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General: PARIS ... EL PUEBLO LUCHA ...
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De: Ruben1919 (Mensaje original) |
Enviado: 21/10/2010 12:22 |
El incendio social francés
Por segunda ocasión, Nicolas Sarkozy ha provocado un incendio social en Francia. La primera fue hace cinco años, cuando el entonces ministro del Interior alimentó con su insensibilidad y su torpeza el descontento juvenil que cunde en los barrios de la periferia parisina, poblados en buena proporción por descendientes de inmigrantes magrebíes y africanos en general. En aquel entonces la magnitud de las protestas, protagonizadas por adolescentes que no tenían (ni tienen) un lugar definido en su propio país y son objeto automático de sospecha y de atropello policial, llevaron a la suspensión de garantías, al toque de queda y, lo más grave, a una fractura de la sociedad a partes iguales. Fue una revuelta contra el racismo estructural y la marginación.
Hoy, por razones diferentes, las acciones de Sarkozy desde la Presidencia han suscitado una ola de protestas que incluye a la mayor parte de los franceses. El empeño presidencial por imponer una ley que aumenta la edad mínima de jubilación –de 60 a 62 años, y de 65 a 67 para quienes pretendan cobrar la pensión completa– ha unificado en su contra a más de dos tercios de la población y ha generado una confluencia política y generacional sin precedente desde las jornadas de mayo de 1968: a los paros diarios promovidos por las centrales sindicales se han unido las protestas de organizaciones estudiantiles y juveniles de diversas localidades francesas, y se ha creado, así, una doble crisis: mientras los primeros han afectado severamente los transportes ferroviarios y aéreos y han provocado un desabastecimiento generalizado de gasolina, las segundas han desembocado en violentos enfrentamientos con la policía, con el cierre de numerosos planteles y con bloqueos y barricadas.
El problema de fondo es la intención del gobierno francés de pasar la factura por la crisis económica a los asalariados: ante el declive en las finanzas estatales, se pretende optar por una reformulación del sistema de pensiones que, en última instancia, despoja a los beneficiarios del monto equivalente a dos años de su jubilación. Se trata de una típica acción depredadora de las que caracterizan a la escuela neoliberal, como muchas de las que han sido aplicadas en América Latina y en México, en particular, y se traducen en un incremento de las desigualdades sociales.
Paradójicamente, el empecinamiento del gobierno de Sarkozy en hacer aprobar las modificaciones legales correspondientes ha puesto en evidencia una gran capacidad de articulación de la sociedad francesa en defensa de conquistas sociales históricas, así como la conciencia laboral y la visión de futuro –que hasta hace pocos días resultaban insospechadas– de que es dueña una generación de jóvenes que ni siquiera ha ingresado al mercado de trabajo.
Ante la magna convulsión social causada por sus políticas, el mandatario no ha tenido más iniciativas que anunciar medidas emergentes para regularizar el abastecimiento de gasolina y amenazar a los manifestantes con la adopción de medidas represivas.
Pero, a una semana de iniciados los paros sindicales, y ante la profundización, extensión y masificación de las protestas –se calcula que en la jornada de ayer más de tres millones de personas participaron en las marchas de protesta–, la situación política de Sarkozy empieza a ser angustiosa, y lo será más en tanto no se normalice la vida pública. Si las mayorías francesas permanecen movilizadas, el gobernante no tendrá más remedio que echar marcha atrás en su iniciativa de despojo a los pensionistas. Cabe esperar que así sea.
Aquí seguiremos con atención la lucha del pueblo francés .- Rubén .
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De: Quico º |
Enviado: 23/10/2010 21:23 |
Precioso recital santa. Paris es un monstruo dormido que de vez en cuando se despierta y su clase obrera se hace oír.
¡¡Ouvriers de tout le monde unisez vous!!
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Gracias a tod@s l@s compañer@ que vibran conmigo junto al pueblo que lleva la sangre de quienes nos dieron un día la revolución francesa ... precursora de la rusa ... y la cubana ... y la china ... y que otra vez iluminarán las tinieblas de muchos pueblos que creen aún en la bondad de las águilas del norte ( USA ).- Ru . |
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De: residente (Mensaje original) |
Enviado: 23/10/2010 15:12 |
¿Qué está pasando en Francia?
