La pregunta es directa, sin dobles intenciones, dejando por sentado que ojalá fueran ciertos los milagrosos datos ofrecidos por La Habana. Según el diario oficial Granma, Cuba alcanzó en 2009 una mortalidad infantil del 4,8%, por encima de países como Estados Unidos y Canadá.
DIARIO DE CUBA ha acudido a expertos de dentro y fuera de la Isla para evaluar la situación al respecto.
Roberto Álvarez, médico radicado en España desde hace tres meses, considera que "es cierto que la mortalidad infantil es baja", pero no se pueden verificar los cálculos de forma independiente.
"El fraude estadístico se comete en las direcciones provinciales de Salud Pública, de común acuerdo con los hospitales y bajo el auspicio de la Dirección Nacional de Estadísticas del Ministerio de Salud Pública (MINSAP)", afirma.
Su versión la corrobora el ginecólogo Ángel Jiménez, presidente del independiente Colegio Médico Oriental, con sede en Santiago de Cuba, para quien la manera en que se informa una muerte "es manejable por la dirección del hospital".
"Lo mismo pueden decir que ha sido un aborto, como que ha nacido muerto (muerte fetal). En los municipios alejados de las ciudades, se hace con las cifras lo que el hospital estime conveniente", asegura Jiménez, que trabaja con la disidencia desde 2003, cuando fue expulsado del sector.
Divulgar la existencia de una epidemia de dengue lo llevó a tres cárceles diferentes.
Malabares y tecnicismos
En un mapa publicado por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), que muestra los municipios con "mortalidad infantil cero" en 2009, no aparece ni una sola capital de provincia. Territorios aislados y extremadamente empobrecidos —Imías, Manuel Tames, Yateras, La Sierpe, Sierra de Cubitas— son los de "mejores resultados".
Álvarez dice que esto responde a un "tecnicismo geográfico", ya que en los municipios más aislados se ingresa a las embarazadas antes que en las ciudades, como "medida preventiva".
El doctor Jiménez atribuye la "estafa estadística" a que los médicos o dirigentes "defienden lo suyo, para no perder el puesto, y son capaces de hacer muchas cosas". ¿Eso disminuye la responsabilidad del gobierno?, pregunta este periódico. "Saque usted sus propias conclusiones", dice. "Hemos convivido mucho tiempo con la mentira".
Según el doctor Álvarez, los "trucos" para falsear las estadísticas suelen ser muchos y dependen de varios factores, entre ellos técnicos y cronológicos.
"Por ejemplo, las muertes ocurridas a finales de diciembre, que siempre ponen en peligro la cifra anual, se 'ajustan' a enero del año siguiente, de forma arbitraria. Otro indicador del que no se habla —por su deterioro progresivo en algunas regiones del país— es el índice de mortalidad materna", argumenta.
"Hay niños que nacen prematuros, o luego contraen infecciones, diarreas o meningitis, que se informan estadísticamente como muertos antes de nacer", admite otra fuente médica del interior de la Isla, que prefiere el anonimato.
La Organización Mundial de la Salud otorga mayor relevancia al índice de fallecidos por cada mil nacidos vivos.
Según analistas consultados, el dato verdadero de mortalidad infantil debe estar cerca de los 8 por cada mil nacidos vivos, que sería "una cifra excelente".
"El clima tropical afecta en cierta medida tanto a la madre como al recién nacido. Las enfermedades respiratorias y alérgicas son las fundamentales, además de las diarreicas", asegura un médico que prefiere hablar bajo anonimato.
Sin embargo, agrega, "el bajo peso al nacer es el principal riesgo" en la Isla.
"El sistema nacional de salud sigue siendo uno de los mejores de Latinoamérica, pero es excesivamente caro y no es gratuito. Se alimenta de los impuestos más altos que se puedan aplicar en una nación subdesarrollada, con un salario medio de entre 12 y 15 dólares. Esto es lo que percibe el ciudadano cubano, una vez que paga por esa salud y esa educación en teoría gratuitas", reflexiona el galeno.
Los principales problemas de la sanidad cubana son la carencia de recursos materiales y humanos, coinciden los expertos consultados. Esto se agrava por el ruinoso estado económico del país y por la exportación masiva de personal sanitario; aunque, según UNICEF, la situación general es otra.
De acuerdo con José Juan Ortiz Brú, representante de la organización en la Isla, la "amplitud y calidad de los servicios de los hospitales acogedores para el niño y la madre de Cuba figuran entre los más elevados del mundo".
