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General: EL SOCIALISMO ES UN ERROR INTELECTUAL . UNA IMPOSIBILIDAD CIENTÍFICA .
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Respuesta  Mensaje 1 de 72 en el tema 
De: IGNACIOAL  (Mensaje original) Enviado: 11/11/2010 20:15

El Socialismo es un Error Intelectual, una Imposibilidad Científica

 
http://newmedia.ufm.edu/gsm/images/previewsNM/entrevista_a_jesus_huerta_de_soto_por_pedro_trujillo.jpg

 

Conferencia de Jesús Huerta de Soto en San Pablo CEU

Jesús Huerta de Soto es catedrático de Economía Política de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.

En la de la Universidad Complutense de Madrid obtuvo los siguientes títulos: Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales, Doctor en Derecho, Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales, Licenciado en Derecho, Actuario de Seguros y en la Universidad de Stanford el título de Master of Business Administration

No hay nada más práctico que una buena teoría.  Por eso, me propongo explicar en términos teóricos qué es el socialismo y por qué es un error intelectual, una imposibilidad científica. Mostraré por que se desmoronó, por lo menos el socialismo real, y por qué el socialismo que sigue existiendo en forma de intervencionismo económico en los países occidentales, es el principal culpable de las tensiones y conflictos que padecemos. Vivimos en un mundo esencialmente socialista, a pesar de la caída del Muro de Berlín, y seguimos soportando los efectos que, según la teoría, son propios de la intervención del Estado sobre la vida social.

Definir el socialismo exige entender previamente el concepto de "función empresarial". Los teóricos de la economía definen la función empresarial como una capacidad innata del ser humano. No nos estamos refiriendo al empresario típico que saca adelante un negocio. Nos estamos refiriendo a esa innata capacidad que tiene todo ser humano para descubrir, crear, darse cuenta de las oportunidades de ganancia que surgen en su entorno y actuar en consecuencia para aprovecharse de las mismas. De hecho, etimológicamente, la palabra empresario evoca al descubridor, a quien se da cuenta de algo y lo aprehende. Es la bombilla que se enciende.

La función empresarial es la primera capacidad del ser humano. Es lo que por naturaleza más nos distingue de los animales, esa capacidad de crear y descubrir cosas. En este sentido general, el ser humano, más que homo-sapiens es homo-empresario. ¿Quien es pues, empresario? Pues la Madre Teresa de Calcuta, por ejemplo. No estoy hablando sólo de Henry Ford o de Bill Gates, que sin duda alguna son grandes empresarios en el ámbito comercial y económico. Un empresario es toda persona con una visión creativa, revolucionaria. La misión de la Madre Teresa era ayudar a los más necesitados, y buscaba medios para lograrlo de forma creativa y aunando voluntarios. Por eso, Teresa de Calcuta fue un ejemplo paradigmático de empresario. Por tanto, entendamos la función empresarial como la más íntima característica de nuestra naturaleza como seres humanos, que explica el surgimiento de la sociedad como una red complicadísima de interacciones. Son relaciones de intercambio de unos con otros y las entablamos porque de alguna manera nos damos cuenta de que salimos ganando. Y todas ellas están impulsadas por nuestro espíritu empresarial.

Todo acto empresarial produce una secuencia de tres planos. El primero consiste en la creación de información: cuando un empresario descubre o crea una idea nueva, genera en su mente una información que antes no existía. Y esa información, por una vía o por otra, se transmite en oleadas sucesivas, dando lugar al segundo plano. Aquí veo un recurso barato que se utiliza mal, y allí descubro una necesidad urgente de ese mismo recurso. Compro barato, vendo caro. Transmito la información. Finalmente, agentes económicos que actúan de manera descoordinada, aprenden, descubren que deben guardar un recurso porque alguien lo necesita. Y esos son los tres planos que completan la secuencia: creación de información, transmisión de información y, lo más importante, efecto de coordinación o ajuste. Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, disciplinamos nuestro comportamiento en función de necesidades ajenas, de personas a las que ni siquiera llegamos a conocer, y eso lo hacemos motu proprio porque siguiendo nuestro propio interés empresarial nos damos cuenta de que así salimos ganando. Es importante presentar esto de entrada porque, por contraste, vamos a ver ahora qué es el socialismo.

El socialismo se debe definir como "todo sistema de agresión institucional y sistemática en contra del libre ejercicio de la función empresarial". Consiste en imponer por la fuerza, utilizando todos los medios coactivos del Estado. Podrá presentar determinados objetivos como buenos, pero tendrá que imponerlos irrumpiendo por la fuerza en ese proceso de cooperación social protagonizado por los empresarios. Por tanto, y esta es su primera característica, actúa mediante coacción Esto es muy importante, porque los socialistas siempre quieren ocultar su cara coactiva, que es la esencia más característica de su sistema. La coacción consiste en utilizar la violencia para obligar a alguien a hacer algo. Por un lado está la coacción del criminal que asalta en la calle; por otro, la coacción del Estado, que es la que caracteriza al socialismo. Porque si se trata de una coacción asistemática, el mercado tiene sus mecanismos, en la medida de lo posible, para definir el derecho de propiedad y defenderse de la criminalidad. Pero si la coacción es sistemática y procede institucionalmente de un Estado que tiene todos los medios del poder, la posibilidad de defendernos de los mismos o evitarlos es muy reducida. Es entonces cuando el socialismo manifiesta su realidad esencial con toda su crudeza.

No estoy definiendo el socialismo en términos de si existe propiedad pública o privada de los medios de producción. Eso es un arcaísmo. La esencia del socialismo es la coacción, la coacción institucional procedente del Estado, a través de la cual se pretende que un órgano director se encargue de las tareas necesarias para coordinar la sociedad. La responsabilidad pasa de los seres humanos de a pie, protagonistas de su función empresarial, que tratan de buscar los fines y crear lo que más les conviene para alcanzarlos, a un órgano director que "desde arriba" pretende imponer por la fuerza su particular visión del mundo o sus particulares objetivos. Además, en esta definición del socialismo es irrelevante si ese órgano director ha sido o no elegido democráticamente. El teorema de la imposibilidad del socialismo se mantiene integro, sin ninguna modificación, con independencia de que sea o no democrático el origen del órgano director que quiere imponer por la fuerza la coordinación de la sociedad.

Definido el socialismo de esta manera, pasemos a explicar por qué es un error intelectual. Lo es porque es imposible que el órgano director encargado de ejercer la coacción para coordinar la sociedad se haga con la información que necesita para dar un contenido coordinador a sus mandatos. Ése es el problema del socialismo, es su gran paradoja. Necesita información, conocimiento, datos para que su impacto coactivo -la organización de la sociedad- tenga éxito. Pero nunca puede llegar a hacerse con esa información. Los teóricos de la Escuela Austríaca de Economía, Mises y Hayek, elaboraron cuatro argumentos básicos durante el debate que mantuvieron en el siglo XX contra los teóricos de la economía neoclásica, que nunca fueron capaces de entender el problema que planteaba el socialismo. ¿Y por qué no fueron capaces de entenderlo? Por esta razón: creían que la economía funcionaba como se explica en los libros de texto de primer curso, pero lo que se explica en los libros de texto de primer curso de economía con respecto al funcionamiento de la economía de mercado es radicalmente erróneo y falso. Esos libros de texto basan sus explicaciones del mercado en términos matemáticos y de ajuste perfecto. Es decir, el mercado sería una especie de computadora que ajusta de manera automática y perfecta los deseos de los consumidores y la acción de los productores, de tal manera que el modelo ideal es el de competencia perfecta, descrito por el sistema de ecuaciones simultaneas de Walras.

Siendo yo estudiante, en mi primera clase de economía, el profesor comenzó con una frase sorprendente: "Supongamos que toda la información está dada". Y luego comenzó a llenar la pizarra de funciones, curvas y fórmulas. Ese es el supuesto que utilizan los neoclásicos: que toda la información está dada y no cambia. Pero ese supuesto es radicalmente irreal. Va contra la característica más típica del mercado: la información no está nunca dada.

El conocimiento sobre los datos surge continuamente como resultado de la actividad creativa de los empresarios: nuevos fines, nuevos medios. Luego no podemos construir una teoría económica bajo ese supuesto sin que sea errónea. Los economistas neoclásicos pensaron que el socialismo era posible porque supusieron que todos los datos necesarios para elaborar el sistema de ecuaciones y encontrar la solución estaban "dados". No fueron capaces de apreciar lo que sucedía en el mundo que tenían que investigar científicamente, no pudieron ver lo que de verdad sucedía.

Solo la Escuela Austríaca siguió un paradigma distinto. Nunca supuso que la información estaba dada, consideró que el proceso económico era impulsado por empresarios que continuamente cambian y descubren nueva información. Solamente ella fue capaz de darse cuenta de que el socialismo era un error intelectual. Desarrolló su argumento empleando cuatro asertos, dos que podemos considerar "estáticos" y otros dos que podemos considerar dinámicos.

En primer lugar —afirma-, es imposible que el órgano director se haga con la información que necesita para dar un contenido coordinador a sus mandatos por razones de volumen. El volumen de la información que manejamos los seres humanos es inmenso, y lo que siete mil millones de seres humanos tienen en la cabeza es imposible de gestionar. Este argumento quizá lo pudieran entender los neoclásicos, pero es el más débil, el menos importante. Al fin y al cabo, hoy en día con la capacidad informática de que disponemos podemos tratar volúmenes inmensos de información.