MADRID, 23 Oct. (OTR/PRESS) -
Octubre del 2010 va camino de desembocar en Mayo del 68. En Francia, a los huelguistas convocados por los sindicatos para protestar por la reforma de las pensiones se han unido los estudiantes de los liceos. El resultado es una cadena de manifestaciones en las que los sindicalistas cortan el acceso a las gasolineras y los escolares se enfrentan a pedradas con la policía sin saber muy bien por qué.
Y, ése, es el problema. Porque más allá de la protesta contra la política de Nicolás Sarkozy -popularidad a la baja, gestos autoritarios, al alza-, lo que a mi modo de ver late en la revuelta, es una insatisfacción social de fondo. Un malestar, por así decirlo, de época. El retraso de la edad de jubilación ha sido el pretexto y la chispa.
En Francia se vive muy bien. Es el paradigma del Estado de bienestar. Su sistema de atención médica es único en el mundo por su generosidad. La llamada AME (Ayuda Médica de Estado, creada en 1999 por Bernard Kouchner a la sazón de ministro de Sanidad con el Gobierno socialista y hoy ministro de Exteriores con Sarkozy) es universal, alcanza a los sin papeles y abarca todo tipo de cuidados. Incluida la cirugía estética o la reproducción asistida. Por no hablar de la jubilación que es a los 60, no a los 65 años como en España. ¿Dónde está, pues, el problema? Creo que habría que buscar por el lado de la fase de insatisfacción por la falta de ideales colectivos por la que atraviesa la sociedad occidental desarrollada.
Hay razones objetivas: la crisis financiera ha provocado un aumento del paro -la cara más amarga del momento- y el desprestigio creciente de la clase política, es alarmante. Los políticos no aciertan a resolver los problemas ajenos pero van y vienen con el riñón bien cubierto. Luego está la televisión, que muestra mundos en los que triunfa el hedonismo y la cultura del dinero -que no se reparte de igual manera- dando idea de modelos de vida que generan resentimiento entre los pobres. Añádase que los jóvenes, con estudios superiores y sin ellos, parecen destinados al paro y ya tenemos elementos de fondo para saber algo más de lo que está pasando en Francia. Reducirlo a un problema de sindicatos y partidos de izquierdas oportunistas intentado desestabilizar a Sarkozy, sería una simpleza. El malestar, como digo, es de fondo. Es un malestar de época.
http://www.europapress.es/opinion/ferminbocos/fermin-bocos-pasando-francia-20101023120049.html | | |
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Las luchas de los trabajares conjuntamente con las luchas de las izquierdas, será como un mazo contra el capitalismo.
Quico, espero que ustedes en España tengan la misma capacidad organizativa y fuerza de lucha que el pueblo francés; creo que ustedes lo necesitaran cuando vuelva la derecha recalcitrante a vuestro gobierno.
Rubén, toda la clase obrera está en pie de lucha desde los tiempos de Marx y Engels hasta hoy |
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León Trotsky
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León Trotsky | Lev Davídovich Bronstein (Yánovka, Ucrania,1879 - Coyoacán, Ciudad de México, 1940), mas conocido como León Trotsky (Nombre que utilizó para escapar de una prisión de Siberia en 1902). Fue un político, militar y revolucionario menchevique, creador del trotkismo (su aportación al marxismo), que luego paso a formar parte de los bolcheviques en 1917. participó en la revolución rusa y la guerra civil rusa. Luego se enfrentó con Stalin, lo que le costó su destierro de la URSS y su posterior asesinato.Trotsky nació en el seno de una familia judía ucrania de clase media. Durante sus estudios de matemáticas empieza su activismo político, empieza sus relaciones con el Partido Obrero Socialdemócrata Ruso. En 1897 formó la Unión de obreros del sur de Rusia y fundó el periódico Nashe dielo (Nuestra causa), de carácter socialdemócrata. Al año siguiente fue detenido por el Zarismo; sufrió prisión primero en Jersón y después en Odessa. En 1900 se desterró a Ust-kut (Siberia), desde donde colaboró en la Unión socialdemócrata siberiana, y escribió para la Revista oriental (de Irkutsk). Escapó en 1902 con un pasaporte a nombre de Trotsky, antiguo carcelero suyo, a Samara. Consigue escapar a Londres y durante este periodo conoce a Lenin. Aunque en un principio Trotsky no se alió con ninguna de las partes del partido: los mencheviques (socialdemócratas) y bolcheviques de Lenin (comunistas), al final Trotsky acaba aliándose con los mencheviques. http://wikiroja.wikispaces.com/Leon+Trotsky
Cabe notar que en ningún momento y por ninguna circunstancia se debe de confundir la táctica socialdemócrata marxista, con los partidos socialdemócratas. Sobre todo con los actuales partidos socialdemócrata europeos.
