Por Marat/TeleSUR
1.-Repasemos el estado actual del arte de la guerra
Probablemente Wikileaks no sea el Robin Hood que algunos pretenden. Sus conexiones con The Guardian, Der Spiegel, y The New York Times y su gran impacto mediático cuando el que el imperialismo atraviesa uno de sus peores momentos en Afganistán (julio de 2010, el mes 105 de la ocupación de la OTAN en este país, es el más elevado en bajas del ejercito norteamericano. En lo que va de año han sido muertos 265 soldados norteamericanos) y continúa enfangado en Irak parece dar algunos motivos al excepticismo. Pero, al fin y al cabo, el mundo anglosajón no nos ha regalado a los bolcheviques excesivas alegrías.
Y sin embargo, esta wiki-filtraciones o wiki-fugas (significado aproximado de wikileaks en español) representa en estos momentos la más palmaria muestra de cómo el primer, y previsiblemente único gobierno Obama será el tercer Gobierno de George Bush j.r.
Nada ha cambiado en el modo en que el Imperio ejerce su “gobernanza” mundial: sangre, fuego, amenazas, terror, dominación, asesinatos masivos de población civil y la sonrisa Profident (talante, ¿de qué me sonará el término) de un cínico siempre temeroso de que, por pertenecer a la cara B (“demócratas”) del dios Jano, le tomen por inseguro, débil o pusilánime en la bélica aplicación de su particular “pax romana”.
¿Nada ha cambiado? Quizá sí, tal vez mucho más de lo que la censura mediática practicada a nivel mundial sobre la marcha de la guerra en Afganistán y en Irak desea que sepamos. Cerca de 250.000 soldados norteamericanos están hoy enfangados en Irak y Afganistán, en dos guerras desiguales en evolución pero de nefasto resultado para el Imperialismo USA. En Irak, la tan cacareada paz queda en absoluto entredicho con las acciones diarias de la resistencia iraquí que, lejos de estar controlada o aniquilada, cuenta con un notable apoyo de la población del país. En Afganistán, las acciones de limpieza de resistentes y de esfuerzo por recuperar control en algunas zonas del país de esta primavera han fracasado estrepitosamente.
La sustitución del lenguaraz general McChrystal por el flemático Petraeus tiene más que ver con el fracaso de la ofensiva de febrero de este año contra los bastiones talibán que con las declaraciones de McChrystal contra los políticos de Washington y los cómodos generales del Pentágono. El 22 de Mayo la insurgencia atacaba la principal base de la OTAN (Kandahar) en Afganistán (1). Tres días antes la base de Bagram, la principal de las fuerzas de EEUU en Afganistán, sufría los embates de la guerrilla (2). El 30 de Junio se producía un ataque al aeropuerto de Jalalabad (3). La realidad es que la guerrilla ha recuperado, con creces, el terreno perdido -muy limitado a pequeñas poblaciones y enclaves de menor presencia de la misma- y que hoy controla cerca del 80% del territorio afgano, alimentado por la corrupción económica y política del gobierno títere de Karzay, por la falta de proyectos y voluntad reales de desarrollo, bienestar y democracia para los afganos, y especialmente para las afganas, y por los asesinatos masivos de población civil a manos de los “cruzados” de la OTAN. El 23 de Julio las tropas de la Alianza Atlántica asesinaban a 52 civiles afganos (4) . Según Afghanistan Rights Monitor (ARM), un total de 1.074 civiles murieron en el primer semestre del año víctimas de la guerra afgana, un aumento del 1,3% respecto al mismo período del año anterior (5).
Junto a las razones anteriores debemos añadir la constatación por los campesinos afganos de que la falta de alternativas de cultivo y distribución en el comercio internacional al opio se ha visto acompañada por la tolerancia de las fuerzas ocupantes hacia el cultivo del mismo por parte de miembros destacados del gobierno afgano y de sus aliados y el intento del propio presidente afgano de llegar a acuerdos con los talibán sin sus aliados, después de que estos lo intentaran hacer por su cuenta.
2.-Y en esto que eclosiona Wikileaks
De repente, una web que estaba activa desde diciembre de 2006 (6) se convierte en la madre de todos los males y culpas de lo que hoy sucede en Afganistán. Desde poner en un aprieto a Estados Unidos con la publicación de un vídeo que mostraba el asesinato de 12 civiles en Irak, entre ellos un cámara de Reuters, desde un helicóptero Apache (7), hasta de poner en riesgo a los chivatos afganos (“informantes”) de las tropas invasoras USA (8), pasando por descubrir que “una unidad secreta de fuerzas especiales traza a los líderes talibán para matarlos o capturarlos sin juicio’’ (9) o por los crímenes de las fuerzas ocupantes contra la población civil: “Algunas de estas bajas se deben a los ataques aéreos que han suscitado protestas del Gobierno afgano en el pasado, pero un gran número de incidentes hasta ahora desconocidos parecen ser el resultado de soldados que abren fuego contra conductores desarmados o motociclistas para protegerse de terroristas suicidas’’, dice la web. El diario fija al menos en 195 los civiles muertos y 174 los heridos, pero estas cifras ‘’es probable que estén subestimadas porque muchos incidentes en duda se omiten’’ de los informes de campo, agrega” (10).
