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General: El Elefante y el Conejo
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Respuesta  Mensaje 1 de 4 en el tema 
De: Matilda  (Mensaje original) Enviado: 04/03/2010 23:21
Claridad/Rebelión


Hacía poco más de una década que no visitaba a Cuba, la que en el devenir de los años y sus luchas se me ha hecho mi segunda patria. En esta ocasión asistía, junto a un grupo de mis estudiantes, al primer Encuentro Internacional de Filosofía, Sociología e Historia del Derecho que se celebró del 23 al 25 de febrero en la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana. En éste me correspondió una intervención especial que, para la inquietud y curiosidad de no pocos, titulé “El comunismo jurídico”, como homenaje personal a quien se le dedicó el evento, el recién fenecido Dr. Julio Fernández Bulté, el más importante pensador jurídico cubano de los últimos cincuenta años. Fue éste quien señaló poco tiempo antes de fallecer que “un nuevo fantasma recorre América y ha emprendido su marcha por todo el Tercer Mundo: el fantasma del comunismo real del siglo XXI”.

Cuando conocí al compañero Fernández Bulté allá para 1998 en medio de otro evento celebrado en La Habana, coincidimos en nuestra apreciación de que el derrumbe del llamado socialismo real era sobre todo una oportunidad histórica para que el Estado y el Derecho de la Cuba revolucionaria retomaran sus raíces autóctonas, sobre todo ese imperativo ético a favor de la construcción de una nueva sociedad y un nuevo hombre y mujer que supere los asfixiantes e inescapables lastres del orden civilizatorio capitalista. Sobre esa oportunidad para un relanzamiento renovado del ideal comunista, afirmó en uno de sus últimos escritos: “Esa es la enorme alternativa y responsabilidad de los hombres en el nuevo siglo. Y es preciso asumirla a plenitud o, de lo contrario, renunciar a la condición humana. Se presenta de manera inevitable, como una alternativa ética, y requiere una nueva expresión económica y su instrumentación en una nueva axiología y una revalorización raigal del destino del hombre que evidentemente se encuentra en el que llamamos el socialismo del siglo XXI” (“El socialismo del siglo XXI”, Revista Jurídica del Ministerio de Justicia, La Habana, Tercera época, Año 1, Número 1, enero-junio 2008, p. 12) .

La idea del comunismo, ya no como un Estado omnicomprensivo ni tan siquiera como una ideología a la que debe subordinarse la realidad, sino como el “movimiento real”, al decir del propio Marx, que refuta y busca superar el estado de cosas actual, ha resurgido en este nuevo siglo de sus aparentes cenizas. En una reciente encuesta global realizada por la BBC, un 89 por ciento entiende que el sistema capitalista y su libre mercado no están funcionando para el bien de la sociedad toda. La lectura de las obras marxistas, particularmente la cimera El capital, aparecen nuevamente entre las favoritas, según los libreros.

En marzo de 2009, una conferencia celebrada en la Universidad de Londres con la participación de algunos de los más importantes filósofos políticos contemporáneos, se preguntó: ¿Es el comunismo el nombre a ser utilizado para designar el actual horizonte de proyectos emancipatorios radicales? Respondió al respecto el filósofo francés Alain Badiou que “la hipótesis comunista sigue siendo la buena, no veo otra”. Por la “hipótesis comunista” Badiou se refiere a la idea de que hay otra manera potencial de organizar nuestro modo colectivo de vida, centrado en lo común, el bien común, sin las grandes desigualdades que subsisten en la actualidad en la distribución de las riquezas, así como en la organización y las condiciones del trabajo. Según la “hipótesis comunista”, alcanzar esta sociedad basada en el valor de lo común y la asociación libre y mutuamente beneficiosa de todos los que participan de la producción social es algo realizable.

“Si tenemos que abandonar esta hipótesis, entonces ya no vale la pena hacer nada en el campo de la acción colectiva. Sin el horizonte del comunismo, sin esta idea, no hay nada histórica o políticamente que pueda ser de interés a un filósofo…Lo que se nos impone como tarea, hasta como una obligación filosófica, es de asistir al despliegue de este nuevo modo de existencia de la hipótesis”.

