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General: La Batalla de las Mentiras
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De: hr-mk (Mensaje original) |
Enviado: 17/04/2010 15:47 |
La batalla de las mentiras
...El gobierno de Estados Unidos hasta hoy siempre ha intentado ganar con las mentiras, pero Cuba, a la corta o a la larga, siempre gana con la verdad. Girón, hace 49 años, es la demostración...
Eugenio Suárez Pérez | Granma | 16-4-2010
Las campañas de descrédito contra Cuba y la Victoria de Girón
La victoria en Playa Girón, el 19 de abril de 1961, marcó la primera gran derrota del imperialismo norteamericano en América Latina y, también, la primera vez en la historia que un gobierno de Estados Unidos tuvo que pagar una indemnización de guerra por los daños ocasionados en la agresión.
Mil ciento trece invasores fueron capturados. Los mercenarios prisioneros de guerra, tras el ejemplar proceso judicial celebrado de manera pública, quedaron en prisión 613 días con sus noches, desde aquellos días de abril hasta el 23 de diciembre de 1962 cuando, iniciado el pago de la indemnización, partieron rumbo a los Estados Unidos.
Sin embargo, a pesar de la derrota norteamericana, sus grandes medios de comunicación trataron de hacer creer al mundo, otra batalla y otros resultados.
El 16 de abril de 1961, en la despedida del duelo de los caídos por el despiadado bombardeo a varios puntos de La Habana y de Santiago de Cuba, el Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz, dijo que iba a mostrar cómo actuaban los imperialistas. Y de inmediato presentó las pruebas de los crímenes y de las calumnias. La agresión fue acompañada de una gran campaña mediática. Los medios de prensa trataron de hacer creer que esos bombardeos fueron hechos por pilotos cubanos que abandonaban el país. Miles de periódicos y de estaciones de radio y de televisión transmitieron al mundo esa mentira.
Para demostrarlo, el jefe de la Revolución leyó el contenido de uno de aquellos cables, que el gobierno de Estados Unidos emitió:
Cable de la UPI: "Miami, abril 15. Pilotos cubanos que escaparon de la fuerza aérea de Fidel Castro, aterrizaron hoy en Florida con bombarderos de la Segunda Guerra Mundial, tras haber volado instalaciones militares cubanas para vengar la traición de un cobarde entre ellos".
Uno de los supuestos pilotos alardeó diciendo que "desde hacía meses quería escapar de la Cuba de Castro". Y que él, y los otros dos pilotos, resolvieron darle una lección con el bombardeo y ametrallamiento de las instalaciones de las bases aéreas en su camino hacia la libertad.
Las falacias muy pronto fueron desenmascaradas, eran tan burdas que no engañaban a nadie y se probó que fue la CIA quien orquestó toda la operación.
El 17 de abril se inicia la invasión mercenaria por la bahía de Cochinos y comienza la batalla. Entonces, los cables de las agencias norteamericanas trajeron las noticias de una batalla que nunca existió.
En resumen, esos cables difundían mentiras tales como que los invasores desembarcaron en cuatro de las seis provincias del país; que el 17 de abril, Santiago de Cuba podía estar ya en manos de los invasores y que los milicianos, así como el ejército y la marina, se habían unido a los invasores; que la mayor parte de la milicia de 400 000 hombres reclutada por Fidel ya ha desertado y la batalla decisiva se realizaría dentro de unas horas.
Pero veamos textualmente algunos de esos cables:
Nueva York, abril 17. (UPI).— Las fuerzas invasoras han ocupado la ciudad de Pinar del Río, capital de la provincia del mismo nombre. La invasión de las provincias de Matanzas y Santiago (¿?) está progresando favorablemente.
Miami, abril 17. (AP).— La Isla de Pinos fue tomada por los rebeldes y 10 000 prisioneros políticos fueron puestos en libertad y se plegaron a la rebelión.
México, abril 17. (UPI).—El Primer Ministro Fidel Castro se ha dado a la fuga y su hermano Raúl fue capturado. El general Lázaro Cárdenas gestiona el asilo político de Fidel.
Miami, abril 17. (AP).— Se tienen informaciones de que se lucha en las calles de La Habana.
México, abril 18. (UPI).— El lujoso Hotel "Habana Libre", en la capital cubana, quedó totalmente destrozado después de un ataque aéreo a La Habana.
Miami, abril 18. (UPI).— Fuerzas invasoras aislaron hoy el puerto de Bayamo en la costa Sur de la provincia de Oriente.
Miami, abril 20. (UPI).— El Primer Ministro ha sido incapacitado por los bombardeos de los aviones el lunes pasado, con un colapso físico y tal vez mental. Se está tratando de mejorarlo.
