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General: chau amigazo querido, te vamos a extrañar mucho!
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De: albi (Mensaje original) |
Enviado: 28/10/2010 13:57 |
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De: albi |
Enviado: 28/10/2010 15:09 |
OPINION
Este camino no tiene marcha atrás
Por Víctor Heredia
Hay algo que ahora nos queda claro a todos: Néstor Kirchner se expuso todo este tiempo con gran hidalguía, cuando ya sabía que su estado de salud era delicado. Sabía que estaba corriendo un riesgo, y lo asumió. Privilegió a la Argentina y a los argentinos, antes que su propia vida. Sin ánimo de hacer comparaciones fuera de lugar, diría que en este continente hemos visto a muchos líderes exponer su vida por lo que consideraron justo: San Martín lo hizo sable en mano, el Che fusil en mano, y tantos otros llevaron su vida y sus ideales hasta las últimas consecuencias. Néstor acaba de responder con su vida por la propuesta nacional y popular que defendió. En el último tiempo le criticaron que faltara a veces al Congreso, y ahora es evidente la razón por la cual no asistía a tantas sesiones. Sin embargo, tuvo fuerzas para defender la Unasur, para impulsar el mercado latinoamericano, para fortalecer la democracia continental y a la Argentina desde lo económico y social, pero sobre todo desde lo institucional.
No puedo decir que fui su amigo, pero teníamos una muy buena relación. Me convocó cuando recién asumió, en 2003, para contarme su proyecto, nacido de la humildad de aquel 22 por ciento de votos. Sin embargo, con ese 22 por ciento logró cambiar una Corte Suprema adicta, se jugó por una política de derechos humanos, colocó en su lugar a cada uno de los estamentos políticos y sociales de la Argentina. Los agoreros de siempre ya hablan de incertidumbre política. Es al revés, mal que les pese. Este camino popular no tiene marcha atrás, somos muchos los que lo vamos a defender, y las nuevas generaciones lo tomarán a su cargo. Estoy en México, sin posibilidad de volver hasta el 3 de noviembre. Quisiera estar tomándome un avión ahora. Va mi abrazo emocionado para todos mis compatriotas, hoy somos uno en el dolor.
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De: albi |
Enviado: 28/10/2010 15:09 |
Jueves, 28 de octubre de 2010
OPINION
Se partió el corazón
Por Andrés Calamaro
Los enemigos de Kirchner fueron nuestros peores enemigos: los imperios, los que silenciaron nuestros horrores, los que nos endeudaron, los que reventaron la industria que da trabajo al pueblo que sin trabajo pierde sus valores y su esperanza. Hoy es un día de profunda tristeza para toda América, y “pena sobre pena y pena” para los argentinos... Habrá que ser paciente y templado porque la inquisición fue muy fuerte y sus lobotomías desenmascararon nuevos tentáculos de la patria reaccionaria, antes socia de la oligarquía militarista o de las fórmulas liberales que revientan países. Ahora, la radiación de la propiedad de la ignorancia va a pronunciarse y vamos a sentir asco. Pero sabemos que Néstor Kirchner será pronunciado por la historia como un presidente positivo. Como una persona sencilla, un animal político dentro y fuera del sillón que Rivadavia se robó (el que hay es una réplica).
Néstor se partió el corazón por nosotros y por un proyecto político que promedia. Espero que tengamos la dignidad de no decir estupideces y de apoyar con el corazón a nuestra demokracia y con orgullo a nuestros líderes, a la Presidenta que el pueblo eligió en libertad...
Como personas humanas, lloremos la muerte temprana de Néstor Kirchner y ayudemos a Cristina a gobernarnos con su capacidad e inteligencia.
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De: albi |
Enviado: 28/10/2010 15:12 |
Jueves, 28 de octubre de 2010
TESTIMONIOS EN CALIENTE DE UN DIA DE TRISTEZA
Para el universo cultural, una pérdida que deja huellas
Escritores, músicos, artistas plásticos, cineastas, actores y actrices, teatristas: la convocatoria de Página/12 encontró una respuesta inmediata que se tradujo en un aluvión de palabras emocionadas en las que primaron la sorpresa, el dolor, la angustia y hasta la bronca, pero también el apoyo a Cristina Fernández y un ánimo de esperanza por el futuro.
- Juan Gelman (poeta): “Le estaré eternamente agradecido a Néstor Kirchner por sus aportes al esclarecimiento de las desapariciones en mi familia. Fue un político de garra, creador de un proyecto de país nuevo que siguió impulsando a pesar de todos los obstáculos que los intereses de siempre, más atentos al bolsillo que al pueblo argentino, levantaron y levantan ahora ante la Presidenta. Kirchner estableció que el respeto de los derechos humanos es una política de Estado y terminó con el muro de plomo de la impunidad que gobiernos civiles anteriores no supieron o no quisieron tocar”.
- David Blaustein (cineasta): “Es muy difícil hablar, pero hay una sensación enorme de congoja, tristeza, angustia. Es también una enorme pena por lo que Cristina debe estar atravesando en este momento y, a la vez, tengo la certeza de que tiene la fortaleza espiritual y la capacidad de gestión para salir. Por otra parte, tengo la certeza de que algunas imitaciones trágicas que están buscando algunos no van a suceder. No va suceder la Década Infame como después de la muerte de Yrigoyen, ni el golpe del ’55 como después de la muerte de Evita, ni lo que vino después de la muerte de Perón. Hay millones de argentinos que han sido depositarios de ciertas políticas públicas durante estos años que no van a permitir que venga cualquier tipo de retroceso. Uno ve en algunos diarios digitales algunos caranchos que intentan sobrevolar y me parece que la sociedad argentina es otra. Estamos avanzados institucionalmente como para que eso no suceda. Y espero que no suceda”.
- Joan Manuel Serrat (músico): “He conocido tanto a él como a la Presidenta y he estado con ellos en diferentes circunstancias y situaciones. La noticia ha sido una sorpresa muy desagradable. Trabajó cerca de los derechos humanos y peleó para que se devolviera la dignidad arrebatada a mucha gente. Hay que estar muy atentos frente a lo que pueda pasar en la Argentina”.
- Liliana Herrero (música): “Nos quedamos sin Néstor y no es poco, es mucho y abismal. Tuvo coraje e ideas, pensó la Argentina desde el viento frío que viene del Sur. Nadie esperaba su irrupción y sin embargo llegó con desparpajo, desmarcándose del político clásico. A los músicos nos recibió, nos escuchó y nos dio las herramientas que necesitábamos para trabajar y pensar en nuestra profesión. Abrió el camino tantas veces dejado atrás, para pensarnos sin las políticas malditas de los ’90. Y nos legó a su compañera, que necesitará más que nunca de nosotros para acompañarla con responsabilidad en la profundización de este modelo”.
- Aída Bortnik (guionista): “Esta enorme y abismal pérdida significa mucho dolor para todos los argentinos, significa también que no somos un país con muy buena suerte. Como en el dicho campero, las malas yerbas no mueren y un hombre como Kirchner sí. Recibió un país en estado catastrófico y lo recuperó desde el punto de vista moral, económico y de los derechos humanos. Recuperó el liderazgo para la Argentina. Fue un ejemplo de cómo debe comportarse un presidente. Durante su presidencia y la de Cristina los jubilados recibieron dieciocho aumentos: durante los diez años de presidencia del nefasto Menem los jubilados recibieron descuentos. Hay momentos inolvidables, como cuando le ordenó al jefe del Ejército descolgar el retrato de Videla. Su presidencia está llena de momentos clave para nuestra historia. Prometió que no se iba a pagar deuda con hambre de los argentinos, y cumplió. El país cambió gracias a él y a Cristina, que siguió su línea política y profundizó los cambios. Cristina dijo que hay que redistribuir la riqueza. Y el día que la oí, sentí un miedo verdadero, profundo, como un pinchazo en el corazón. Pensé que esas cosas se hacen pero, ¿decirlas? ¿Y en esta Argentina? ¿Y una mujer? No se lo perdonaron nunca. Imagino que para ella es una pérdida de la que es imposible recuperarse plenamente porque, además, se querían. Era evidente que se querían. Yo estoy de duelo, lloré mucho al enterarme, me enojé mucho con nuestra suerte. No tengo consuelo. Lo necesitábamos. Yo quiero que Cristina sea presidenta, pero lo necesitábamos y ella también”.
- Vicente Battista (escritor): “La noticia nos quebró. Justamente el día en el que estamos contando cuántos seres humanos hay en el país, se nos va uno de los grandes. Porque fue un grande. Para evaluar su mérito no hay más que revisar los hechos de los últimos años. Kirchner y Cristina supieron –aunque varios no se dieran cuenta– cumplir deseos que los que cargamos con un par de años teníamos pendientes desde hace décadas. Desde quitar los retratos de los genocidas que colgaban en las paredes de las dependencias oficiales hasta la Asignación Universal por Hijo o el juicio y castigo a los culpables. Y esto lo sostengo incluso desde una postura marxista: Kirchner representó a nivel nacional el fenómeno que se viene dando en el resto del continente, esa amalgama entre izquierda e identidades populares que tantas satisfacciones nos ha dado y nos dará. Ahora ya se ven venir a los Solá, los Eliaschev y sus imitadores, trayendo sus hipocresías. Hoy más que nunca hay que transmitirle fuerza a la Presidenta”.