Precisamente, ese es el reto que confronta la sociedad cubana en sus actuales circunstancias: cómo facilitar el despliegue de la constitución material de lo común para el beneficio de todo su pueblo. Compelida por los múltiples y acuciantes retos que le acompañan en este cometido bajo la presidencia de Raúl Castro, Cuba muestra señales de que se encamina definitivamente hacia la construcción de nuevas formas de lo político y lo económico que profundice y garantice la irreversibilidad histórica de sus radicales transformaciones.

Ahora bien, contrario a la percepción general prevaleciente entre los politólogos del Norte, mi humilde parecer es que dichos cambios no responden tanto a presiones externas como a tendencias y presiones intrínsecas al proceso revolucionario cubano. Contrario a la desacertada y caótica experiencia soviética, el gobierno cubano persiste, sabiamente, en la articulación de una transición ordenada que garantice la esencial continuidad de las grandes conquistas políticas, sociales y económicas del pasado medio siglo. Y aunque pueda haber diferenciaciones de apreciación en cuanto a la rapidez deseada para la potenciación de esos cambios, de lo que no debe caber duda alguna es que los cubanos están determinados a dar respuestas propias a los desafíos actuales. Para ello, Raúl Castro ha promovido activamente un nuevo contexto político basado en el diálogo y el debate fraternal que provea una fundamentación más sólida, madura y consensuada a los procesos deliberativos y decisionales del Estado cubano. Dicha apertura y profundización de los procesos de deliberación democrática son fundamentales para seguir garantizando la imperiosa legitimidad y eficacia de las instituciones rectoras de la sociedad.

En el Encuentro al que asistí, uno de los ponentes se quejaba de las diferencias existentes entre los estilos de liderato de Fidel y Raúl Castro: el primero era más carismático y comunicador, de un protagonismo y un verbo sin igual; el segundo más callado, pragmático y dado más a formas colectivas de liderazgo y mando. Dicen que en una ocasión Raúl se refirió a la constante comparación que hacen de él con su hermano mayor como comparar un conejo con un elefante. Y, insistía, en que “no se puede reemplazar a un elefante con un conejo”. En todo caso, añadía, harían falta muchos conejos, una multitud de conejos. De eso se trata, en fin, la democracia popular: potenciar la participación de todos y todas en su propia gobernanza.

Lo cierto es que cada uno se ha encargado de ocupar su propio espacio, dentro de una dialógica fraternal de identidad y diferencia, en la que prevalece la mutua lealtad y confianza de siempre. Fidel, el fundador visionario, sigue aportando, desde sus frecuentes “Reflexiones”, esa sabiduría que ya lo ha consignado como uno de los grandes protagonistas de la historia contemporánea. Por su parte, Raúl se ha ido encargando de potenciar el proceso de transición dentro de la esencial continuidad revolucionaria. Para este último, en lo inmediato el desafío principal es satisfacer cada vez más eficientemente las necesidades de la población.

Decía Raúl Castro en una reunión de campesinos cubanos celebrada en febrero de 2008: “Somos conscientes de los enormes esfuerzos que requiere fortalecer la economía, premisa imprescindible para avanzar en cualquier otro ámbito de la sociedad, frente a la verdadera guerra que libra el gobierno de los Estados Unidos contra nuestro país. La intención es la misma desde el triunfo de la Revolución: hacer sufrir todo lo posible a nuestro pueblo hasta que desista de la decisión de ser libre. Es una realidad que lejos de amilanarnos debe seguir haciendo crecer nuestra fuerza. En lugar de utilizarla como excusa ante los errores, debe ser acicate para producir más y brindar mejor servicio, para esforzarnos por encontrar los mecanismos y vías que permitan eliminar cualquier traba al desarrollo de las fuerzas productivas y explotar las importantes potencialidades que representan el ahorro y la correcta organización del trabajo”.

Cuba no espera por que Washington desista de su criminal bloqueo. Se apresta a romper el bloqueo a partir de la nueva fuerza que política y económicamente logre potenciar la misma sociedad cubana. Fernández Bulté veía en ello el imprescindible tránsito de la economía de guerra a un modelo alternativo de desarrollo autosustentable produciendo para el bien común.