El segundo argumento es mucho más profundo y contundente. La información que se maneja en el mercado no es objetiva; no es como la información que está impresa en la guía de teléfonos. La información empresarial tiene una naturaleza radicalmente distinta, es una información subjetiva, no objetiva; es tácita, es decir, sabemos algo, un Know How, pero no sabemos en que consiste detalladamente, es decir, el Know That. Explicado de otra forma: es la información del que sabe montar en bicicleta. Es como si alguien pretendiera aprender a montar en bicicleta estudiando la formula de la física matemática que expresa el equilibrio que mantiene el ciclista cuando pedalea. El conocimiento necesario para montar en bicicleta no se obtiene así sino mediante un proceso de aprendizaje, habitualmente accidentado, que finalmente permite experimentar el sentido del equilibrio subido a una bicicleta y que al torcer en las curvas debemos inclinarnos para no caer. Con toda seguridad, Induraín desconoce las leyes que le han permitido ganar el Tour de Francia, pero tiene el conocimiento de cómo se monta en bicicleta. La información tácita no se puede plasmar de manera formalizada y objetiva, ni trasladar a ningún sitio, y menos a un órgano director. Sólo se puede transmitir a un órgano director para que este asimile y coaccione, dando un contenido coordinador a los mandatos, una información unívoca que no se preste a malentendidos. Pero la mayor parte de la información de la que depende el éxito de nuestras vidas no es objetiva, no es información de la guía de teléfonos, es información subjetiva y tácita.

Pero estos dos argumentos -que la información es de un volumen enorme y que además tiene un carácter tácito- no bastan. Hay otros dos, dinámicos, que son todavía mucho más contundentes y que implican la imposibilidad del socialismo.

Los seres humanos estamos dotados de una innata capacidad creativa. Continuamente descubrimos "nuevas" cosas, "nuevos" fines, "nuevos" medios. Difícilmente se va a poder transmitir a un órgano director la información o el conocimiento que todavía no ha sido "creado" por los empresarios. El órgano director se empeña en construir un "nirvana social" mediante el Boletín Oficial del Estado y la coacción. Pero para eso tiene que saber que pasará mañana. Y lo que pase mañana dependerá de una información empresarial que todavía no se ha creado hoy, no se puede transmitir hoy para que nuestras gobernantes nos coordinen bien mañana. Esa es la paradoja del socialismo, la tercera razón.

Pero eso no es todo. Existe un cuarto argumento que es definitivo. La propia naturaleza del socialismo -que como hemos dicho antes se basa en la coacción, el impacto coactivo sobre el cuerpo social o sociedad civil- bloquea, dificulta o imposibilita, allí donde precisamente impacta y en la medida en que impacte, la creación empresarial de información, que es precisamente la que necesita el gobernante para dar un contenido coordinador a sus mandatos.

Esa es la demostración en términos científicos de que el socialismo es teóricamente imposible, porque no puede hacerse con la información que necesita para dar un contenido coordinador a sus mandatos. Y este es un análisis puramente objetivo y científico. No hay que pensar que el problema del socialismo reside en que "los que están arriba son malos". Ni la persona con mayor bondad del mundo, con las mejores intenciones y con los mejores conocimientos, podría organizar una sociedad sobre el esquema coactivo socialista; lo convertiría en un infierno, ya que, dada la naturaleza del ser humano resulta imposible conseguir el objetivo o el ideal socialista.

Todas estas características del socialismo tienen consecuencias que podemos identificar en nuestra realidad cotidiana. La primera es su atractivo. En nuestra naturaleza más íntima encontramos el riesgo de caer en el socialismo porque su ideal nos tienta, porque el ser humano se rebela contra su naturaleza. Vivir en un mundo con un futuro incierto nos inquieta, y la posibilidad de controlar ese futuro, de erradicar la incertidumbre, nos atrae. Dice Hayek en La fatal arrogancia que en realidad el socialismo es la manifestación social, política y económica del pecado original del ser humano, que es la arrogancia. El ser humano quiere ser Dios, es decir, omnisciente. Por eso, siempre, generación tras generación, tendremos que estar en guardia contra el socialismo, asumir que nuestra naturaleza es creativa, es de tipo empresarial. El socialismo no es un simple tema de siglas o de partidos políticos en determinados contextos históricos. Siempre se infiltrará de manera sinuosa en comunidades, familias, barrios, partidos políticos de derechas y liberales... Tenemos que estar en contra de esa tentación del estatismo porque es el peligro más original que tenemos los seres humanos, nuestra mayor tentación: creernos Dios. El socialista se considera capaz de superar ese problema de la ignorancia radical que desacredita en su esencia su sistema social. Por eso, el socialismo siempre es resultado de un pecado de soberbia intelectual. Detrás de todo socialista hay un arrogante, un intelectual soberbio. Y eso lo podemos constatar en todos lo ámbitos.

Además, el socialismo tiene unas características que podemos llamar "periféricas": descoordinación y desorden social. El acto empresarial puro coordina, pero el socialismo lo coacciona y produce un efecto de descoordinación. El empresario se da cuenta de que hay una oportunidad de ganancia. Compra barato, vende caro. Transmite información y coordina. Dos personas que en un principio actuaban contra sus respectivos intereses, ahora, sin darse cuenta, actúan de forma coordinada o ajustada. El socialismo, al impedir eso por la fuerza, en mayor o menor medida, desajusta. Y lo peor es que los socialistas, cuando observan el desajuste causado por ellos, la descoordinación, el conflicto y el agravamiento del problema, lejos de llegar a las conclusiones razonables que hemos expuesto, demandan más socialismo, más coacción institucional. Y pasamos a un proceso en el que los problemas, en vez de solucionarse, se agravan indefinidamente, incrementándose todavía más el peso del Estado. El ideal socialista exige extender los tentáculos del Estado por todos los intersticios sociales y genera un proceso que conduce hasta el totalitarismo.

Otra característica del socialismo es la falta de rigor. Se prueba, se cambia de criterio, se constata el agravamiento de los problemas y se da un giro político coaccionando de manera errática. ¿Por qué? Porque los efectos que tienen las medidas de intervención suelen parecerse poco a los pretendidos. El salario mínimo, por ejemplo, pretende mejorar el nivel de vida. ¿El resultado? Más paro y más pobreza. ¿Los más perjudicados? Los grupos sociales que por primera vez acceden al mercado de trabajo, que son los jóvenes, las mujeres, las minorías étnicas y los inmigrantes. Otro ejemplo: se diseña una política agraria comunitaria y se inunda de productos la Unión Europea mediante subvenciones o precios políticos. El consumidor paga precios más elevados y se perjudica a los países pobres porque los mercados internaciones se llenan de productos excedentes de la UE a precios con los que no pueden competir.

El socialismo actúa además como una especie de droga u opio inhibidor. Genera malas inversiones, porque distorsiona las señales acerca de donde hay que invertir para satisfacer los deseos de los consumidores. Agudiza los problemas de escasez y genera irresponsabilidad sistemática de los gobiernos, porque no hay posibilidad de conocer la información necesaria para actuar responsablemente, no es posible conocer los costes. El gobernante sólo puede actuar de modo voluntarista, dejando constancia en el Boletín Oficial del Estado de su mera voluntad; eso, como afirma Hayek, no es "LEY' -así, con mayúsculas-, sino "legislación", normas, habitualmente excesivas e inútiles, aunque digan ampararse en datos "objetivos". Lenin decía que toda la economía debía organizarse como el servicio de correos y que el departamento más importante de un sistema socialista era el Instituto Nacional de Estadística. "Estadística" procede etimológicamente de "Estado". Por tanto, es un término ante el que debemos ponernos en guardia si queremos evitar el socialismo, un concepto sospechoso. Jesús nació en Belén porque el emperador ordenó una estadística relacionada con los impuestos. Lo primero que tiene que hacer todo gran liberal es pedir la eliminación del Instituto Nacional de Estadística. Ya que no podemos evitar que el Estado haga daño, al menos ceguémosle los ojos para que sea más aleatorio cuando forzosamente se equivoca.

Otro efecto claro del socialismo es el que produce sobre el entorno natural. Es terrible. La única manera de defenderlo es definiendo bien los derechos de propiedad. Nadie llama a la casa de uno y le tira un cubo de basura a su cara. Eso solo se hace en las "zonas comunes". Como se afirma en un viejo dicho español, "lo que es del común es del ningún". La tragedia de los bienes comunales, sean aguas sucias, bancos de peces que desaparecen o la extinción del rinoceronte, siempre es resultado de una limitación estatal del derecho de propiedad que exige una economía de mercado. Porque allí donde se privatiza el monte hay caza, pero no la hay en los montes públicos. Y donde se han privatizado los elefantes, los elefantes sobreviven. Y siguen existiendo las reses bravas porque los empresarios de la Fiesta Nacional se encargan de cuidarlas. La única manera de mantener el medio ambiente es mediante una economía de mercado, a través del sistema capitalista y de los derechos de propiedad bien defendidos. Donde estos principios desaparecen el medio ambiente se degrada. Los ríos ingleses son de titularidad privada. Todos están limpios, en todos se puede pescar; lo hacen diferentes clubes de pesca, caros, medianos y baratos. Vayan ustedes a buscar peces a los ríos españoles...

Y la corrupción. El socialismo corrompe. Los que vivieron las economías socialistas que se escondían tras el Muro de Berlín se dieron cuenta de la gran mentira que suponía todo ese mundo. Y no nos durmamos en la complacencia pensando que lo hemos superado, que esa gran mentira no existe aquí. Sigue existiendo, aunque con una diferencia de grados. ¿Por que corrompe el socialismo? Por varias razones. En primer lugar, los seres humanos coaccionados en el esquema socialista no tardan en darse cuenta de que para lograr sus objetivos es mucho más efectivo dedicar su esfuerzo e ingenio a influir sobre los gobernantes que a tratar de descubrir oportunidades de ganancia y servir a los demás. De ahí surgen los grupos de interés, que tratan de condicionar las decisiones del órgano director. El órgano director socialista atrae como un imán todo tipo de influencias perversas y corruptoras. Además, inicia un proceso de lucha por el poder. Cuando prepondera el esquema socialista es vital quien esté en el poder, si es "de los míos" o no. Una sociedad socialista siempre esta muy politizada. No ocurre como en Suiza, por ejemplo, donde seguramente la gente no conoce ni el nombre de su Ministro de Defensa, o incluso el del Presidente del Gobierno. Y además no le importa, porque no es vital quien esté en el poder.

