"Yo estaba en una reunión ayer con el presidente y me daba vergüenza tener que sentarme y escuchar al presidente de los EE.UU expresar su gran angustia acerca de las filtraciones"
James Clapper, director de la Inteligencia Nacional
James Clapper lleva poco en el cargo pero ya ha facilitado pistas sobre la verdadera dimensión de las filtraciones de WikiLeaks. Ayer confesó que estaba “avergonzado” por estas filtraciones acerca de las operaciones de inteligencia de EE.UU. y agregó que la divulgación en la página web de WikiLeaks de documentos relacionados con la guerra “tendrá un efecto muy negativo”
En una conferencia en Washington, con focos y cámaras, Clapper desveló que el presidente Obama le expresó este mismo martes su “gran angustia” por las filtraciones de documentación altamente secreta. El ex militar dijo sentir “vergüenza de tener que sentarme allí y escuchar al Presidente expresar sus preocupaciones”.
El vergonzoso Clapper no ha expresado ese mismo sentimiento –ni ha comentado nada sobre el sufrimiento del Presidente– por las crueles, inhumanas y escasamente éticas revelaciones que vendrán (y conocen). Más bien se refieren al “desprestigio” de la inteligencia del país que rigen.
Después de cuatro décadas al servicio de Estados Unidos, Jim Clapper “es uno de los profesionales del espionaje más respetados del país”, declaró Obama a la prensa durante la presentación de Clapper, ex general de la Fuerza Aérea y director desde 2007 de la Agencia de Información del departamento de Defensa (DIA).
Clapper, nombrado por George W.Bush y confirmado por un Senado de mayoría demócrata, era el principal consejero del secretario de Defensa Robert Gates, también ex miembro de la administración Bush.
"Tiene una cualidad que privilegio en todos mis consejeros: la voluntad de decirle a los responsables lo que tienen que saber, incluso si no es lo que quieren escuchar", comentó Obama el día de su nombramiento, recordando que sus decisiones cotidianas “dependen” de un servicio de espionaje sólido. El presidente estadounidense consideró que la carrera de Clapper le ha permitido “desarrollar una comprensión profunda de nuestro sistema humano y técnico de recogida de información”.
James Clapper ha sido calificado por la prensa estadounidense como el “padrino del espionaje humano”. Este tipo de estrategia promueve un espionaje con diferentes recursos como la utilización de la diplomacia, los satélites o las escuchas telefónicas.
Clapper fue también alto ejecutivo de tres compañías diferentes que el Pentágono describe como “enfocadas en la comunidad de inteligencia "