- Litto Nebbia (músico): “Siento mucha pena y tristeza, no puedo creer que se haya ido. Cuando alguien que uno quiere se marcha, se lleva consigo un secreto. Uno de los misterios de la vida. Sus seres queridos quedan muy apesadumbrados, casi sin entender nada. Es uno de los momentos donde el que se fue sabe mucho más que uno. Pienso en la fuerza espiritual que tiene que tener su familia. Especialmente Cristina, compañera de vida en todo el proyecto político. En este momento, todo mi cariño y mi oración es para ella, para sus hijos y allegados más queridos. Ojalá la gran mayoría del pueblo argentino sepa acompañar este momento, para darle fuerza y dinámica a la cantidad de innovaciones que han gestado para nuestro país. Un periodista me preguntó si sentía un poco de desesperanza por este suceso. No se me cruza ningún pensamiento de desesperanza, si bien me apena la pérdida. Mi deseo es que Cristina pueda continuar con mucha más fuerza el camino iniciado, porque ése será el deseo de Néstor”.
- Felipe Pigna (historiador): “Se va una persona de mucho peso político y una gran capacidad de lucha y confrontación con sectores con los que muy poca gente se metió en la historia. Murió un personaje político muy importante, un hombre que instaló en la agenda cosas que estaban por fuera de lo que fueron los ’90, como los DD.HH., el posicionamiento de la Argentina en el exterior y un modelo económico con prioridad en la producción, el consumo y las políticas sociales. A diferencia de otros momentos históricos dramáticos que vivió la Argentina, hay una herencia, una persona en condiciones de continuar la tarea. Hay que acompañar a la Presidenta y fortalecer el modelo”.
- Adrián Caetano (cineasta): “Es un garrón, porque era un tipo clave en el panorama de la política argentina. Lo que quiero pensar y creer también es que se ha gestado un gobierno en base a ideas. Y más allá de la pérdida, quiero pensar que hay bases sólidas como para que esto no dependa sólo de una persona. Espero que se haya construido algo como para que la pérdida de Kirchner no sea la de un espacio de debate inteligente que se estaba gestando. Algunos amigos tienen una postura derrotista de que ahora se viene la derecha. Yo no quiero pensar eso”.
- Eduardo Sacheri (escritor): “Es prematuro abrir cualquier juicio sobre el sentido de lo que ha ocurrido. Lo único que puedo afirmar es que esta muerte es una pérdida, porque la persona que se fue siempre mereció mi respeto. Y me inquieta pensar que puede haber sectores que reciban este hecho con beneplácito”.
- Abelardo Castillo (escritor): “Pueden gustar o no sus ideas, pero es incuestionable su carisma como político. Igualmente, creo que es muy prematuro hablar de lo que aportó a la tradición de líderes políticos de la Argentina. ¿Cómo podemos saber hoy el poder de su legado si se lo compara con Sarmiento o con Perón? Hay que esperar un poco para poder evaluar políticamente lo que significó. Lo más sensato es reflexionar y no politizar a partir de esta desaparición. No podemos saber lo que significa un hombre hasta que pasan muchos años de su ausencia... todavía hoy casi ni sabemos lo que significó Rosas para la historia argentina”.
- Luis Felipe Noé (artista plástico): “No me cabe la menor duda de que es una noticia impactante políticamente, porque no se trata sólo de un ex presidente sino casi del actor número uno de la política argentina. No creo que cambie el juego político porque él no era presidente en este momento y está la Presidenta, continuadora de una misma línea. Creo que va a conmover más a los opositores que a los partidarios, porque les cambia el juego. Era una persona muy respetable por todos los cambios que hizo, especialmente en el dominio de los derechos humanos. Creo que va a pasar realmente a la historia, pero confieso que su estilo político a mí no me gustaba, ese permanente atropello a los que no piensan lo mismo. Pero creo que incluso en la historia va a quedar como un actor número uno, más que como un presidente. Como sucedió con Alfonsín, que muchos empezaron a revalorizar su figura a partir de su muerte, creo que va a pasar algo parecido. En esa misma medida, va a cambiar el juego de la oposición”.
- Graciela Borges (actriz): “Me dio una profunda pena. Pienso mucho en la Presidenta. Espero que Dios la ilumine. Me avergüenza sentir que hay gente que se puso alegre, que tocaba bocina. No puedo creer que un ser humano que quiera bien su país y su vida (porque la política está impresa en cada acto de nuestra vida) tenga una acción así, esté o no a favor de Kirchner. Me puso muy triste. Yo sé poco de política, pero esperamos que todos los políticos que tanto hablan estén a favor de la Presidenta en este momento y la ayuden. Hay gente que es muy valiosa y sería bueno que esté al lado de ella”.
- Víctor Laplace (actor): “Es una de esas pérdidas demasiado importantes como para hacer un balance inmediato. Lo único que puede hacer uno es hablar de las acciones políticas que han constituido Néstor y este modelo también: los logros, las medidas que tienen que ver con tantas cosas de la Justicia, la fraternidad latinoamericana. Toda esta cosa que pasó con Latinoamérica es algo muy fuerte y él tuvo mucho que ver. Es difícil hablar con este dolor, pero hay que tener presente el futuro. Cristina ha demostrado en múltiples ocasiones su entidad de cuadro político, de estadista del proyecto nacional. Y tanto ella como Néstor se han sobrepuesto a las derrotas: a la 125, a la derrota electoral de 2009, a un vicepresidente no positivo. Y se sobreponen aumentando la apuesta, poniendo el cuerpo. Cuando llegan estos momentos, uno se pone a revisar las pérdidas, las viudeces del peronismo, y está de duelo pero también orgulloso con todo lo que se hizo y lo que queda por hacer. Siempre lo vi todo el tiempo escapándose de la custodia para ir a tocar a la gente. Fue un tipo que sacó de nuevo a la luz los gestos de la Juventud Peronista”.
- Rodolfo García (músico): “No tengo dudas de que el período de gobierno iniciado por Néstor Kirchner y que continúa hasta nuestros días fue el mejor de todos los que me tocaron vivir. Y lo digo desde mi apartidismo. Modificó nuestra tradicional postura genuflexa de país inclinado ante los poderosos de la tierra. Puso al Estado en su verdadera función luego de aquel remanido y machacante verso noventista de que ‘achicar el Estado es agrandar la Nación’. Se plantó ante las corporaciones empresarias, eclesiásticas, mediáticas y demás sin titubear, y siempre en defensa de los que menos tienen. Honró el compromiso asumido en su campaña electoral respecto de la defensa de los DD.HH. y de que tengamos una Corte Suprema de Justicia independiente. Recuperó el dinero de los jubilados que estaba en manos de timberos de las finanzas, y muchas cosas más. Cuando los músicos tuvimos un conflicto por la reglamentación de una antigua ley que nos perjudicaba, le pedimos una audiencia. Nos recibió dos veces en un mes. En la primera nos dijo: ‘Cuando uno se equivoca, lo primero que tiene que hacer es dar la cara’. En la segunda nos anunció la derogación de la reglamentación. Una actitud opuesta a la imagen autoritaria que cierta oposición construye maliciosamente. Quedan aún muchas cosas por hacer y tengo fe en que la marcha no se detendrá. Pero lo extrañaremos”.
- Florencia Peña (actriz): “Es difícil encontrar reemplazo para él. No puedo parar de llorar. Quiero creer que su muerte va a servir para algo. Espero que la muerte de su compañero le dé fuerzas a Cristina. Y no me olvido de algunos hipócritas que escribieron editoriales matándolo en vida. Hubo periodistas muy crueles”.
- Horacio Fontova (músico): “Se murió alguien que necesitábamos muchísimo, no sólo aquí sino en toda América latina. Se murió el querido Néstor, y la súbita tristeza es enorme. Se murió y no fumaba, pero él tenía otros grandes vicios: la pasión y el coraje. Los que lo llevaron a hacer los grandes cambios que quedarán inscriptos en los anales de la historia, por más que quieran ser desesperadamente disimulados por los eternos mezquinos. La pasión y el coraje compartidos con su compañera Cristina, con quien consiguió que podamos ver una luz de esperanza sobre el destino de nuestro país. Hoy es un día de mucha tristeza y sólo se la puede superar todos juntos y con más fuerza que nunca”.
- Esther Goris (actriz): “Ahora debemos militar aún con más fervor del que lo hicimos, porque es nuestro deber de lealtad y solidaridad hacia Néstor continuar con el proyecto de dignidad e inclusión que puso en marcha y que continúa Cristina”.
