La prensa de izquierdas se vanagloria del "miedo" que produce Rubalcaba en la oposición y en el periodismo español, evidenciando así su inmenso desprecio a la democracia, un sistema incompatible con el miedo al poder. Cuando los gobernantes generan miedo a los ciudadanos, en lugar de democracia existe tiranía. En democracia, es el gobierno el que debe tener miedo a los ciudadanos.
La prensa progubernamental española se ha divertido enormemente con lo que José María Izquierdo ha llamado en El País «El pánico a Rubalcaba». O Javier Vizcaíno en Público «Tembleque de piernas y castañeteo de dientes en Carpetovetonia».
Entusiasmados los columnistas de la izquierda con el profundo rechazo e inquietud que la concentración de tanto poder en Rubalcaba ha suscitado en toda la derecha política y mediática, se alegran del "miedo" que el nuevo vicepresidente primero provoca en la oposición y en los periodistas críticos.
Esa alegría demuestra, casi de manera científica, que la actual izquierda española afincada en el PSOE desconoce la democracia y que, en la menor oportunidad, exterioriza sus raíces totalitarias. No son conscientes, al parecer, de lo inquietante que es, en una democracia, que un cargo político produzca miedo a la oposición, tanto a los periodistas como a los políticos, incluso a los políticos de su propio partido. Que se lo pregunten si no a Tomás Gómez.
Afirma Edurne Uriarte en ABC que lo cierto es que estos admiradores de Rubalcaba tienen toda la razón. Este político produce un acusado temor entre los políticos y periodistas de la oposición.
Lo peor de todo es que también produce miedo e inquietud en los ciudadanos, algo completamente incompatible con la democracia. Y lo genera no precisamente por su inteligencia y sus dotes comunicativas. Eso causa respeto, que es otra cosa. El miedo a Rubalcaba tiene que ver con su gestión en las sombras del poder, con lo que ha hecho en el pasado y con lo que podría volver a hacer.
No se han percatado los fans de Rubalcaba y de su amigo Zapatero de que el pánico al poderoso es propio de las dictaduras y que la oposición le tuvo miedo en el pasado a Hitler, a Stalin, a Mao y a Pol Pot, al igual que hoy temen también a Fidel, a Raúl Castro, a Hugo Chávez y a otros tiranos.