La táctica socialdemócrata es una medida Revolucionaria que pretende explorar la idea política marxista de ir construyendo el socialismo gradualmente, partiendo del punto inicial que el socialismo solo será posible por el mismo desarrollo del capitalismo. Pero en contra posición a la idea antirrevolucionaria de los partidos socialdemócratas que apuestan por la continuidad del capitalismo, la táctica socialdemócrata apuesta por tomar gradualmente cuotas de poder económico y político para los obreros. ¡Está es le idea principal!
ELSANTANECO. |
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EL PLAN DE REFORMA DE LAS JUBILACIONES APROBADO ANTEAYER
Que vivan los estudiantes
La irrupción del movimiento juvenil en las protestas en contra de la reforma previsional del gobierno de Sarkozy cambió la relación de fuerzas en el tablero político francés. Página/12 acompañó a los estudiantes en una marcha en París para conocer sus sueños, sus demandas y sus miedos ante un futuro que les pinta sombrío.
Por Eduardo Febbro
La presencia de los estudiantes en las marchas masivas en contra del gobierno francés provocó un vuelco en la opinión pública.
Desde París
Un clamor juvenil, solidario y espontáneo flota sobre el cielo de París. La risa y el canto. En el corazón de la multitud que recorre el Boulevard Arago se respira una atmósfera de paz agitada, de hermandad instantánea, de carisma generacional. No hay violencia, ni gestos obscenos, ni agresividad en esas voces que piden a coro “la jubilación a los 60 años” en una coalición casi inédita de estudiantes y trabajadores del ferrocarril, de empleados públicos y privados, de profesores y alumnos del bachillerato, de empleados administrativos y estibadores del puerto, de jubilados y desempleados.
Las banderas de la CGT y los globos del Partido Socialista tapan el horizonte. París resucitó una forma de acción social que los tenebrosos analistas digitales decían muerta: masiva, constante, empeñada, pacífica y organizada según un régimen distinto del de otras protestas. Jean Michel emerge de un grupo de jóvenes que se burlan de Nicolas Sarkozy con consignas vivarachas. “No queremos que nuestros padres se mueran trabajando, y nosotros no nos queremos secar bajo el sol buscando casa y trabajo”, dice el muchacho de 19 años. A su alrededor, los estudiantes, en su mayoría bachilleres, gritan: “Los jóvenes en la pálida, los viejos en la miseria”. Aplausos y miradas cómplices.
Detrás de ellos avanza un grupo de trabajadores del ferrocarril. Son corpulentos, tienen las manos y el rostro marcados por el trabajo. Cuatro de ellos, con brazaletes rojos en los brazos, escrutan los movimientos anormales de la multitud. “Estamos aquí para encuadrar a los violentos, para explicar que en la democracia no se golpea”, dice André, un aparatoso miembro de la CGT. La juventud baila, la clase obrera exulta. La soñada convergencia entre trabajadores y estudiantes se plasmó en un par de semanas.
Pero no responde al sueño de un socialismo de museo, sino a un estilo renovado de oponerse a las medidas de un gobierno. La prensa anglosajona describió las manifestaciones que estallaron en Francia en el primer trimestre del año y se prolongaron hasta hoy como una curiosidad arqueológica. “Creían que en la economía inmaterial ya no había más trabajadores, ni manos curtidas, ni estudiantes en la miseria, ni responsabilidad colectiva a la hora de defender los derechos”, explica Arnauld, un estudiante de segundo año de química. “Somos la parte que los especialistas en estadísticas no tomaron en cuenta”, agrega Michel, otro estudiante de la misma materia. “Aquí está la realidad analógica”, comenta con picardía. Ambos tienen plena razón. Francia siempre nos sorprende.
