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General: LA DUALIDAD MONETARIA,
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De: Rene Gomes (Mensaje original) |
Enviado: 09/05/2010 04:17 |

La discusión sobre la existencia de dos monedas en Cuba se acrecienta. El tema es de los más controvertidos actualmente y de los que produce mayor disgusto entre la población. Los
cubanos, en su inmensa mayoría son pagados con el peso corriente,
moneda que el estado rechaza en la mayoría de los establecimientos
comerciales y de servicios, lo cual crea una situación absurda. El
acceso al peso convertible (CUC) guarda poca relación con el aporte
laboral de los ciudadanos. Un contradictorio escenario demostrativo de
la inexistencia de una sociedad acorde con los proclamados principios
de distribución socialista. Para conseguir el CUC, se depende
fundamentalmente de factores extralaborales, como recibir remesas del
extranjero, en particular de Estados Unidos, o tener los suficientes
contactos e ¨idoneidad política¨ para poder laborar en el turismo,
embajadas y empresas formadas con capital foráneo, y así poder obtener
las propinas y las gratificaciones pagadas por debajo de la mesa,
prohibidas hasta muy recientemente. Un
porcentaje reducido de los trabajadores recibe pequeños ingresos en
pesos convertibles en áreas consideradas estratégicas, inferiores por
lo regular a 20 CUC mensuales. Cantidades irrelevantes,
recibidas si se alcanzan determinadas condiciones, como asistir
puntualmente al trabajo y cumplir de forma estricta las regulaciones
y planes establecidos. El resto de la población sólo tiene acceso a esa
preciada moneda mediante la compra en determinadas cajas de cambio
(CADECA) a 1 por 25 pesos convencionales hasta ciertos montos de pesos convertibles disponibles para el canje total diario, en limitadas cantidades por cada operación.
Los
cubanos dependen extraordinariamente de la adquisición del CUC para
satisfacer vitales necesidades, cuando el salario promedio no rebasa
los 408 pesos corrientes mensuales y el mínimo es de 225. Mientras
los jubilados en su mayoría reciben una pensión mínima de 164 pesos
corrientes mensuales, pero deben pagar 2.15 CUC por un litro de aceite
comestible y 6.50 CUC por un kilogramo de leche en polvo de producción
nacional. Esta situación incide en el poco interés laboral prevaleciente y resulta uno de los elementos provocadores de que la productividad
sea muy baja, con un crecimiento de un 39,5 % entre 2000-2007,
calculado sobre la base de incrementos del PIB sumamente discutibles;
mientras en ese período el salario medio aumentó en un 71,0%, según
cifras oficiales. Una coyuntura que afecta negativamente los costos de producción y la eficiencia.
La dialidad 2
La dualidad monetaria
provoca otras nocivas consecuencias, como la doble contabilidad y
distorsiones al no existir tasas reales de cambio a nivel comercial,
fuentes de una elevación notable de los costos de gestión, sin lograrse
la determinación exacta de la situación económica a nivel micro y macroeconómico. Escenario en el cual se dificulta
enormemente la evaluación de la información disponible -poco confiable
casi siempre-, e imposibilita la toma de acertadas decisiones. Ahora
bien, la doble circulación monetaria es una consecuencia del
desbarajuste que ha sufrido la economía cubana y no podrá resolverse de
forma aislada, separándola del contexto de los problemas nacionales. De
hacerse unilateralmente, las consecuencias podrían ser peores, en
especial por crearse un proceso inflacionario de significativas
magnitudes, con daños relevantes a los sectores sociales más débiles. La
solución a este problema que obstruye el interés laboral, la
productividad y la eficiencia productiva habrá que encontrarla mediante
un proceso de reformas estructurales integrales, gradual pero constante; que incluya transformaciones radicales de conceptos obsoletos, en especial en relación con la propiedad. Por
las características cubanas, los cambios deberán iniciarse en la
agricultura a través de la entrega de las enormes extensiones de las
tierras ociosas y subutilizadas existentes, con entera libertad para
ser cultivadas por las personas interesadas en su provecho y el de la sociedad. La
reestructuración agrícola deberá continuar, o marchar al unísono en
algún momento, con el desarrollo del trabajo por cuenta propia, la
privatización o cooperativización real de los pequeños establecimientos
de comercio, servicios y chinchales, establecimientos que nunca debieron ser confiscados. Así también deberán eliminarse las absurdas prohibiciones a los cubanos para poseer pequeñas y medianas empresas (PYMES). Si fueran tomadas esas medidas, al tiempo que se crearían riquezas y crecería la oferta de
productos y servicios, se establecerían fuentes de puestos de trabajo
realmente productivos, que permitirían utilizar los enormes excedentes
de fuerza de trabajo ubicados hoy sin ningún provecho en el sector
estatal, lo que imposibilita una debida organización laboral, el incremento de la productividad y el aumento del salario real.