El autor es Catedrático de Filosofía y Teoría del Derecho y del Estado en la Facultad de Derecho Eugenio María de Hostos, en Mayagüez, Puerto Rico. Es, además, miembro de la Junta de Directores y colaborador permanente del semanario puertorriqueño “Claridad”.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para

El elefante y el conejo

Carlos Rivera Lugo


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Respuesta  Mensaje 2 de 4 en el tema 
De: unodostres Enviado: 05/03/2010 03:07

Populismo del siglo XXI, sin ideas

Publicado el 11/Mayo/2009 | 00:07

Por Alfredo Valdivieso G.


analisis@hoy.com.ec

Nuestro presidente, Rafael Correa Delgado, ratificó su triunfo ya anunciado, ya programado, basado en sus correrías propagandísticas semanales visitando provincias y pueblos, siempre apoyado con la chequera de los fondos de todos nosotros ecuatorianos, quienes nos hemos visto en la imposibilidad de impedir semejante derroche de recursos. Su triunfo del 51% es producto de su populismo dispensador, pero falto de ideas. Ha sido hábil en destruir las instituciones del país, pero en sus dos años de Gobierno no ha sabido gobernar, no obstante que ha tenido recursos económicos abundantes, únicos en toda la historia del Ecuador.

De allí que el llamado Socialismo del Siglo XXI, copia de los socialismos ya fracasados del anterior siglo, no progresará por varias razones: una, que sus ensayos en la práctica no tienen futuro. Los plagios en general no dan resultado, sobre todo si la experiencia ha demostrado que ha servido para retrasar o empobrecer a los pueblos, tales como el cubano y los países del este europeo. Otra, que ha olvidado que el mundo actual se mueve a través de la ciencia, la tecnología y las telecomunicaciones, las llamadas TIC. El desarrollo económico no se basa ya sólo en tierra, capital y trabajo, se basa más bien, en el hombre, en sus experiencias, sus experimentos y en la materialización de lo que sabe, de lo que descubre.

En consecuencia, lo grave es que este socialismo no tiene en cuenta que los tiempos han cambiado, ya no se trata de revoluciones violentas o de dirigir a las masas ignorantes o de totalitarismos practicados en la ex URSS o en Zimbabue.

Vale la pena traer a colación lo que menciona el ingeniero Antonio Vereda del Abril, presidente de la Fundación Iberoamericana para el Desarrollo (FIDE), de Madrid, en la Memoria de Actividades de 2008: "… Vivimos tiempos de creación de ideas más que de ideologías, tiempos en que el saber debe estar sobre el poder, tiempos en que es posible llevar la imaginación al poder. Son tiempos de sabiduría, de innovación, de universalidad, con ideas, valores y códigos de conducta para ser capaces de construir la civilización global...".

Con la letanía del presidente Hugo Chávez de Venezuela contra los Estados Unidos o de los complejos de un Evo Morales de Bolivia, amén del presunto violador de su hijastra, Daniel Ortega de Nicaragua, los pueblos no pueden progresar. Todos ellos tienen que volver a la realidad y no solo tratar de perpetuarse en el poder, utilizando fondos de sus países para satisfacer su ego, su ansia de poder perpetuo.

Lo admirable es que Rafael Correa, ex profesor universitario, graduado en los Estados Unidos y en Bélgica, en vez de gobernar en concordancia con sus conocimientos, con las necesidades ecuatorianas, ha seguido un guión populista trasnochado y fracasado, lanzado como una pedrada por Hugo Chávez y sus adláteres. Esperemos que el 49% que no votó por él sea una evidencia que le sirva finalmente para reflexionar y, sobre todo, gobernar.
http://www.hoy.com.ec/noticias-ecuador/populismo-del-siglo-xxi-sin-ideas-347775.html

Respuesta  Mensaje 3 de 4 en el tema 
De: unodostres Enviado: 05/03/2010 03:10
 
El burgués Karl Marx decía: “La teoría se convierte en fuerza material cuando se adentra en las masas” (Die Theorie wird zur materiellen Gewalt, wenn sie die Massen ergreift) Pero hasta ahora, en Latinoamérica, el único lugar en donde está echando gruesas raíces este Socialismo del Siglo XXI, la teoría de éste sólo ha logrado penetrar en los dirigentes populistas latinoamericanos -calcados todos ellos entre sí como si fueran todos ellos uno solo y siempre el mismo-, dirigidos y comandados a distancia por un islamofascismo que sólo piensa en conseguir sus propios fines, y nunca en los deseos teóricos y los supuestos fines de este nuevo  socialismo del Siglo XXI.

