Las
“elecciones” celebradas el 24 de febrero pasado fueron una farsa. No contaban
con los requisitos mínimos de unas elecciones democráticas, libres y
transparentes.
Estos
requisitos básicos son: Secretividad del voto, pluralidad de partidos políticos,
autonomía e imparcialidad de los organismos electorales, acceso igual a los
medios de comunicación masiva y a los electores, y libertad de expresión,
prensa, reunión y asociación.
Los cubanos
como nación tenemos derecho a que realicen elecciones libres, transparentes,
pluripartidistas con la participación de todos los nacionales cubanos para
elegir, por voto directo, todas las posiciones sujetas a ser electivas,
incluyendo a los miembros del Consejo de Estado.
En las pasadas
elecciones, los cubanos no tuvieron alternativas para elegir. Tuvimos que votar
por los mismos y en consecuencia, salieron electos los oligarcas de siempre.
La Asamblea del
Poder Popular no representa al pueblo, sino a la oligarquía en el poder. Una
asamblea legislativa verdaderamente representativa tiene que incorporar todas
las corrientes de pensamiento político, social y económico del pueblo. Las
minorías han de estar representadas en esta.
Los pueblos son
heterogéneos, luego no pueden ser representados por Asambleas políticamente
homogéneas. Eso es lo que tenemos. Y eso es lo hay que cambiar.
Los homogéneos
delegados de la Asamblea Nacional del Poder Popular seleccionaron a los suyos
para el Consejo de Estado. El resultado es el continuismo de la opresión en
manos de la oligarquía gobernante. Y esto es lo que hay que cambiar.
Es un Derecho
Humano elegir libremente sus gobernantes de entre sus conciudadanos. Todo pueblo
tiene el derecho a determinar cual ha de ser su régimen social, político y
económico. Todo pueblo tiene el derecho a cambiar o alterar el sistema imperante
cada vez que lo estime pertinente; pero siempre respetando el derecho de las
minorías, que han de ser parte íntegra del gobierno del país en proporción al
número de sus electores.
Nuestro
objetivo es impulsar un clamor electoral dentro de todo el pueblo, como un
reclamo válido y legítimo. Nuestro ámbito incluye todos los nacionales cubanos
sin exclusiones; estén dentro o fuera del país. Este es un llamado a todos.
Para alcanzar
la meta, tenemos que demandar el cambio de la Constitución y de las Leyes del
país para forjar un marco jurídico que garantice una elección democrática
verdadera.
Tenemos que
exigir la autonomía e imparcialidad de los organismos electorales y escrutadores
de los votos. Una nueva y más justa ley electoral es imprescindible.
El proceso
electoral ha de estar supervisado por organismos internacionales. Los resultados
de unas elecciones verdaderamente libres, transparentes y democráticas, según
definimos al principio, han de advenir a ser ley para todos los cubanos.
La forma de
exigir tan sagrado derecho incluye la presión internacional, hacer peticiones
formales e informales a los que hoy ostentan el poder, realizar actos de
concientizacion e incorporación ciudadana y recurrir a la desobediencia civil, o
cualquier otro método pacífico de protesta y reclamo.
Es necesario
divulgar las virtudes, forma y naturaleza de los procesos electorales libres y
pluralistas, escrutados por entes autónomos e imparciales, distintos y libres de
toda influencia del Estado, de los partidos o de grupos en particular a un
pueblo que no tiene elecciones verdaderamente libres desde 1948.
Este es el
cambio que hay que hacer, sobre la raíz del problema, no sobre cuestiones
intranscendentes, ni con trivialidades.
Para eso el
Frente para la Libertad Total de Cuba esta organizando los Foros de Clamor
Electoral
Los foros
electorales no tienen color político. Solo son cubanos que quieren una Cuba mas
justa, “con todos y para el bien de todos” los cubanos. Todos reclamando un
derecho insoslayable, que es de todos. Cada quien dentro de su ideología y
preferencia política.
Los foros deben
constituirse en cada cuadra, en cada municipio, en cada provincia, en cada
rincón de Cuba, y son integrados por cubanos quieren un país de todos en
beneficio de todos los cubanos. Y también, de igual modo, entre los cubanos de
la diáspora han de organizarse Foros de Clamor Electoral.