En estas calles empapadas de pasos no hay ideologías, ni reclamos metafóricos, ni pedidos imposibles, sino una concentrada oposición a una reforma de las jubilaciones, que la sociedad asimila a la injusticia, impulsada por un Ejecutivo que, para la gran mayoría, gobierna para los privilegiados. Se trata de un movimiento de una indisciplina práctica, y en ello es plenamente moderno, y no “prehistórico”, como lo sugieren los detentores del pensamiento “Power Point”. “Aquí, los chicos no están alentando o patrocinando ninguna revolución. Sólo quieren justicia, equidad, y que los tomen en cuenta”, afirma Roselyne, una jubilada del correo francés que acudió con su hija. Michel describe en una frase veloz los dos “insostenibles” que los movilizaron: “Hay 25 por ciento de desempleo entre los jóvenes, y el gobierno quiere hacer trabajar a la gente hasta los 70 años. ¡Una locura!”.
Martine, una hermosa muchacha de 24 años, estudiante de derecho internacional, dice, enojada: “La juventud ha sido sacrificada, no queremos esta sociedad donde sólo hay lugar para los recomendados, los privilegiados, los ladrones, los hijos de ricos. Queremos justicia, igualdad, posibilidades de progresar para todos”.
Entre grupo y grupo, a lo largo de cuatro horas de marcha, se puede hacer una radiografía tan espontánea como precisa de los desalientos de la juventud ante un Ejecutivo que la ignora y un presidente a quien los jóvenes tratan como ególatra: la reforma de la jubilación, la política inmigratoria, el escándalo L’Oreal, que golpea de lleno al ministro de Trabajo, a cargo de llevar adelante la reforma de las jubilaciones, el desempleo, el escudo fiscal impulsado por el gobierno y mediante el cual los muy ricos recuperan mucha plata, la carestía de barrio rico de la noche, la ausencia de política ecológica, los controles policiales constantes, la falta de ayudas y, sobre todo, de una política “objetiva” orientada a los jóvenes así como una sensación general de que el sistema capitalista, tal como está gestionado, sólo beneficia a una estrechísima minoría.
La polifonía generacional de la protesta y el carácter sociocultural y socioprofesional mixto le dieron una identidad tanto más peculiar cuanto que los jóvenes se sumaron a la protesta en las últimas dos semanas. El levantamiento de los liceos fue facilitado por el rumor de que el plan de reforma de las jubilaciones iba a crear un millón de desempleados entre la juventud, por las iniciativas ridículas de muchos directores de bachilleratos que escribieron a los padres para que no permitieran que los chicos vayan a manifestar o a bloquear los colegios y, de manera general, porque el poder político infantilizó el movimiento juvenil.
“Nos tomaron por tontos irresponsables, por nenitos de jardín de infantes sin capacidad de entendimiento”, dice con cierto enojo Audrey, una bachiller de 17 años que se pasea con una pegatina que dice “je lutte de classes” (un juego de palabras que quiere decir “hago la lucha de clases”). Dominique Dupont, sindicalista de la CGT del gremio de los estibadores portuarios, observa a los jóvenes que se deslizan bajo las banderas de los estibadores con melancólica admiración. “Me llenan de ternura, tan jóvenes, tan frágiles, tan expuestos a la violencia de este mundo asqueroso, y tan convencidos de lo que hacen, de la razón por la que están aquí.”
Algunos días más tarde, en la Universidad de Jussieu, los estudiantes organizaron una manifestación antes de las vacaciones. Michel, Aurelie, Jean Pierre, Stephane, todos caminaban cantando “Sarko, estás jodido, la juventud está en la calle”. Llevaban un cartelón inspirado de un manifestante de la localidad de Nantes, que decía: “Sarko, mira tu Rolex, la hora de la revolución ha sonado”.
