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General: Elogio de Mariano Ferreyra
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De: Matilda (Mensaje original) |
Enviado: 29/10/2010 00:26 |
Elogio de Mariano Ferreyra
Por Juan Dal Maso
La muerte de un militante revolucionario es la muerte de uno de los mejores hijos de los trabajadores y el pueblo. El militante revolucionario es el que sigue cuando los demás ya se cansaron, el que en vez de conformarse con lo que hay dice que hay que aprovechar para lograr más conquistas, el que siempre desconfía de la versión oficial y quiere estudiar críticamente las intepretaciones de la realidad. El militante revolucionario es el que nunca falta porque tiene que estudiar, en todo caso duerme menos y llega tan bien o mejor que los demás. El militante revolucionario es el que pone el cuerpo cuando los demás dudan o prefieren quedarse a un costado. El que hace su trabajo con obsesividad y se gana el respeto de sus compañeros. El que después de una larga jornada de trabajo utiliza el último aliento que le queda para organizar a los compañeros, para estudiar la historia del movimiento obrero o las ideas revolucionarias.
El militante revolucionario es el que eligió que su vida es importante pero más importante es si está orientada hacia objetivos grandes: la emancipación de la clase trabajadora y todos los oprimidos. El militante revolucionario es el que sabe que la vida tiene sentido si está puesta en función de algo infinito, que no es la divinidad de las religiones, sino la humanidad, con su incansable historia de opresión, miseria y sublevaciones. El militante revolucionario es el que sabe que no alza el puño por primera vez. Que hay innumerables generaciones de esclavos insurrectos que se alzaron antes y desde la historia reclaman que completemos la tarea que ellos no pudieron terminar. El militante revolucionario es el que sabe que no alcanza con ser izquierdista. Que para terminar con el capitalismo hace falta no sólo denunciar sus atrocidades, sino construir una organización revolucionaria que se proponga terminar con la explotación del hombre por el hombre de manera conciente y métodica.
El militante revolucionario es sobre todo, lo contrario de una figura mítica. Es una persona común, trabajador, estudiante, madre, hermana, que por motivos que no siempre se pueden racionalizar, simplemente no puede soportar la barbarie de la sociedad actual. No quiere ser un héroe, porque eso implica demasiado relieve individual, pero sabe que la lucha de clases puede ponerlo en el difícil lugar de los comportamientos heroicos. Lo único que desea no es el reconocimiento de los demás, sino pasar la prueba, no fallarle a sus compañeros. Estar a la altura de los que se la jugaron, de los que esperan que se la juegue ¡Suena tan modesto y tan difícil a la vez en un país donde la generación de los ’70 pasó por uno de los sistemas de terror y aniquilación más despiadados del Siglo XX!
Y sobre todo es algo tan desconocido por los indiviualistas, los que hacen su vida sin importarle lo que le pasa al de al lado, los que prefieren escalar en detrimento del bien común. Los que se burlan de los que luchan, porque es preferible ser un esclavo satisfecho, ingenuamente satisfecho con la propia condición de esclavo.
Lenin decía que este mundo es durísimo y muy cruel y muchas cosas deben ser destruidas por el hierro y por el fuego. En esa categoría entran sin duda, la burocracia asesina que segó la vida de Mariano Ferreyra, el gobierno que la sostiene y el sistema que defienden ambos. Los militantes trotskistas del PTS, estamos orgullosos de haber compartido la trinchera de lucha con Mariano Ferreyra, militante del Partido Obrero. Su nombre ha quedado inscripto para siempre en las banderas de lucha por la revolución socialista y la liberación de la clase obrera. |
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Las pruebas sobre el asesinato de Mariano Ferreyra
Más cerca de la verdad
Foto: Horacio Paone
04-11-2010 / Se suman testimonios que apuntan a “Harry” Favale como autor de los disparos. La asociación ilícita y el rol de Pedraza. Habla un testigo.
Por Tomás Eliaschev
Los responsables materiales del ataque que dejó sin vida a Mariano Ferreyra y a Elsa Rodríguez al borde de la muerte empiezan a quedar en evidencia. Cristian “Harry” Favale, el principal sospechoso, está cada vez más comprometido. Pero no es el único. Y no sólo quienes dispararon armas de fuego y fueron activos partícipes de la agresión corren riesgo de terminar con condenas en su contra: la Justicia investiga una asociación ilícita, lo que involucraría al titular de la Unión Ferroviaria, José Pedraza, que tiene un rol preponderante en la Unidad de Gestión de Operaciones Ferroviarias de Emergencia (UGOFE), a cargo del ramal Roca. De esta manera, las responsabilidades intelectuales quedarían al descubierto.
