Su esposa cubana tiene familiares en los altos niveles de la Seguridad del Estado y su ex asesor de seguridad estuvo 16 años en el ejército de la isla.
Así que cuando Gregorio Sánchez, candidato a gobernador y ex alcalde del balneario caribeño de Cancún, fue arrestado en mayo hubo alarma entre algunos analistas mexicanos.
El caso "abrió una sorprendente ventana, la penetración de la inteligencia cubana en México', escribió Raymundo Riva Palacio, un respetado periodista que escribe frecuentemente sobre temas de seguridad en el diario El Financiero.
Sánchez está en la cárcel pendiente de juicio acusado de lavado de dinero que recibió por haber protegido a los carteles Beltrán Leyva y Los Zetas en Cancún, un punto de llegada clave de las drogas ilícitas que vienen de América Latina rumbo a las calles de Estados Unidos.
También está bajo investigación por alegaciones que incluyen haber introducido de contrabando en México a cubanos con destino a Estados Unidos, así como a chinos y rusos, y por haber espiado a políticos rivales y periodistas, según confirmaron investigadores federales a El Nuevo Herald.
La esposa de Sánchez, Niurka Sáliva, insiste en que los cargos son falsos y simplemente destinados a torpedear su postulación a la gobernación de Quintana Roo. Su coalición política, encabezada por el izquierdista Partido Revolucionario Democrático, lo ha reemplazado como candidato para las elecciones del 4 de julio.
Sáliva, una médica de 29 años que viste elegantemente, fue nacionalizada mexicana y ha abanderado causas sociales en Cancún, no respondió a las preguntas sobre Sánchez que El Nuevo Herald le envió por correo electrónico.
Un periódico de Cancún la describió como mejor política que su esposo, un acaudalado empresario maderero y de bienes raíces y ocasional pastor evangélico, 15 años mayor que ella. Fue electo en el 2008 como alcalde de la municipalidad de Benito Juárez, que incluye Cancún.
Pero las numerosas y frecuentemente oscuras relaciones con Cuba mientras encabezó la municipalidad han provocado quejas de que Sánchez le entregó a cubanos el manejo del balneario y que puso a 150 de ellos en su nómina.
"Uno no permitiría que nadie dirigiera su casa', afirmó Francisco Alor Quezada, predecesor de Sánchez como alcalde y ahora Procurador General de Quintana Roo, organismo estatal con funciones similares a la del Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos.
El caso contra Sánchez viene del 2009, cuando pistoleros de Cancún asesinaron al general retirado del ejército Mauro Enrique Tello Quiñones, un mes después de que las autoridades federales lo enviaran a reprimir el narcotráfico en el principal balneario mexicano.
Arrestado por el asesinato está Boris del Valle, un cubano que ganaba $3,330 mensuales en la plantilla municipal de Sánchez como "asesor de seguridad', así como los jefes de policía y prisiones de Cancún.
Del Valle, de unos 43 años, es sobrino del general de división Sergio del Valle, que fuera ministro del Interior --a cargo de la seguridad de la isla-- entre 1968 y 1979 y ministro de Salud Pública entre 1979 y 1986. Murió en el 2007.
Los expedientes de los tribunales mexicanos muestran que Boris del Valle estuvo en las fuerzas armadas cubanas entre 1975 y 1991 y que luchó en la guerra de Angola. Informes de que también está emparentado con Sáliva no pudieron ser confirmados independientemente.
El padre de Sáliva, José Angel Sáliva, es coronel retirado del Ministerio de Interior (MININT) y tuvo varios cargos administrativos de bajo perfil, pero se conoce como un hombre cercano a Raúl Castro y con frecuentes relaciones sociales en los círculos dirigentes de la isla. Su último cargo fue director del Museo del Ministerio del Interior.
En Quintana Roo también viven dos medio hermanos de Sáliva: Javier Molina, descrito por las autoridades mexicanas como un ex capitán o mayor de la Seguridad del Estado; y Alfredo Molina, un ingeniero que se hizo ciudadano mexicano.
Informantes confidenciales en el caso de Del Valle llevaron a los investigadores a estudiar los asuntos de Sánchez, reveló el mes pasado un portavoz de la Procuraduría General de la República.
En abril, investigadores federales que rastrearon una casa de Cancún encontraron un sofisticado centro de escucha encabezado por Manuel Vera Salinas, un ex militar mexicano también listado en las nóminas municipales como un "asesor de seguridad' de Sánchez.
Salinas ha desaparecido y los investigadores dijeron sospechar que Del Valle estaba implicado en el centro de espionaje. Solicitaron anonimato porque no están autorizados para comentar públicamente sobre el caso.