Los seres humanos deberíamos dedicar la mayor parte de nuestro esfuerzo a sacar adelante nuestras vidas sin este tipo de intervenciones. Y este proceso de lucha por el poder, de intervencionismo, hace que poco a poco se vaya modificando el hábito de comportamiento moral del ser humano. Los seres humanos manifiestan un comportamiento cada vez más amoral, menos sometido a los principios. Nuestro comportamiento es cada vez más agresivo. Se trata de lograr el poder para imponer cosas a los demás. Y eso se traslada miméticamente al comportamiento individual, hace que cada vez disciplinemos menos nuestro comportamiento, que dejemos de lado el esquema pautado de normas morales. La moral es el piloto automático de la libertad. He aquí otra influencia corruptora del socialismo.

Además, cuanto más socialismo hay más se desarrolla la economía llamada sumergida o mercado negro. Pero como se decía en los países del este, en un medio socialista "la economía sumergida no es el problema, es la solución". Por ejemplo, en Moscú no había gasolina, pero todo el mundo sabía que en determinado túnel se vendía gasolina en el mercado negro. Gracias a eso la gente podía conducir.

Pero, obviamente, un gobierno socialista no puede conformarse con aceptar todas estas críticas, de manera que recurre a la propaganda política. Todo problema —se dice- es detectado a tiempo por el Estado, que lo arregla inmediatamente. Una y otra vez, de manera sistemática, la propaganda política está en todos los ámbitos para tratar de contrarrestar la crítica, creando una cultura de lo estatal que aturde y desorienta a la ciudadanía, que llega a pensar que ante cualquier problema el Estado se hará cargo de todo. Y ese modo de pensar, estrictamente socialista, se transmite de generación en generación.

La propaganda conduce a la megalomanía. Las organizaciones burocráticas, los funcionarios, los políticos etc., no están sometidos a una cuenta de pérdidas y ganancias. Una mala gestión no supone para ellos la expulsión del mercado. El gobernante y el funcionario solamente responden ante un presupuesto y un reglamento. No hay maldad personal en ello. Al menos, no necesariamente. Son como cualquiera de nosotros, pero en el entorno institucional en el que están insertos sus acciones son perversas. Su actividad dentro del Estado los lleva a pedir más funcionarios, más presupuesto, y a afirmar que su labor es vital. ¿Recuerdan algún funcionario, político o burócrata que después de un profundo análisis haya llegado a la conclusión de que el organismo para el que trabaja es inútil, que tiene un coste superior al beneficio que proporciona a la sociedad, y haya propuesto a su responsable gubernamental y a su ministro que elimine el epígrafe presupuestario correspondiente y lo clausure? Nunca. Por el contrario, siempre, en todos los contextos, y con todos los gobiernos- es "vital" el papel que uno cumple en el Estado. El socialismo es megalómano e impregna de ese carácter al conjunto de la sociedad. A la cultura, por ejemplo, transformada en política cultural y definida por un distinguidísimo representante de la Unión Europea del siguiente modo, según le dijo a un compañero de partido cuando estaba a cargo del Ministerio de Cultura: "Mucho dinero público, mucha fiesta para los jóvenes y premios para los amiguetes".

Igualmente, el socialismo conduce a la prostitución de los conceptos de ley y de justicia. El derecho, entendido en su concepción clásica, no es sino un conjunto de normas o leyes materiales abstractas que se aplican con carácter general a todos por igual. Y la justicia consiste en enjuiciar si los comportamientos individuales se han ajustado o no a ese esquema de normas objetivas y abstractas. Se trata de normas ciegas. Por eso, tradicionalmente se representa a la Justicia con los ojos tapados. En el Levítico se dice "con justicia juzgarás a tu prójimo, no dejándote llevar ni por las dádivas del rico ni por las lágrimas del pobre". En el momento en el que se violan los principios generales del derecho, aunque se pretenda hacerlo "por una buena causa" (porque nos conmueve un desahucio por impago de la renta, o porque un pequeño hurto en un gran almacén carece de relevancia en los ingresos de la empresa afectada) se inflige un daño terrible a la justicia. Los jueces que actúan de esta forma y no aplicando la ley, caen en ese error fatal de la arrogancia intelectual, de creerse dioses. Sustituyen la ley por su impresión sobre las circunstancias particulares del caso y abren la puerta a quienes no pretenden del juez que haga justicia sino que se conmueva. La demanda se convierte en un boleto de lotería que puede salir premiado si uno tiene suerte en el juzgado, y se desencadena un efecto de bola de nieve que sobrecarga a los jueces, que son cada vez más imperfectos en la emisión de sus sentencias y alimentan el proceso con su arbitrariedad. Desaparece la seguridad jurídica y la justicia se corrompe.

La solución, por supuesto, no pasa por dotar de más medios al sistema judicial, pero eso es justamente lo que se pedirá.

En última instancia, el daño más perverso de la corrupción del socialismo es ese efecto mimético sobre el ámbito de la acción individual. Para la gente de buena fe es muy atractivo: si hay problemas, el Estado pondrá los medios e impondrá la solución. ¿Quien puede estar en contra de conseguir un objetivo tan bueno y loable? El problema es la ignorancia que anima ese argumento. El Estado no puede saber lo que necesitaría saber para obrar así, no es Dios, aunque algunos crean que lo es. Esa creencia perturba el proceso empresarial y agrava los problemas. En vez de actuar de manera automática siguiendo principios dogmáticos sometidos al derecho, actúa arbitrariamente, y eso es lo que desmoraliza y corrompe más la sociedad. La lucha antiterrorista ilegal que se desarrolló en España durante el mandato del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) es un ejemplo perfecto de lo que decimos. Fue un error terrible. Los principios no son un obstáculo que impida alcanzar los resultados deseados, sino el único camino que nos puede conducir hasta ellos. Como afirma un dicho anglosajón, "la mejor política pragmática es actuar atendiendo a principios", es decir, ser honestos, siempre. Y eso es precisamente lo que no hace el socialismo, porque en su esquema de racionalización de fines y medios, creyéndose Dios, la decisión óptima es violar los principios morales.

El socialismo no solo es un error intelectual, también es una fuerza realmente antisocial, porque su más íntima característica consiste en violentar, en mayor o menor medida, la libertad empresarial de los seres humanos en su sentido creativo y coordinador. Y como eso es lo que distingue al ser humano, el socialismo es un sistema social antinatural, contrario a lo que el ser humano es y aspira a ser.

En la encíclica "Centesimus Annus", Juan Pablo II, preguntándole cual es el sistema social más conforme a la naturaleza humana, escribe lo siguiente: "Si por «capitalismo» se entiende un sistema económico que reconoce el papel fundamental y positivo de la empresa, del mercado, de la propiedad privada y de la consiguiente responsabilidad para con los medios de producción, de la libre creatividad humana en el sector de la economía, la respuesta ciertamente es positiva". Aunque inmediatamente añade, "Pero...'. Y, ¿por qué? Porque Juan Pablo II pasó su vida advirtiendo de los efectos de un capitalismo salvaje, ajeno a los principios morales, éticos y legales. Teniendo en cuenta que lo censurable es el egoísmo, la inmoralidad, etc., porque a efectos del sistema social, el capitalismo es en el peor de los casos neutro. Pues en un esquema de intercambios voluntarios se promueve la moralidad, la distinción entre el bien y el mal, frente a la corrupción propia del socialismo.

Finalmente, ¿que ha pasado con el socialismo? ¿Ha fracasado? ¿Ha desaparecido? ¿Se ha diluido como un azucarillo en un vaso de agua? Si y no. Eso ha pasado con el socialismo real, pero nuestras sociedades siguen profundamente imbuidas de socialismo. Las diferencias entre los llamados partidos de izquierdas y de derechas son de grado, aunque en España algo se avanzó entre 2000 y 2004 en el ámbito de la libertad. Primero, con la desaparición de la esclavitud en pleno siglo XX: el servicio militar pasó a ser voluntario, y eso es de vital importancia —por cierto, me permito recordar que el PSOE no quería-. En segundo lugar, se produjo una reducción tímida de impuestos y, luego, el principio del presupuesto equilibrado y alguna liberalización y privatización. Tampoco fue para tirar cohetes, pero hay que tener en cuenta que la inmensa mayoría de los 11 o 12 millones de votantes del partido que estuvo en el poder eran socialistas, en el sentido que hemos dado aquí a ese término. Poco más se podía hacer.