Francia descubrió en un abrir y cerrar de ojos la pertinencia militante de su juventud y algunos rostros nuevos. El de Viktor Colombani, 16 años, dirigente de la UNIL, Unión Nacional de Bachilleres. Un pibe certero, que habla de “solidaridad intergeneracional” y de la imposibilidad de aceptar “que se rompa el derecho al porvenir”. A pesar de la posición privilegiada de Francia, la juventud vive mal. Un desempleo enorme, dificultades titánicas para encontrar vivienda, un discurso de Estado en el que la juventud y sus problemas suelen ser invitados ocasionales. Los analistas reconocen que los jóvenes han funcionado como “una variable del ajuste” (Louis Chauvel, autor del Destino de las generaciones).
Los jóvenes activos conocen tasas de desempleo alrededor del 24 por ciento. La pobreza los acorrala en situaciones impensables para un país central. “Por eso hemos venido con los sindicatos”, comenta Lucie, una joven recién ingresada a la Universidad. “Estamos hartos del cinismo, de la arrogancia del gobierno, de las injusticias permanentes, de ver cómo hacia arriba se viola la ley y hacia abajo nos ponen presos por cualquier insignificancia.” Tantos jóvenes en la calle vinieron a resaltar la fragilidad del modelo social francés.
Sindicatos y estudiantes coincidieron en un punto: el no a la Francia de los privilegios reservados, al costo de reformas soportadas por la mayoría más expuesta. Esa “bronca” se cristalizó en una suerte de sublevación mansa, muy bien organizada a través de la conciencia colectiva. Los paros no penalizaron a los usuarios porque los sindicalistas pactaron para que unos vayan a las protestas y otros garanticen un servicio mínimo. Lo mismo se constató en las seis manifestaciones y huelgas convocadas desde septiembre. Cada vez hubo entre dos y tres millones y medio de personas, dos veces por semana.
Catherine, una empleada de una empaquetadora, cuenta: “No podíamos ir todos al mismo tiempo a las manifestaciones, cada día de huelga es un día menos de sueldo, entonces nos turnamos. Una semana iba yo, la otra una colega”. El sociólogo Philippe Corcuff comentó al diario Le Monde que en este movimiento “la gente va a veces a las manifestaciones, otras no. Se puede entrar y salir del movimiento a su antojo. Es una suerte de guerrilla social, duradera y pacífica”. Alegre también, con más humor que odio, con más inventividad que pesadumbre. Sin consignas de ruptura radicales, ni delirios mesiánicos, la sociedad francesa elaboró un bello mensaje colectivo tejido entre varias generaciones, entre distintos gremios, entre diferentes sensibilidades.
Caroline, una aguerrida militante del NPA (Nuevo Partido Anti Capitalista, extrema izquierda), reconoce que este movimiento no puede romper ni agredir porque, fundamentalmente, “lo que hemos venido a pedir es respeto, respeto al ser humano, al modelo que construimos, respeto a la historia y los valores de Francia, a la ecología, respeto a la igualdad, a la dignidad”.
SALUDOS REVOLUCIONARIOS
(Gran Papiyo)
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Qué buen artículo Gran Papiyo ... el de los estidiantes codo a codo con los trabajadores , tomando conciencia revolucionaria , haciéndose humanos , respirando el sudor de los explotados de la clase mimada defendida por Sarkozy , sufriendo la represión de las fuerzas militares que defienden interesses que no son los de sus padres .-De pronto de esas manifestaciones nace un lider como alguna vez salió Daniel el rojo ... y la Europa entera podría convertirse en un polvorín que extremeciera a la decrépita burguesía occidental que nunca defendió los derechos de la mayoría de los pueblos .- Rubén . |
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La unidad entre estudiantes y trabajadores en Francia, en verdad me tiene emocionado. Un forma brillante de lucha. En Centroamérica se dio en los años 70 lo cual inicio la guerra Revolucionaria, en el país más pequeño del continente y el más poblado. |
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, Según encuestas realizadas en Rumania ... se vivía mejor en el comunismo que ahora ..
Una buena parte de los rumanos indecisos sobre si el comunismo fue o no una forma legal y legítima de gobierno y una gran mayoría de los que decían que el comunismo se llevó a la práctica de forma incorrecta eran, sin embargo, inequívocos cuando opinaban que el sistema puesto por obra por el Partido Comunista Rumano, con todos sus defectos, ofrecía una vida mejor para la gente que la que ofrece el capitalismo de nuestros días.