La Dualidad…3
Resulta
evidente que la creación paulatina de un peso fuerte como moneda única
deberá responder al incremento de la oferta de productos y servicios
con precios razonables. Sin embargo, no se podrá lograr
solamente a través del incremento productivo, sino también
paralelamente deberá actuar una política financiera adecuada que
equilibre de forma gradual los ingresos y los gastos de la nación sin
causar sufrimientos innecesarios a la población. Ello
incluye la propuesta que ahora ha realizado el General Raúl Castro de
racionalización del aparato institucional del país, absolutamente
recargado con personal innecesario, generador de parasitismo y de
despilfarro monetario y humano. Aparatos burocráticos que con sus
constantes intervenciones en toda la sociedad han sido frenos permanentes al espíritu creador del cubano. Indudablemente,
habrá que adoptar medidas para que las personas racionalizadas puedan
ser empleadas productivamente y sentirse útiles socialmente. En
lo sectores burocráticos existen muchas personas calificadas que en el
futuro podrían emplearse eficientemente para beneficio propio y del
país. Por
otra parte, se requieren programas inversiones adecuados a las
posibilidades nacionales, alejados del dañino voluntarismo, que en el
menor tiempo posible hagan madurar los objetos de obra, para concluir
la historia del congelamiento eterno de recursos materiales y esfuerzos
humanos que en no pocas ocasiones se pierden totalmente, además de crear perversas presiones financieras. En
este recuento de medidas, por supuesto incompleto, para la necesaria
apreciación del peso cubano como moneda nacional única, habrá que
incluir la terminación del funesto sistema de racionamiento de
alimentos, el cual financia a personas necesitadas y no necesitadas,
con un pesado y costoso aparato de control y distribución,
sustituyéndolo por mecanismos más flexibles de ayuda efectiva a quienes lo requieran. Además
deberían descentralizarse las funciones del Estado mediante el
otorgamiento de poderes de gestión y de toma de decisiones a los
niveles municipales y provinciales, lo cual agilizaría la actividad
administrativa, mediante la eliminación de dilatados e innecesarios
procedimientos burocráticos. También tendría que reanalizarse la ayuda cubana al exterior, para ubicarla dentro de las posibilidades económicas reales.
Resulta contradictorio que
La Dualidad…4
Cuba
con 6 000 dólares per capita de PIB, -cifra calculada sobre la base de
la paridad de poder adquisitivo (PPA) en USA por el Instituto de
Estadisticas de UNESCO-, el 23 lugar de una lista de 33 naciones de América Latina y el Caribe según el Programa de Naciones Unidas
para el Desarrollo (PNUD), continúe prestando ayuda gratuita a países
que cuentan con recursos muy superiores a los nuestros. No se trata de restar nuestra contribución a la humanidad, sino adecuarla a las posibilidades reales. Es ilógico continuar siendo ¨luz de la calle y oscuridad de la casa¨. En
este marco de reformas, donde se han enunciado los aspectos más
esenciales, estarían incluidas las condiciones indispensables para el
proceso de fortalecimiento gradual de la moneda nacional y de la
eliminación de la dualidad económica que tanto daño ha ocasionado.
