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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 16/11/2010 11:50

La hipnosis terminó

La muerte de Kirchner no creó un vacío de poder en el Gobierno sino en el Grupo Ahhh…. Las boutades de Carrió y Reutemann, en sendas pausas del spa y el campo, dejaron castañeteando los dientes a sus respectivas coaliciones. Sin fuerza, cohesión ni proyecto enfrentan a un gobierno coherente, fortalecido por el reconocimiento popular a su líder muerto y la adhesión a su continuadora, por temor a cualquier cambio de rumbo.

Imagen: Télam y DyN.

Por Horacio Verbitsky

Las boutades de Reutemann y Carrió, en sendas pausas del campo y el spa, dejaron castañeteando los dientes a sus respectivas coaliciones.

La imponente eclosión afectiva producida en cuanto se supo que había muerto Néstor Kirchner actuó como el chasquido que despierta a un hipnotizado. La bruma de imágenes inducidas por sugestión se disipa y la realidad recupera su nítida primacía. La espuma de los días y la trivialidad del debate mediático, detrás del cual eran visibles los intereses, habían tendido un velo deformante, que desapareció en un minuto. Clarín ni siquiera tuvo tiempo de levantar el aviso transparente de un hipermercado que estaba en su portada on line y que durante varios minutos proyectó una salva de fuegos de artificio sobre la noticia de la muerte de Kirchner, como involuntaria celebración. La ruta de la emoción recondujo a la racionalidad perdida.

Un hombre ordinario

Unos minutos más tardó en instalarse la respuesta al nuevo escenario: como el primer día del gobierno de Kirchner en 2003, igual que al asumir Cristina en 2007 o como al conocerse los resultados del escrutinio de 2009, la condición pregonada para la gobernabilidad fue el consenso y la concertación con los intereses corporativos. Esta insistencia en torcer la voluntad del gobierno por medios insidiosos, es una muestra de impotencia de quienes no pueden imponer sin amenazas su propia agenda, por falta de fuerza, de cohesión y de proyecto. Kirchner tuvo la sagacidad de persistir en el rumbo trazado sin amilanarse por riesgos ni contratiempos. Esa obstinación en perseguir un objetivo claro por encima de las contradicciones inevitables de la acción política, la sencillez del discurso que repitió sin variar durante años y su coherencia con la práctica es lo que el país reconoció con demostraciones de amor y gratitud como no se recuerdan en muchas décadas, por parte de la multitud más diversa de la historia, donde los sindicatos obreros coincidieron con las minorías sexuales. Sólo la ceguera irremediable de quien no quiere ver puede confundir con necrofilia este diálogo profundo de una sociedad en mutación con el liderazgo que le permitió emerger. A los pocos días, comenzó una desaforada idealización. ¿Quién podrá llenar el vacío que deja tan enorme figura?, es el solapado subtexto que, una vez más, apunta a menoscabar a Cristina, reciclando la ficción de que él era el único poder real. El mejor ejemplo está en el título de la crónica del diario Washington Post, “Transición sudamericana: las dos mujeres que liderarán el futuro de Brasil y Argentina”. A ambas les vaticina “una transición difícil”, como si CFK recién se hiciera cargo de la presidencia, al mismo tiempo que la electa Dilma Rousseff. Kirchner sólo fue un hombre ordinario que, puesto en una situación extraordinaria, estuvo a la altura del desafío. No más, pero tampoco menos. Lo mismo vale para su esposa. Eso es lo que el pueblo celebró en Buenos Aires y Santa Cruz, con tristísima satisfacción.

¿Por qué cambiar?

Fueron una pareja sentimental y política, que compartió vida y proyecto. Y al pueblo jamás le fue mejor en décadas. La economía crece por encima del 9%; la relación deuda/PIB se redujo diez veces y es la menor desde el empréstito Baring de 1826; las reservas son las más elevadas de la historia; las relaciones con los países vecinos son estrechas y cooperativas, con Estados Unidos y Europa, cordiales y respetuosas pero en un pie de igualdad. Los jefes de la dictadura criminal están presos y son juzgados. La justicia funciona con independencia del gobierno, aunque no siempre de los poderes fácticos. La producción y las exportaciones agrícolas y de automóviles serán este año las mayores de la historia. El consumo crece a pesar de la elevada inflación, los salarios formales superan el IPC, la Asignación Universal por Hijo compensa la diferencia para los precarios, el desempleo cayó a 7,6% y sigue bajando. Los obreros de la multinacional francesa Renault, que presentó un nuevo auto, con 40% de piezas argentinas, aclamaron a la presidente. Son tan jóvenes como quienes colmaron la Plaza de Mayo y las calles porteñas para despedir a Kirchner. ¿Por qué debería cambiar Cristina una política que goza de tanta adhesión? Si ella se lo propusiera, hoy sería reelecta en primera vuelta, por mayor diferencia que en 2007, cuando dobló a la segunda fuerza.



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