Africa y lucha de los
negros es inseparable
(especial)
A continuación presentamos una sección del nuevo libro Malcolm X, la liberación de los negros y el camino al poder obrero, por Jack Barnes, secretario nacional del Partido Socialista de los Trabajadores. Este extracto es la segunda parte de la entrevista con Malcolm X que realizaron Barnes, en aquel entonces presidente nacional de la Alianza de la Juventud Socialista, y Barry Sheppard, escritor del Militant, en enero de 1965 y que fue publicada en la revista Young Socialist. Copyright © 2010 Pathfinder Press. Reproducido con permiso.
YOUNG SOCIALIST: ¿Qué influencia tiene áfrica revolucionaria en el pensamiento del pueblo negro en este país?
MALCOLM X: Toda la influencia del mundo. No se puede separar la combatividad que se manifiesta en el continente africano de la combatividad que manifiestan aquí mismo los negros americanos. La imagen positiva de los africanos que se está desarrollando también se va formando en la mente de los negros americanos, y por consiguiente ellos desarrollan una imagen más positiva de sí mismos. Después dan pasos más positivos: toman acción.
Entonces no se puede separar la revolución africana del estado de ánimo del negro en Estados Unidos. Como tampoco se podría separar la colonización de áfrica de la posición sumisa con la que se contentó el negro americano por tanto tiempo. Ahora que áfrica ganó su independencia por medios revolucionarios, se nota que en la comunidad negra arrecia el clamor en contra de la discriminación.
YOUNG SOCIALIST: ¿Cómo ve el papel de Estados Unidos en el Congo?1
MALCOLM X: Es criminal. Probablemente no hay mejor ejemplo de actividad criminal contra un pueblo oprimido que el papel que Estados Unidos ha estado jugando en el Congo, a través de sus lazos con Tshombé y los mercenarios. No se puede ignorar el hecho que Tshombé recibe su dinero de Estados Unidos. El dinero que usa para contratar a esos mercenarios —esos asesinos a sueldo importados de Sudáfrica— viene de Estados Unidos. Los pilotos que tripulan esos aviones han sido entrenados por Estados Unidos. Las mismas bombas que destrozan cuerpos de mujeres y niños vienen de Estados Unidos. Por eso el papel de Estados Unidos en el Congo solo puedo verlo como un papel criminal. Y pienso que tendrá que cosechar los frutos de las semillas que está sembrando en el Congo. Tarde o temprano los vientos que ha sembrado por allá le traerán tormentas.
YOUNG SOCIALIST: ¿Y el papel de Estados Unidos en Vietnam del Sur?
MALCOLM X: Lo mismo. Muestra la verdadera ignorancia de los que controlan la estructura del poder en Estados Unidos. Si Francia, que con todo tipo de armamentos pesados y lo fuertemente atrincherada que estaba en lo que entonces se llamaba Indochina, no pudo quedarse allá, no veo cómo alguien que esté en sus cabales pueda pensar que Estados Unidos sí puede meterse: es imposible. Eso revela su ignorancia, su ceguera, su falta de previsión y retrospección. Su derrota absoluta en Vietnam del Sur es solo cuestión de tiempo.
YOUNG SOCIALIST: ¿Qué piensa de las actividades de los estudiantes blancos y negros que fueron al Sur el verano pasado e intentaron inscribir a los negros para votar?
MALCOLM X: El intento fue bueno. Yo diría que la idea de inscribir a los negros en el Sur fue buena porque la única fuerza real que tiene un hombre pobre en este país es la fuerza de su voto. Pero no creo que haya sido inteligente mandarlos allí y decirles que sean no violentos. Coincido con las gestiones a favor de la inscripción, pero creo que se les debería permitir cualquier medio a su alcance para defenderse de los ataques del Ku Klux Klan, del Consejo de Ciudadanos Blancos y de otros grupos.
YOUNG SOCIALIST: ¿Qué piensa del asesinato de los tres activistas pro derechos civiles y lo que ha ocurrido con sus asesinos?2
MALCOLM X: El hecho demuestra que la sociedad en la que vivimos no es realmente lo que pretende representar ante el resto del mundo. Fue un asesinato y el gobierno federal resulta impotente porque el caso tiene que ver con negros. Incluso los blancos involucrados estaban dedicados a ayudar a los negros. Y en esta sociedad, cuando se trata de algo que tiene que ver con ayudar a los negros, el gobierno federal se muestra incapaz de actuar. Pero sí puede actuar en Vietnam del Sur, en el Congo, en Berlín y en otros lugares donde no tiene ningún derecho a estar. Sin embargo, en Mississippi no puede actuar.
1. El Congo declaró su independencia de Bélgica el 30 de junio de 1960. El primer ministro del nuevo gobierno independiente fue Patricio Lumumba, quien había dirigido allí la lucha de liberación. Washington y Bruselas tomaron medidas rápidas para preparar el derrocamiento de Lumumba. Organizaron ataques con soldados belgas, unidades de mercenarios y fuerzas del régimen secesionista —apoyado por el imperialismo— de Moisés Tshombé en Katanga, provincia sureña del Congo con mucha riqueza mineral. Ante esta arremetida, Lumumba tomó la medida fatal de solicitar ayuda militar de Naciones Unidas. A fines de 1960 el oficial del ejército congoleño Joseph Mobutu, instigado por Washington y Bruselas, depuso y arrestó a Lumumba. Mientras observaban las tropas suecas con las boinas azules de las “fuerzas de paz” de la ONU, Mobutu entregó Lumumba a las fuerzas de Tshombé, las cuales asesinaron al dirigente congoleño en enero de 1961.
2. En junio de 1964, tres trabajadores pro derechos civiles —dos blancos y un negro— fueron asesinados por el Ku Klux Klan en Filadelfia, Mississippi, aunque los cadáveres de Michael Schwerner, Andrew Goodman y James E. Chaney no se encontraron hasta el 4 de agosto. El estado de Mississippi nunca formuló cargos de homicidio por los asesinatos.