- Marián Farías Gómez (música): “Los que tenemos más de 50 habíamos perdido la ilusión de que un país mejor era posible, y de pronto llegó alguien de quien apenas conocíamos su nombre y casi nada de su historia militante. Llegó con pocos votos, pero casi de inmediato comenzó a demostrarnos que se podían recuperar la dignidad y la confianza, que sólo había que tener la decisión de poner las cosas en su lugar, trabajar sin miedos, oponerse a los que siempre nos dominaron desde afuera, decir NO a las imposiciones absurdas de los prestamistas internacionales... y la historia de nuestro país comenzó a cambiar, los DD.HH. fueron por fin derechos, las Madres y Abuelas fueron escuchadas, la memoria (como debió ser siempre) protagonista permanente y no sólo un libro, las crisis internacionales casi no nos rozaron, los jubilados comenzaron a sonreír, allanó durante cuatro años un camino hasta ese momento lleno de malezas para que Cristina pudiera continuar la tarea cada vez más intensamente, la protegió, evitó que los buitres la acorralaran, juntos como cuando eran estudiantes hicieron posible la jubilación móvil, la asignación por hijo, bajaron la mortalidad infantil. Su salud le llamó la atención varias veces, pero no le hizo caso: estaba decidido a cumplir con todo por lo que luchó cuando formó parte de la Juventud Peronista, allá en los ’70 en La Plata y, claro, su cuerpo no era invulnerable como su pasión. Nuestro dolor, el de los compañeros, es inmenso, pero sepan todos que vamos a continuar su tarea, nosotros no vamos a defraudar a quien nos enseñó que no hay que bajar nunca los brazos. Quédese tranquilo, compañero: seguiremos acompañando a Cristina para que todos sus sueños que son los nuestros se cumplan definitivamente. ¡Hasta la victoria!”.
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De: albi |
Enviado: 28/10/2010 15:13 |
- Sergio Ramírez (escritor): “Siempre es un impacto para un país que una figura como la de Néstor Kirchner desaparezca de pronto, no sólo porque se trata de un ex presidente como Raúl Alfonsín, a quien traté de cerca en mi vida política como vicepresidente de Nicaragua. Las demostraciones de duelo ante la muerte de Alfonsín fueron impresionantes, porque todo el mundo reconoció a un hombre de grandes valores cívicos, democráticos. En el caso de Kirchner fue un hombre que jugaba un rol político muy activo en Latinoamérica; no era sólo un ex presidente sino un hombre de una gran influencia en su partido, al lado de su esposa. No se sabía si iba a ser otra vez candidato a la presidencia; por lo tanto esto no es simplemente una conmoción sino un hueco muy grande que queda en la vida política argentina, que me parece que va a tener unas consecuencias impredecibles, en el sentido de que no se sabe cómo se van a reordenar las fichas, no sólo del peronismo sino de la vida política argentina de cara a unas elecciones que están a la vuelta de la esquina. Desde mi perspectiva lejana, creo que se va a recordar al ex presidente Kirchner como alguien que llegó en un momento de gran inestabilidad política, cuando día tras día los presidentes tenían que salir huyendo de la Casa Rosada en helicóptero, frente a una población que estaba desesperada por la inestabilidad y el desorden. Kirchner trajo la paz política; él pudo demostrar que podía haber estabilidad en el país y eso me parece que es una herencia muy importante”.
- Adolfo Aristarain (cineasta): “Es un golpe muy duro, por lo inesperado: una pérdida irreparable. Ojalá haya cuadros que puedan abroquelarse alrededor de la Presidenta para poder sostener el camino trazado”.
- Cecilia Todd (música): “Por el afecto que me une a la Argentina, por el afecto que une nuestros pueblos, siento la muerte de Kirchner muy cercana. Es un dolor que nos toca en Venezuela. Por supuesto que la Argentina está de luto, pero Latinoamérica también lo está. Kirchner era un referente importantísimo para el continente, para la gesta de la unidad latinoamericana. El dolor del pueblo argentino es el dolor de Latinoamérica”.
- Aurora Venturini (escritora): “Sentí una gran pena cuando lo supe. Que Dios lo tenga en su gloria. Era un espíritu joven, daba alegría verlo. Hizo muchas cosas. Era un hábito nuevo dentro de la política, diferente, porque tenía ideas muy populares, las que Perón ya había tenido. Pero pasaron tantas cosas truculentas desde Perón hasta ahora... y fueron recordadas con las presidencias de él y de su señora. Dentro del movimiento justicialista hay mucha gente joven. Creo que la juventud le pertenece”.
- Carlos Gorostiza (dramaturgo): “No lo conocí personalmente, pero sé que gente que tuvo contacto personal con él lo apreciaba como ser humano. Espero que toda la batería política de los partidos tenga la capacidad de ponerse al nivel de esta muerte y de trabajar con paz y respeto hacia el futuro. Dejó como legado lo que sus compañeros de ruta han seguido; supongo que seguirán sus pasos. Sabemos que hay grandes polémicas en estos momentos, es una pena que se haya ido justo ahora. Me interesaron fundamentalmente los tres primeros años de su presidencia, de hecho yo declaré públicamente que él tenía la oportunidad de convertirse en el anticuerpo de un país y de un partido de enfermos, pero después la historia cambió y creo que no es el momento para profundizar en estos temas. Fue un impacto tan grande... fue mi presidente y era un coetáneo que estaba peleando por los suyos”.
- Noé Jitrik (escritor): “Gente que anda por ahí piensa o cree que la muerte de Néstor dejará sin brújula a Cristina, dicho de otro modo, que con su desaparición desaparece su cabeza. No lo creo. Pero me parece que se avecinan tiempos difíciles, no sólo para ella sino para el país. Tiendo a sentir, pese a que es una muerte natural, que es un signo, bastante ominoso, como en otro orden lo fue la muerte de Mariano Ferreyra, de lo que se mueve en las sombras en el país, donde tantos apuestan al desastre y a quienes el fracaso de otros les hace creer que se abrirá una oportunidad para ellos. Habrá, me parece, una inevitable danza de lobos porque, sea como fuere, la presencia de Kirchner implicaba cierto orden en el corral. Decir entonces que además de estar sentido estoy inquieto y preocupado, es decir poco. Esta no es una muerte cualquiera y no sólo porque es la desembocadura y final de un destino y de una vida intensa”.
- León Ferrari (artista plástico): “Es de los mejores gobiernos que hemos tenido desde la apertura democrática. Una de las cosas que más señalo del gobierno de Néstor, así como también del de Cristina, es el hecho de la separación, por fin, de la Iglesia y el Estado. Tanto la dictadura como Menem y De la Rúa siempre estuvieron pendientes de la Iglesia, sin pensar en que buena parte del país no es católica. También destaco la asignación por hijo, el casamiento para los gays, cosas que nuestro país nunca ha tenido y que finalmente ellos consiguieron”.
- Juan Terranova (escritor): “En mi familia siempre hemos seguido una tradición de izquierda profundamente respetuosa de los símbolos del peronismo; por eso coincidimos en valorar que Kirchner devolviera a los jóvenes y no tan jóvenes la posibilidad de pensar en un país politizado, donde los sentidos populares volvieran a activarse. ¡Si Néstor fue el único mandatario del mundo al que vi hacer mosh! Y es gracioso: ahora se empeñan en ponderarlo ‘a pesar de su carácter’. No coincido con esa postura. Lo que logró Kirchner fue justamente a causa de su carácter. Tenemos que acostumbrarnos a que los estadistas puedan tener una personalidad fuerte. Por lo demás, hoy es un día de duelo. ¿Acaso no nos entristecemos cuando perdemos cosas o familiares? Bueno, también tenemos que aprender a sentirnos tristes cuando se pierde un líder. Una tristeza sin violencia, ni culpa, que nos permita seguir creciendo”.
- Elsa Osorio (escritora): “Su partida me produjo una suerte de ‘sensibilidad histórica’. Me dio dimensión de todo lo ganado y alcanzado en estos años. Cuando uno se remonta más allá de la angustia de esta muerte, emerge una figura que propulsó logros hasta hace poco inimaginables. Es cierto que falta un montón. A pesar de eso, da la impresión de que van a surgir continuadores del camino que él marcó, porque fue un político que prendió al saber interpretar algo que la sociedad realmente estaba necesitando. Por otra parte, en esta hora de reflexión sería importante que algunas personas que también se reconocen progresistas depusieran sus diferencias y se dieran cuenta de que en el fondo están de su mismo lado”.
- Arturo Bonín (actor): “Era un tipo que sabía llamar las cosas por su nombre, y eso es digno de destacar en cualquier hombre. Esa manera tan clara de expresarse le permitió señalar un norte, y marcar a muchos enemigos que se vieron obligados a sacarse paulatinamente la careta. Yo siempre digo que fue el primer presidente que ‘no voté y no me defraudó’. Porque es cierto, no lo voté. No obstante, despertó en mí una expectativa que hace mucho tiempo no tenía con otros políticos. En sus intervenciones y en esa intensidad con que vivía fue capaz de reconstruir –con errores y aciertos– un sentir nacional que parecía irrecuperable. En claro contraste con todo lo anterior, hoy enciendo la tele y me da vergüenza ver a ciertos periodistas que salen a hablar con cara de circunstancia, cuando hace horas no hacían más que echar pestes”.