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De: Rene Gomes (Mensaje original) |
Enviado: 08/05/2010 23:17 |
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La discusión sobre la existencia de dos monedas en Cuba se acrecienta. El tema es de los más controvertidos actualmente y de los que produce mayor disgusto entre la población. Los
cubanos, en su inmensa mayoría son pagados con el peso corriente,
moneda que el estado rechaza en la mayoría de los establecimientos
comerciales y de servicios, lo cual crea una situación absurda. El
acceso al peso convertible (CUC) guarda poca relación con el aporte
laboral de los ciudadanos. Un contradictorio escenario demostrativo de
la inexistencia de una sociedad acorde con los proclamados principios
de distribución socialista. Para conseguir el CUC, se depende
fundamentalmente de factores extralaborales, como recibir remesas del
extranjero, en particular de Estados Unidos, o tener los suficientes
contactos e ¨idoneidad política¨ para poder laborar en el turismo,
embajadas y empresas formadas con capital foráneo, y así poder obtener
las propinas y las gratificaciones pagadas por debajo de la mesa,
prohibidas hasta muy recientemente. Un
porcentaje reducido de los trabajadores recibe pequeños ingresos en
pesos convertibles en áreas consideradas estratégicas, inferiores por
lo regular a 20 CUC mensuales. Cantidades irrelevantes,
recibidas si se alcanzan determinadas condiciones, como asistir
puntualmente al trabajo y cumplir de forma estricta las regulaciones
y planes establecidos. El resto de la población sólo tiene acceso a esa
preciada moneda mediante la compra en determinadas cajas de cambio
(CADECA) a 1 por 25 pesos convencionales hasta ciertos montos de pesos convertibles disponibles para el canje total diario, en limitadas cantidades por cada operación.
Los
cubanos dependen extraordinariamente de la adquisición del CUC para
satisfacer vitales necesidades, cuando el salario promedio no rebasa
los 408 pesos corrientes mensuales y el mínimo es de 225. Mientras
los jubilados en su mayoría reciben una pensión mínima de 164 pesos
corrientes mensuales, pero deben pagar 2.15 CUC por un litro de aceite
comestible y 6.50 CUC por un kilogramo de leche en polvo de producción
nacional. Esta situación incide en el poco interés laboral prevaleciente y resulta uno de los elementos provocadores de que la productividad
sea muy baja, con un crecimiento de un 39,5 % entre 2000-2007,
calculado sobre la base de incrementos del PIB sumamente discutibles;
mientras en ese período el salario medio aumentó en un 71,0%, según
cifras oficiales. Una coyuntura que afecta negativamente los costos de producción y la eficiencia.
La dialidad 2
La dualidad monetaria
provoca otras nocivas consecuencias, como la doble contabilidad y
distorsiones al no existir tasas reales de cambio a nivel comercial,
fuentes de una elevación notable de los costos de gestión, sin lograrse
la determinación exacta de la situación económica a nivel micro y macroeconómico. Escenario en el cual se dificulta
enormemente la evaluación de la información disponible -poco confiable
casi siempre-, e imposibilita la toma de acertadas decisiones. Ahora
bien, la doble circulación monetaria es una consecuencia del
desbarajuste que ha sufrido la economía cubana y no podrá resolverse de
forma aislada, separándola del contexto de los problemas nacionales. De
hacerse unilateralmente, las consecuencias podrían ser peores, en
especial por crearse un proceso inflacionario de significativas
magnitudes, con daños relevantes a los sectores sociales más débiles. La
solución a este problema que obstruye el interés laboral, la
productividad y la eficiencia productiva habrá que encontrarla mediante
un proceso de reformas estructurales integrales, gradual pero constante; que incluya transformaciones radicales de conceptos obsoletos, en especial en relación con la propiedad. Por
las características cubanas, los cambios deberán iniciarse en la
agricultura a través de la entrega de las enormes extensiones de las
tierras ociosas y subutilizadas existentes, con entera libertad para
ser cultivadas por las personas interesadas en su provecho y el de la sociedad. La
reestructuración agrícola deberá continuar, o marchar al unísono en
algún momento, con el desarrollo del trabajo por cuenta propia, la
privatización o cooperativización real de los pequeños establecimientos
de comercio, servicios y chinchales, establecimientos que nunca debieron ser confiscados. Así también deberán eliminarse las absurdas prohibiciones a los cubanos para poseer pequeñas y medianas empresas (PYMES). Si fueran tomadas esas medidas, al tiempo que se crearían riquezas y crecería la oferta de
productos y servicios, se establecerían fuentes de puestos de trabajo
realmente productivos, que permitirían utilizar los enormes excedentes
de fuerza de trabajo ubicados hoy sin ningún provecho en el sector
estatal, lo que imposibilita una debida organización laboral, el incremento de la productividad y el aumento del salario real.
