Un blog hecho desde Holguin.
Nuevo empuje campesino.
Por Luis Felipe Rojas.
Como ya empiezan los arranques de desempleo en todo el país, también se impulsa la iniciativa doméstica. Las cooperativas estatales no soportan a más nadie en sus plantillas, por lo que aquello de que los excedentes
irán a la agricultura… habría que verlo, compay. Aparceros de cada rincón aprietan sus herramientas y bártulos cerca de casa para hacer parir la tierra. Ahora sobran manos sobre la defectuosa maquinaria estatal y el campesino más simple está recibiendo a sus vecinos de las zonas urbanas.
Rafael sufrió por décadas el desprecio de quienes se creyeron pegados a un buró, sobre la silla de un camión o la garita de control de una fábrica.
Hoy que están sentados a la puerta de casa, se han lanzado a buscar un hoyo donde quepan junto a sus pares de la campiña. Como no soy adivino, meteorólogo ni economista, suelo contradecirme las más de las veces:
apuesto bastante a que habrá un empuje individual; las ganas de no morir de hambre hará que muchos miren más a la tierra que un día pisaron con desdén y de donde saldrá el fruto para que coman los de casa.
Mientras más se aprieta la jugada, los cimarrones se apalencan más. No es una borrachera de optimismo, esto no soltará todas las amarras, pero sí hará bajar algunas vendas de los ojos y destaponar algunos oídos de piedra.
Foto/Luis Felipe Rojas