- Marcelo Piñeyro (cineasta): “Cuando me enteré, lo primero que pensé es que se trataba de una broma de mal gusto. Para ser sincero, me descoloca un poco lo que vendrá. Ahora que Néstor se fue, me pongo a evaluar detalles que antes no había tenido en cuenta. Considero, por ejemplo, el modo en que el matrimonio Kirchner funcionaba como un combo; y los caminos que podrían seguirse para que no se sienta esta pérdida. En síntesis, para mí las últimas dos presidencias fueron las más importantes que tuvo el país desde que tengo memoria. Su orientación latinoamericana, la superación de objetivos en el gobierno de Cristina y la recuperación de la dimensión política para las nuevas generaciones se cuentan entre los méritos innegables de esta etapa. Habrá que estar atentos para que la derecha salvaje no diluya esas conquistas”.
- Norberto Galasso (historiador): “Su repentina muerte acongoja profundamente al pueblo argentino al que interpretó en su esfuerzo por recuperarse y buscar un futuro promisorio, dejando todas sus fuerzas en una lucha incesante, aun conociendo la gravedad de su dolencia. En esta hora excepcional de la Argentina y América latina, el fallecimiento de un líder político como él constituye una verdadera tragedia, pues se lo necesitaba para continuar avanzando en pos de la liberación. Como él hubiera querido, hay que redoblar fuerzas para sostener a Cristina, acompañándola en su dolor y dándole el multiplicado apoyo para continuar en la senda que trazaron junto a las mayorías populares de la Argentina y de América latina”.
- Martín Rodríguez (escritor): “Si hace diez años le decías a alguien que habría una Plaza llena de pibes llorando a un líder político de 60 años que salió de las filas del justicialismo, nadie lo creía. Esa es la sensación que se expresa como signo de época. No habla de una generalidad, pero hay una ruptura, eso es claro. Era un tipo de liderazgo excepcional porque le puso el cuerpo. Era un personaje irreductible. Compuso una idea de orden en el conflicto: era la garantía de ese orden. Lo que se hace ausente es eso, la capacidad de un político irreductible, de volverse esencialmente poderoso por el ejercicio directo de su propio poder. No va a haber otro tipo así en Olivos. Hizo un gobierno progresista a fuerza de voluntad; 2001 no generó un equilibrio de fuerzas, es un tipo el que forzó esa lectura. Podía haber habido otro gobierno, no estaba cantado. Más allá de los hechos puntuales de su gestión, que son los que todo el mundo destaca, fue capaz de rediseñar el esquema de gobernabilidad. Por eso es difícil imaginar quién puede superarlo”.
- Germán Ferrari (escritor): “Es impactante cuando muere un líder político, un estadista. Siempre es conmocionante más allá de sus virtudes y defectos, o de los acercamientos que uno pueda llegar a tener. La presencia de Néstor en la política argentina dio aires nuevos para poner en el debate cotidiano temas que estaban olvidados, como los derechos humanos. El legado más grande de Néstor fue el haber elevado a la categoría de política de Estado el tema de la violación de los derechos humanos durante los ’70. La reapertura de los juicios contra el terrorismo de Estado es uno de los hechos más significativos de los últimos años. Como nunca se había hecho, ese impulso que dio Néstor va a ser juzgado y analizado a través del tiempo con una valoración que hoy queda acotada a algunos sectores. La historia lo va a reconocer como un gran artífice de que se haya podido revisar ese pasado reciente y que el terrorismo de Estado pueda ser juzgado y condenado en búsqueda de la justicia, la verdad y la memoria. A mí me impactó ese tema –lo trabajo en mi último libro– no sólo porque es una deuda que la sociedad argentina tenía con su pasado sino porque, para poder llevarlo adelante a una categoría de cuestión de Estado, Néstor requirió de una valentía que otros dirigentes políticos no tuvieron. Una valentía para sobrellevar las presiones”.
- Elsa Drucaroff (escritora y crítica): “No soy kirchnerista y estoy de luto. Y hoy (por ayer) voy a ir la Plaza. Cierta gente no es sólo lo que es sino también lo que hace y lo que significa; y los antes y después que establece con su presencia. Ninguna crítica mía –por más profunda o acertada que sea– puede invalidar lo que Kirchner significó para la Argentina. Para mí significó el fin de la impunidad y el comienzo de un debate político que fuera más allá de la denuncia y se animara a las ideas. Alrededor de su figura, por otra parte, se fue constituyendo un núcleo de gente joven que por primera vez se está asomando a la participación política”.
- Marcelo Simón (periodista, director de FM Folklórica): “La primera reflexión que surge es la convencional: ha muerto un hombre de la democracia, y eso es algo que no debemos perder de vista. En este caso se trata de alguien a quien yo voté, y con quien discutía frecuentemente desde mi casa, porque la gente temperamental, sanguínea, apasionada, es la gente con la que uno discute, la gente a la que le gustaría tener de amiga. Kirchner fue además un hombre que cambió notablemente el país dentro de la democracia, de una manera que yo no había visto hasta ahora en mi larga vida, con algunas cosas que se hicieron en su gobierno y se completaron en el de Cristina; decisiones a favor de la gente, a favor de los derechos humanos. Aquella vez que lo vi pedir que se bajara el cuadro de Videla, supe que estaba ante un tipo de un enorme valor. Tuve una sensación de profundo agradecimiento. Es el mismo sentimiento que me embarga en este momento, junto al de dolor”.
- Elsa de Oesterheld: “Estoy de-sesperada de angustia, de pena. Si pudiera hacer algo por Cristina, no sé qué, lo haría. No puedo apartar a Néstor de todo lo que vivimos. Todo cambió desde que ellos asumieron la presidencia, un cambio excepcional. Vemos al país de manera diferente. El cambio se produce día a día desde que Cristina y Néstor asumieron la conducción de la Argentina”.
- Hernán Ronsino (escritor y sociólogo): “Nunca me había pasado en mis 35 años haber llorado por la muerte de un político. Como tampoco en estos años me había emocionado hasta lagrimear con los discursos de un político, como con los de Kirchner y Cristina. Esa emoción de las palabras, de los discursos, lo que me despertaba escucharlos, se trasladó a lo que me pasó cuando escuché que había muerto. Y, a la vez, sentí profundamente de qué modo la historia argentina me estaba golpeando. Pensé en la relación de los cuerpos puestos en la historia. Los cuerpos atravesados por la pasión. Combatiendo en la historia. Y la relación de esos cuerpos con la muerte. Pensé, entonces, en el fusilamiento de Dorrego, en la muerte de Facundo Quiroga, pensé en el suicidio de Alem, en la muerte de Evita, en la muerte de Perón. La lucha y la muerte de cada uno de estos cuerpos apasionados abrieron la historia. Los une, los pone en relación el haber sido cuerpos apasionados, líderes de movimientos populares, que mueren luchando en la historia. Si bien es cierto que hubo varios presidentes que murieron en el ejercicio del poder, sus muertes no provocaron un antes y un después, provocaron más bien una crisis superficial. En cambio, la muerte de cada uno de estos cuerpos apasionados provoca una torsión, inesperada, en el devenir de los sucesos. Esa idea del acontecimiento que habla Foucault: lo inesperado transformando el devenir de la historia. Y así la muerte de estos cuerpos encarna, entonces, ese giro brusco, poderoso, potente. Cargado de posibilidades y de frustraciones. La muerte de Kirchner está en esta línea. Me atrevo a poner en esta genealogía a la muerte de Kirchner. Cuerpos apasionados –líderes de movimientos populares– que mueren combatiendo. Por eso estas muertes se vuelven acontecimientos. Por eso después de estas muertes la historia argentina se trastrueca radicalmente. Para siempre. Como sucederá a partir de hoy”.
- Mauricio Kartun (dramaturgo): “Tras más de veinte años de militancia en el peronismo, tiré la toalla finalmente en los ‘90 menemistas. Tanto dolor, tanta sangre, pensaba algo avergonzado, para terminar en esto. Y me fui con otros intentando dar un portazo que entre la bulla de odaliscas y los escapes de Ferrari nadie escuchó, ni le dio demasiada bola. Me consolaba la angustia imaginando esas dos décadas como tránsito hacia otra cosa. Y a ese pensamiento que me había apasionado –a sus ideólogos, a sus intelectuales– como pasillo, como fracaso que abriría otro sueño alguna vez. Me enfrié. Y un día que la biblioteca por causas naturales colapsó, ciertos estantes cada vez más polvorientos –de Hernández Arregui a Cooke– bajaron al estante del piso, ése al que los años y su cintura te hacen visitar sólo cuando es necesario. Hago acá el mea culpa. Pasaron pocos años. Un día, cuando todo parecía haber quedado así, desde el Sur apareció este tipo. ‘Somos hijos de las Madres de la Plaza’, dijo. Después hizo descolgar el cuadro del dictador. Y se paró firme frente a aquellos antes quienes todos se agachaban. Entre tanto político domesticado, entre tanta despreciable mascotita del poder económico, apareció de la nada el chúcaro que aquel sueño necesitaba. Una mañana, gracias al tipo, me encontré hojeando de nuevo la geocultura de Kusch. Al día siguiente subí de nuevo todos sus libros a la altura de la cabeza, que es donde están los que te importan. Un agradecimiento tardío a Néstor Kirchner, el que le devolvió a mis libros su dignidad. Y a mí, esta fe por el presente y esta pasión por su futuro”.
