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Respuesta  Mensaje 1 de 4 en el tema 
De: albi  (Mensaje original) Enviado: 30/10/2010 16:03

 

A Néstor Kirchner:

Solo quiero dejar unas simples palabras.

Colosal y humilde, tu imagen se eleva sobre nuestras cabezas, hombre extraño. Palabras inauditas expeles de tu ser, frente a la masa enardecida y aconteces lo imposible.

Historia que no es digna de llamarse historia reposa sobre tus hombros lo más pesado de su existencia. Depredadores furtivos se entremezclan en la esperanza inocente y relamen entre dientes en la oscuridad de las noches. Pero es por las noches donde nosotros, caminamos sin siquiera abrir los ojos. Porque de los oscuros y espinosos senderos de la existencia nacen los seres que a nada le temen y frente a todo levantan sus almas en proposición incesante de la libertad colectiva.

Y es a usted, y es a ella a quien van mis palabras. Palabras que por humildes se perderán en la adversidad de lo absoluto pero que por constantes destrozarán el muro y llegarán en distantes formatos. Formatos de amor y de paz, de prosperidad y de lucha, de libertad y compromiso.

Palabras, querido amigo, que tal vez conozcas mejor que yo pero que solo algunos pocos, aunque cada vez más, saben de tus labios leer.

Yo junto a los míos te abrazo, hombre extraño, porque en las tinieblas has sabido encender la luz de la vida y no sólo iluminarte con ella sino también, iluminarnos a todos.

Sin más palabras que agregar a la incógnita presente de la absurda injusticia, te digo adiós aunque mas no sea para mantener las formas, pero mi corazón y tuyo bien saben que es un simple “hasta luego”.

A Néstor Kirchner



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Respuesta  Mensaje 2 de 4 en el tema 
De: albi Enviado: 30/10/2010 16:32

Estimado Martín:
Eso que  aquellos llaman masa, en ese juego perverso de proyecciones e identificaciones
que a veces  caracteriza a los humanos.
No es más que una envidiable conciencia de ser, a la cual nosotros, "los superiores", los que nacimos  con cartas marcadas hacia un destino que elegimos a medias, hacia una vida que nos satisface a medias, sólo podemos  entrever  en medio de la bruma.
Masa enardecida es el hombre siendo una realidad, construyendo un destino, transformando  desde lo más profundo del nosotros, esta realidad atroz y tan llena de negaciones y contradicciones.
Porque solo el hombre que es, desde  su realidad , tiene la capacidad mágica de cambio hacia lo superior.
Nosotros es todos y yo al menos, pertenezco a esa capa más superficial de la posibilidad de lo superior, por cuanto tuve la mala suerte de nacer,  con las cartas marcadas.
La muerte de nuestro querido Néstor Kirchner, al que negué una vez pero por suerte no tres, despertó en mí , algo diferente.
Entre las sombras aún, veo aquello que también , sin saberlo,  era yo misma ...
Quizá muchos a partir de esto estén tomando conciencia de lo mismo, porque todos absolutamente, somos también  esa masa enardecida ...pero como vos bien señalás, estamos dormidos y los que aún sienten odio mortal , son aquellos que no están dispuestos a despertar jamás, por eso  odian la mosca que les zumba en la oreja cada vez con más fuerza...y la odian porque se ha vuelto  invulnerable y fuerte frente a la mano verduga que  intenta espantarla.

 


Respuesta  Mensaje 3 de 4 en el tema 
De: albi Enviado: 30/10/2010 18:00

Nadie cambia de barco en la tempestad y mucho menos sobre mar tranquilo; viento en popa, más bien; si las cosas avanzan, que así sigan, colige cualquier burgués inteligente, que se precie. ¿Por qué, entonces, cambiar cuando la soja sigue aumentando de precio, los autos se venden cada día más, los shoppings no dan abasto atendiendo a sus clientes, etc.?

Fraga, mientras tanto, asegura –sintéticamente– en su aislamiento de todo proceso real: “ahora hay que cambiar el rumbo…”

Además, pongamos las cosas en su lugar: sólo hay dos sectores –clases– que pueden derribar a un gobierno: la burguesía y el conjunto de los trabajadores, la clase obrera con los sectores medios. Como se dijo, la primera no quiere; la segunda, por ahora, tampoco.