"Creo que Cuba es uno de los países donde la Convención sobre los Derechos del Niño tiene mayor vigencia, lo que significa que se han instaurado muchas políticas públicas que garantizan el desarrollo de los niños", añadió en declaraciones a EFE.
La médica Inquisición
Los facultativos consultados tienen una opinión diferente sobre la organización y los resultados del sistema sanitario.
"El Estado sólo se limita a crear mecanismos administrativos de sanción y vigilancia a los ginecólogos, neonatólogos, médicos de familia y enfermeras, a través de un programa bastante parecido a la Santa Inquisición, que se llama PAMI (programa de atención materno infantil)", apunta Roberto Álvarez.
Según testimonios recogidos por DIARIO DE CUBA entre médicos, enfermeras y funcionarios de Salud Pública, detrás de cada caso de mortalidad infantil se produce una investigación en la que se sabe de antemano que "el culpable será un médico".
En los "tribunales" instalados no cuentan agravantes (para la muerte del niño) como la falta de recursos, la malnutrición y las pésimas condiciones de vida de la madre o la falta de ambulancias; aunque el fallecimiento se haya producido a causa de un germen agresivo detectado en el salón de partos y para el cual mucha veces no hay antibióticos.
Son los denominados "Comités de Fallecidos", en los que se analizan las causas y donde el culpable será siempre el médico, confirma otra fuente interna.
Álvarez, que vio el problema de cerca, dice que las autoridades se aseguran de que "la investigación sea lenta y pública, para aumentar el estrés de los médicos, y, de paso, servir de escarmiento preventivo al resto".
Considera que todo consiste en un "eficiente mecanismo represivo" sobre el personal de salud vinculado a la atención materno-infantil, mediante el cual se dictan "sanciones inapelables" para "compensar la ineficiencia de la gestión sanitaria del MINSAP".
Sus tesis coinciden con las de otros: los "éxitos" en la atención materno-infantil no son obra de la utilización de medicamentos de última generación, ni de técnicas quirúrgicas avanzadas, sino de la labor "casi esclava" de los médicos.
"En el policlínico de Dos Ríos (Palma Soriano), los dirigentes del PAMI quisieron sancionarme porque, según ellos, yo era el responsable de los recién nacidos con bajo peso", señala Ivo Malberty, obstetra y ginecólogo. Por tales razones, hasta un año después no le permitieron ocupar una plaza en la ciudad donde vivía.
El médico, que ahora radica en Barcelona (España), dice que "todo el mundo conoce el hambre que se pasa en las zonas que se dedican al cultivo de la caña".
Sin embargo, le querían "responsabilizar del bajo peso al nacer, cuando el culpable del hambre que pasa la población es el gobierno", afirma.
Indicadores históricos
En el año 1958, la mortalidad infantil en Cuba era de 32 por cada mil nacidos vivos. Era el índice más bajo de América Latina, España, Portugal, Grecia, Italia y Austria, según el ensayo La sanidad y sus contradicciones. Mito y realidad, de Antonio Guedes Sánchez, médico exiliado en España.
A los ojos de hoy, es una cifra altísima. Pero, ¿qué significa en su contexto temporal?
"De ello podemos sacar las siguientes lecciones: 1) la dictadura ha estado silenciando la situación sanitaria de Cuba anterior a 1959; 2) los éxitos y logros sanitarios cubanos no son recientes y el país tenía en 1959 una base de desarrollo importante, y 3) el régimen, para mostrar los 'logros', ha sacrificado a todo un pueblo negándole la libertad, destruyendo su riqueza, paralizando su iniciativa y dañando sus valores", dice Guedes a DIARIO DE CUBA.
Repara en que otras naciones del mundo, como Costa Rica y España, "sin pagar el alto precio de los cubanos", hoy se goza de una sanidad y calidad de vida "superior" a la de la Isla.
"Es vergonzoso que haya maquillaje estadístico en un tema tan sensible como la mortalidad infantil; pero así es todo en este país: emulaciones políticas, más plátanos en el noticiero de televisión que en los mercados y todo tipo de embustes, que, si se descubren, siempre pagan los de abajo", aseguran las fuentes consultadas.
En el futuro, es evidente que Cuba necesitará un largo período de desintoxicación para entender que la realidad importa más que el dato
http://www.diariodecuba.net/cuba/81-cuba/1474-un-timo-mundial.html
http://debates.1talk.net/debates-general-f3/un-timo-mundial-t5332.htm