- Eddie Vedder (cantante de Pearl Jam, vía Twitter): “Mis pensamientos y mis oraciones para Néstor Kirchner y su familia”.
Producción: Facundo García, María Daniela Yaccar, Oscar Ranzani, Karina Micheletto, Cri |
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De: albi |
Enviado: 28/10/2010 15:15 |
El Presidente que cambió el paradigma
Intendente, gobernador, presidente, su proyecto siempre fue reelecto. En el gobierno puso en discusión temas que los demás esquivaban.
Por Mario Wainfeld
El ex presidente Néstor Kirchner murió ayer, en El Calafate que tanto amaba y tanto lo sedaba, en pleno protagonismo, cuando tenía apenas sesenta años. Es difícil encontrar un parangón histórico con la desaparición de un líder de su porte, en tales circunstancias. Raúl Alfonsín falleció hace poco; el impacto y la emoción fueron grandes, tanto como el reconocimiento. Pero al líder radical todo le llegó cuando estaba en el ocaso de su carrera, cuando ya no era un protagonista de primer nivel. Tal vez el parangón más cercano sea la desaparición de Juan Domingo Perón durante su tercer mandato: una figura central, en torno del cual constelaba la política, que ordenaba (por así decir) amores, odios y alineamientos. Pero hay una diferencia sideral con esos días, que alude al legado que deja Kirchner. Sin Perón, era evidente que la Argentina se encaminaba, irremisiblemente, a una situación peor y su fuerza a una crisis fenomenal. Kirchner deja el centro de la escena en un país gobernado y gobernable. Con una economía y una situación social sustentables, con previsibilidad política. En el ’74 la política era colonizada por la violencia; en 2010 se cumplen varios años de paz social muy grande (para los parámetros argentinos) y con un rumbo mejorable (como todo) pero racional. Kirchner llegó a la Casa Rosada en un país devastado, se fue en otro, aún cargado de deudas sociales y contradicciones pero indeciblemente mejor.
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Gobernante ante todo: Fue un político hasta su última hora. La noche del martes se pasó mirando números, encuestas, datos económicos, fatigando su celular. Antes que nada, fue un hombre de gobierno: recorrió todo el escalafón de cargos ejecutivos, su lugar en el mundo. Intendente de Río Gallegos, ganando su primera vez por un pelito. Después, gobernador de Santa Cruz. Siempre fue reelecto, dato digno de mención. Llegó a la presidencia cuatro años antes de lo que indicaban su ambición y su férrea voluntad, por uno de esos raros azares felices de nuestra historia. Accedió con votos prestados, con mínima legitimidad, en una nación devastada y acomplejada que apenas empezaba a levantar cabeza. Figura dominante de este siglo, captó como nadie el significado de la catástrofe de 2001, su génesis, el arduo y escarpado modo de irla repechando. El “que se vayan todos” expresaba el descrédito de la política pero no le ofrecía salida. Sin gobierno, sin Estado, sin conducción, sin dinero en caja, con casi tantas monedas como provincias, sin poder político, nada sería posible. Una población abatida, con millones de desempleados, hogares destrozados por la falta de trabajo, falta de fe individual y colectiva lo recibían. Casi nadie lo conocía, lo que incluía a muchos que lo habían votado, por descarte.
“Que se vayan todos” era un síntoma de la imperiosidad del cambio, un rechazo al pasado cercano pero no un programa de salida. Kirchner captó ese doble mensaje: supo (o mejor, decidió) que era acuciante reparar los daños causados por la dictadura, por el entreguismo desaprensivo de los ’90, la anomia del gobierno aliancista, la sumisión a los organismos internacionales de crédito. Reconstruyó el Estado, compensó los poderes fácticos acrecentando el del gobierno popular, designó a los culpables de la caída. Los fustigó con su palabra, atropellada pero clara al designar adversarios y enemigos. Polarizó y politizó, son virtudes, quedando para la polémica las dosis o las proporciones.
Pero, además, edificó un paradigma distinto. A su modo, con vectores claros y simples, eventualmente esquemáticos. Como un maestro mayor de obras, que erige una casa sencilla, eventualmente con paredes algo chingadas, pero habitable.
Había que reparar, había que compensar a las víctimas del terrorismo de Estado y de la desolación económica. No era ése el menú de moda en la Argentina, fue el que eligió, al que apostó con pocas barajas en la mano y no tantas fichas. Lo marcó asimismo la sangre derramada en los finales de los gobiernos del radical Fernando de la Rúa y Eduardo Duhalde también: debía cesar la violencia represiva, que minimizó a niveles únicos en la historia y mantuvo permitiendo un grado de movilización altísimo, que a menudo le jugó en contra.
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Giro: Se le reprocha haber cambiado su postura respecto del terrorismo de Estado, de las políticas económicas precedentes. La supuesta incoherencia fue uno de sus mayores méritos, pues (como Alfonsín en sus primeros tramos) recorrió la parábola inversa a lo que predicaba la cartilla de los gobernantes, la que observaron el menemismo, la Alianza, el propio Frepaso. La que indujo a Carlos Reutemann a aterrarse ante la perspectiva de ganar lo que, parecía, equivaldría a reprimir, bajar salarios, endeudar al fisco. Kirchner viró a izquierda, hacia un creciente protagonismo estatal, porque comprendió que se atravesaba una nueva etapa.
Combinó lo concreto con lo simbólico, seguro que con trazos gruesos. La remoción de la Corte Suprema menemista por una de mayor calidad, la derogación de las leyes de la impunidad, la bajada del cuadro de Videla, la reapertura de la ESMA, la relación más estrecha que jamás tuvo gobierno alguno con los organismos de derechos humanos vienen en combo.
También, en otro carril, el desendeudamiento (acordado en simultáneo con el presidente brasileño Lula da Silva), la virtual ruptura con el Fondo Monetario Internacional (FMI), la decisión de poner el acelerador a fondo en la economía, la creación de puestos de trabajo, la ampliación de la masa de jubilados. Todas esas acciones enfrentaron críticas lapidarias, anuncios de catástrofes, aplazos desde academias del saber o desde grupos de interés.
Los grandes humillados del cuarto de siglo que precedió su desembarco en la Rosada fueron su centro de atención: los trabajadores, las víctimas del terrorismo de Estado, los argentinos en su conjunto privados de autoestima y de conchabo.
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Economía política: Su concepción económica, que signó la etapa, es acendradamente política y uno de sus más claros lazos de parentesco con el primer peronismo. El crecimiento a todo trapo, el acelerador siempre a fondo, la promoción del consumo y del empleo conllevan un objetivo político y democrático. Estaba compelido a conseguir consenso, en parte para su proyecto político pero, especialmente, para recuperar gobernabilidad y estabilidad. La satisfacción de necesidades primarias, la posibilidad de acceder a bienes necesarios o algo suntuarios y al trabajo fueron su camino hacia la popularidad. Seguro que faltó equilibrio con otras variables, sobre todo en los últimos años, pero mete miedo pensar qué hubiera pasado sin un gobierno valorado, sin un Estado sólido, sin reservas financieras. Se cortó la continuidad decadente que destruyó la trama social entre (por lo menos) 1987 y 2002.
Pasar del desempleo al trabajo, tener unos pesos en el bolsillo y menos miedo sobre el porvenir acrecienta la autoestima, desbaratada en décadas de desvaríos.
Contaba que siendo joven, cuando salía de noche, su padre le preguntaba si tenía dinero y le daba unos pesos más, no para gastarlos sino para estar seguro. Cifraba así su propia economía política. En pocos años la Argentina disminuyó su deuda externa a niveles manejables (que aliviará a gobiernos futuros), solidificó a la AFIP y la Anses.
La puja distributiva volvió a estar en agenda, con avances institucionales que desde otras banderías se subestiman, se niegan o se detestan. Las convenciones colectivas anuales, siempre en alza, las reformas laborales progresivas sí que insuficientes, la consolidación del sistema jubilatorio forman un haz de aportes innegables. Ahora, en el purgatorio, se debate en detalle cómo cualificar esos logros, cómo redistribuir mejor, cómo elevar el piso. Cuando se estaba en el sótano, unos cuantos discutían el rumbo.
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Las cifras, el consenso, la derecha: Las cifras que enunciaba a granel (PBI, reservas, índices de crecimiento y de empleo en especial) fueron su obsesión y su fuerza. Gobernante de una crisis a la que apodó, sin mayor exageración, “el infierno” centró en ellas su atención, su gestión y una fracción relevante de su deseo. Timonel vigoroso, derivó hacia “el Purgatorio”, en un tránsito que no fue pacífico. Una derecha sin referencias políticas lo acechó siempre. Se olvida a menudo, pero la emergencia de Juan Carlos Blumberg sucedió pocos días después del inolvidable 24 de marzo de 2004. El crecimiento general, el renacimiento de las economías regionales, los costados virtuosos del “modelo” con paridad cambiaria competitiva, creación de puestos de trabajo, obra pública y acumulación de reservas le fueron ganando, si no apoyos militantes, consensos muy extendidos. En la emergencia, casi todos se aferraron al capitán de tormentas, incluyendo a las patronales, que mayormente se la llevaron con pala. Rabiaban por el ascenso de los trabajadores, por tener que pulsear en las paritarias pero acompañaban.