Dejemos la respuesta de esas falsas y burdas informaciones a José A. Pérez San Román, jefe de la Brigada invasora 2506, quien desde prisión, el 10 de mayo de 1961, escribiera una carta que en una de sus partes dice:
Esa misma propaganda, disfrazada de agencia noticiosa, es la que decía que aviones del Gobierno, de las FAR, ametrallaron sus propias pistas, cuando ellos y nosotros sabíamos que habían sido los nuestros. Esa misma propaganda deshonesta, carente de escrúpulos, es la que gritaba que nuestras fuerzas avanzaban sobre La Habana, cuando la realidad era que nos retirábamos, ¡huíamos! Sí, asqueados de la vida y de los hombres¼ ¿Dónde está lo bueno? sí ¡peleábamos contra lo malo y, ahora comprendíamos! ¡Veníamos también con lo malo! ¿Dónde estaba lo bueno? No podían ser los que auspiciaban propaganda tan cochina. Pero no por eso retrocedíamos, esas son consideraciones que nos asaltan cuando la mente y el músculo no se encuentran trabajando a toda máquina y se da paso a la conciencia, a los principios, a la moral, a lo bueno que todavía algunos hombres tienen. En ese momento cuando hablaba radio Swan, "Faro y Guía de la Libertad Cubana", el músculo y cerebro nuestros trabajaban a todo tren pues nos retirábamos, nos encogíamos sobre nosotros mismos, huíamos si es que la palabra gusta más. Y es que teníamos que retirarnos porque éramos sólo 1 400 imbéciles peleando, mientras muchos, muchos vivos esperaban pacientemente que les sacáramos las castañas del fuego. Mientras esperaban, hablaban mentiras y sandeces por radio Swan, o jugaban canasta en Miami Beach o charlaban en el bar con la "girl friend", o se atrevían, desde la Base de Apoyo, enviarme a mí, Jefe de las Fuerzas a punto de ser derrotadas, mensajes de felicitación por los éxitos obtenidos y los que se avecinaban, aún después de recibir mis mensajes sobre la situación desesperada. ¡Pero es que hasta a nosotros los de adentro del ring! ¿Pensaban engañarnos levantándonos el brazo victorioso cuando ya estábamos tumbados, "noqueados" sobre la lona del cuadrilátero? ¿Hasta dónde pensaban llevar su propaganda?
Nuevas calumnias surgieron para ocultar la realidad de los hechos, cuando un mes después de la invasión, el 17 de mayo de 1961, el Comandante en Jefe expuso la idea de dar la libertad a los prisioneros después del pago de una indemnización por los daños ocasionados a nuestro país con la invasión mercenaria. Este concepto de indemnización fue tergiversado por el de canje. En todo momento, el Comandante en Jefe mantuvo la propuesta de indemnización material (entregas de compotas y tractores), pues solo se entendía el canje si era entre personas. Cuba estaba dispuesta a canjear a los invasores por un número igual de presos políticos puertorriqueños, nicaragüenses, guatemaltecos, norteamericanos y españoles antifascistas condenados por hechos políticos.
Después de iniciar el pago de la indemnización (que luego los yankis no completaron), los mercenarios partieron hacia Estados Unidos el 23 de diciembre de 1962. Seis días más tarde, en un estadio de Miami, el presidente John F. Kennedy pasó revista a la Brigada derrotada. Uno de los mercenarios con desfachatez inaudita hizo entrega de una bandera cubana, que dijo haber conservado todo el tiempo en prisión.
La respuesta del presidente norteamericano fue increíble. Veamos algunos párrafos:
Quiero expresar mi profundo agradecimiento a la brigada por hacer a los Estados Unidos los custodios de esta bandera. Yo puedo asegurarles que esta bandera le será devuelta a esta brigada en una Habana libre¼
Me pregunto si el señor Miranda, que conservó esta bandera a través de los últimos veinte meses, podrá dar un paso adelante para que podamos conocerlo.
Y luego expresó:
Yo quería conocer a quién debo devolverla.
Todos ustedes, miembros de la brigada y miembros de sus familias, están siguiendo un camino histórico, un camino que ha sido seguido por otros cubanos en otras épocas y también por otros patriotas de nuestro hemisferio en otros años: Martí, Bolívar, O’Higgins, todos los cuales pelearon por la libertad, muchos de los cuales fueron derrotados, muchos de los cuales fueron al exilio y todos los cuales volvieron a sus patrias.
Acerca de este acontecimiento, Fidel expresaría:
En primer lugar, la historia de la bandera es una mentira completa. Todo el mundo sabe que estos mercenarios, que vinieron aquí disfrazados de "gusanos de seda", como dice el pueblo, con uniforme de camuflaje del ejército americano, fueron total y absolutamente copados. Pero no solo eso: todo el mundo sabe que dejaron hasta la ropa interior, y ahora han inventado la historieta de que uno escapó y se llevó la bandera entre la ropa, y esa es la bandera que le entregaron a Kennedy.
