengan en calma y les muestren piedad. Es un crimen eterno, sin circunstancias atenuantes, el poner la mano sobre refugiados y gente sin patria. *Jostein Gaarder, hizo esta publicación en Noruega, y tras muchas presiones dijo que nunca se publicarían en otra lengua. Ahora la tenemos en español. Este es el escritor judío y famoso por ser el autor "el mundo de Sofía". Traducción de J. Illi al español se basa en la traducción del noruego al inglés por el Nork Israel Senter |