El Socialismo del Siglo XXI podría ser un producto colectivo de miles de años y un patrimonio de la humanidad, si no fuera porque es un producto espúreo, que emana por un lado y se apoya y se potencia, con fines distintos para los que supuestamente fue concebido, por el otro.

Parece mentira que en los albores de esta nueva centuria se advierta una aparente “resurrección” de los estertores humeantes de esas teas blandidas por hombres de la estirpe de Hitler, Mussolini y Stalin.

Recordemos, por un instante, las gravísimas consecuencias de las poses mesiánicas asumidas por aquel célebre führer, de fácil verborrea y planteamientos populistas que “endulzaron” al sufrido pueblo alemán con el mito de la superioridad de la raza aria y toda esa gama de “tesis” que sustentaban el “proceso” nacional-socialista que tanta sangre, persecución y muerte causó con motivo del desastre de la II Guerra Mundial que él mismo emprendiera. Aquellas peroratas hallaron eco en el “teatro” impuesto por Mussolini, sin olvidar la versión “socialista” de Stalin, el dictador de hierro en la Rusia soviética

http://www.diariocritico.com/lineacritica/index.php?topic=7643.0


Respuesta  Mensaje 4 de 4 en el tema 
De: unodostres Enviado: 05/03/2010 03:13
Julio López explica el modelo que Heinz ve escaparse en Venezuela

“Populismo o Socialismo del siglo XXI”

Juan Ramón Huerta

END - 20:25 - 09/01/2010


No sólo lo que pasa en la Venezuela con el chavismo sino también en la Nicaragua del orteguismo se constituyen en el peor enemigo del Socialismo del siglo XXI, explica Julio López Campos. También habla de la vergüenza que pasa cualquier nicaragüense cuando se le pregunta qué pasa con el dinero generado por el petróleo venezolano y que maneja la familia presidencial en este país.

¿Pudo más el chavismo que el Socialismo del siglo XXI proclamado desde el sur por el presidente Hugo Chávez?
La conciencia primaria del venezolano está hegemonizando, sin duda, el proceso. De ahí una de las críticas de Heinz, porque según él, la gente ha confundido las cosas; ha confundido al líder con la causa, las verdaderas necesidades de transformación, con la retórica política del líder.

¿Se parece a la experiencia de Nicaragua?

Sí, como ocurre en Nicaragua con el Frente Sandinista que gobierna el país en donde la gran mayoría, incluyendo a algunos dirigentes históricos, dejaron de ser sandinistas en el sentido que lo entendía Carlos Fonseca, para volverse “copernicanos”. Digo esto porque contrario a las creencias que tenía la humanidad, Copérnico demostró que la tierra no era el eje del universo, sino que era el sol y que la tierra gravitaba en torno al sol.

¿Qué tiene que ver eso con lo que pasa en el FSLN?

Cuando uno ve hoy cómo actúan y cómo se expresan los dirigentes del FSLN, ya no los ves como sandinistas, sino como “copernicanos” porque para ellos todo gravita alrededor del sol que es Daniel Ortega y que además tiene su luna propia. Sólo pueden ver el mundo por lo que dice y piensa su líder.

Ya no hay un pensamiento propio, crítico, además que ellos mismos confiesan que lo que hacen y dicen es porque así lo quiere o lo dice Daniel o “La Chayo”.

Pero volvamos a Venezuela. ¿Qué pasa en el nivel intermedio de los cuadros de la revolución bolivariana?
Es que ese tipo de fenómeno se está reproduciendo en Venezuela en donde existe un conjunto de líderes, algunos de los cuales han utilizado posiciones ventajosas del poder para hacer dinero y enriquecerse y que tienen cuotas de poder y las tienen porque están en el proceso bolivariano y éstos le tienen temor al pueblo; “le tienen culillo” al pueblo como decimos los nicaragüenses y que ellos también así lo dicen.

¿Y qué hace Chávez con tanto dinero producto del petróleo?
Los indicadores sociales en salud, educación y otros han mejorado notablemente. El problema es que aunque uno tenga un mar de petróleo no podes evitar las turbulencias económicas como la inflación si no tenés unas políticas económicas adecuadas y coherentes.