Esas fueron algunas de sus mentiras. Nuestras verdades están en los hechos.
También el Jefe de la Revolución explicaría el 2 de enero de 1963:
Ellos lo llaman rescate. Pero a nosotros no nos importa cómo lo llamen. El hecho es que tuvieron que aceptar el pago de la indemnización y que por primera vez, por primera vez en su historia, el imperialismo paga una indemnización de guerra.
¿Por qué la pagó? Porque fue derrotado, porque en Playa Girón sufrió su primera gran derrota en la América Latina.
¿Cómo se comportaron los mercenarios? Como tenían que comportarse: como ratas, según ha dicho un hombre de pueblo.
Todo el mundo los vio por televisión. No hubo uno solo que no dijera que se había equivocado, que creía que la Milicia se les uniría, que el ejército no pelearía. No hubo uno solo que no creyera que fuese un paseo militar. Y luego lucían ante las cámaras de televisión como "Magdalenas arrepentidas". En prisión escribieron sus principales jefes, largas, interminables cartas de arrepentimiento, que el pueblo conoce.
Y en cuanto a los mercenarios que dicen que vuelven, y en cuanto a los alientos que el señor Kennedy quiso darles, solo vamos a decirle que si quiere financiar el desarrollo económico de la Revolución socialista de Cuba, que siga mandando expediciones como estas.
El gobierno de Estados Unidos hasta hoy siempre ha intentado ganar con las mentiras, pero Cuba, a la corta o a la larga, siempre gana con la verdad. Girón, hace 49 años, es la demostración. Dígase lo que se diga, a partir de Girón todos los pueblos de América fueron un poco más libres.
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LAS PLAYAS DEL PUEBLO ,GRACIAS FIDEL!!!!!
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hr-mk ha ocultado este mensaje |
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De: hr-mk |
Enviado: 21/04/2010 20:33 |
Eisenhower ordenó mentir, ocultar acciones y atacar a Cuba
¿Qué cosas tan graves podían ser esas para que el Presidente Eisenhower haya ordenado a sus colaboradores que mientan y digan que él no sabía nada?
Arnaldo Hernández | Para Kaos en la Red | Hoy 1:07
Cuba: mentiras de presidentes norteamericanos desclasificadas (I parte)
La Central de Inteligencia de los Estados Unidos (CIA) y el Departamento de Estado de ese país han trabajado en un proyecto común con el propósito de “…acelerar el desarrollo de una oposición en Cuba la cual podría servir a cambios en el gobierno cubano, resultando uno nuevo favorable a los intereses de EEUU…”.
Tal afirmación no fue dicha por Fidel Castro, está escrita en un Memorando de Discusión en la Reunión del Consejo Nacional de Seguridad de los EEUU, fechado en enero 14 de 1960, dado a conocer en “Foreign Relations of The United States, 1958-60”, Volumen VI, publicado por la Imprenta del Gobierno de los Estados Unidos en 1991, 30 años después de las denuncias hechas por los dirigentes cubanos ante la opinión pública internacional.
Ese y otros documentos importantes desclasificados confirman la responsabilidad del gobierno y los presidentes de los EEUU desde 1959 en numerosas agresiones contra Cuba, que incluyen actos terroristas, piratería, invasiones militares, bloqueo económico y, de manera muy especial, campañas de difamación.
Las pruebas fueron puestas a disposición del público por los Archivos de Seguridad Nacional y recogidos por el investigador Tomás Diez Acosta en su obra “La guerra encubierta contra Cuba”. Pero los medios de prensa, propiedad de consorcios monopólicos asociados entre sí y muy comprometidos con la Casa Blanca, no las convirtieron en noticia.
Entre esos papeles está el “Programa de Acción Encubierta” de la CIA contra Cuba y el acta de la reunión celebrada el 17 de marzo de 1960, cuando fue aprobado por el presidente Eisenhower.
Dice este último documento que el mandatario “planteó que no conocía ningún otro plan mejor para enfrentar esta situación. Todos deben estar preparados para jurar que él nunca ha oído nada al respecto” y más adelante puntualizó que “nuestras manos no debían aparecer en nada de lo que se hiciera”.
Todos aceptaron la orden de mentir. Al parecer, ya en aquellos años, para llegar a ser un alto funcionario del gobierno de los EEUU no era requisito ser honrado, ni tener escrúpulos morales, ni era necesario un compromiso con la verdad y el respeto a la opinión pública.