El centro mantenía expedientes sobre políticos y reporteros, incluyendo fotos e información sobre sus actividades, dijo César Muñoz, director de noticias del periódico Novedades, en Cancún, y uno de los periodistas que fue monitoreado.
Este mes, un sitio de noticias de internet reportó que 150 cubanos estaban en la plantilla municipal, incluyendo 80 en una agencia de servicios sociales encabezada por Sáliva cuando era la Primera Dama de Cancún. Sánchez tomó licencia del cargo de alcalde para postularse para la gobernación.
La alcaldesa en funciones, Latifa Muza, dijo a reporteros que no sabía exactamente cuántos cubanos estaban en la nómina pero añadió: "Son muchos [...] eso es evidente'.
Aunque desde hace tiempo Cancún ha sido un punto de llegada para los inmigrantes cubanos ilegales que se dirigen a la frontera entre México y Estados Unidos, la presencia cubana creció debido a los vínculos de Sánchez con La Habana, dijo Alor Quezada. Actualmente, más de 6,000 cubanos están registrados como residentes de Quintana Roo.
Sánchez hacía frecuentes viajes a La Habana, una de sus dos primeras esposas era cubana y conoció a Sáliva cuando ella trabajaba en la embajada mexicana en La Habana. Se casaron en la capital cubana y ella se mudó para Cancún en el 2004.
Sánchez firmó un acuerdo de "intercambio cultural' con La Habana en el 2008 que le permitía a su municipalidad y compañías privadas de Cancún contratar artistas, técnicos, académicos y otros cubanos para trabajar allí.
Informantes dijeron a los investigadores federales que Sánchez y Sáliva utilizaron el acuerdo para "lanzar una operación de contrabando de inmigrantes desde ese país', según reportó el semanario Proceso. Sáliva ha negado la alegación.
Muchos de los cubanos fueron contratados por Escenario Total, una firma propiedad de Alberto Ayra, un cubano naturalizado, listado como otro asesor de Sánchez en la nómina de Cancún, según reportó Proceso. Otros trabajaban para la Comercializadora Riviera Maya, propiedad de Francisco Di Mare, otro asesor de Sánchez.
Proceso también informó que Sánchez, Del Valle y otro cubano identificado sólo como Manuel Benítez eran copropietarios de Xuyco, una firma inmobiliaria.
Riva Palacio alegó que la presencia de la inteligencia cubana en Cancún era el resultado de una serie confrontaciones entre Fidel Castro y el presidente mexicano Vicente Fox.
Antes de Fox, las dos naciones tenían un acuerdo según el cual la inteligencia cubana podía operar en México, fundamentalmente contra objetivos estadounidenses, mientras no interfiriera en los asuntos internos del país. Pero tras un choque fuerte en el 2004, México discretamente expulsó al jefe de la inteligencia cubana en Ciudad México, Orlando Silva, dijo Riva Palacio.
Desde hace tiempo, la base de inteligencia cubana en México ha sido considerada como la mayor de la isla en el mundo, seguida por la de España y las misiones diplomáticas en Washington y Naciones Unidas.
Otros analistas de México y Estados Unidos dijeron, sin embargo, que los vínculos de Sánchez con cubanos con antecedentes de inteligencia no parecían ser parte de un plan de La Habana de ampliar su espionaje en México.
Con una gran presencia de inteligencia en Ciudad México, "¿por qué estaría interesado Castro en Cancún?", se preguntó un funcionario norteamericano de inteligencia que pidió el anonimato.
Lo más probable, dijeron analistas en Cancún, es que la gran presencia cubana aquí --incluyendo a los que tienen antecedentes en labores de inteligencia-- se debe a las viejas relaciones comerciales y culturales entre el balneario y Cuba, 140 millas al este.
El gobierno de Castro usualmente confía en que cubanos con experiencia en inteligencia salgan legalmente del país, establezcan negocios en el exterior y permanezcan fieles a la revolución.
Sánchez no es el primer funcionario de Quintana Roo con fuertes vínculos con Cuba.
Mario Villanueva, gobernador del estado en los años 90, fue extraditado a Estados Unidos el 8 de mayo bajo cargos de haber aceptado sobornos de $500,000 por cada embarque de drogas que pasara por su territorio, supuestamente 200 toneladas en total.
Villanueva era un cercano amigo del ex ministro de Relaciones Exteriores Roberto Robaina, despedido en 1999 tras admitir que había aceptado $25,000 del gobernador para remodelar las oficinas de su ministerio en La Habana.