La Dualidad…3
Resulta
evidente que la creación paulatina de un peso fuerte como moneda única
deberá responder al incremento de la oferta de productos y servicios
con precios razonables. Sin embargo, no se podrá lograr
solamente a través del incremento productivo, sino también
paralelamente deberá actuar una política financiera adecuada que
equilibre de forma gradual los ingresos y los gastos de la nación sin
causar sufrimientos innecesarios a la población. Ello
incluye la propuesta que ahora ha realizado el General Raúl Castro de
racionalización del aparato institucional del país, absolutamente
recargado con personal innecesario, generador de parasitismo y de
despilfarro monetario y humano. Aparatos burocráticos que con sus
constantes intervenciones en toda la sociedad han sido frenos permanentes al espíritu creador del cubano. Indudablemente,
habrá que adoptar medidas para que las personas racionalizadas puedan
ser empleadas productivamente y sentirse útiles socialmente. En
lo sectores burocráticos existen muchas personas calificadas que en el
futuro podrían emplearse eficientemente para beneficio propio y del
país. Por
otra parte, se requieren programas inversiones adecuados a las
posibilidades nacionales, alejados del dañino voluntarismo, que en el
menor tiempo posible hagan madurar los objetos de obra, para concluir
la historia del congelamiento eterno de recursos materiales y esfuerzos
humanos que en no pocas ocasiones se pierden totalmente, además de crear perversas presiones financieras. En
este recuento de medidas, por supuesto incompleto, para la necesaria
apreciación del peso cubano como moneda nacional única, habrá que
incluir la terminación del funesto sistema de racionamiento de
alimentos, el cual financia a personas necesitadas y no necesitadas,
con un pesado y costoso aparato de control y distribución,
sustituyéndolo por mecanismos más flexibles de ayuda efectiva a quienes lo requieran. Además
deberían descentralizarse las funciones del Estado mediante el
otorgamiento de poderes de gestión y de toma de decisiones a los
niveles municipales y provinciales, lo cual agilizaría la actividad
administrativa, mediante la eliminación de dilatados e innecesarios
procedimientos burocráticos. También tendría que reanalizarse la ayuda cubana al exterior, para ubicarla dentro de las posibilidades económicas reales.
Resulta contradictorio que
La Dualidad…4
Cuba
con 6 000 dólares per capita de PIB, -cifra calculada sobre la base de
la paridad de poder adquisitivo (PPA) en USA por el Instituto de
Estadisticas de UNESCO-, el 23 lugar de una lista de 33 naciones de América Latina y el Caribe según el Programa de Naciones Unidas
para el Desarrollo (PNUD), continúe prestando ayuda gratuita a países
que cuentan con recursos muy superiores a los nuestros. No se trata de restar nuestra contribución a la humanidad, sino adecuarla a las posibilidades reales. Es ilógico continuar siendo ¨luz de la calle y oscuridad de la casa¨. En
este marco de reformas, donde se han enunciado los aspectos más
esenciales, estarían incluidas las condiciones indispensables para el
proceso de fortalecimiento gradual de la moneda nacional y de la
eliminación de la dualidad económica que tanto daño ha ocasionado.
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: Rene Gomes (Mensaje original) |
Enviado: 08/05/2010 22:51 |
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Precios disparados los que por estos días muestra el mercado
informal. Un huevo ha llegado a costar la elevada cifra de cuatro pesos
cubanos –el tercio del salario medio de una jornada laboral–. Pero el
bolsillo de los compradores no ha sido el más afectado; para los que
vendan ilegalmente este producto, las condenas pueden llegar a dos años
de privación de libertad. La medida busca eliminar el trapicheo de
estas posturas, posterior a la hecatombe que ocasionaron los huracanes
Ike y Gustav en las granjas avícolas. Osados comerciantes de la bolsa
negra son procesados en juicios sumarios como escarmiento para quienes
mercadean ilícitamente con comida, materiales de construcción o
medicinas.
Nuestros policías –largamente entrenados en detectar carne de res,
queso, camarones y leche en polvo– ahora también rastrean los huevos.
El resultado más inmediato de esta nueva razia es la desaparición de
ciertos productos que sólo nos llegaban gracias a los vendedores que
tocaban a nuestras puertas. Por estos días, pregonar “Huevoooooos”
puede ser más peligroso que gritar una consigna antigubernamental.
Bueno, no hay que exagerar, la opinión siempre ha sido más castigada.
La nueva ola contra el mercado informal nos ha ayudado a resolver el
acertijo de “¿Qué fue primero?” Ahora ya sabemos que al principio fue
el huevo, después arrestaron a los que vendían dulces caseros, más
tarde fueron procesados los que protestaban por el elevado precio del
combustible y finalmente el castigo llegó a aquellos que narraron la
escasez de productos en los mercados agrícolas. Para cuando le llegue
el turno a los que trafican con la gallina, ya las condenas excederán
el cálculo de una vida humana.
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