¿Qué cosas tan graves podían ser esas para que el Presidente ordene a sus colaboradores que mientan y digan que él no sabía nada?
Tenían que ser muy graves para que en otra reunión celebrada meses después, el 29 de noviembre de 1960, según un memorando clasificado como “ultrasecreto”, Eisenhower le preguntara a sus más cercanos colaboradores para problemas de Seguridad Nacional “¿Acaso somos nosotros lo suficientemente imaginativos y audaces como para que no aparezcan nuestras manos en esto?”, y les dijera que “aún cuando se conociera la operación, lo fundamental es que no se vea la mano de Estados Unidos”. Evidentemente sabía que estaba haciendo algo ilegal y moralmente repudiable.
El plan de la CIA que él acababa de aprobar tenía como objetivo derrocar al gobierno cubano, es decir, de un país extranjero, y establecer un régimen “más aceptable” para Washington, hecho de “manera tal que evite cualquier asomo de intervención estadounidense”.
Para el logro de tales fines definieron cuatro líneas de acción: lo primero era “crear una oposición cubana” de imagen “moderada”, que adoptaría como lema “restaurar la Revolución traicionada” y “proporcionar una cobertura para otras operaciones compartimentadas, controladas por la CIA”. La directiva aprobada establecía que “todas las acciones acometidas por la CIA, en apoyo o en nombre… de la oposición, se presentarán, por supuesto, como actividades de esa entidad…” .
Los documentos son precisos en afirmar que utilizarían “cuidadosamente a un grupo de hombres de negocios norteamericanos como cobertura…”, o sea, la utilización de la figura del “contratista” para realizar acciones subversivas existe por lo menos desde hace 50 años.
Los integrantes de esta oposición debían ser personas fieles a EEUU, seleccionadas por la agencia de subversión y espionaje. El cabecilla dispondría de “apoyo norteamericano concentrado sobre él y fortalecido con la tarea a realizar”.
Lo segundo era crear una emisora radial que transmitiera en ondas media y corta para “desarrollar los medios de información hacia el pueblo cubano” y servir “para la distribución de propaganda escrita clandestina dentro de la Isla”.
Después vendría “La creación de una organización secreta de inteligencia y acción dentro de Cuba” con el papel de “proporcionar información importante de inteligencia, gestionar la infiltración y exfiltración de individuos, planear la disidencia de individuos claves y organizar grupos tal como se indique” por la CIA y, finalmente, “preparar una fuerza paramilitar adecuada”.
En efecto, Eisenhower sabía que estaba violando el derecho internacional y principios muy respetados en esos años posteriores a la Segunda Guerra Mundial, como la soberanía y la autodeterminación de los pueblos, en este caso del pueblo cubano.
Luego, tal y como el Presidente insistía, era fundamental ocultar la participación norteamericana y eso suponía mentir: él diría que no sabía, sus colaboradores dirían lo mismo y para justificar las acciones concretas contra Cuba mentirían a la opinión pública mundial.
Continuará...
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De: hr-mk |
Enviado: 21/04/2010 20:35 |
Kennedy también ocultó y mintió, atacó y fracasó…
John F. Kennedy llegó al poder con el compromiso electoral de cambiar las cosas, pero aceptó las recomendaciones de ocultar y mentir…
Arnaldo Hernández | Para Kaos en la Red | Hoy 12:35
Cuba: mentiras de presidentes norteamericanos desclasificadas (II parte)
Kennedy también ocultó y mintió, atacó y fracasó…
En plena campaña electoral por la presidencia de los EEUU, el republicano Richard Nixon no podía hablar de Cuba por la necesidad de asegurar el secreto de lo que estaba haciendo su gobierno, del cual era vicepresidente.
John F. Kennedy, que ignoraba lo que sucedía, utilizó amplia y muy agresivamente el tema cubano en su retórica. Fue el primero en hacerlo y sentó el precedente que se ha reproducido en todas las disputas por la presidencia del país, por algunas sillas del Senado y la Cámara y en las batallas por la alcaldía y los puestos de concejal en Miami.
Kennedy asumió el poder el 20 de enero y unos días después le informaron detalladamente sobre el “Programa de Acción Encubierta” de la CIA contra Cuba, que él debía continuar hasta concluirlo.
El nuevo equipo gubernamental se sorprendió con el plan y los actos de agresión en desarrollo que recibieron. Los documentos desclasificados revelan que los asesores y colaboradores más cercanos de Kennedy, a diferencia de Eisenhower, expresaron los motivos por los cuales había que ocultar todo.
