(FOTOS: SANTOS HERNÁNDEZ, ESPECIAL PARA CUBADEBATE)
Demasiado. Con esa sola palabra podríamos describir lo que Silvio Rodríguez Domínguez y sus acompañantes han entregado al pueblo de Puerto Rico este especial domingo. Miles de personas “peregrinaron” hasta el Coliseo José Miguel Agrelot, en San Juan, para ver y escuchar al querido cantautor cubano, luego de trece años de ausencia.
Una interpretación del trío de cuerdas Trovarroco precedió la aparición del cantautor, quien recibió una contundente muestra de admiración y respeto de parte de los asistentes. Miles de espectadores se pusieron de pie para darle una calurosa bienvenida y rendirle un estruendoso homenaje traducido en aplausos que parecían no tener fin.
Silvio reciprocó esa intensa demostración de afecto, dirigiendo un saludo a los presentes y manifestando, con solemnidad, “gracias por dedicarme este rato de vuestras vidas”. Seguidamente, mencionó que hacía trece años que no visitaba Puerto Rico, señalando que el 13 es un número de buena suerte. Comentó el cantautor: “yo debuté un martes 13, y no me ha ido tan mal, la verdad”, arrancando sonrisas.
En expresiones recientes, tras su arribo a Puerto Rico, Silvio había manifestado que no se sentía extraño en este país. La cercanía y similitud entre Cuba y Puerto Rico tampoco pasan desapercibidas para los puertorriqueños, en especial para aquéllos que el domingo en la tarde se dieron cita en el tan esperado concierto.
Así comenzó una tarde que muchos llamaron mágica, especial, conmovedora y estremecedora. A lo largo de todo el concierto se produjeron apasionadas ovaciones y, en muchos casos, los espectadores se ponían de pie, y cantaban las canciones que, evidentemente, encerraban un gran significado para ellos. Algunas lágrimas testimoniaron la profunda impresión que el “Aprendiz de Brujo” es capaz de generar en quienes se identifican con sus mensajes.
Tras la interpretación de “El papalote”, y al escucharse entre el público, el grito de “¡Cuba va!”, el trovador preguntó: “¿hay muchos cubanos?, para seguidamente manifestarles, “bienvenida, la gente de mi tierra”, y recibir fuertes aplausos.
Acompañaban a Silvio, el Trío Trovarroco, la flautista Niurka González y el baterista y percusionista Oliver Valdés. Rachid López, en la guitarra, Maikel Elizarde, en el tres y César Bacaró, en el bajo, son los integrantes del trío de cuerdas, el cual también ha acompañado a Silvio Rodríguez en gira por España e Inglaterra.
Otra de las canciones interpretadas fue “Casiopea”, tras la cual, un manojo de voces femeninas adulaba al cantautor con un: “Silvio, te amo”, mientras él procedía a dedicar una carta a su siempre bien amada Violeta Parra.
La interpretación de “El necio” provocó exaltadas emociones, y el público cantó con él, ovacionándolo intensamente tras sus palabras: “yo me muero como viví”; y cuando expresaba “dicen que me arrastrarán por sobre rocas cuando la Revolución se venga abajo”, el auditorio, atronadoramente contestaba con un ¡NO!
Haciendo referencia a una carta escrita por el actor Danny Glover a la Universidad Howard, Silvio se refirió a los Cinco cubanos luchadores antiterroristas que actuaron en defensa propia, de su nación y de sus familias, quienes se encuentran injustamente encarcelados y sentenciados a inusuales y crueles condenas por ejercer su obligación moral de defenderse, un derecho que es reconocido por todas las naciones. A ellos les dedicó el tema “El dulce abismo”, uno de los temas que aparece en una recopilación de temas dedicados a los Cinco héroes cubanos.
Como parte de una invitación a “dos grandes amigos de hace muchos años, dos grandes cantores”, Silvio invitó a Roy Brown y Zoraida Santiago a que estuvieran en el escenario, invitación que fue secundada, efusivamente, por la concurrencia. Roy y Zoraida calaron hondo en los puertorriqueños con su interpretación de “Boricua en la luna”, y Roy dedicó la próxima canción, “Oubao Moín”, a dos jóvenes, víctimas del asesinato político en Puerto Rico: Carlos Muñiz Varela, cubano, y Santiago Mari Pesquera, puertorriqueño, y a Filiberto Ojeda Ríos, asesinado por el FBI y dejado desangrar.
Desde las gradas se escuchaba la consigna ¡Lucha Sí, Entrega No!, testimoniando la presencia de los estudiantes universitarios en huelga, a quienes Silvio, tres días antes, había hecho llegar un mensaje solidario, que culminaba con la frase, “viva el amor humano”. Haciendo alusión a un cartel que recién había visto el día anterior, que leía “La educación no es un negocio”, el trovador dedicó “El escaramujo” a los estudiantes que luchan por el derecho a educarse.
Durante el concierto, se presentaron otros temas, y habiéndose despedido ya del público, el cantautor fue convocado a regresar en dos ocasiones. Dedicó, “La era está pariendo un corazón”, a su amigo, el actor puertorriqueño Benicio del Toro, quien protagonizó la película del Che, y se encontraba entre los asistentes.
Las últimas canciones presentadas, fueron “Demasiado” (de su más reciente disco, “Segunda cita”), “Te doy una canción”, la cual dedicó a Carlos Muñiz Varela, y “Unicornio”, que logró arrancar lágrimas entre algunos, que, discretamente, las enjugaban.
Al caer la noche, iba desdibujándose el apasionante concierto, que durante trece años había sido invocado por los hermanos de un pueblo que anhelaba reafirmar sus lazos con el querido pueblo cubano, y con un trovador que lo ha representado dignamente, y de quien nuestra América se siente orgullosa.
Hay quienes no se explican cómo es posible que Silvio Rodríguez sea una energía tan imperecedera en las vidas de tantos, y en tantas partes. Quien no lo entienda, tal vez no esté en sintonía con el amor. Los puertorriqueños recibieron apasionadamente a Silvio, testimoniándole ese amor que se constataba entre la audiencia.
Asimismo, los integrantes de la propuesta presentada por Silvio este especial domingo, fueron recibidos con inmenso agrado, en particular, Niurka González, quien por primera vez se presentaba ante el público puertorriqueño, y cuyo trabajo recibió vehementes muestras de admiración.
Tal vez, esta sea una propuesta de demasiado amor.
Otros temas interpretados:
La gota de rocío
Sueño con serpientes
Canción del elegido
Son desangrado
Cita con ángeles
Pequeña serenata diurna
Mariposas
Sinuhé
Óleo de mujer con sombrero
Quién fuera
Días y flores
La maza
Ojalá
Silvio junto a Trovarroco, Niurka Gonzalez (Flauta) y Oliver Veldés (drums)
Roy Brown