Los hay que parecen ser de Andalucía, por su hablar gracioso y español

su sino es vagar, siempre, sin cesar.

Los gitanos

El fantasma del fascismo xenófobo recorre Europa

Empezó en Italia y sigue en Francia; el racismo no tiene fronteras.

Que lejanos aquellos tiempos en que el imperio y sus marionetas acusaban a los países socialistas de no dejar circular a sus siervos desde territorios socialistas, a los mal denominados países libres.

¿Hoy qué? Que poquito es el eco de las expulsiones francesas de gitanos. Incluso en las chácharas populares, se suele casi justificar con cosas que nada tienen que ver con el fondo de la cuestión; por supuesto. El payo, “ciudadano de primera”, se atreve a juzgar al gitano, “ciudadano de segunda”. Pero no sobre las Leyes. Hablar de Leyes significa, en teoría, igualdad, y ahí “con la iglesia hemos topao”

Es fácil oír que tal o cual gitano se ha saltado tal o cual norma y ¡¡a ese, como es gitano, no se le ha hecho nada!! Y yo afirmo que quien conoce de la comisión de un delito y no lo denuncia, es culpable, como mínimo de encubrimiento, eso, si es civil; pero si es funcionario publico, también comete delito, si mal no recuerdo, de prevaricación. Pero es que además esto justifica la estigmatización del pueblo gitano, justifica el racismo y también cualquier arbitrariedad que se pueda cometer, por lo cual el propio pueblo gitano, como algunos están haciendo, ha de alzarse contra este racismo que nos viene desde centro Europa. Pero es que además, hoy es el pueblo gitano ¿Quien será mañana? La historia nos enseña que en épocas de vacas flacas, siempre se busca desviar la atención y un enemigo ¿y como, no? Se desvía hacia los más débiles.

SI VERDADERAMENTE NOS CREEMOS JUSTOS, DENUNCIEMOS ESTE Y TODO RACISMO