El problema es que Venezuela no puede evadir que es parte integrante de una economía mundial que ha presentado dos años de terribles adversidades, pero además está lo que abiertamente critica Heinz, la falta de eficiencia en la administración pública, la falta de proyectos estratégicos coherentes.

Cuando hablo de ineficiencia me refiero a la productividad no solo en que se hace mal uso de los recursos. Porque se puede tener el mar de petróleo, pero si la economía no conoce un proceso gradual de mejoría, de su competitividad; si eso no se administra bien pueden terminar como este año con un decrecimiento de su Producto Interno Bruto.

¿Hay mejoría sin cambio de sistema?

Una mejoría en la distribución de la riqueza no significa necesariamente un cambio sustantivo en el sistema, que es otro de los aspectos sustantivos de la crítica de Heinz.

En su crítica plantea que la economía venezolana debe decidirse que va a ser, o un modelo desarrollista, o desarrollista con políticas neoliberales o una política populista, en definitiva, va a ser una política y social que va gravitar al interior del sistema existente actualmente o se va a impulsar una política revolucionaria, es decir, el cambio de sistema.

Entonces, ¿en qué consiste la tesis de Heinz?

En la propuesta de Heinz y en las ideas generales del Socialismo del siglo XXI postula que la civilización actual tiene como base de sustentación la economía de mercado en el plano económico y la democracia liberal en el plano político.

Se parte de que la misma madurez de las sociedades ha generado las condiciones para que esta sociedad pueda ser superada. Es decir que ahora es posible organizar la economía con otros criterios y con otros parámetros respeto de la economía de mercado y que podemos también por lo tanto, superar la democracia representativa por una verdadera democracia participativa.

¿Cómo se expresa esto en el plano económico?

Tanto Marx como otros economistas contemporáneos establecieron que el corazón de la economía está determinado por el trabajo y que por lo tanto es el factor que permite determinar el valor. Entonces, Heinz junto a otros economistas de hoy y de diferentes escuelas, han logrado establecer de que gracias al desarrollo de las tecnologías, la humanidad está en capacidad de determinar de manera exacta el cuantun del trabajo medio incorporado en cada mercancía o en cada servicio.

Entonces, si se puede medir en el espacio y el tiempo, el cuantun del trabajo de una mercancía quiere decir que podemos organizar en la sociedad la planificación de la producción y la distribución de las mercancías olvidándonos del dinero, del intercambio mercantil y podemos hacer a un lado el enriquecimiento y la acumulación individual de la riqueza, podemos suprimir la explotación en otras palabras. Podemos establecer un intercambio igualitario.

Pero esto ni siquiera se asoma a la lógica del chavismo en Venezuela
En Venezuela, en las condiciones de la revolución bolivariana, en un año podríamos diseñar el modelo macroeconómico que podría hacer funcionar la economía venezolana bajo estos nuevos parámetros que serían en definitiva la superación de la economía de mercado.

El problema es que, y lo vemos detrás de las críticas de Hanz, no siempre la ciencia y la consciencia coinciden en el tiempo, no siempre van de la mano. Avanzar en esa dirección es posible, pero es complejo y más cuando se cruzan los factores señalados por Heinz.

Es probable que en Venezuela exista la masa crítica necesaria, el conocimiento, la infraestructura material y tecnológica disponible para elaborar un marco macroeconómico que vaya en la dirección de superar la economía de mercado para entrar en lo que Heinz llama la economía de equivalencia.

Heinz quiere ver a Chávez trabajando en esa dirección, porque de no hacerlo se quedaría como reformista, o un neoliberal o sencillamente un populista o un hombre con ideas utópicas.

Y en términos políticos, ¿cuál es el modelo?

La democracia participativa ampliada, no estamos hablando de un partido tradicional sino de una democracia que se podría ejercer haciendo uso de todos los recursos disponibles. Todas las oportunidades de consulta directa en la que podría participar la población si se prepara para que haga uso de todos los recursos tecnológicos y del conocimiento. Hay posibilidades infinitas.

Pero, ¿qué vas a hacer con un 40 por ciento de población que en Venezuela no quiere ese cambio y un sesenta por ciento en Nicaragua?
Para comenzar ni el sesenta por ciento que apoya a Chávez está apropiado de este inmenso mundo de oportunidades, está muy lejos de apropiarse de este proyecto.