Dean Rusk, el nuevo Secretario de Estado, consideraba “que las consecuencias políticas serían muy graves en Naciones Unidas y América Latina”. Thomas Mann, Secretario Asistente de Rusk, informó al Presidente el 15 de febrero que “la ejecución del plan propuesto constituiría una violación del artículo 2, párrafo 4, y del artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas, de los Artículos 18 y 25 de la Carta de la OEA y del Artículo 1 del Tratado de Río, los cuales, en general, proscriben el uso de la fuerzas armadas con la única excepción del derecho de autodefensa ‘de producirse una agresión armada’.”
El más vehemente fue Arthur Schlesinger Jr., asistente especial del Presidente, que sobre estos asuntos escribió varios memorándums, muy apreciados por Kennedy, quien aceptó varias de sus recomendaciones.
En uno fechado el 5 de abril, Schlesinger le expresó a Kennedy que la agresión de los EEUU contra Cuba crearía una situación tal que “…se reclutarán brigadas José Martí y, sin lugar a dudas, brigadas Abraham Lincoln para apoyar a Castro, no solo detrás de la Cortina de Hierro, sino también en Europa Occidental, África, Asia y América Latina. Habrá manifestaciones y revueltas en todo el mundo similares al del movimiento por España a fines del decenio del treinta. Habrá resoluciones en las Naciones Unidas, con testimonio de prisioneros o agentes de Castro acerca de los preparativos estadounidenses en la acción y su responsabilidad en ella”.
Unos días después, el 10 de abril, en vísperas del desencadenamiento de la agresión, Schlesinger agregaba que “...los comunistas procurarán utilizar la supuesta iniciativa de los Estados Unidos para apoyar la interpretación marxista de la historia. La presentarán como un empeño del mayor país capitalista de castigar a un pequeño país por su deseo de lograr la independencia política y económica…” y fortalecer “…la figura de Castro como defensor de los pueblos de color contra el imperialismo blanco”.
Habría que ver qué tendría Schlesinger en su cabeza para denominar “supuesta iniciativa de los Estados Unidos” a algo que él sabía que era una creación real, completa y concreta del gobierno norteamericano, que se trabajaba en ella todos los días y él tenía la tarea de contribuir a su éxito.
Ninguno de estos razonamientos sirvió para cancelar la operación. En definitiva todos coincidían con el criterio de Richard Bissel, uno de los “halcones” imperialistas que conservó su cargo en la CIA bajo la nueva administración demócrata y “liberal”, cuando expresó en un memorando fechado el 17 de febrero de 1961: la Revolución Cubana era “un ejemplo sumamente explotable de conquistas revolucionarias y de enfrentamiento exitoso a los Estados Unidos”. La independencia de Cuba frente al imperio era inaceptable para eso que llaman “stablishment” en los EEUU.
Predominaba la ilusa aspiración de Schlesinger, casi como la imploración de un milagro, de que “…los riesgos podrían mitigarse algo si pudiéramos….introducir a los hombres en Cuba en silencio”. ¡Se refería a los 1,500 hombres que 2 meses después realizaron la invasión por Playa Girón! Eso no había forma de esconderlo, ni había la manera de introducirlos silenciosamente en Cuba.
Había que “…cubanizar la operación y no hacer nada que no pudiera hacer un intento cubano espontáneo…”.
El 10 de abril el Asistente Especial del Presidente escribió otro memo que refleja hasta dónde se había creído su propia propaganda: “…la imagen de la inteligencia, sensatez y honrada firmeza que siempre ha tenido un efecto extraordinario en hacer cambiar a la opinión pública mundial sobre los Estados Unidos y aumentar la confianza del mundo en los métodos y objetivos de los Estados Unidos” y que con la llegada de Kennedy a la Casa Blanca 80 días antes, EEUU se había creado la imagen “de país maduro y liberal, opuesto al imperialismo, del colonialismo y consagrado a la justicia, la paz y la libertad”.
Y dijo más: “Lo que está en juego. Desde el 20 de enero, el gobierno ha cambiado la línea de la política exterior estadounidense. La sobriedad de estilo, la ausencia de clichés de la Guerra Fría, la falta de santurronería y sermones, la impresionante combinación de sensatez y firmeza, la generosidad hacia las ideas nuevas, el compromiso con el progreso social, el decidido idealismo de propósitos… todos estos factores han transformado la ‘imagen’ (para utilizar esa palabra desagradable) de los Estados Unidos ante el mundo.
“El resultado ha sido avanzar mucho hacia la recuperación de la confianza en la inteligencia, la madurez y comedimiento de la dirección estadounidense. Hay en el mundo quienes han olvidado con sorprendente rapidez el conservadurismo confuso y moralizador del período de Eisenhower. Los Estados Unidos emergen una vez más como una nación grande, madura y liberal, consagrada de manera calmada e inteligente a la tarea de detener el comunismo, fortalecer a los países libres y neutrales y trabajar por la paz.