Logros comunistas
Antes de que los comunistas tomasen el poder en Rumania, la mayor parte de la población era analfabeta y no tenía acceso a la atención sanitaria. Únicamente una minoría de la población rural, que era la predominante, tenía acceso a la sanidad o disponía de corriente eléctrica. Las tasas de mortalidad infantil se encontraban entre las peores de Europa y el pronóstico de vida era inferior a los 40 años debido a la inanición y a otras enfermedades. El régimen de derecha rumano se alió con Hitler durante la Segunda Guerra Mundial, y en el marco de esa alianza capitalista se envió a la mayoría de la población judía del país a los campos de exterminio nazis.
Aupados al poder tras la victoria soviética contra la Alemania nazi en 1945, los comunistas rumanos, hasta ese momento un grupo ilegal de lucha clandestina contra el gobierno rumano pro fascista y los nazis, ascendían a unos pocos miles. A pesar de ello lograron movilizar el entusiasmo de la gente para reconstruir su país devastado por la guerra. Acabaron prácticamente con el analfabetismo, los servicios sanitarios mejoraron y se ampliaron de forma masiva, y -como los encuestados por el CSOP revelan— los puestos de trabajo, la vivienda y los niveles decentes de vida se hicieron accesibles para todos.
Animado por esos éxitos, el gobierno comunista dirigido por Nicolae Ceausescu se endeudó durante la década de los 70 con la compra de equipos industriales costosos a Occidente, a fin de aumentar la tasa de crecimiento económico del país, con la esperanza de que los países occidentales incrementarían sus importaciones de productos rumanos. Esa estrategia fracasó, y el programa de austeridad implantado entonces para poder pagar la deuda nacional dio lugar a un resentimiento creciente.
Nicolae Ceausescu y su esposa Elena fueron ejecutados por un pelotón de fusilamiento el día de Navidad de 1989. Su sentencia de muerte se dictó después de un juicio sumario ordenado por los nuevos dirigentes reformistas del país: fueron declarados culpables de crímenes contra el pueblo rumano.
Pero a pesar de esa condena, y aunque la opinión general que se refleja en los resultados de la encuesta CSOP es que el sistema comunista, tal como se aplicó en Rumania, fracasó, sólo una pequeña minoría de los consultados en la encuesta (15%) dice que el ex jefe comunista Nicolae Ceausescu fuera un mal líder. La mayoría se mostraron neutrales o indecisos al respecto, y el 25% afirma que el liderazgo de Ceausescu había sido bueno para el país.
En su valoración de los resultados de la encuesta, el IICMER observa que los rumanos están muy lejos de ser únicos en su valoración positiva del comunismo del pasado siglo. Según una encuesta realizada en varios países del Centro y el Este de Europa en 2009 por el Centro de Investigación estadounidense Pew, el porcentaje de población en países exsocialistas que considera la vida bajo el capitalismo peor de lo que fue durante el período comunista, es la siguiente:
Polonia: 35%
República Checa: 39%
Eslovaquia: 42%
Lituania: 42%
Rusia: 45%
Bulgaria: el 62%
Ucrania: 62%
Hungría: 72%
Particularmente significativo en los resultados de la encuesta CSOP/IICMER de 2010 en Rumania es que, a medida que adquieren más experiencia en la vida bajo la "economía de mercado", la gente se vuelve cada vez más negativa con respecto al capitalismo y más positiva con respecto al comunismo. En la encuesta anterior, realizada en 2006, el 53% expresaba una opinión favorable hacia el comunismo; en la de 2010 el procentaje favorable subía hasta el 61%.
Las conclusiones de la encuesta del CSOP no resultan sorprendentes, si se recuerda lo sucedido desde que se reintrodujo el capitalismo: una pobreza creciente, un aumento de la tasa de desempleo y de la inseguridad. El sistema de salud rumano está actualmente en crisis, y los trabajodres del sector público han visto su sueldo recortado en un 25%. Rubén |
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Para la izquierda ... aunque algunos digan que no existe ....la política es un gesto amoroso para con el pueblo , como decía Gandhi .- Rubén .
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