Por lo tanto, el llamado “arco opositor” –que reúne a sectores tan disímiles como el neoaliancismo de radicales y socialistas, el protoderechismo alzogaraisista-macrista, el eclesiástico lilito y el nacionalismo pequeñoburgués de Solanas y compañía– no encarna, hoy, nada. A nadie: a ninguna clase social o sector importante de ella interesado en terminar prematuramente con el gobierno del kirchnerismo que, en un marco general e internacional específico, tiene para ofrecer pingües beneficios, especialmente a la primera de las clases mencionadas en el párrafo anterior.

De ahí la impotencia y consecuente cobardía –moral y sobre todo política– que exhibe el “arco opositor” en su conjunto, con excepción de algunos partidos –pequeños– de izquierda.

Un calco de lo que ocurrió con Alfonsín padre: (casi) nadie recordó, frente a su ataúd, que fue uno de los peores y más devastadores gobiernos argentinos (sin contar las dictaduras, obvio), especialmente para los trabajadores y los sectores medios. Se trata, otra vez, de esa vieja y maloliente fascinación (inculcada secularmente) que sienten muchos argentinos por los cadáveres.

Cobardía, decía, tanto al enviar y/o hacer públicas fingidas y en muchos casos fallidas condolencias a la viuda e hijos, e incluso “a todos los justicialistas”, como se atrevió a apuntar algún dirigente que ya debiera ser, por imperativo de la historia, un olvidado.

Cobardía, también, al celebrar en privado –estoy convencido de ello (muchos de sus seguidores lo manifestaron con bocinazos en las calles, gritos en sus casas o departamentos, exabruptos en las redes sociales)– el fallecimiento de quien fue un adversario al que se sentían, de entrada, impotentes para vencer.

Impotencia que, con anterioridad y hasta hoy, ha generado odio. No el odio sano –califiquémoslo así–, aquel que se puede sentir ante la injusticia, por ejemplo; sino un odio ramplón y desaforado como el que expresa cotidianamente Carrió, por poner un caso. Un enfermizo sentimiento que, suponemos, ha entrado desde esta mañana en una impasse, nadie sabe hasta cuándo.

 

http://www.diarioregistrado.com/index.php?secc=nota&nid=44181


Respuesta  Mensaje 4 de 4 en el tema 
De: albi Enviado: 30/10/2010 18:02
Murió un luchador. El hombre que recuperó el valor de la palabra política. El que la rescató como instrumento insuperable para transformar la sociedad.  El que decidió rescatar la dignidad nacional rematada en la segunda década infame. El que asumió la presidencia con apenas el 22% de los votos y con el país sumido en las consecuencias pavorosas de la peor crisis de su historia.  El que negoció la deuda externa con una quita que la sociedad en sus sectores mayoritarios consideraba imposible. El que recuperó una economía arrasada. El que rompió con las supervisiones periódicas del FMI y denostó sus indicaciones que desde 1956  aprisionaban al país y lo conducían al suicidio. El que se enfrentó con diferentes corporaciones, como prerrequisito para diseñar otro país. El que acudió para que accedieran a la jubilación los desamparados de las AFJP y del neoliberalismo.

 El que siguiendo el legado de los próceres de la independencia  tuvo un proyecto latinoamaericano, coronado con la presidencia de la UNASUR. El que le dijo no al ALCA cuando visitó el país el presidente George Bush. El que le abrió las puertas de la Casa Rosada a las organizaciones sociales y a los organismos de derechos humanos. El que consiguió que la economía se subordinara a la política. El que recuperó el peso de la clase obrera devolviendo parte de la legislación laboral arrasada, las convenciones colectivas, las paritarias. El que trató de ponerle un freno al mercado recuperando parte del poder del Estado. El que continúo con el juzgamiento de los horrores del pasado, después de conseguir que se anularan las leyes de obediencia debida y punto final.  El que auspició y concretó una Suprema Corte impecable. El que dispuso como política de estado no reprimir la protesta social. El que no temió enfrentarse a la Iglesia retardaría ni a las tapas de Clarín. 