Es este nuevo despertar de la fe mundial en los Estados Unidos lo que se juega es la operación que se pretende en Cuba.”
Schlesinger, el respetado intelectual liberal y humanista, fue convincente. Kennedy, que llegó al poder con el compromiso electoral de cambiar las cosas, aceptó sus recomendaciones de ocultar y mentir, igual que lo había ordenado un año antes el republicano, agresivo y conservador Eisenhower.
En el mismo documento del 10 de abril Shlesinger recomendó adoptar con urgencia “medidas de distracción”, como pudieran ser una acción contra el dictador dominicano Rafael Leónidas Trujillo, que ya les estorbaba; una “afirmación notable de apoyo” a un gobierno como el de Rómulo Betancourt en Venezuela; “…algo en África o en Asia que contrarrestase la afirmación soviética de que somos imperialistas incorregibles…”; “…presentar algo ante las Naciones Unidas en los próximos diez días que nos permita asumir una posición antimperialista pujante…”.
¡Cualquier cosa para distraer la atención de la opinión pública, confundir y ocultar la verdad de lo que estaban haciendo contra un país contra el cuál no existía una declaración de guerra!
Schlesinger también fue enfático en decir que había que darle “protección al Presidente”. Argumentó que “el carácter y la reputación del presidente Kennedy están entre nuestros mayores recursos nacionales. No se debe hacer nada que ponga en peligro tal inestimable valor. Cuando haya que decir mentiras, deberá encargarse de ello a funcionarios subordinados. En ningún momento se deberá pedir al Presidente que se preste para la operación secreta. Es por ello que me parece válida las propuesta del secretario Rusk de que sea otra persona y no el Presidente quien tenga la última palabra y que él no esté allí en ese momento, que sea alguien cuya cabeza pueda caer sin consecuencias en caso de que las cosas salgan espantosamente mal”.
Advirtió además que “alguien tiene que ponerse a pensar en las conferencias de prensa” y propuso un grupo de posibles preguntas “molestas” que pudieran hacer los periodistas y las respuestas más elegantes, pero mentirosas: una vez realizada la invasión, si le preguntaban, decir que estaba buscando “información exacta de los hechos”; negar que el gobierno norteamericano haya tenido vínculos ni que hubiera armado, entrenado y financiado a la tropa mercenaria invasora; negar que de inmediato tuviera la intención de reconocer al denominado “Consejo Revolucionario Cubano”, pantalla política de la invasión creada por los propios EEUU; negar que la CIA tuviera que ver con las acciones terroristas y la invasión militar realizada contra Cuba.
Shlesinger consideraba que “operativamente el plan se ha elaborado con destreza y cuidado”, pero le preocupaba que saliera a la luz pública la “mano americana” y se perdiera “todo lo que se ha ganado en los últimos meses para ganar la confianza de los países nuevos”.
El 12 de abril, en el curso de una conferencia de prensa, el presidente Kennedy declaró “…en ningún caso se producirá una intervención en Cuba por parte de fuerzas americanas. La cuestión básica no está entre los Estados Unidos y Cuba, sino entre los mismos cubanos…”.
Esto mismo lo han repetido muchas veces después todos los presidentes y numerosos funcionarios, políticos, voceros y tanques pensantes norteamericanos, así como por los cabecillas y voceros de la contrarrevolución. Para no hacer historia, sólo en los últimos años estas mismas palabras han sido pronunciadas enfática y repetidamente por W. Bush, Condoleezza Rice, Caleb McCarry, Thomas Shannon, la señora Clinton, Obama, los Díaz Balart, Ileana Ross Lethinen y muchos más.
Adlai Stevenson, embajador norteamericano en la ONU, contó allí la versión que Washington le había orientado según el plan. Fue disciplinado, cargó con la tarea de mentir y hacer el ridículo, como estaba en el plan, para cuidar la imagen del presidente Kennedy.
Continuará...
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HRMK
Sigues copypasteando mierda |
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De: hr-mk |
Enviado: 24/04/2010 15:55 |
Mientras tu te la cenes,estoy dispuesta a matarte el hambre. |
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De: hr-mk |
Enviado: 25/04/2010 14:32 |
Playa Girón. ¡Hasta la última gota de sangre!
Cubahora
Han transcurrido 49 años y la mentira se sigue alzando como un medio de lucha. Ahora la descomunal campaña de descrédito contra Cuba, organizada, dirigida y financiada desde los centros del poder imperial en Estados Unidos y Europa, enarbola hipócritamente las banderas de los derechos humanos |
Había una mezcla de tensión e indignación. Era domingo, 16 de abril de 1961, y por la céntrica esquina de 23 y 12 desfilaban los féretros de inocentes cubanos, que la víspera habían muerto víctimas del artero bombardeo aéreo de la CIA contra aeropuertos cubanos, un mar de pueblo le rindió los últimos honores.