De un presidente ignoto, sin caudal propio, pasó, en dos elecciones seguidas, a una mayoría holgada, propia. En ese devenir, descuidó el armado político y desnudó limitaciones para ciertas destrezas políticas: contener a los propios, acariciar a los dudosos, formar nuevos cuadros, movilizar. Así, llegó en auto a las victorias de 2005 y 2007, tras redondear la mejor presidencia habida desde la primera de Perón.
En pos de la gobernabilidad se fue arrimando al peronismo y al movimiento obrero, dejando de lado su proyecto de transversalidad, que incluía una etapa superadora del bipartidismo. En parte fue porque el ensayo encontró límites fuertes, algunos derivados de impericia, otros de falta de peso de los nuevos aliados. En cualquier caso, afrontó un dilema complejo, con soluciones imperfectas en ambos casos. Hombre de gobierno, se inclinó por la que remachaba la continuidad y la estabilidad. Siempre será polémico el saldo, nunca será redondo. En la galaxia peronista, su aliado más fiel y rendidor fue la CGT conducida por Hugo Moyano, en una relación que mejoró a ambos socios, dejando heridos y asignaturas injustamente pendientes, como el reconocimiento de la Central de Trabajadores Argentinos (CTA).
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De la desconfianza a Unasur: Patagónico, desconfiado, formateado en una provincia donde todo se hace con esfuerzo propio, la política internacional le resultaba distante y hasta la sospechaba de distractiva. Supo cambiar de parecer al internalizar la necesidad de una política regional, que diera carnadura a su relato antiimperialista, irrealizable desde un solo país. También, acierto fundante, se percató de que Brasil y Lula (el mejor colega que podía tener allí) eran aliados estratégicos de la Argentina. En la Cumbre de las Américas de Mar del Plata le tomó el gustito al juego político. La vulgata dominante narra que Argentina se “aisló del mundo”, un disparate de aquellos. Jamás comerció con tantos países, jamás se ligó a tantos mercados. Y, además, jamás jugó un rol de equilibrio y pacificación en América del Sur. Argentina y Brasil primaron con activismo y compromiso para que Evo Morales fuera presidente, para que la rosca de derecha no lo derrocara, para evitar la guerra entre Colombia y Ecuador, para intentar frenar el golpismo en Honduras y para frenarlo en Ecuador.
La mejor relación que haya existido jamás con Brasil, con Chile, con Bolivia, con Venezuela, con Paraguay. El conflicto con Uruguay fue un retroceso en ese avance global, felizmente remendado bajo la gestión de Cristina Kirchner y el presidente uruguayo José Mujica.
También hubo trato privilegiado con España y una relación sensata, sí que gratamente autónoma, con Estados Unidos.
La presidencia de Unasur es otro vacío difícil de llenar. Lograda con unanimidad expresa una verdad negada por la conjura de los necios: la valoración de Kirchner trasciende las fronteras. Para Lula, para Hugo Chávez, para Michelle Bachelet, para Evo Morales, para Correa, fue un aliado de fierro y un compañero. Los demás presidentes, de otras pertenencias, reconocieron a una figura de primer nivel, a despecho de las diferencias.
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De: albi |
Enviado: 28/10/2010 15:15 |
Cambio de roles: Desde el vamos, desde cuando su revalidación parecía una quimera, predicó que no iría por la reelección. Recelaba del desgaste, de la fatiga ciudadana, hablaba de una necesidad de mayor institucionalidad y menos combate. Cristina Fernández, de cualquier forma, llegó en tono de reelección que los escasos cambios de su gabinete convalidaron. El color peronista del apoyo electoral signó esa decisión.
El mandato de la Presidenta fue mucho más tormentoso que el de su predecesor. Es en parte lógico: superada la malaria y recobradas las fuerzas, muchos actores incrementaron sus demandas. En parte hubo descuidos del Gobierno. En parte, muy sustancial, la agenda institucional fue mucho más ambiciosa y fundante que la de Kirchner.
Cristina y Néstor Kirchner siempre actuaron en tándem desde 2003. Pensaban muy parecido, acordaban en casi todo. Pero el cambio de roles le costó al ex presidente, que perdió muñeca política y capacidad de negociación. Fue más intransigente y menos dúctil frente “al campo” que contra Blumberg o que negociando con los vecinalistas entrerrianos o que en las tratativas con el FMI.
Las retenciones móviles y la derrota electoral de 2009 dieron la impresión de final de ciclo. Los vaivenes del electorado son siempre dignos de atención, máxime para una fuerza populista. La reacción de la Presidenta combinó un temple enorme con la sagacidad de ampliar la agenda propia. Siempre politizando y polarizando pero buscando apoyos externos, consagró cambios institucionales notables, ajenos a su imaginario años atrás. La Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual hasta la demasiado demorada Asignación Universal por Hijo, pasando por la reestatización del sistema previsional fueron jugadas tremendas, arriesgadas, progresistas que importan (en los hechos más que en el discurso) autocríticas y correcciones de gran nivel.
En su sube y baja, el kirchnerismo quedó con menos apoyos difusos y más consistencia ideológica. También congregó militantes, en especial jóvenes, promovió organización y se consagró más a disputar el debate mediático.
En trance de mayor debilidad, jugó doble contra sencillo. En eso está ahora, siendo por lejos la primera minoría política, la que saldría puntera en la primera vuelta electoral, la que tiene mayor capacidad de movilización y de “calle”, la que imanta más adhesiones de artistas, trabajadores de la cultura y bloggers.
Con ese patrimonio, importante y aún no suficiente para lograr la proeza de tres mandatos consecutivos, llega la muerte de Néstor Kirchner.
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Desafíos: El inventario se hace interminable, acaso por impericia del cronista pero también porque hablar de Kirchner es sumirse en todas las controversias de ayer, de los próximos meses o años. Sin agotar la enumeración, cabe consignar entre los aciertos el aumento del presupuesto educativo y el matrimonio igualitario. Y entre los errores, la erosión del Indec, tan contradictoria con la tendencia general de defensa del Estado y lo público.
Un líder como Kirchner es irreemplazable y, al unísono, no tiene reposo. No sólo porque el hombre era poco afecto a parar sino porque los grandes referentes siguen batallando después de muertos.
Su lugar vacante potencia la ambición de sus adversarios, la barbarie gorila que ya empezó aflorar, el odio de una derecha recalcitrante que esta nota prefiere apenas mentar. En ese aspecto el adiós de Kirchner parece, por ahora, más semejante al de Evita, por el odio de “los otros”, que al de Perón.
La Presidenta, en un momento cruel de su vida, afronta el enorme desafío de proseguir sin su compañero de vida y de luchas. También pierde a un político fundamental, a quien todos respetaban o temían o valoraban. A un alquimista que sabía contener, motivar y conducir a dirigentes, militantes y personas de a pie.
El tándem funcionó con dificultades pero era un bastión, que en los últimos tiempos había logrado el ascenso muy parejo de ambos (con leve supremacía de la Presidenta) en imagen positiva e intención de voto.
Sobreponerse al dolor personal y a la pérdida política, mantener la gobernabilidad, contener a la fuerza propia y sumar parecen retos gigantescos. En más de tres años la Presidenta ha combinado, más vale, aciertos y falencias, aunque siempre demostró aptitud para remontar las cuestas más adversas.
Cuando Kirchner advino al poder, lo informó Horacio Verbitsky en este diario, José Claudio Escribano le dio un ultimátum y un programa, que el entonces presidente rechazó de volea. Ayer, en La Nación comenzaron a pasarle letra a la presidenta Cristina para que desista de su proyecto. La primera vez creían lo que hacían, ahora es pura parada. Todos saben que ella sostendrá sus principios y su norte.
Cuando las corporaciones, sus adversarios políticos y algunas personas vulgares festejan, el cronista recuerda a uno de ellos, el ex presidente Eduardo Duhalde. En 2003, dos periodistas de Página/12 le preguntamos si Kirchner sería su Chirolita. Duhalde respondió “los que dicen eso no lo conocen. Y menos la conocen a Cristina”. Ahora, hay menos motivos para dudar de su templanza y su vocación de militante y dirigente.
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Dolor: Es una sandez hablar de un potencial veredicto de “la historia”. La historia es política: en la Argentina no se han saldado debates sobre Rosas o Perón, menos se llegará a la unanimidad sobre Kirchner.
Confrontativo, por vocación, por estilo y porque gobernar es definir conflictos y aún atizarlos, Kirchner fue llorado ayer y seguirá siendo llorado por muchos pero no por todos. Ayer una muchedumbre colmó la Plaza de Mayo, espontánea y sufriente, en esa Capital de la que desconfiaba y que jamás lo apoyó.
Entre los que lo lloran la mayoría son humildes, muchos son jóvenes que recuperaron la sed por militar. Lo lloran las Madres de Plaza de Mayo, las Abuelas, los integrantes de la comunidad gay, cantidad de artistas y trovadores populares.
Su nombre será bandera y todos ellos tratarán de llevarla a la victoria, a la continuidad, a la coherencia.