Murió un militante. Con la carga de grandeza que la palabra implica y que fue devaluada tantas veces desde la antipolítica.  Que ocupó un lugar por momentos desproporcionado en la presidencia de su mujer con la que constituyeron una sociedad política, denostada por la oposición, los sectores económicos y el periodismo hegemónico con su prédica canallesca: esos que hablaban del matrimonio presidencial, el jefe de la jefa de estado o el ex presidente en ejercicio de la presidencia. Murió un militante. El que acompañó solidariamente a Cristina Fernández en los hitos de su presidencia: la resolución 125 que enfrentó al gobierno con las patronales del campo, la estatización de Aerolíneas y de las AFJP, la asignación por hijo, el matrimonio igualitario, la ley de medios audiovisuales y Papel Prensa que lo enfrentó con los grupos mediáticos mayoritarios.
Murió Néstor Kirchner, al que puede aplicarse aquella frase de John William Cooke: "Sólo ganan batallas los que están en ellas"

El presidente que volvió a ilusionar a muchos jóvenes que no eran seducidos por la política y que cumplió en gran medida su promesa inicial: "No dejare mis convicciones en la puerta de la casa de gobierno"

Murió un hombre que consagró su vida a la política con una enorme pasión. Incluso algunos de los puntos negros de su vida como su vocación y hasta gula  hacia la riqueza lo hizo como instrumento para la carrera política. Forman parte de su pasivo, la intención de maquillar con heroicidad etapas de un pasado que carecían de esos atributos, manejos poco claro como los famosos fondos de Santa Cruz, algunas franjas de corrupción en su gobierno, la tendencia a imponer antes que a persuadir.

Fanático de Racing, con fuertes dosis de arbitrariedad, los hechos notables que consumó y sus discursos desafiantes y certeros dividieron a una sociedad argentina con apoyos populares  y con odios viscerales. Muchas de las páginas escritas por el denominado periodismo "independiente" y  hechos y declaraciones de una oposición con reminiscencias del primer centenario y del menemismo, pueden inscribirse en una antología de las páginas que compitan con las más miserables de la historia argentina. La alegría encubierta o manifiesta  de los sectores económicos y de sus voceros políticos y periodísticos en los dos accidentes cardíacos anteriores, recordaron los brindis indignos que se hicieron en ocasión de la muerte de Evita.     
   
El kirchnerismo (denominando de esa forma el período 2003-2011) fue en muchos aspectos  una ruptura importante con la década del noventa que le costó sufrir una obstrucción empedernida de los sectores afectados, y en otros aspectos una continuismo por el cual padecía las críticas de una izquierda y centroizquierda, que al no percibir las diferencias con lo que se dejaba atrás, terminó siendo funcional a los que sangran por las heridas.

Los  gobiernos de Néstor Kirchner y de Cristina Fernández, con sus más y con sus menos, son los mejores que ha conocido el país, junto con los de Yrigoyen y Perón en el siglo XX y XXI. Fue en ese sentido también, el más peronista de los gobiernos que usaron esa denominación. Los que no lo reconocieron desde sus propias filas como tales, son aquellos que nunca dejaron de ser menemistas, esa excrecencia del justicialismo. Los que no se equivocaron fueron los que siempre se opusieron a los gobiernos populares, los que invocan sus defectos pero lo atacan por sus virtudes.

Murió Néstor Kirchner. Con sus dosis de omnipotencia que lo llevaron a minimizar su segunda crisis cardíaca, que no tenía la gravedad que los buitres le atribuían, pero que necesitaba un período de tranquilidad que el ex presidente desechó con una vocación política suicida.

Murió Néstor Kirchner, cuando solo tenía 60  años  en un luminoso día de primavera, feriado por el censo, cuya realización fue cuestionada por sectores de la oposición y de medios capaces de exteriorizar sin pudores sus miserias más profundas.     

Su muerte abre un interrogante sobre la sostenibilidad de los avances concretados. Los déficits en la construcción política organizativa, una de sus limitaciones, incrementa la magnitud de la incertidumbre. Afortunadamente se encuentra en el ejercicio de la Presidencia de la Nación un cuadro político de envergadura que deberá remontar la soledad personal  y el vacío de tamaña ausencia. 

Ya se puede observar y escuchar que aquellos que lo combatieron hasta la descalificación extrema, encuentran en el Kirchner muerto las virtudes que le negaron cuando era el actor vivo excluyente.
Tal vez convenga adecuar ligeramente las líneas que Rodolfo Walsh escribió en la portada del diario Noticias por la muerte de Perón, bajo el título DOLOR: "El ex presidente Néstor Kirchner, figura central de la política argentina de la última década,  murió hoy a las 9,15  horas. En la conciencia de millones de hombres


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