En ese entonces nadie podía imaginar que aquello sería el comienzo de una escalada de acciones contrarrevolucionarias, cuyo propósito era destruir la obra de todo un pueblo.
Fidel habló ese día, con la claridad meridiana y la invariable postura antiimperialista que le han convertido en un estadista inigualable.
La gente, enardecida ante tanta injusticia, quedó impávida ante las palabras del líder en la despedida del duelo, cuando expresó que la verdadera razón de la hostilidad de los Estados Unidos contra Cuba.
"Lo que no pueden perdonarnos los imperialistas —dijo Fidel—, es la dignidad, el valor, la firmeza ideológica, el espíritu de sacrificio y el espíritu revolucionario del pueblo de Cuba".
"Eso es lo que no pueden perdonarnos, que estemos ahí en sus narices, ¡y que hayamos hecho una Revolución Socialista en las propias narices de los Estados Unidos!".
"¡Y que esa Revolución Socialista la defenderemos con estos fusiles! ¡Y que esta Revolución Socialista la defenderemos con el valor con que ayer nuestros artilleros antiaéreos acribillaron a balazos a los aviones agresores!".
A lo que agregó: "Compañeros obreros y campesinos, esta es la Revolución Socialista y Democrática de los humildes, con los humildes y para los humildes. Y por esta Revolución de los humildes, por los humildes y para los humildes estamos dispuestos a dar la vida".
Más adelante, informó que el ataque era el preludio de una invasión, y dio la orden de movilización general. Mientras, con sus fusiles en alto, miles de milicianos entonaban las notas del Himno nacional y ratificaban el compromiso de defender la Revolución socialista hasta la última gota de sangre.
Sin dudas, Cuba se encontraba en el vórtice de una serie de acontecimientos que luego pasarían a ser historia.
EL COMIENZO
El 17 de marzo de 1960 el presidente Dwight D. Eisenhower dio luz verde a las distintas agencias de su gobierno para —con la participación de exiliados cubanos— crear, organizar y ejecutar una invasión militar con el objetivo de derrocar a la Revolución.
Si bien antes de esa fecha ya se estaban llevando a cabo agresiones de todo tipo, esa operación integraba acciones, entre las cuales la labor de desinformación y propaganda contrarrevolucionarias eran de las más importantes. En el terreno ideológico ello sentaba las bases para apoyar lo que vendría después.
Por ese objetivo, la CIA adquirió e instaló una poderosa planta de radio en la Isla Swan, al sur de Cuba, que comenzó a trasmitir en onda media para todo nuestro territorio. El objetivo era apaciguar psicológicamente al pueblo, y apoyar a la contrarrevolución interna.
Las noticias de radio Swan utilizaban desde los tonos sutiles para confundir, hasta los más burdos e irracionales con el objetivo de alimentar el ánimo de furibundos contrarrevolucionarios.
No pocos creyeron aquellas falacias; desde que la Revolución retiraría la patria potestad a los padres —lo cual dio inicio a la Operación Peter Pan— hasta la existencia de falsas pugnas internas entre los dirigentes de la Revolución.
En otros casos, se daban orientaciones más directas acerca de cómo realizar sabotajes, destruir propiedades del pueblo, e incitar a la desobediencia civil.
Así se fomentaba una de las guerras mediáticas más intensas que se ha llevado a cabo contra Cuba, la cual comenzó a los pocos días del triunfo del Primero de Enero de 1959.
En aquellos momentos, agencias de prensa e importantes periódicos norteamericanos se hicieron eco de declaraciones de algunos funcionarios del gobierno de los Estados Unidos relacionadas con las sanciones impuestas por los tribunales revolucionarios a los criminales de guerra. Afirmaban que en Cuba se había desatado un baño de sangre. La Revolución respondió con la Operación Verdad la cual reunió aquí a cientos de periodistas de todo el mundo para desenmascarar esa y otras mentiras.
LA MENTIRA COMO ARMA DE LUCHA
A solo trece meses de la autorización de Eisenhower para comenzar los planes de invasión ya estos estaban concluidos, y los barcos con la brigada 2506 se encontraban camino a Cuba.
En ese momento arreciaron su campaña mediática. Había que demostrar al mundo que la Revolución era incapaz de gobernar el país, que no gozaba de apoyo popular, que había caos y desorden, que en los campos luchaban miles de combatientes por la libertad y que Fidel tenía sus días contados.
A su vez, se trataba de señalar que las acciones estaban a cargo de cubanos en el exilio —quienes le devolverían la "libertad" al pueblo— y si lograban sostenerse entonces el gobierno imperialista acudiría para ayudar.
