“…es un hecho conocido e indiscutible que es imposible pensar en un gobierno de las amplias masas sin una prensa libre y sin trabas, sin el derecho ilimitado de asociación y reunión.” (Rosa Luxemburgo)
Estos día he seguido con interés el debate que se ha suscitado en la globosfera de izquierdas en torno a la muerte del disidente cubano Orlando Zapata. Muchas opiniones me han parecido acertadas, otras despreciables, me recordaban demasiado el argumentario jusficativo del franquismo, algunas bien intencionadas pero desconcertadas… quizás el desconcierto provenga del miedo a que cualquier crítica a las acciones del Gobierno de la Habana pueda interpretarse como un apoyo al criminal bloqueo que sufre el pueblo cubano.
Quiero hablar claro: Todo mi apoyo y simpatía para el pueblo cubano pero toda mi condena para el régimen cubano.
Yo que me hice comunista para combatir una dictadura no puedo apoyar ninguna otra, adopte el nombre y el ropaje que adopte. No puedo aceptar que el ideal de justicia e igualdad, en una sociedad sin clases, sirva para justificar la opresión de las personas que no piensan o actúan conforme al dictado de sus dirigentes.
Puede algunos me consideren un “traidor a la causa” por escribir esto, así pues me gustaría citar lo que mi admirada Rosa Luxemburgo escribió en su libro “La Revolución Rusa (Un examen crítico)”:
“Sin elecciones generales, sin libertad de prensa y reunión, sin contraste libre entre las diversas opiniones, la vida muere en todas las instituciones públicas, se convierte en algo aparente donde la burocracia es el único elemento que permanece activo. Es una ley a la que nadie puede escapar. La vida pública se adormece poco a poco; unas docenas de jefes del partido, con una energía inagotable y un idealismo sin límites, dirigen y gobiernan; entre ellos, en realidad, la dirección se halla en manos de unos pocos (…) y una élite de la clase obrera es convocada, de vez en cuando, a reunirse para aplaudir los discursos de los jefes y votar por unanimidad las resoluciones que se les presentan. Es, por tanto, el gobierno de un grupito; una dictadura, es cierto, pero no la dictadura del proletariado”
“La libertad sólo para los que apoyan al gobierno, sólo para los miembros de un partido (por numeroso que este sea) no es libertad en absoluto. La libertad es siempre y exclusivamente libertad para el que piensa de manera diferente.”
Convendría dejar de adorar a Santa Rosa Luxemburgo y leer lo que escribió.
http://pradoalberdi.wordpress.com/2010/02/26/cuba-dictadura-del-proletariado/