Se lo llora y ya se lo añora en la redacción de este diario, que clamó desde su primer día por banderas que en su gobierno se plasmaron en conquistas, leyes, procesos y condenas a genocidas.
Ya lo extraña este cronista, que lo conoció en su labor profesional, lo respetó y quiso más de lo que marca la regla de la ortodoxia del “periodismo independiente”. Lo que nunca impidió discusiones, críticas o señalamientos que forman parte de la lógica del trabajo y de la política.
A la Presidenta, a su familia, a sus compañeros y a los que lo lloran van el abrazo y el saludo en un cierre tan heterodoxo como sentido.
mwainfeld@pagina12.com.ar
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De: albi |
Enviado: 28/10/2010 15:17 |
Movilizaciones en el interior
Las expresiones de dolor por el fallecimiento del ex presidente Néstor Kirchner se plasmaron en movilizaciones que se realizaron en diversas ciudades del interior del país. Hubo misas para recordar al ex mandatario, como las que organizaron la gobernadora fueguina Fabiana Ríos, en Río Grande, y la del Frente para la Victoria de Catamarca, en la Catedral. En Santa Cruz, funcionarios y dirigentes participaron de una celebración religiosa en la Catedral en Río Gallegos y en la parroquia Santa Teresita, en El Calafate. La muerte del ex presidente generó la suspensión de medidas de fuerza programadas por los trabajadores estatales de Rosario, que postergaron “hasta nuevo aviso” las marchas previstas para hoy. Anoche, además, se realizaron concentraciones en las ciudades de Córdoba, Rosario, Jujuy y Mar del Plata. En Mendoza, unas 200 personas se congregaron por la tarde en el denominado Kilómetro Cero, en el centro de la capital provincial. En Córdoba, militantes políticos y sindicales, organizaciones sociales, de derechos humanos y estudiantes se autoconvocaron desde las 20, una vez terminado el Censo Nacional, en la Plaza de la Intendencia de la capital. Movilizaciones similares se habían convocado en Villa María y Río Cuarto. El intendente de la capital, Daniel Giacomino, y la Mesa Nacional por la Igualdad participaron de una manifestación con velas desde la plaza de la intendencia al shopping Plaza Olmos. En Rosario, manifestantes del Movimiento Evita rindieron honor a Kirchner con una manifestación en el Monumento a la Bandera, donde respaldaron “la continuidad del Proyecto Nacional y Popular”. En tanto, organizaciones kirchneristas de Mendoza y Santa Fe contrataron micros para trasladar militantes a Buenos Aires para participar del velatorio del ex mandatario, que se realizará a partir de hoy en la Casa Rosada. Desde Jujuy, la dirigente Milagro Sala encabezó una caravana de colectivos con dirigentes de la organización Tupac Amaru local y de otras provincias para sumarse a las manifestaciones de hoy. Esa agrupación convocó a realizar concentraciones públicas en memoria de Kirchner en “cada plaza de cada localidad del país”. En Mar del Plata, el intendente Gustavo Pulti encabezó una movilización de más de tres mil personas y participó de una misa en la Catedral local. También hubo concentraciones en La Pampa, en la ciudad de Salta y en San Miguel de Tucumán (foto).
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De: albi |
Enviado: 28/10/2010 15:19 |
EL PAIS › LOS HITOS DE LA GESTION DE KIRCHNER EN SU MANDATO DE 2003 A 2007
Una Presidencia para no olvidar
La política de derechos humanos, que incluye la anulación de las leyes de impunidad y la reanudación de los juicios contra los represores de la última dictadura, la renovación de la Corte Suprema de Justicia, la reducción del índice de desocupación a un dígito, la renegociación de la deuda y el fin de la relación dependiente con el Fondo Monetario Internacional fueron los grandes hitos del paso de Néstor Kirchner por la presidencia, que ayer fueron evocados por dirigentes y ciudadanos de distintas extracciones.
La presidencia de Kirchner se inició el 25 de marzo de 2003 y fue el correlato del final del modelo neoliberal impuesto en los ’90, que hizo eclosión trágicamente en diciembre del 2001, cuando Fernando de la Rúa debió abandonar la presidencia en helicóptero. Cuando asumió, se encontró con una tasa de desocupación del 27 por ciento y logró reducirla a un dígito durante su mandato. Los índices de pobreza también bajaron del 42,7 por ciento al 16,3 en el primer año de los cuatro que presidió al país.
En 2004, Kirchner le ordenó al jefe del Ejército Roberto Bendini que descolgara los cuadros de los genocidas Jorge Rafael Videla y Reynaldo Bignone que se encontraban en el Colegio Militar. El gesto plantó de una vez por todas su decisión de encarar una política de derechos humanos que ya había iniciado apenas asumió su cargo. Ese mismo día dio un discurso en el ex centro clandestino de detención que funcionó en la ESMA y por primera vez un presidente pidió perdón en nombre del Estado por los crímenes cometidos durante la dictadura. Antes, había logrado que el Congreso anulara las leyes de Obediencia Debida y Punto Final para que los genocidas que aún no habían sido sometidos a proceso pudieran ser juzgados.
La renovación de la Corte Suprema de Justicia también fue una de las primeras decisiones que llevó adelante con éxito y fueron acompañadas por la sociedad, dando por tierra con la Corte adicta del menemismo y proponiendo un sistema de selección de los magistrados más democrático e independiente.
En 2005 renegoció la deuda externa, iniciando el proceso de canje. La reestructuración de 62 mil millones de dólares involucró a más del 70 por ciento de los acreedores y el resto se terminó de renegociar este año. En 2005 también se deshizo del Fondo Monetario Internacional al saldar la deuda que se mantenía con el organismo y patentó la frase: “Le dijimos chau al Fondo”. La reorientación de la investigación en la causa por la voladura de la AMIA también fue uno de sus logros políticos.
La Presidencia fue el punto culminante de carrera política, que comenzó como militante de la Juventud Universitaria Peronista, en los años ’70, mientras cursaba la carrera de Derecho en la Universidad de La Plata. En 1987 accedió a la intendencia de Río Gallegos y en 1991 llegó a la gobernación de Santa Cruz, donde fue reelecto dos veces, en 1995 y 1999.
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De: albi |
Enviado: 28/10/2010 15:22 |
CONTRA TODO PRONÓSTICO AGORERO DE LOS CUERVOS:...
: “Le dijimos chau al Fondo”.
POR ESO ALGUNOS BUSCAN DESESPERADAMENTE
EL 82%
PARA QUE NOS VOLVAMOS A ENDEUDAR Y COMIENCEN SU FIESTA PRIVADA NUEVAMENTE |
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De: albi |
Enviado: 28/10/2010 15:23 |
PERO NO ES ESA LA VOLUNTAD POPULAR ARGENTINA
EL PUEBLO QUERÍA SABER DE QUÉ SE TRATA Y AHORA LO SABE |
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De: albi |
Enviado: 28/10/2010 15:25 |
NO HACE FALTA MÁS VIOLENCIA, CON LA UNIDAD Y LA ESTRATEGIA ALCANZA Y SOBRA. |
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De: albi |
Enviado: 28/10/2010 15:27 |
La CGT apoyó al Gobierno
El Consejo Directivo de la central obrera, encabezado por Hugo Moyano, expresó que “acompañará la gestión de la Presidenta”.
Por Tomás Lukin
“Después de Perón y Eva Perón viene Néstor Kirchner. El devolvió parte de la dignidad que habíamos perdido los trabajadores”, expresó el secretario general de la Confederación General de los Trabajadores, Hugo Moyano. El Consejo Directivo de la central sindical expresó su apoyo a la política económica y laboral del gobierno nacional y convocó a partir del mediodía a Plaza de Mayo a despedir los restos del ex presidente. “La CGT va a acompañar con todos los trabajadores la gestión de la Presidenta hasta el último momento para que siga profundizando este modelo económico”, sostuvo Moyano desde el Salón Felipe Vallese del emblemático edificio de Azopardo al 800.
“Cómo no vamos a reconocer los trabajadores la figura trascendental de Kirchner si él posibilitó que volvamos a discutir salarios y llevó adelante una política de ampliación del consumo masivo. Los trabajadores no sólo recuperaron las conquistas sociales, sino también los derechos naturales del movimiento obrero”, afirmó el titular de la CGT y vicepresidente del PJ. El Consejo Directivo se reunió ayer, sin la presencia de los denominados Gordos, a las tres de la tarde. Una hora y media después, Moyano brindó un breve discurso: “La Presidenta tiene que tener la confianza de que los millones de trabajadores la van a apoyar”, apuntó Moyano frente a un auditorio poblado por delegados gremiales de distintos sindicatos y empresas. El titular de Camioneros también resaltó la política de desendeudamiento, la acumulación de reservas y el rol del ex presidente en la Unasur.
“Lo primero que hizo Néstor Kirchner sin que nadie se lo haya pedido fue romper la vergonzosa y bochornosa reforma laboral, que no sólo se votó y la votó algún sector del peronismo, sino que también hubo coimas”, recordó el líder sindical en referencia a la derogación de la Ley de Flexibilización Laboral, o Ley Banelco, aprobada durante el gobierno de De la Rúa. Esa decisión del gobierno de Kirchner permitió reimpulsar las negociaciones salariales por rama de actividad, acortar el extendido período de prueba, recuperó el derecho de los trabajadores para cobrar su salario hasta el último día del mes en que son despedidos y eliminó la posibilidad de rebaja de las indemnizaciones por despido a través de los convenios colectivos de trabajo.