En Venezuela ves un Estado poderoso que nacionaliza y acumula riqueza pública pero con el mismo sistema, no hay cambios en el sistema.

En el caso de Nicaragua creo que no hay más florida retórica antiimperialista y anticapitalista que la que pregona el presidente Ortega pero cuando vamos al cuerpo de la sociedad nicaragüense vemos que no se le ha tocado ni un pelo al sistema económico, ni siquiera han querido cobrar impuestos al capital financiero y al gran capital, no han modificado en nada el sistema económico.

De todo lo anterior, ¿hay algo que se avizore en Venezuela?

Los cambios no se ven hasta que se hacen. Hace diez años habría sido absolutamente imposible, ingenuo pensar que se podían crear empresas multinacionales que administraran recursos públicos como el petróleo con una lógica financiera distinta a la que se usaba en Venezuela.

Darle tantos miles de barriles a Nicaragua, a Cuba, a Belice, haciendo un lado el criterio mercantilista.

Esto está inscrito en el proyecto social de la revolución bolivariana que propone modificar la naturaleza del intercambio entre las naciones. Es realmente posible también cuando pensamos en el Banco del Sur para que todos esos recursos no estuvieran en los bancos del capitalismo, eso no era posible hace unos diez años atrás.

Si nosotros podemos administrar la riqueza pública internacional con otros criterios, distinta a la economía de mercado, con foros distintos a los de la OEA, entonces por qué no será posible crear un bloque militar del sur.

¿Y qué hacer con quienes no están de acuerdo con esos cambios, incluyendo personas que están dentro de la misma revolución pero con otros intereses; hacer plata por ejemplo?
Hay resistencia, es lo que ocurre en Nicaragua. Ese es un desafío muy grande, ya te lo decía antes.

Heinz es apocalíptico respeto a Venezuela. ¿Julio López cómo lo ve?
Yo estoy convencido que existe una voluntad expresa de destruir ese proceso y que esa voluntad si no es enfrentada de manera eficiente alcanzará sus objetivos.

¿Es posible un punto de retorno en Venezuela a la esencia del Socialismo del siglo XXI?
No solo él lo piensa así, lo dijo el embajador de Venezuela en la OEA, lo han dicho varios ministros. Si se pierden las elecciones legislativas del 2010, se acaba la posibilidad de ganar la presidencia en el 2012.

No vayamos muy lejos, en el caso de Nicaragua, nos fueron sacando el agua de la pecera y de pronto el oxígeno que respirábamos se enrareció y se perdió el poder.

Las amenazas son reales. Vos creés que Venezuela tiene un ejército como el que defendió la revolución en Nicaragua, un EPS dispuesto a todo; en Venezuela cuando vean que la cosa se pone fea, van a salir por el camino más fácil, quitando a Chávez se acaba el problema. Por eso es pertinente la advertencia de Heinz.

¿Qué repercusiones tiene esta crisis de Venezuela en lo que Ortega llama la segunda etapa de la revolución?
Para comenzar yo miraría a Nicaragua a oscuras. Sin esos quinientos millones de ayuda venezolana vendría un colapso. La única alianza efectiva, real y concreta que tiene el presidente Ortega es Venezuela, además de la siempre generosa voluntad de Cuba de apoyar a Nicaragua.

Si las cosas se hacen como se siguen haciendo, el gobierno de Ortega colapsará. Hugo Chávez sabe que lo que contribuyó a la corrupción en Venezuela fue la privatización de los recursos públicos.

De manera contradictoria y absurda la cooperación pública de Venezuela en Nicaragua se ha privatizado. Chávez lo hace con la mejor voluntad.

Pero lo que hace el gobierno de Ortega tiene consecuencias perversas para el país porque a la privatización del FSLN se nos agrega la privatización de la cooperación internacional y eso nos hace regresar a los fantasmas del pasado, cuando una familia se enriqueció en el poder.

¿Acaso Chávez es ajeno a eso?

Ortega le pide cooperación y Chávez seguramente tiene confianza y se la da para que la administren como quieran, el problema es que nosotros permitimos que una cooperación pública se maneja privadamente por los copernicanos.

¿Y cómo crees que se manejan los recursos generados por ese petróleo en Nicaragua?
Si fueras un periodista extranjero me daría vergüenza decirte que no lo sé.
 


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