Ahora, la misión es nuestra, de los intelectuales, de los second-hand dealers of ideas, de los profesores en la universidad... Somos responsables de ir cambiando el espíritu, sobre todo de los jóvenes, que son capaces de salir a la calle a pecho descubierto a defender los ideales. El socialismo sigue siendo hoy predominante: entre el 40% y el 50 % del Producto Interior Bruto de los países del mundo occidental moderno esta gestionado por la Administración pública. Ahora, de nuevo con el PSOE en el Gobierno de España, parece que los vientos soplan otra vez en esa dirección. Así, terminaremos totalmente perdidos y muy lejos del único camino por el que puede avanzar nuestra sociedad. Nuestra única posibilidad radica, coma siempre, en el poder de las ideas y en la honestidad intelectual de la juventud.

 http://mises.org/Community/blogs/rodrigodiaz/archive/2008/08/14/conferencia-de-jes-250-s-huerta-de-soto-en-san-pablo-ceu.aspx



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Respuesta  Mensaje 13 de 72 en el tema 
De: IGNACIOAL Enviado: 12/11/2010 17:37
http://www.somarda.com/pix/200810/monton-de-mierda.jpg
 
En exclusiva para ud ALBI
 
http://www.laprensaus.com/uploads/contenidos/566risas.jpg

Respuesta  Mensaje 14 de 72 en el tema 
De: IGNACIOAL Enviado: 12/11/2010 17:38

El Socialismo es un Error Intelectual, una Imposibilidad Científica

 
http://newmedia.ufm.edu/gsm/images/previewsNM/entrevista_a_jesus_huerta_de_soto_por_pedro_trujillo.jpg

 

Conferencia de Jesús Huerta de Soto en San Pablo CEU

Jesús Huerta de Soto es catedrático de Economía Política de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.

En la de la Universidad Complutense de Madrid obtuvo los siguientes títulos: Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales, Doctor en Derecho, Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales, Licenciado en Derecho, Actuario de Seguros y en la Universidad de Stanford el título de Master of Business Administration

No hay nada más práctico que una buena teoría.  Por eso, me propongo explicar en términos teóricos qué es el socialismo y por qué es un error intelectual, una imposibilidad científica. Mostraré por que se desmoronó, por lo menos el socialismo real, y por qué el socialismo que sigue existiendo en forma de intervencionismo económico en los países occidentales, es el principal culpable de las tensiones y conflictos que padecemos. Vivimos en un mundo esencialmente socialista, a pesar de la caída del Muro de Berlín, y seguimos soportando los efectos que, según la teoría, son propios de la intervención del Estado sobre la vida social.

Definir el socialismo exige entender previamente el concepto de "función empresarial". Los teóricos de la economía definen la función empresarial como una capacidad innata del ser humano. No nos estamos refiriendo al empresario típico que saca adelante un negocio. Nos estamos refiriendo a esa innata capacidad que tiene todo ser humano para descubrir, crear, darse cuenta de las oportunidades de ganancia que surgen en su entorno y actuar en consecuencia para aprovecharse de las mismas. De hecho, etimológicamente, la palabra empresario evoca al descubridor, a quien se da cuenta de algo y lo aprehende. Es la bombilla que se enciende.

La función empresarial es la primera capacidad del ser humano. Es lo que por naturaleza más nos distingue de los animales, esa capacidad de crear y descubrir cosas. En este sentido general, el ser humano, más que homo-sapiens es homo-empresario. ¿Quien es pues, empresario? Pues la Madre Teresa de Calcuta, por ejemplo. No estoy hablando sólo de Henry Ford o de Bill Gates, que sin duda alguna son grandes empresarios en el ámbito comercial y económico. Un empresario es toda persona con una visión creativa, revolucionaria. La misión de la Madre Teresa era ayudar a los más necesitados, y buscaba medios para lograrlo de forma creativa y aunando voluntarios. Por eso, Teresa de Calcuta fue un ejemplo paradigmático de empresario. Por tanto, entendamos la función empresarial como la más íntima característica de nuestra naturaleza como seres humanos, que explica el surgimiento de la sociedad como una red complicadísima de interacciones. Son relaciones de intercambio de unos con otros y las entablamos porque de alguna manera nos damos cuenta de que salimos ganando. Y todas ellas están impulsadas por nuestro espíritu empresarial.

Todo acto empresarial produce una secuencia de tres planos. El primero consiste en la creación de información: cuando un empresario descubre o crea una idea nueva, genera en su mente una información que antes no existía. Y esa información, por una vía o por otra, se transmite en oleadas sucesivas, dando lugar al segundo plano. Aquí veo un recurso barato que se utiliza mal, y allí descubro una necesidad urgente de ese mismo recurso. Compro barato, vendo caro. Transmito la información. Finalmente, agentes económicos que actúan de manera descoordinada, aprenden, descubren que deben guardar un recurso porque alguien lo necesita. Y esos son los tres planos que completan la secuencia: creación de información, transmisión de información y, lo más importante, efecto de coordinación o ajuste. Desde que nos levantamos hasta que nos acostamos, disciplinamos nuestro comportamiento en función de necesidades ajenas, de personas a las que ni siquiera llegamos a conocer, y eso lo hacemos motu proprio porque siguiendo nuestro propio interés empresarial nos damos cuenta de que así salimos ganando. Es importante presentar esto de entrada porque, por contraste, vamos a ver ahora qué es el socialismo.

El socialismo se debe definir como "todo sistema de agresión institucional y sistemática en contra del libre ejercicio de la función empresarial". Consiste en imponer por la fuerza, utilizando todos los medios coactivos del Estado. Podrá presentar determinados objetivos como buenos, pero tendrá que imponerlos irrumpiendo por la fuerza en ese proceso de cooperación social protagonizado por los empresarios. Por tanto, y esta es su primera característica, actúa mediante coacción Esto es muy importante, porque los socialistas siempre quieren ocultar su cara coactiva, que es la esencia más característica de su sistema. La coacción consiste en utilizar la violencia para obligar a alguien a hacer algo. Por un lado está la coacción del criminal que asalta en la calle; por otro, la coacción del Estado, que es la que caracteriza al socialismo. Porque si se trata de una coacción asistemática, el mercado tiene sus mecanismos, en la medida de lo posible, para definir el derecho de propiedad y defenderse de la criminalidad. Pero si la coacción es sistemática y procede institucionalmente de un Estado que tiene todos los medios del poder, la posibilidad de defendernos de los mismos o evitarlos es muy reducida. Es entonces cuando el socialismo manifiesta su realidad esencial con toda su crudeza.

No estoy definiendo el socialismo en términos de si existe propiedad pública o privada de los medios de producción. Eso es un arcaísmo. La esencia del socialismo es la coacción, la coacción institucional procedente del Estado, a través de la cual se pretende que un órgano director se encargue de las tareas necesarias para coordinar la sociedad. La responsabilidad pasa de los seres humanos de a pie, protagonistas de su función empresarial, que tratan de buscar los fines y crear lo que más les conviene para alcanzarlos, a un órgano director que "desde arriba" pretende imponer por la fuerza su particular visión del mundo o sus particulares objetivos. Además, en esta definición del socialismo es irrelevante si ese órgano director ha sido o no elegido democráticamente. El teorema de la imposibilidad del socialismo se mantiene integro, sin ninguna modificación, con independencia de que sea o no democrático el origen del órgano director que quiere imponer por la fuerza la coordinación de la sociedad.

Definido el socialismo de esta manera, pasemos a explicar por qué es un error intelectual. Lo es porque es imposible que el órgano director encargado de ejercer la coacción para coordinar la sociedad se haga con la información que necesita para dar un contenido coordinador a sus mandatos. Ése es el problema del socialismo, es su gran paradoja. Necesita información, conocimiento, datos para que su impacto coactivo -la organización de la sociedad- tenga éxito. Pero nunca puede llegar a hacerse con esa información. Los teóricos de la Escuela Austríaca de Economía, Mises y Hayek, elaboraron cuatro argumentos básicos durante el debate que mantuvieron en el siglo XX contra los teóricos de la economía neoclásica, que nunca fueron capaces de entender el problema que planteaba el socialismo. ¿Y por qué no fueron capaces de entenderlo? Por esta razón: creían que la economía funcionaba como se explica en los libros de texto de primer curso, pero lo que se explica en los libros de texto de primer curso de economía con respecto al funcionamiento de la economía de mercado es radicalmente erróneo y falso. Esos libros de texto basan sus explicaciones del mercado en términos matemáticos y de ajuste perfecto. Es decir, el mercado sería una especie de computadora que ajusta de manera automática y perfecta los deseos de los consumidores y la acción de los productores, de tal manera que el modelo ideal es el de competencia perfecta, descrito por el sistema de ecuaciones simultaneas de Walras.

Siendo yo estudiante, en mi primera clase de economía, el profesor comenzó con una frase sorprendente: "Supongamos que toda la información está dada". Y luego comenzó a llenar la pizarra de funciones, curvas y fórmulas. Ese es el supuesto que utilizan los neoclásicos: que toda la información está dada y no cambia. Pero ese supuesto es radicalmente irreal. Va contra la característica más típica del mercado: la información no está nunca dada.

El conocimiento sobre los datos surge continuamente como resultado de la actividad creativa de los empresarios: nuevos fines, nuevos medios. Luego no podemos construir una teoría económica bajo ese supuesto sin que sea errónea. Los economistas neoclásicos pensaron que el socialismo era posible porque supusieron que todos los datos necesarios para elaborar el sistema de ecuaciones y encontrar la solución estaban "dados". No fueron capaces de apreciar lo que sucedía en el mundo que tenían que investigar científicamente, no pudieron ver lo que de verdad sucedía.

Solo la Escuela Austríaca siguió un paradigma distinto. Nunca supuso que la información estaba dada, consideró que el proceso económico era impulsado por empresarios que continuamente cambian y descubren nueva información. Solamente ella fue capaz de darse cuenta de que el socialismo era un error intelectual. Desarrolló su argumento empleando cuatro asertos, dos que podemos considerar "estáticos" y otros dos que podemos considerar dinámicos.

En primer lugar —afirma-, es imposible que el órgano director se haga con la información que necesita para dar un contenido coordinador a sus mandatos por razones de volumen. El volumen de la información que manejamos los seres humanos es inmenso, y lo que siete mil millones de seres humanos tienen en la cabeza es imposible de gestionar. Este argumento quizá lo pudieran entender los neoclásicos, pero es el más débil, el menos importante. Al fin y al cabo, hoy en día con la capacidad informática de que disponemos podemos tratar volúmenes inmensos de información.