Wikileaks ha puesto de manifiesto cómo en la provincia de Kunduz, el 3 de Diciembre de 2009, se produce “el robo de dos camiones de combustible por un número desconocido de insurgentes, y cómo estos planeaban cruzar el río Kunduz con su botín. Era de noche, y el cruce no estaba iluminado. El equipo que controla los ataques ‘’observó el río e informó de que había descubierto los camiones, así como hasta 70 insurgentes’’. Los camiones estaban atascados en el barro. Según el informe, el comandante alemán, ‘’tras asegurar que no había civiles en la vecindad’’, ‘’autorizó un ataque aéreo’’. Un F-15 lanzó dos bombas guiadas de más de 200 kilogramos. Según el informe inicial, murieron 56 insurgentes y otros 14 huyeron, mientras que los camiones resultaron destruidos.
Pero esta información era errónea: los camiones habían sido abandonados, y una multitud de civiles se encontraba alrededor, cogiendo combustible. No se explica cómo los militares llegaron a la conclusión de que no había civiles en el área”. La conclusión es clara: los llamados insurgentes no eran tales sino población civil surtiéndose de combustible. Es decir, se hizo pasar en los informes de los que dispone Wikileaks se asesinó a población civil a la que luego se hizo pasar por resistencia talibán (11).
Wikileaks está demostrando que la guerra de Afganistán tiene en sus ocupantes y en la dirección del operativo bélico a criminales y terroristas. Es más, podemos extraer claras e indiscutibles conclusiones de que la dirección política de las diferentes naciones ocupantes del territorio afgano está en manos de políticos terroristas. Me refiero, entre otras cosas, al modo en que se ha encubierto el comportamiento de las tropas españolas en el país invadido. Según The Guardian, colaborador de Wikileaks entre los miles de documentos clasificados (más de 90.000 en manos de esta web) hay uno en el que se puede leer: “Un coche con dos civiles afganos que venía por el mismo camino se echó a un lado para dejar pasar a un convoy español, pero del último vehículo de la columna militar salieron disparos que mataron al pasajero e hirieron al conductor” (12).
Hay que dejar claro ante la opinión pública mundial y española que la información de la que Wikileaks se hace portavoz no son denuncias de pacifistas, ni de guerrilleros afganos, ni de grupos izquierdistas que deseen el fin del Imperio USA sino fundamental y básicamente de soldados norteamericanos y de otros países ocupantes, así como de informes secretos oficiales de la propia dirigencia militar de los invasores.
3.-Algunas consideraciones finales:
Julian Assange, fundador de Wikileaks ha sido acusado de ser responsable de “tener las manos manchadas de sangre” tras haber filtrado 90.000 documentos militares clasificados sobre la guerra en Afganistán y el comportamiento de las tropas aliadas. Éste es el lenguaje del gobierno Obama y del Imperio que siente el zarpazo de la denuncia en el rostro simpático y sonriente del “negrito bueno” de esta nueva “cabaña del Tío Tom”.
El antiguo hacker australiano que un día vivió su adolescencia como miembro de un grupo de hackers llamado ‘’Subversivos Internacionales’’, ha respondido a la acusación vertida contra él y su web: ‘’Uno debe considerar por qué el Pentágono se centra en la hipotética sangre que dice que podría estar manchando nuestras manos, aunque no existe ninguna prueba de ello, si tenemos en cuenta las 20.000 vidas que se han perdido en Afganistán, que se documentan y se exponen en nuestro material’’ (13).
Wikileaks será finalmente lo que los hechos y el tiempo demuestren respecto al juicio que a los antiimperialistas nos merezca pero, al día de hoy, ha demostrado una posición frente a la terrible agresión que sufre el pueblo afgano más que encomiable. Simplemente digna, valiente y tremendamente humana.
La obra de este periodista, programador y activista de Internet australiano merece ser conocida, divulgada y estudiada. De momento, estamos en deuda con sus denuncias contra la guerra pero también contra quien difundió el vídeo del asesinato de un periodista de “Reuters” a manos de tropas norteamericanas (14)
Pero en Wikileaks hay muchas más cosas que descubrir: denuncias contra empresas y contra diferentes gobiernos del mundo y su “respeto” a los derechos humanos. Sugiero utilizar la página traducida en español-cherokee, por los no angloparlantes, respecto a la inglesa de Wikileaks (15). Todo un grato descubrimiento