Favale, barrabrava de Defensa y Justicia, quedó detenido y complicado. El lunes 1º de noviembre un testigo declaró ante la fiscalía que vio a Favale disparar dos tiros y luego observó a Mariano Ferreyra caer sin vida. Se trata de Víctor Amarilla, integrante de Convergencia de Izquierda, una de las agrupaciones que apoyaba la protesta. Ahora, Amarilla se siente un testigo en peligro. Como teme por su vida, decidió hacer público lo que vio ese trágico 20 de octubre .
La jueza Susana Wilma López y la fiscal Cristina Caamaño dispusieron que la Gendarmería Nacional se hiciera cargo de la investigación. Los testigos del ataque denunciaron que la Policía Federal “liberó” la zona, ya que habrían franqueado el paso de la patota armada que atacó por la espalda, con piedras y tiros, a quienes reclamaban contra 150 despidos y por el pase a planta de 1.500 trabajadores tercerizados.
El lunes 8 de noviembre habría novedades, ya que finaliza el secreto de sumario: se aguarda que se conozca el resultado de la planimetría (la ubicación en el terreno de víctimas y victimarios), las pericias balísticas, los cruces telefónicos y el contenido de las cámaras de seguridad de la empresa Chevalier, al lado de donde se produjo el asesinato. Hay expectativa por lo que pueda surgir del material obtenido en el allanamiento a las oficinas de la UGOFE en Constitución. “Les dieron permiso gremial a más de cien trabajadores de los talleres de Remedios de Escalada para que puedan formar parte de la patota”, dijo a Veintitrés Claudia Ferraro, abogada del Partido Obrero, donde militaba Ferreyra.
De acuerdo con los testigos, según pudo reconstruir esta revista, hubo por lo menos dos personas que dispararon y una más que apuntó. Además de Amarilla, otros cuatro presentes vieron a un sujeto disparando en el mismo lugar y con características similares a las de Favale. Hay testigos, además, que señalan a otra persona, vestida con pantalones azules, chomba blanca y borceguíes. Aparentemente, este segundo tirador disparaba de otra forma, como tratando de disimular, con el brazo pegado al cuerpo. Y un tercer grupo vio a un atacante con una escopeta recortada, con caño de medio metro. Sin embargo, hasta ahora se encontró un solo proyectil, el que mató a Ferreyra, que sería de un calibre 38 (a Elsa Rodríguez le quedaron restos del proyectil en su cabeza, pero no se pueden extraer porque eso pondría en riesgo su vida). A los otros dos heridos, Nelson Aguirre y Ariel Pintos, la bala no les quedó en el cuerpo.
Ya fueron detenidas seis personas vinculadas a la Unión Ferroviaria. Al entregarse a la Justicia, Favale acusó como el autor de los disparos a Gabriel “El Payaso” Sánchez, barra de Racing y guardia del tren, quien también quedó preso. Su apodo se corresponde con el tatuaje que tiene en uno de sus brazos, seña por la que fue reconocido. Otro de los detenidos es Jorge González, un trabajador del ferrocarril que se lastimó jugando al fútbol y estaba con cuello ortopédico, tal como se lo vio al frente de la horda. Ese día estaba con licencia médica. Juan Carlos Pérez es otro ferroviario detenido: en un video aparece llevándose una mano a la cintura, por lo que se presume que estaba armado. Salvador Pipito fue detenido por amenazar a periodistas de C5N que registraron la arremetida.
Pablo Díaz, quien lideraba la patota, fue señalado como reclutador y también quedó detenido. Otro de los investigados es Carlos Alberto Carnevale, guarda de tren. Todos son hombres de Juan Carlos “Gallego” Fernández, uno de los sindicalistas ferroviarios más poderosos, después de Pedraza. El capo del gremio (que el día del ataque compartió la mesa de un congreso ferroviario con el secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi) fue citado como testigo pero no aportó datos significativos y deslindó responsabilidades. Los investigadores creen que el jerarca sindical deberá explicar nuevamente ante la Justicia el brutal comportamiento de sus subalternos y aclarar qué responsabilidades le caben en el asunto.
SALUDOS REVOLUCIONARIOS
(Gran Papiyo) |
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