Al mismo tiempo, la derogación de esa legislación permitió a la cartera laboral que encabezaba el actual ministro de Trabajo, Carlos Tomada, recuperar el poder de policía para realizar inspecciones en todo el país y multar a los empresarios que emplean a trabajadores en forma precaria. “Yo recuerdo que en la década del ’90, a las organizaciones gremiales prácticamente las obligaban a firmar por 12 horas de trabajo, dejando de lado el derecho conquistado que le costó la vida a muchísima gente y por eso en agradecimiento, como a Perón y a Eva Perón, no lo vamos a olvidar nunca”, expresó Moyano.
Entre el lamento y las declaraciones de apoyo a CFK de los líderes sindicales, algunos dejaban ver su incomodidad frente a los cambios en el escenario de construcción política dentro del peronismo bonaerense y nacional que produce la muerte de Kirchner. “Ahora el horizonte es diferente, pero todavía estamos en un momento de profunda tristeza y reflexión. En un segundo momento realizaremos la evaluación política del nuevo escenario en vistas de las elecciones de 2011”, comentaban en el entorno del titular de la CGT.
El titular del sindicato de Camioneros estuvo acompañado por algunos de sus colaboradores más cercanos como el del gremio de Judiciales, Julio Piumato; el representante de los metalúrgicos, Antonio Caló; el responsable del sindicato de Taxistas, Omar Viviani, y el secretario general de Dragado y Balizamiento, Juan Carlos Schmid.
La convocatoria que realizaron para hoy al mediodía a Plaza de Mayo “no es una movilización de ningún aparato ni un cese de actividades, es un llamado al pueblo trabajador a que se acerque para despedir a Kirchner”, enfatizaba ayer un colaborador cercano a Moyano. Del breve encuentro del Consejo Directivo también participaron el titular de Obras Sanitarias, José Lingeri; el de los estatales (UPCN), Andrés Rodríguez; el secretario del sindicato de Canillitas, Omar Plaini, y el diputado nacional del Frente para la Victoria Héctor Recalde. Por la mañana el titular del gremio de Camioneros se había contactado con el ministro de Planificación Federal, Julio De Vido, antes de que el funcionario partiera hacia El Calafate, mientras que algunos dirigentes sindicales dialogaron brevemente con el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli.
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De: albi |
Enviado: 28/10/2010 15:29 |
Néstor y Cristina
Por Horacio Verbitsky
Hacía muchos años que no se veía a tanta gente sollozar de pesadumbre, ante una noticia insoportable, que solapa la esfera pública con la vida privada de cada uno, porque nadie ignora las consecuencias sobre su cotidianidad que puede tener la desaparición de Néstor Kirchner, responsable junto con su esposa CFK de los mejores gobiernos que tuvo la Argentina desde 1955.
En cuanto le abrieron la puerta, una joven censista embarazada se perdió en los brazos de la mujer mayor que la recibió y ambas gimieron abrazadas, sin palabras. En medio del cuestionario, otro censista preguntó a qué hora sería la concentración en la Plaza de Mayo. Por la tristeza que percibió, supo que no necesitaba reprimir sus sentimientos y lloró como un niño. Conmovido por la muerte, también estaba pasmado por los festejos con que lo habían recibido en algunos departamentos que censó. En algún barrio porteño hubo incluso descorches, banderitas y bocinazos, remake del siniestro “Viva el Cáncer” con que pasó a la historia otra generación de la misma ciudad. Algunos de sus vecinos hoy idolatran a Evita, reducida a un ícono inofensivo, pero detestaron a Néstor y odian a Cristina. Es un odio de clase, despreciable pero comprensible. Son expresiones de sectores minoritarios pero poderosos. Distintas, pero complementarias, son las misas hipócritas que nadie pidió y las lágrimas de cocodrilo de quienes fueron sus compañeros y lo abandonaron cuando más los necesitaba, ex gobernadores, ex ministros, diputados que siguen en las bancas a las que accedieron con los votos de CFK pero las ocupan oponiéndose a sus políticas, y hasta el vicepresidente que Kirchner sugirió para acompañarla, con su ojo infalible para detectar al postulante equivocado. No vale la pena ensuciar con sus nombres el homenaje de esta página.
Sin perder una hora, el mismo diario que en 2003 vaticinó que la presidencia de Néstor no duraría un año, emplazó ahora a Cristina a abjurar de las políticas centrales de los gobiernos de ambos, alejarse de los trabajadores y sus representantes y tender un puente para que la oposición la rodee y la anule. Ni siquiera faltó la obscena mención a Isabel Perón y al rol de Ricardo Balbín en una era remota no sólo en el tiempo, porque no hay comparación posible entre los personajes y sus circunstancias. Cristina no es una frágil mujer que busque ni acepte la conmiseración de nadie ni hay entre los líderes opositores gestos de grandeza proporcionales al vacío que deja la partida de un líder excepcional.
La espontánea manifestación que fue goteando desde el mediodía de ayer sobre la Plaza de Mayo hasta colmarla por la noche y la convocatoria de la CGT a acompañar hoy el velorio, expresaron el dolor popular por la súbita desaparición e intentaron transmitirle a la presidente toda la fuerza que necesitará para sobreponerse a la pérdida de su compañero de toda la vida. Porque a la ausencia política, que ella sentirá más que nadie, se suma el quebranto afectivo. Eran tímidos en la efusión de sus sentimientos ante terceros. Pero se miraban con una intensidad que no es común encontrar al cabo de treinta y cinco años de vida en común y hablaban con admiración uno del otro, como enamorados recientes. Para justificar que no buscaría su reelección, dijo que ella era más capaz, que profundizaría el modelo que él había iniciado en medio de las peores dificultades en 2003. Contra el escepticismo de algunos propios y la hostilidad de muchos ajenos, que instalaron primero la fantasía del doble comando y luego la mistificación del ex presidente en ejercicio, no se equivocaba. El limpió la Corte Suprema de Justicia y la cúpula castrense, que había vuelto a convertirse en partido militar. Propició la recomposición del empleo, del salario y de los ingresos de los jubilados, la reaparición de las negociaciones paritarias para discutir salarios y condiciones de trabajo. Impuso altas retenciones a las exportaciones de hidrocarburos, cereales y oleaginosas y se negó a autorizar los aumentos de servicios públicos que le pedían a gritos empresas y políticos, inclusive su vicepresidente. Así disminuyó la desocupación y la pobreza. Apoyó la nulidad de las leyes de punto final y obediencia debida lograda por la lucha de los organismos de derechos humanos, para castigar a quienes impusieron por el terror un modelo de saqueo y desnacionalización. Acabó con la intromisión del FMI, redujo a proporciones manejables el peso de la deuda externa y, junto con los presidentes de los países hermanos, afirmó una política exterior de unidad sudamericana e independencia de Estados Unidos. Jugó un rol decisivo en la conferencia presidencial de Mar del Plata donde terminó de morir el proyecto imperial de libre comercio. Kirchner decidió que la función de las fuerzas de seguridad no sería reprimir las protestas sociales, también acabó con la ley de la dictadura que ofendía y humillaba a los inmigrantes de países vecinos y luego de una trabajosa búsqueda de consensos promulgó una ley de educación respetuosa de los docentes. Ella creó un ministerio de Ciencia y Tecnología, recuperó la línea aérea de bandera y el sistema previsional que estaba en manos de comisionistas financieros, acabó con la autonomía que hizo del Banco Central un enclave extraterritorial, y puso en práctica una política de transferencia de ingresos hacia los más necesitados que es la más importante de Latinoamérica. Recogió las demandas de la coalición por una radiodifusión democrática para abrir los medios de comunicación a una pluralidad de voces e impulsó la desmonopolización de la fabricación y comercialización de papel para diarios, que sólo en la Argentina es controlada por los dos mayores diarios. Pero además eliminó del Código Penal las calumnias y las injurias en casos de interés público para que ningún periodista pueda ser ya perseguido por sus opiniones o informaciones.
En el reportaje de enero que se reproduce hoy en este diario, Kirchner explicó que las falencias de su gobierno, que reconocía, eran los principales méritos del de su esposa. Esto implica que ambos fueron responsables de los aciertos y errores de los dos mandatos. El proyecto que se desenvuelve desde 2003, es tan nítido y coherente, e involucra a tantos millones de personas, que no concluirá con la muerte de quien lo puso en movimiento. El trayecto será menos duro cuantos más y cuanto más lúcidos sean quienes acompañen a Cristina, de cuyo temple, capacidad y convicciones no hay motivos para dudar.
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De: albi |
Enviado: 28/10/2010 15:30 |
EL PUEBLO UNIDO JAMÁS SERÁ VENCIDO |
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De: albi |
Enviado: 28/10/2010 15:31 |
SUMAR Y NO RESTAR
MULTIPLICAR Y NO DIVIDIR |
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