El segundo argumento es mucho más profundo y contundente. La información que se maneja en el mercado no es objetiva; no es como la información que está impresa en la guía de teléfonos. La información empresarial tiene una naturaleza radicalmente distinta, es una información subjetiva, no objetiva; es tácita, es decir, sabemos algo, un Know How, pero no sabemos en que consiste detalladamente, es decir, el Know That. Explicado de otra forma: es la información del que sabe montar en bicicleta. Es como si alguien pretendiera aprender a montar en bicicleta estudiando la formula de la física matemática que expresa el equilibrio que mantiene el ciclista cuando pedalea. El conocimiento necesario para montar en bicicleta no se obtiene así sino mediante un proceso de aprendizaje, habitualmente accidentado, que finalmente permite experimentar el sentido del equilibrio subido a una bicicleta y que al torcer en las curvas debemos inclinarnos para no caer. Con toda seguridad, Induraín desconoce las leyes que le han permitido ganar el Tour de Francia, pero tiene el conocimiento de cómo se monta en bicicleta. La información tácita no se puede plasmar de manera formalizada y objetiva, ni trasladar a ningún sitio, y menos a un órgano director. Sólo se puede transmitir a un órgano director para que este asimile y coaccione, dando un contenido coordinador a los mandatos, una información unívoca que no se preste a malentendidos. Pero la mayor parte de la información de la que depende el éxito de nuestras vidas no es objetiva, no es información de la guía de teléfonos, es información subjetiva y tácita.

Pero estos dos argumentos -que la información es de un volumen enorme y que además tiene un carácter tácito- no bastan. Hay otros dos, dinámicos, que son todavía mucho más contundentes y que implican la imposibilidad del socialismo.

Los seres humanos estamos dotados de una innata capacidad creativa. Continuamente descubrimos "nuevas" cosas, "nuevos" fines, "nuevos" medios. Difícilmente se va a poder transmitir a un órgano director la información o el conocimiento que todavía no ha sido "creado" por los empresarios. El órgano director se empeña en construir un "nirvana social" mediante el Boletín Oficial del Estado y la coacción. Pero para eso tiene que saber que pasará mañana. Y lo que pase mañana dependerá de una información empresarial que todavía no se ha creado hoy, no se puede transmitir hoy para que nuestras gobernantes nos coordinen bien mañana. Esa es la paradoja del socialismo, la tercera razón.

Pero eso no es todo. Existe un cuarto argumento que es definitivo. La propia naturaleza del socialismo -que como hemos dicho antes se basa en la coacción, el impacto coactivo sobre el cuerpo social o sociedad civil- bloquea, dificulta o imposibilita, allí donde precisamente impacta y en la medida en que impacte, la creación empresarial de información, que es precisamente la que necesita el gobernante para dar un contenido coordinador a sus mandatos.

Esa es la demostración en términos científicos de que el socialismo es teóricamente imposible, porque no puede hacerse con la información que necesita para dar un contenido coordinador a sus mandatos. Y este es un análisis puramente objetivo y científico. No hay que pensar que el problema del socialismo reside en que "los que están arriba son malos". Ni la persona con mayor bondad del mundo, con las mejores intenciones y con los mejores conocimientos, podría organizar una sociedad sobre el esquema coactivo socialista; lo convertiría en un infierno, ya que, dada la naturaleza del ser humano resulta imposible conseguir el objetivo o el ideal socialista.

Todas estas características del socialismo tienen consecuencias que podemos identificar en nuestra realidad cotidiana. La primera es su atractivo. En nuestra naturaleza más íntima encontramos el riesgo de caer en el socialismo porque su ideal nos tienta, porque el ser humano se rebela contra su naturaleza. Vivir en un mundo con un futuro incierto nos inquieta, y la posibilidad de controlar ese futuro, de erradicar la incertidumbre, nos atrae. Dice Hayek en La fatal arrogancia que en realidad el socialismo es la manifestación social, política y económica del pecado original del ser humano, que es la arrogancia. El ser humano quiere ser Dios, es decir, omnisciente. Por eso, siempre, generación tras generación, tendremos que estar en guardia contra el socialismo, asumir que nuestra naturaleza es creativa, es de tipo empresarial. El socialismo no es un simple tema de siglas o de partidos políticos en determinados contextos históricos. Siempre se infiltrará de manera sinuosa en comunidades, familias, barrios, partidos políticos de derechas y liberales... Tenemos que estar en contra de esa tentación del estatismo porque es el peligro más original que tenemos los seres humanos, nuestra mayor tentación: creernos Dios. El socialista se considera capaz de superar ese problema de la ignorancia radical que desacredita en su esencia su sistema social. Por eso, el socialismo siempre es resultado de un pecado de soberbia intelectual. Detrás de todo socialista hay un arrogante, un intelectual soberbio. Y eso lo podemos constatar en todos lo ámbitos.

Además, el socialismo tiene unas características que podemos llamar "periféricas": descoordinación y desorden social. El acto empresarial puro coordina, pero el socialismo lo coacciona y produce un efecto de descoordinación. El empresario se da cuenta de que hay una oportunidad de ganancia. Compra barato, vende caro. Transmite información y coordina. Dos personas que en un principio actuaban contra sus respectivos intereses, ahora, sin darse cuenta, actúan de forma coordinada o ajustada. El socialismo, al impedir eso por la fuerza, en mayor o menor medida, desajusta. Y lo peor es que los socialistas, cuando observan el desajuste causado por ellos, la descoordinación, el conflicto y el agravamiento del problema, lejos de llegar a las conclusiones razonables que hemos expuesto, demandan más socialismo, más coacción institucional. Y pasamos a un proceso en el que los problemas, en vez de solucionarse, se agravan indefinidamente, incrementándose todavía más el peso del Estado. El ideal socialista exige extender los tentáculos del Estado por todos los intersticios sociales y genera un proceso que conduce hasta el totalitarismo.

Otra característica del socialismo es la falta de rigor. Se prueba, se cambia de criterio, se constata el agravamiento de los problemas y se da un giro político coaccionando de manera errática. ¿Por qué? Porque los efectos que tienen las medidas de intervención suelen parecerse poco a los pretendidos. El salario mínimo, por ejemplo, pretende mejorar el nivel de vida. ¿El resultado? Más paro y más pobreza. ¿Los más perjudicados? Los grupos sociales que por primera vez acceden al mercado de trabajo, que son los jóvenes, las mujeres, las minorías étnicas y los inmigrantes. Otro ejemplo: se diseña una política agraria comunitaria y se inunda de productos la Unión Europea mediante subvenciones o precios políticos. El consumidor paga precios más elevados y se perjudica a los países pobres porque los mercados internaciones se llenan de productos excedentes de la UE a precios con los que no pueden competir.

El socialismo actúa además como una especie de droga u opio inhibidor. Genera malas inversiones, porque distorsiona las señales acerca de donde hay que invertir para satisfacer los deseos de los consumidores. Agudiza los problemas de escasez y genera irresponsabilidad sistemática de los gobiernos, porque no hay posibilidad de conocer la información necesaria para actuar responsablemente, no es posible conocer los costes. El gobernante sólo puede actuar de modo voluntarista, dejando constancia en el Boletín Oficial del Estado de su mera voluntad; eso, como afirma Hayek, no es "LEY' -así, con mayúsculas-, sino "legislación", normas, habitualmente excesivas e inútiles, aunque digan ampararse en datos "objetivos". Lenin decía que toda la economía debía organizarse como el servicio de correos y que el departamento más importante de un sistema socialista era el Instituto Nacional de Estadística. "Estadística" procede etimológicamente de "Estado". Por tanto, es un término ante el que debemos ponernos en guardia si queremos evitar el socialismo, un concepto sospechoso. Jesús nació en Belén porque el emperador ordenó una estadística relacionada con los impuestos. Lo primero que tiene que hacer todo gran liberal es pedir la eliminación del Instituto Nacional de Estadística. Ya que no podemos evitar que el Estado haga daño, al menos ceguémosle los ojos para que sea más aleatorio cuando forzosamente se equivoca.

Otro efecto claro del socialismo es el que produce sobre el entorno natural. Es terrible. La única manera de defenderlo es definiendo bien los derechos de propiedad. Nadie llama a la casa de uno y le tira un cubo de basura a su cara. Eso solo se hace en las "zonas comunes". Como se afirma en un viejo dicho español, "lo que es del común es del ningún". La tragedia de los bienes comunales, sean aguas sucias, bancos de peces que desaparecen o la extinción del rinoceronte, siempre es resultado de una limitación estatal del derecho de propiedad que exige una economía de mercado. Porque allí donde se privatiza el monte hay caza, pero no la hay en los montes públicos. Y donde se han privatizado los elefantes, los elefantes sobreviven. Y siguen existiendo las reses bravas porque los empresarios de la Fiesta Nacional se encargan de cuidarlas. La única manera de mantener el medio ambiente es mediante una economía de mercado, a través del sistema capitalista y de los derechos de propiedad bien defendidos. Donde estos principios desaparecen el medio ambiente se degrada. Los ríos ingleses son de titularidad privada. Todos están limpios, en todos se puede pescar; lo hacen diferentes clubes de pesca, caros, medianos y baratos. Vayan ustedes a buscar peces a los ríos españoles...

