-No tenemos puertas en nuestro monasterio
–le comentó Shantih al visitante.
-¿Y qué pasa con las personas inoportunas,
que vienen a perturbar la paz del lugar?
-Las ignoramos, y acaban marchándose.
-¿Nada más? ¿Y eso da resultado?
Shantih no respondió.
El visitante insistió algunas veces más.
Viendo que no obtenía respuesta,
resolvió partir.
“¿Has visto como sí que funciona?”,
se dijo Shantih, sonriendo.
Paulo Coelho