Ya para ese entonces el nuevo presidente J.F. Kennedy dio continuidad al proyecto, e hizo énfasis en que no podía aparecer la mano de los Estados Unidos en esta operación.
En la mañana del 15 de abril comenzaron las acciones. Tres escuadrillas de bombarderos B-26 atacaron simultáneamente los aeropuertos de San Antonio de los Baños y Ciudad Libertad, en La Habana, así como la terminal internacional Antonio Maceo, en Santiago de Cuba.
El objetivo del ataque era destruir en tierra los pocos aviones de combate de la Fuerza Aérea Revolucionaria para asegurar el dominio del aire en la zona del desembarco.
Esa acción injerencista y provocadora dejó como resultado la muerte de siete personas y numerosos heridos.
Las noticias lanzadas al mundo por las agencias de prensa norteamericana informaron que los ataques fueron ejecutados por los aviones de la Fuerza Aérea Revolucionaria (FAR), los cuales habían despegado de sus propias bases. En Miami aterrizó un B-26 luciendo falsas insignias de la FAR y el piloto declaró ser un desertor de Castro.
La respuesta de Cuba no se hizo esperar. En la ONU el canciller cubano Raúl Roa condenó al gobierno norteamericano de Kennedy, lo responsabilizó con la acción, denunció la inminente agresión y desenmascaró la versión de que el ataque había sido realizado por desertores cubanos. El 17 de abril los combates en la Ciénaga de Zapata eran ya una realidad. Tal y como Fidel había dicho, los sucesos ocurridos el día15 de abril eran el preludio de una invasión.
En la zona de combate, cientos de milicianos pelearon con valentía y dieron el frente al enemigo invasor, mientras los medios de prensa estadounidenses no daban tregua con sus mentiras despiadadas. El 19 de abril se tomó por asalto Playa Girón y el ataque mercenario fue derrotado.
49 Aniversario de la victoria de Playa Girón (dossier)
Cuba había alcanzado la primera victoria, y en la medida que se iba acallando el ruido de las armas y cientos de invasores se rendían en masa, también se iba desmoronando el andamiaje mediático para justificar la agresión.
Unos días después el presidente Kennedy informó a su nación y al mundo que la invasión era obra de su administración y asumía toda la responsabilidad.
VERDAD Y PRINCIPIOS
Han transcurrido 49 años y la mentira se sigue alzando como un medio de lucha. Ahora la descomunal campaña de descrédito contra Cuba, organizada, dirigida y financiada desde los centros del poder imperial en Estados Unidos y Europa, enarbola hipócritamente las banderas de los derechos humanos.
Pero los cubanos continúan empeñados en construir su propia obra, boicoteada constantemente durante casi medio siglo. "No cederemos jamás al chantaje…Si pretenden acorralarnos, sepan que sabremos parapetarnos, en primer lugar en la verdad y los principios", aseguró el Presidente Raúl Castro, hace un poco más de una semana, en el congreso de la Unión de Jóvenes Comunista (UJC).
Discurso de Raúl Castro en la clausura del IX Congreso UJC
Y así será. Los sucesos ocurridos aquel 15 de abril, y que Fidel denunció un día como hoy —a 49 años de la efeméride— fue apenas el preludio de una batalla que hoy llega hasta nuestros días, y de la que algún día saldremos victoriosos.
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Mientras tu te la cenes,estoy dispuesta a matarte el hambre Esos papelones nadie los lee |
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General: Cuba y este foro cloaca es lo mismo Elegir otro panel de mensajes |
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De: unodostres (Mensaje original) |
Enviado: 18/05/2010 22:51 |
Cuba y este foro cloaca es lo mismo
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Lodo y podredumbre es lo que hay en Cuba
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En Cuba la población en su mayoría vive con un salario promedio de entre 10 a 20 dólares al mes, por ello el presidente Raúl Castro reconoció que es insuficiente este monto para satisfacer las necesidades básicas de la población. A pesar de estas dificultades económicas es raro apreciar en las calles cubanas a personas de extrema pobreza, como sí se pueden observas en otros países latinoamericanos.
Para medir la pobreza en Cuba se tiene que usar otros parámetros a los usados en latinoamericana, ya que su población a diferencia los demás países de la región tienen acceso a la educación, salud, luz eléctrica y el agua potable. Para brindarles ayuda a los cubanos más pobres el país cuenta con una red de seguridad social que envía a sus asistentes sociales para determinar que familia es la que verdaderamente necesita la ayuda.
A pesar de que la mayoría de familias no viva holgadamente, no sufren como los pobladores de otros países de las necesidades básicas. Además, los niños que se encuentran desamparados tienen la ayuda del Estado que les brinda educación e incluso la universidad.
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