Y la corrupción. El socialismo corrompe. Los que vivieron las economías socialistas que se escondían tras el Muro de Berlín se dieron cuenta de la gran mentira que suponía todo ese mundo. Y no nos durmamos en la complacencia pensando que lo hemos superado, que esa gran mentira no existe aquí. Sigue existiendo, aunque con una diferencia de grados. ¿Por que corrompe el socialismo? Por varias razones. En primer lugar, los seres humanos coaccionados en el esquema socialista no tardan en darse cuenta de que para lograr sus objetivos es mucho más efectivo dedicar su esfuerzo e ingenio a influir sobre los gobernantes que a tratar de descubrir oportunidades de ganancia y servir a los demás. De ahí surgen los grupos de interés, que tratan de condicionar las decisiones del órgano director. El órgano director socialista atrae como un imán todo tipo de influencias perversas y corruptoras. Además, inicia un proceso de lucha por el poder. Cuando prepondera el esquema socialista es vital quien esté en el poder, si es "de los míos" o no. Una sociedad socialista siempre esta muy politizada. No ocurre como en Suiza, por ejemplo, donde seguramente la gente no conoce ni el nombre de su Ministro de Defensa, o incluso el del Presidente del Gobierno. Y además no le importa, porque no es vital quien esté en el poder.

Los seres humanos deberíamos dedicar la mayor parte de nuestro esfuerzo a sacar adelante nuestras vidas sin este tipo de intervenciones. Y este proceso de lucha por el poder, de intervencionismo, hace que poco a poco se vaya modificando el hábito de comportamiento moral del ser humano. Los seres humanos manifiestan un comportamiento cada vez más amoral, menos sometido a los principios. Nuestro comportamiento es cada vez más agresivo. Se trata de lograr el poder para imponer cosas a los demás. Y eso se traslada miméticamente al comportamiento individual, hace que cada vez disciplinemos menos nuestro comportamiento, que dejemos de lado el esquema pautado de normas morales. La moral es el piloto automático de la libertad. He aquí otra influencia corruptora del socialismo.

Además, cuanto más socialismo hay más se desarrolla la economía llamada sumergida o mercado negro. Pero como se decía en los países del este, en un medio socialista "la economía sumergida no es el problema, es la solución". Por ejemplo, en Moscú no había gasolina, pero todo el mundo sabía que en determinado túnel se vendía gasolina en el mercado negro. Gracias a eso la gente podía conducir.

Pero, obviamente, un gobierno socialista no puede conformarse con aceptar todas estas críticas, de manera que recurre a la propaganda política. Todo problema —se dice- es detectado a tiempo por el Estado, que lo arregla inmediatamente. Una y otra vez, de manera sistemática, la propaganda política está en todos los ámbitos para tratar de contrarrestar la crítica, creando una cultura de lo estatal que aturde y desorienta a la ciudadanía, que llega a pensar que ante cualquier problema el Estado se hará cargo de todo. Y ese modo de pensar, estrictamente socialista, se transmite de generación en generación.

La propaganda conduce a la megalomanía. Las organizaciones burocráticas, los funcionarios, los políticos etc., no están sometidos a una cuenta de pérdidas y ganancias. Una mala gestión no supone para ellos la expulsión del mercado. El gobernante y el funcionario solamente responden ante un presupuesto y un reglamento. No hay maldad personal en ello. Al menos, no necesariamente. Son como cualquiera de nosotros, pero en el entorno institucional en el que están insertos sus acciones son perversas. Su actividad dentro del Estado los lleva a pedir más funcionarios, más presupuesto, y a afirmar que su labor es vital. ¿Recuerdan algún funcionario, político o burócrata que después de un profundo análisis haya llegado a la conclusión de que el organismo para el que trabaja es inútil, que tiene un coste superior al beneficio que proporciona a la sociedad, y haya propuesto a su responsable gubernamental y a su ministro que elimine el epígrafe presupuestario correspondiente y lo clausure? Nunca. Por el contrario, siempre, en todos los contextos, y con todos los gobiernos- es "vital" el papel que uno cumple en el Estado. El socialismo es megalómano e impregna de ese carácter al conjunto de la sociedad. A la cultura, por ejemplo, transformada en política cultural y definida por un distinguidísimo representante de la Unión Europea del siguiente modo, según le dijo a un compañero de partido cuando estaba a cargo del Ministerio de Cultura: "Mucho dinero público, mucha fiesta para los jóvenes y premios para los amiguetes".

Igualmente, el socialismo conduce a la prostitución de los conceptos de ley y de justicia. El derecho, entendido en su concepción clásica, no es sino un conjunto de normas o leyes materiales abstractas que se aplican con carácter general a todos por igual. Y la justicia consiste en enjuiciar si los comportamientos individuales se han ajustado o no a ese esquema de normas objetivas y abstractas. Se trata de normas ciegas. Por eso, tradicionalmente se representa a la Justicia con los ojos tapados. En el Levítico se dice "con justicia juzgarás a tu prójimo, no dejándote llevar ni por las dádivas del rico ni por las lágrimas del pobre". En el momento en el que se violan los principios generales del derecho, aunque se pretenda hacerlo "por una buena causa" (porque nos conmueve un desahucio por impago de la renta, o porque un pequeño hurto en un gran almacén carece de relevancia en los ingresos de la empresa afectada) se inflige un daño terrible a la justicia. Los jueces que actúan de esta forma y no aplicando la ley, caen en ese error fatal de la arrogancia intelectual, de creerse dioses. Sustituyen la ley por su impresión sobre las circunstancias particulares del caso y abren la puerta a quienes no pretenden del juez que haga justicia sino que se conmueva. La demanda se convierte en un boleto de lotería que puede salir premiado si uno tiene suerte en el juzgado, y se desencadena un efecto de bola de nieve que sobrecarga a los jueces, que son cada vez más imperfectos en la emisión de sus sentencias y alimentan el proceso con su arbitrariedad. Desaparece la seguridad jurídica y la justicia se corrompe.

La solución, por supuesto, no pasa por dotar de más medios al sistema judicial, pero eso es justamente lo que se pedirá.

En última instancia, el daño más perverso de la corrupción del socialismo es ese efecto mimético sobre el ámbito de la acción individual. Para la gente de buena fe es muy atractivo: si hay problemas, el Estado pondrá los medios e impondrá la solución. ¿Quien puede estar en contra de conseguir un objetivo tan bueno y loable? El problema es la ignorancia que anima ese argumento. El Estado no puede saber lo que necesitaría saber para obrar así, no es Dios, aunque algunos crean que lo es. Esa creencia perturba el proceso empresarial y agrava los problemas. En vez de actuar de manera automática siguiendo principios dogmáticos sometidos al derecho, actúa arbitrariamente, y eso es lo que desmoraliza y corrompe más la sociedad. La lucha antiterrorista ilegal que se desarrolló en España durante el mandato del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) es un ejemplo perfecto de lo que decimos. Fue un error terrible. Los principios no son un obstáculo que impida alcanzar los resultados deseados, sino el único camino que nos puede conducir hasta ellos. Como afirma un dicho anglosajón, "la mejor política pragmática es actuar atendiendo a principios", es decir, ser honestos, siempre. Y eso es precisamente lo que no hace el socialismo, porque en su esquema de racionalización de fines y medios, creyéndose Dios, la decisión óptima es violar los principios morales.

El socialismo no solo es un error intelectual, también es una fuerza realmente antisocial, porque su más íntima característica consiste en violentar, en mayor o menor medida, la libertad empresarial de los seres humanos en su sentido creativo y coordinador. Y como eso es lo que distingue al ser humano, el socialismo es un sistema social antinatural, contrario a lo que el ser humano es y aspira a ser.

En la encíclica "Centesimus Annus", Juan Pablo II, preguntándole cual es el sistema social más conforme a la naturaleza humana, escribe lo siguiente: "Si por «capitalismo» se entiende un sistema económico que reconoce el papel fundamental y positivo de la empresa, del mercado, de la propiedad privada y de la consiguiente responsabilidad para con los medios de producción, de la libre creatividad humana en el sector de la economía, la respuesta ciertamente es positiva". Aunque inmediatamente añade, "Pero...'. Y, ¿por qué? Porque Juan Pablo II pasó su vida advirtiendo de los efectos de un capitalismo salvaje, ajeno a los principios morales, éticos y legales. Teniendo en cuenta que lo censurable es el egoísmo, la inmoralidad, etc., porque a efectos del sistema social, el capitalismo es en el peor de los casos neutro. Pues en un esquema de intercambios voluntarios se promueve la moralidad, la distinción entre el bien y el mal, frente a la corrupción propia del socialismo.

Finalmente, ¿que ha pasado con el socialismo? ¿Ha fracasado? ¿Ha desaparecido? ¿Se ha diluido como un azucarillo en un vaso de agua? Si y no. Eso ha pasado con el socialismo real, pero nuestras sociedades siguen profundamente imbuidas de socialismo. Las diferencias entre los llamados partidos de izquierdas y de derechas son de grado, aunque en España algo se avanzó entre 2000 y 2004 en el ámbito de la libertad. Primero, con la desaparición de la esclavitud en pleno siglo XX: el servicio militar pasó a ser voluntario, y eso es de vital importancia —por cierto, me permito recordar que el PSOE no quería-. En segundo lugar, se produjo una reducción tímida de impuestos y, luego, el principio del presupuesto equilibrado y alguna liberalización y privatización. Tampoco fue para tirar cohetes, pero hay que tener en cuenta que la inmensa mayoría de los 11 o 12 millones de votantes del partido que estuvo en el poder eran socialistas, en el sentido que hemos dado aquí a ese término. Poco más se podía hacer.

