Médicos cubanos que trabajan en Venezuela huyen del régimen de Castro a través de Colombia. Por Marisol Gómez Giraldo.

Esta es una imagen del trabajo de médicos cubanos en una de las
poblaciones venezolanas. Al fondo, el anuncio de Barrio Adentro.
Por Maracaibo y Cúcuta están escapando los médicos enviados a Barrio
Adentro, misión de salud del Gobierno chavista. Estos son testimonios
de la huida que han protagonizado unas 2.000 personas.
 Rutas de la huida de los médicos cubanos que quieren llegar a Estados Unidos.
AUDIOS: Dos voces críticas frente a la Misión Barrio Adentro.
Era sólo un letrero negro, pero él llevaba 16 horas con la vida en
vilo, persiguiéndolo. Alcanzó a verlo cuando el sol comenzaba a
perderse entre ese difuso pedazo de cielo bajo el cual, según la
geografía, termina Paraguaipoa (Venezuela) y comienza territorio
guajiro. Era 27 de enero. "Bienvenido a Colombia", leyó el médico
cubano, y comenzó a sentirse "como un paciente después de convulsionar:
¡tan agotado que no sentía ni la planta de los pies!"
Respira con dificultad mientras recuerda. Parece volver el miedo del
25 de enero, cuando dejó el centro de salud de un pueblo venezolano,
que se niega a nombrar para que nadie pueda identificar al desertor del
régimen castrista que habla. Ni la anónima casa del sur de Bogotá donde
atiende a un equipo periodístico de los medios de la Casa Editorial EL
TIEMPO para este especial, le da tranquilidad. Otra médica cubana que
llegó con él, ni siquiera habla.
Trabajo por petróleo
De las huidas azarosas han sabido ellos y otros 2.000, que según
calculan han abandonado Barrio Adentro, la misión del Gobierno de
Venezuela que el pasado viernes cumplió 7 años llevando servicios de
salud a los lugares más pobres del país, y que es atendida por
profesionales cubanos (40.000 según los desertores; 14.480, según el
Gobierno chavista), como parte de un convenio entre los presidentes
Raúl Castro y Hugo Chávez.

Es con el trabajo de médicos, enfermeras, terapistas y entrenadores
físicos que se paga parte del petróleo al Gobierno chavista, dicen
ellos. Y esa misión, como pasa con otras, se ha convertido desde abril
del 2003, cuando llegaron a Barrio Adentro los primeros 53 cubanos, en
la nueva ventana para escapar del régimen de la Isla, ahora por
Colombia.
Aunque el médico que decide hablar y la médica que prefiere
parecer muda lograron atravesar esa ventana, los sobresaltos para los
dos no han terminado.
El primero para él fue en un terminal de buses de Maracaibo.
Esperaba un carro que lo seguiría alejando del Estado Zulia, de donde
salió, cuando se vio frente a otro cubano. "¡Quizás un agente de
seguridad!", se dijo. "Hay 60.000 en Venezuela cuidando a Chávez y
vigilando a los isleños". -¿Qué hace aquí?, interrogó el otro. -¿Quién es usted?, contrapreguntó el médico nervioso. -También soy cubano y ¡quiero llegar a Colombia! La confesión, que llegó como aire fresco, se dio por el susto que le adivinaron.
Once en el mismo camino
Los cubanos dicen reconocerse en cualquier parte, y entre
desconfianzas y tanteos, ese 25 de enero se encontraron 7 médicos en el
terminal de Maracaibo. Todos huían. "Nos fuimos atrayendo y juntando.
Llegamos a ser 11 con otros 5 que nos encontramos en distintos puntos
de la travesía". Cinco eran mujeres. A veces iban en bus, a veces en
taxi.
Lo que más asustaba era un encuentro repentino con 'El jurídico', un
agente de seguridad del Estado cubano, con grado de militar. "Él teje
una red de informantes dentro de los mismos médicos. Por eso no se
habla con nadie de la idea de escapar, ¡ni con la familia! Si lo dices
en una llamada, estás interceptado, si lo dices en un correo
electrónico, estás infiltrado".
En Venezuela, a donde el médico de esta historia llegó el 17 de
octubre del 2009, los reciben con un reglamento que a él le causó
"terror". "¡No podíamos salir de las casas después de las 6 de la
tarde!". Eso impulsaba el deseo de escapar.
"Sabíamos que por Cúcuta iba a ser difícil porque había mucha
Policía política cubana, incluso vestida como soldados de las Fuerzas
Bolivarianas. Nos dijeron que por Maracaibo era más fácil, para llegar
por ahí a La Guajira". En La Raya, ya en la frontera, llegó el peor de
los sobresaltos: el encuentro y el pulso con la guardia venezolana.
El pase, por 10 millones
¡Serán deportados directo a La Habana!, les dijeron tras recogerles los pasaportes cubanos. "El miedo fue inmenso".
Los que no logran sobornar a la guardia son embarcados de inmediato
en Cubana de Aviación hacia la Isla, donde los ponen presos o les
quitan la licencia médica.
"Como sabíamos de la corrupción y de las necesidades de la guardia,
no habíamos tomado ni un jugo para ahorrar la plata. Para mí era fácil
porque era una travesía de16 horas, pero los otros tenían dos y tres
días viajando. Venían de Carabobo, Valencia, Maracay, San Juan de los
Morros y Guárico".
Llevaban 40 minutos encerrados en una habitación con puertas de
hierro, en la misma frontera, cuando les enviaron al primer emisario.
"Se paró delante y nos llamó desertores, apátridas".
Media hora después apareció una mujer que apartó a dos médicos para
hablar con ellos. De regreso traían una esperanza: la guardia quería
plata, aunque era demasiada: 10 millones de bolívares.
"Reuniendo todo no llegábamos ahí, pero varios tenían dólares que
les habían enviado de Estados Unidos y nos acercamos bastante a los 10
millones".
Así, docenas han alcanzado, por Maracaibo o Cúcuta el "Bienvenido a
Colombia", que para los médicos es la vida después de largos viajes
clandestinos.
La mayoría busca la visa a Estados Unidos, mediante el Cuban Medical
Professional Parole (CMPP), programa creado en el 2006 por el
Departamento de Estado para los médicos cubanos enviados a terceros
países.
Ni en esa embajada ni en la Cancillería colombiana hay datos
discriminados sobre el número de cubanos que hay entre los extranjeros
que pasan por Colombia antes de ir a E.U. Pero es un hecho que van en
aumento, y que Colombia se ha convertido en la nueva ruta de escape de
los que el Gobierno cubano llama "traidores", y ellos a sí mismos, sólo
"hombres en busca de libertad".
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