Rubén Darío García León, Santa Cruz de Tenerife, EFE El aumento de dióxido de carbono es cada vez más intenso según los datos obtenidos desde 1984 en el Observatorio Atmosférico de Izaña, en Tenerife, dijo en una entrevista el investigador de este centro Ángel Gómez, quien explicó que las medidas son representativas de miles de kilómetros del Atlántico.
Ángel Gómez recordó que las concentraciones atmosféricas de dióxido carbono y metano se han incrementado de forma considerable desde el comienzo de la revolución industrial con la quema intensiva de combustibles fósiles (carbón, petróleo, y gas natural) y los cambios en los usos del suelo, y que en la actualidad se han alcanzado los niveles más altos, por mucho, de los últimos 650.000 años.
El nivel preindustrial de dióxido de carbono era de 280 partes de ese gas por millón de partes de aire, y, comentó Ángel Gómez, debido a las emisiones producidas por el uso de combustibles fósiles y por cambios en los usos del suelo están en valores de 388 partes por millón.
Así pues, ha aumentado de forma considerable la presencia de dióxido de carbono, que tiene una vida de cientos de años en la atmósfera, y eso que aproximadamente la mitad del emitido lo absorben los océanos, donde se disuelve, y en menor medida la biosfera.
En el caso del metano, su concentración preindustrial era de 700 partes por cada mil millones de partes de aire y ahora está en unas 1.800 partes.
La contribución del metano al incremento del efecto invernadero es una tercera parte del que provoca el dióxido de carbono. El metano se destruye en la atmósfera por una reacción química y cada molécula tiene una vida de unos ocho años, indicó Ángel Gómez
Si las emisiones de metano se estabilizasen su nivel en la atmósfera llegaría al equilibrio, mientras que el dióxido de carbono no se destruye y si se mantienen los niveles de emisión su presencia en la atmósfera continuará aumentando con la misma intensidad.
Este investigador destacó que el efecto invernadero no es malo en sí mismo, ya que gracias a él la Tierra disfruta de temperaturas templadas.
El planeta es calentado por la radiación visible procedente del Sol, y enfriado por la radiación infrarroja que emite la superficie terrestre.
Los gases de efecto invernadero dificultan la salida de la radiación infrarroja, por lo que la temperatura de equilibrio es mayor de lo que sería en ausencia de estos gases.
Sin embargo, el aumento tan "brutal" de las concentraciones atmosféricas de gases de efecto invernadero desde la revolución industrial está incrementando el efecto invernadero y provocando un cambio climático (la gran inercia térmica de los océanos hace que sus consecuencias plenas se retrasen en el tiempo).
Ángel Gómez explicó que la estación de Izaña, perteneciente al Centro de Investigación Atmosférica de Izaña de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), forma parte de una red mundial de unas cincuenta estaciones, que envían los datos de gases de efecto invernadero a la base de datos mundial de Tokyo, donde se hacen estudios globales y todos los datos se ponen a disposición de cualquier científico que los solicite.
El centro de Izaña es muy bueno para realizar las medidas de gases de efecto invernadero porque está en una isla y los efectos de la contaminación local son muy pequeños, y porque además está por encima de una inversión térmica que provoca el mar de nubes, el cual impide que el aire de la zona bajo la inversión se mezcle con el que está sobre ella.
En realidad, las condiciones de medida de Izaña son representativas de la atmósfera libre de miles de kilómetros del Atlántico, manifestó Ángel Gómez.
Las mediciones se realizan durante las veinticuatro horas del día durante todos los días de año, pero sólo se tienen en cuenta los datos que se obtienen durante la noche porque la atmósfera en Izaña está aún más limpia debido a que la brisa de ladera es descendente.
Articulo del diario El Dia.
Feliz fin de semana.
Saludos de Mercedera