Ahora, la misión es nuestra, de los intelectuales, de los second-hand dealers of ideas, de los profesores en la universidad... Somos responsables de ir cambiando el espíritu, sobre todo de los jóvenes, que son capaces de salir a la calle a pecho descubierto a defender los ideales. El socialismo sigue siendo hoy predominante: entre el 40% y el 50 % del Producto Interior Bruto de los países del mundo occidental moderno esta gestionado por la Administración pública. Ahora, de nuevo con el PSOE en el Gobierno de España, parece que los vientos soplan otra vez en esa dirección. Así, terminaremos totalmente perdidos y muy lejos del único camino por el que puede avanzar nuestra sociedad. Nuestra única posibilidad radica, coma siempre, en el poder de las ideas y en la honestidad intelectual de la juventud.

 http://mises.org/Community/blogs/rodrigodiaz/archive/2008/08/14/conferencia-de-jes-250-s-huerta-de-soto-en-san-pablo-ceu.aspx


Respuesta  Mensaje 15 de 72 en el tema 
De: IGNACIOAL Enviado: 12/11/2010 17:39
LA CRISIS DEL SOCIALISMO

Conferencia del Prof. D. Jesús Huerta de Soto
CATEDRÁTICO DE ECONOMÍA POLÍTICA
DE LA UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS .

http://www.juandemariana.org/img/albums/foto/jesus-huerta-soto-2738.jpg

http://es.wikipedia.org/wiki/Jes%C3%BAs_Huerta
JESÚS HUERTA DE SOTO .


La Crisis del Socialismo - parte 1 de 6     La Crisis del Socialismo - parte 2 de 6    La crisis del Socialismo - parte 3 de 6    La crisis del Socialismo - parte 4 de 6
1 / 9:02            2 / 9:22           3  / 8:48          4 / 9:58

La Crisis del Socialismo - parte 5 de 6    La Crisis del Socialismo - y parte 6 de 6
5 / 9:27               6 / 9:52


¿ Qué es el Socialismo ? .

¿ Por qué el socialismo es un error intelectual ? . Y es teóricamente imposible, es decir, es una imposibilidad científica.

¿ Por qué el socialismo se desmoronó ? . Por lo menos el socialismo real .

¿ Por qué el socialismo que sigue existiendo en forma de INTERVENCIONISMO ECONÓMICO en los paises occidentales , es el principal culpable de todas las tensiones y conflictos que vivimos .

Consecuencias periféricas del socialismo .

Aplicación de la teoría del socialismo al intervencionismo .

Consideraciones sobre el futuro .

Finalmente coloquio . Preguntas .

http://deconceptos.com/wp-content/uploads/2008/12/concepto-de-socialismo.jpg
FIDEL CASTRO .
ERNESTO CHEGUEVARA .
LENIN .
KARL MARX .

http://www.elpais.com/recorte/20080725elpepunac_14/XLCO/Ies/Zapatero_recibe_Chavez.jpg
CHÁVEZ Y ZAPATERO .  EL NUEVO SOCIALISMO.

LA CRISIS DEL SOCIALISMO- II ...

Prof. D. Jesús Huerta de Soto . Catedrático de Economía Política de la Universidad Juan Carlos I de Madrid .

" El Socialismo es un error  

   intelectual y científico  y      

   es teóricamente imposible , 

   es una fuerza antisocial "....

La Crisis del Socialismo - parte 1 de 6      La Crisis del Socialismo - parte 2 de 6     La crisis del Socialismo - parte 3 de 6
1                             2                         3
 
 
La crisis del Socialismo - parte 4 de 6       La Crisis del Socialismo - parte 5 de 6    La crisis del Socialismo - parte 3 de 6   
 4                          5                           6
 
 
 Explicación teórica y mensaje político .
" No hay nada más práctico que una buena
teoría " .
¿ Qué es el socialismo ? . ¿ Por qué el Socialismo es un error intelectual y es teóricamnte imposible ?...ES UNA IMPOSIBILIDAD CIENTÍFICA.
EL SOCIALISMO SE DESMORONÓ . Por lo menos el socialismo real . ¿ De por qué el socialismo que sigue existiendo en forma de intervencionismo económico en los paises occidentales , es el principal culpable de todas las tensiones y conflictos que vivimos ? .
La conferencia está estructurada de la siguiente manera :
- 1.- DEFINICIÓN DE SOCIALISMO .
 
                         SOCIALISMO = COACCIÓN
 
- 2.- ARGUMENTO TEÓRICO DE SU IMPOSIBILIDAD.
 
ERROR INTELECTUAL - CIENTÍFICO POR LA IMPOSIBLIDAD DE TENER LA INFORMACIÓN NECESARIA PARA DAR UN CONTENIDO COORDINADOR A SUS MANDATOS
 
Este es el problema del Socialismo , la gran paradoja del Socialismo .
 
La información nunca está dada , siempre es nueva y sometida a cambios .
 
Razones :
 
1- Volumen inmenso y global de la información .
 
2- Naturaleza de la información . Subjetiva , Tácita.
 
3- Capacidad creativa . Nuevos fines , nuevos medios .
 
4- Bloqueo , dificultad o imposibilidad por el impacto coactivo .
 


Respuesta  Mensaje 16 de 72 en el tema 
De: Margarita Enviado: 12/11/2010 17:43

Entrevista a José Luis Sampedro: "Vivimos el fin del capitalismo"

 
 
José Luis Sampedro

Entrevista a José Luis Sampedro, economista y escritor


¿Qué ha pasado para llegar a esta crisis?

Lo que ha pasado es que hubo un momento dentro de las rivalidades del siglo XX en el que los poderosos se alarmaron, en parte por los sucesos del 68, y hubo una reacción, con Thatcher y Reagan, que supuso el apoyo de una teoría económica, la de los fundamentalistas del mercado, que logró la desregulación extrema, que causó lo que ha pasado. Los economistas se han concentrado en lo financiero, es decir, son los que manejan el dinero. Y con la globalización se ha producido una transferencia de poderes: los gobiernos, que mejor o peor están controlados por la política, la democracia, etc., han sido sustituidos por unos financieros que actúan sobre una desregulación absoluta. No los controlan ni los gobiernos. Y entonces se producen los excesos.

Estamos en la descomposición del capitalismo hacia una situación de barbarie. Como en su día Roma ¿Usted no cree en el mercado?

El mercado es absolutamente indispensable como mecanismo de distribución: yo tengo que aportar unas cosas para pedir otras. Pero hay quien puede imponer precios, organizar maniobras de publicidad y venta para cerrar la entrada de otros, etc. El mercado está en manos de los poderosos. Dicen que el mercado es la libertad, pero a mí me gustaría saber qué libertad tiene en el mercado quien va sin un céntimo. Cuando se habla de la libertad hay que preguntarse inmediatamente: ¿la libertad de quién?

¿No se puede controlar a esos financieros?

Nos dicen que las técnicas modernas son de una magnitud tal que supera las fronteras estatales. Y es cierto. Pero hay otros problemas globales como el cambio climático o la crisis energética que se abordan. Eso exige una solución global; pero también el terrorismo, la sanidad, la educación, el sida...

Usted tiene fama de antiglobalización.

Yo lo que digo es: globalícese todo. Organícese un gobierno mundial y no habría el problema de la cumbre de Copenhague. Habría una autoridad que se ocuparía de los problemas climáticos. De modo que no me aleguen la necesidad de la globalización exclusivamente económica. Eso es lo que ha pasado en los últimos años.

¿Qué sucederá en adelante?

Tras esta crisis, lo próximo a corto plazo será otra crisis. Ésta no es una enfermedad transitoria. Las sociedades son entes vivos y, como tales, tienen una trayectoria que acaba agotándose. Yo creo que el capitalismo está en sus últimos tiempos en su forma actual. Ha evolucionado: empezó con el capitalismo mercantil, siguió con el capitalismo industrial, luego viene el financiero y ahora la globalización. Y la globalización es insuficiente para garantizarles lo que quieren.

Cuando se habla de la libertad, hay que preguntarse inmediatamente ¿la libertad de quién? ¿Tan profundos son los cambios?

En el siglo XVI, Europa, Occidente, estaba en ebullición, una explosión casi volcánica de fuerzas productivas, de actividades nuevas... Las gentes se subían en unos cascarones de nuez sin saber siquiera adónde; fuesen agricultores, mujeres, misioneros, conquistadores... Ahora mismo, el país más fuerte del mundo, el más poderoso y el de mejor ejército tiene miedo. Ahora son los demás los que vienen aquí. Las corrientes migratorias han cambiado. La parábola de evolución, de grandeza, ha cambiado de rumbo.

La democracia es otra seña de identidad.

La democracia representativa creada en el XVII se ve desvirtuada por completo con las técnicas de poder que tienen los medios y que inculcan a la opinión pública, o la desfiguran, o la deforman, o la incumplen... ¿Quién cree en serio que hay democracia en ningún sitio? ¿Dónde gobierna realmente el pueblo? ¿Cómo puede creerse que en EE UU, después de la mentira de Irak, el pueblo vota otra vez al señor Bush? La gente no está loca, sino mediatizada. Las democracias representativas ya no funcionan: es una oligarquía que dispone de unos medios de influencia que imponen su voluntad.

Según usted, es el fin del capitalismo.

En este momento estamos en la descomposición del capitalismo hacia una situación de barbarie. Como en su día le pasó a Roma. La barbarie no es irracionalidad: lo que hacían Hitler o Stalin era muy racional, pero muy poco humano. Ahora piense en Guantánamo, el abandono de los derechos humanos, la misma idea del mercado desregulado o incluso la destrucción del medio ambiente, en el que el poder técnico del hombre se ha impuesto sobre el poder ético.

Pero ¿tan mal se está haciendo todo?

Yo miro lo sucedido y me pregunto: ¿por qué no se nacionaliza la banca y se acaba con toda esta historia de los bonos de los directores y demás? Eso está excluido de cualquier debate. Y luego se dice que la empresa pública rinde menos: ¿rinde menos para quién? Pues igual es cierto que la cuenta de resultados no es igual, pero el dinero va a manos mucho más interesantes.

El sistema no es el adecuado a las circunstancias del momento. Algo bueno tendrá el sistema.

Fue muy positivo. Es tan bueno como la Edad Media con su religiosidad. Para un momento determinado es válido. Pero luego no es adecuado a las circunstancias del momento. Entonces, le pasa lo que nos ha enseñado Darwin con las especies: cuando una especie progresa pero no está adaptada al medio se va.

Entonces, ¿ésta es una crisis estructural, no coyuntural?

Es coyuntural porque es en este momento, pero es consecuencia de una estructura que ya no está adaptada a la realidad; el esqueleto, el armazón, es lo que falla. El capitalismo tuvo toda esa expansión en medio de un planeta en una situación diferente. Hoy nos encontramos con estos países emergentes –China, la India y Brasil– y no es lo mismo para Occidente. Las circunstancias son completamente distintas.

En esta situación, ¿para qué sirve la economía?

Algunos creemos que tiene que hacer menos pobres a los pobres. Otros creen que tiene que servir para hacer más ricos a los ricos.

En este siglo es cuando...

En este siglo van a pasar cosas tremendas. Se habla todos los días del desarrollo sostenible. Pensemos sólo que en 1900 la población mundial era de alrededor de dos mil millones y que en 2000 es de más de seis mil millones. Los ecologistas ya estudian la huella ecológica y dicen que la tierra no produce todo lo que se le quita. Ya hablan de que para dar al mundo el nivel de España, no digamos ya el de Escandinavia, harían falta tres planetas. Explíquenme cómo cuadra eso; hagan estadísticas, contabilidad nacional, etc. No cuadra.

¿El problema es demográfico?

Vuelve Malthus: la población crece en progresión geométrica, y los medios productivos, en progresión aritmética.

No sé qué vendrá después, pero no creo que por eso se vaya a extinguir la humanidad ¿Y la ciencia no puede resolverlo?

El ser humano ha llegado a un nivel técnico verdaderamente admirable y extraordinario. Pero cuando se progresa es inevitable que el creador se endiose y piense que con la ciencia puede llegar no se sabe hasta dónde. Y siempre se dice "la técnica lo resolverá". Pero la técnica lo resolverá hasta donde pueda. No creamos que el poder humano es ilimitado.

¿Y las otras ciencias, las sociales?

En el fondo, el cómo nos organizamos es la cuestión fundamental. Tenemos técnicas claras para resolver los conflictos dentro de una sociedad, pero al final el que puede más impone su voluntad. Por eso vamos a esa situación de barbarie. No sé qué vendrá después, pero no creo que por eso se vaya a extinguir la humanidad. Sencillamente, habrá otra cosa.

BIO Nació en Tánger y se formó como economista en el Madrid de los años cuarenta. Fue catedrático de Estructura Económica en la Complutense y trabajó en el Banco Exterior. En paralelo comenzó a publicar novelas. La sonrisa etrusca (1985) es la más conocida y exitosa de ellas. Desde 1991 es miembro de la Real Academia de la Lengua. Su oposición al neoliberalismo le ha valido el título de "abuelo del altermundismo". Prevé el fin del capitalismo, pero no espera verlo: “Yo me apeo”.

Respuesta  Mensaje 17 de 72 en el tema 
De: ELSANTANECO Enviado: 12/11/2010 17:54

El desarrollo de un país nada tiene que ver con el enriquecimiento de unos poco. Y este es el coso del capitalismo, que mientras las grandes mayorías viven en la escasez una minoría lo acapara todo. ¡Eso no puede ser desarrollo, ni puede haber  desarrollo.


Respuesta  Mensaje 18 de 72 en el tema 
De: albi Enviado: 12/11/2010 17:58

"LO QUE OPINA UN PROFESIONAL ERUDITO EN EL TEMA , CON LA FORMACIÓN SUFICIENTE ES UN TESORO .."

 
http://www.laprensaus.com/uploads/contenidos/566risas.jpg

Respuesta  Mensaje 19 de 72 en el tema 
De: Margarita Enviado: 12/11/2010 17:58
CULTURA-UNIVERSIDAD

José Luis Sampedro: "No es que el capitalismo sea malo, es que está agotado"

 
 
 
 
 
El sistema capitalista es insostenible, no ha funcionado jamas, esta terminando con los recursos de todo el planeta y ...
 
 
  

 

 

 
 
Cataplasma:
 
El capitalismo es una puta mierda, es un sistema antisocial, enemigo de la humanidad y de la naturaleza.
 
 
 
 
 

Respuesta  Mensaje 20 de 72 en el tema 
De: albi Enviado: 12/11/2010 18:01
quizá don....ignacio trabaje en una embajada en españa? quizá don ignacio manifieste este mismo  comportamiento que pone de manifiesto aqui en todas sus relaciones exteriores? quizá nadie quiera demasiado a "Don"....ignacio y quizá no le convenga a ese país tenerlo como representante.
saludos

Respuesta  Mensaje 21 de 72 en el tema 
De: albi Enviado: 12/11/2010 18:04

"LO QUE OPINA UN PROFESIONAL ERUDITO EN EL TEMA , CON LA FORMACIÓN SUFICIENTE ES UN TESORO .."

 

 

 
la formación suficiente  requiere de cimientos fuertes y de buena calidad, porque si uno carece de eso, indefectiblemente , la formación  suficiente, acaba por derrumbarse.
 
saludos

Respuesta  Mensaje 22 de 72 en el tema 
De: IGNACIOAL Enviado: 12/11/2010 18:19
http://newmedia.ufm.edu/gsm/images/previewsNM/entrevista_a_jesus_huerta_de_soto_por_pedro_trujillo.jpg

 

Conferencia de Jesús Huerta de Soto en San Pablo CEU

Jesús Huerta de Soto es catedrático de Economía Política de la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.

En la de la Universidad Complutense de Madrid obtuvo los siguientes títulos: Doctor en Ciencias Económicas y Empresariales, Doctor en Derecho, Licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales, Licenciado en Derecho, Actuario de Seguros y en la Universidad de Stanford el título de Master of Business Administration
 
 
le parece escasa formación y poca calidad
 
 
http://www.laprensaus.com/uploads/contenidos/566risas.jpg

Respuesta  Mensaje 23 de 72 en el tema 
De: albi Enviado: 12/11/2010 18:26
DEPENDE  DEL GRADO DE DIGNIDAD CON QUE LO MANTENGA, DE TODOS MODOS  LE DIRE LO QUE YO PIENSO AL RESPECTO, PUEDE UD . LEER HASTA MORIR, ESTUDIAR HASTA DESFALLECER, DEBORAR BIBLIOTECAS, PERO ESTO NO LE GARANTIZA LA OBJETIVIDAD NI LA IMPARCIALIDAD  EN EL MOMENTO DE EMITIR  UNA OPINIÓN; POR ESO , UNA IDEA TERMINA DONDE EMPIEZA OTRA IDEA, POR HUMILDE QUE ESTA SEA, ES UNA OPINIÓN SOBRE EL MUNDO ENTRE MUCHAS OTRAS OPINIONES SOBRE EL MUNDO QUE HAY Y MAL QUE NOS PESE, NINGUNA ABSOLUTAMENTE NINGUNA ES SUPERIOR A OTRA.

Respuesta  Mensaje 24 de 72 en el tema 
De: albi Enviado: 12/11/2010 18:32
PUEDE UNO TENER VARIOS TITULOSY SIN EMBARGO, MÁS DE UNA VEZ SE VE DERROTADO Y CAMBIA DE OPINIÓN, POR UNA SIMPLE  OBSERVACIÓN DE UNA PERSONA SIN INSTRUCCIÓN, NI TÍTULOS NI UNIVERSIDAD.
HAY COSAS QUE LA MEJOR DE LAS UNIVERSIDADES , NO INCLUYE EN SUS PROGRAMAS...Y EN OCASIONES SE APRENDE MÁS DE ESTO QUE DE NINGUNA CARRERA.

Respuesta  Mensaje 25 de 72 en el tema 
De: albi Enviado: 12/11/2010 18:35
UNA FORMACIÓN VASTA SIN APERTURA A LA NOVEDAD, ES COMO UN BARNIZ PASADO DESDE UN AEROSOL SOBRE UNA MADERA PECUDIDA.

Respuesta  Mensaje 26 de 72 en el tema 
De: IGNACIOAL Enviado: 12/11/2010 18:37
http://farm2.static.flickr.com/1355/574450380_1e08146165.jpg

Respuesta  Mensaje 27 de 72 en el tema 
De: IGNACIOAL Enviado: 12/11/2010 18:40
 
 
De: albi Enviado: 12/11/2010 19:26
 
 
DEPENDE  DEL GRADO DE DIGNIDAD CON QUE LO MANTENGA, DE TODOS MODOS  LE DIRE LO QUE YO PIENSO AL RESPECTO, PUEDE UD . LEER HASTA MORIR, ESTUDIAR HASTA DESFALLECER, DEBORAR BIBLIOTECAS, PERO ESTO NO LE GARANTIZA LA OBJETIVIDAD NI LA IMPARCIALIDAD  EN EL MOMENTO DE EMITIR  UNA OPINIÓN; POR ESO , UNA IDEA TERMINA DONDE EMPIEZA OTRA IDEA, POR HUMILDE QUE ESTA SEA, ES UNA OPINIÓN SOBRE EL MUNDO ENTRE MUCHAS OTRAS OPINIONES SOBRE EL MUNDO QUE HAY Y MAL QUE NOS PESE, NINGUNA ABSOLUTAMENTE NINGUNA ES SUPERIOR A OTRA.
 
 
 
 ME DA LA IMPRESIÓN DE QUE ESTÁ HBLANDO SIN SABER LO QUE ESTÁ DICIENDO , BASÁNDOSE EN OPINIONES PERSONALES .
 
¿ Se ha molestado en leer la conferencia o ver los vídeos que he enviado ? . Cuando lo haga entonces   opine .


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