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General: Es Cuba un pais terrorista,"Como dice el imperio?.
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Respuesta  Mensaje 1 de 10 en el tema 
De: hr-mk  (Mensaje original) Enviado: 11/06/2010 18:50

¿Es Cuba un país terrorista, como dice el Imperio?

El único gobierno de la historia que ha perpetrado atentados terroristas con bombas nucleares, asesinando a decenas de miles de niños pequeños ... suele acusar de terroristas a otros gobiernos.
Carlos Rivero Collado |
 
 

1-. El perenne terror del Imperio

En diversos artículos que he publicado en estos dos años, aparece la historia de todas, o casi todas, las acciones terroristas que el gobierno de Estados Unidos ha perpetrado en el mundo a partir de su origen, en 1783. El lector puede encontrarlos en el archivo, bajo mi nombre.

A pesar de esta larga historia de terrorismo a ultranza, incluyendo el terrorismo nuclear –una especialidad que le es exclusiva--, el gobierno de EU se arroga el derecho de hacer una lista en la que incluye a los gobiernos que, según su Departamento de Estado, “practican el terrorismo o apoyan a grupos terroristas”. En esa lista están Irán, Corea del Norte, Cuba y otros países.

Aunque Venezuela no aparece en esa relación, ahora se quiere vincular al presidente Chávez con los movimientos revolucionarios de Colombia a los que el paramilitar y narcoterrorista Alvaro Uribe y los voceros del Imperio llaman terroristas.

Ahora vemos que esta lamentable señora que está al frente de la Cancillería imperial, aliada fanática del sionismo y el gran capital, acaba de ofender, hace unas horas, al pueblo venezolano y a su Presidente. Y lo hace desde Bogotá, junto al gobierno más asesino que ha tenido un país de América Latina en muchas décadas.

¿Tiene sentido que el gobierno más terrorista de la historia –de toda la historia, desde los orígenes de la humanidad-- acuse a otros gobiernos de terrorismo?

Las evidencias prueban que el gobierno de Cuba jamás ha perpetrado un solo acto de terrorismo ni de agresión de ningún tipo en territorio estadounidense desde el triunfo de la Revolución en 1959. De hecho, jamás ha habido un gobierno en Cuba, incluyendo los de los casi cuatro siglos de la colonia española, que haya realizado un solo acto de agresión en territorio de Estados Unidos.

Lo mismo se puede decir de los gobiernos que han tenido, por siglos o milenios, Venezuela, Irán, Corea, Vietnam, Camboya, Panamá, Santo Domingo, Iraq, Afganistán, Pakistán y otros, países en los que el Imperio ha impuesto su alto terror con un saldo de millones de muertos.

La historia del terrorismo yanqui en nuestro país es en efecto, muy extensa, aun desde antes de que perpetrara el más famoso de sus atentados, la voladura del Acorazado Maine, en la bahía de La Habana, el 16 de febrero de 1898, provocando la muerte de 250 de sus propios marinos.

2-. Medio siglo de incansable terrorismo

Veamos ahora la campaña terrorista que el gobierno imperial ha desarrollado en Cuba, a partir de Playa Girón, pues las que perpetró antes y durante la invasión ya han sido cubiertas en escritos anteriores.

El 3 de enero del 2,000, el pueblo de Cuba, representado por sus organizaciones de masas, presentó una demanda contra el gobierno imperial titulada “Demanda del pueblo de Cuba contra el gobierno de Estados Unidos por los daños económicos ocasionados a Cuba”.

El mérito que tiene esta histórica acción judicial es que no ha habido nadie hasta ahora que haya podido desmentir un solo dato de esa demanda, lo que demuestra que la misma fue elaborada con sumo cuidado sobre los hechos que presenta.

En escritos anteriores, he cubierto varios de los temas que aparecen en esa demanda, como la Operación Mangosta o Mongoose –una de cuyas facetas fue la fallida, aunque no menos criminal, Operación Northwoods--, y el infame terrorismo biológico que el imperio perpetró contra nuestro pueblo, que provocó cientos de muertos y decenas de miles de millones de dólares en pérdidas económicas.

Veamos ahora los artículos 14 y 15 de esa demanda que detallan los atentados terroristas que el gobierno de Estados Unidos, o grupúsculos terroristas al servicio del Imperio, perpetraron contra Cuba a partir de Playa Girón.

3-. DE 1962 A 1990 (ARTICULO DECIMOCUARTO)

La aplastante derrota de Playa Girón y la consiguiente humillación sufrida por el gobierno de Estados Unidos, elevó a un plano de máxima prioridad dentro de los más altos niveles de ese Gobierno la destrucción de la Revolución Cubana, tal como se refleja en la documentación secreta norteamericana correspondiente a ese período, recientemente desclasificada. El examen y la revaluación integral de la estrategia contra Cuba, ordenadas por el presidente Kennedy, condujeron finalmente en los meses de enero y febrero de 1962 a la formulación del denominado "Proyecto Cuba", que consistió en un replanteamiento completo de la guerra encubierta contra nuestro país, organizada a partir de ese momento en lo que recibió el nombre de Operación Mangosta.

En un documento de fecha 14 de marzo de 1962, se establecían como premisas de la Operación Mangosta las siguientes:

"Al emprender el objetivo de provocar el derrocamiento del gobierno en cuestión [el de Cuba], Estados Unidos hará un uso máximo de los recursos nativos, tanto internos como externos, pero reconoce que el éxito final requerirá la intervención militar decisiva de Estados Unidos.

"En la medida en que se desarrollen, dichos recursos nativos serán utilizados para preparar y justificar esa intervención, y después para facilitarla y apoyarla."

De acuerdo con el cronograma elaborado por el general Edward Lansdale, encargado por Kennedy de la coordinación y ejecución de la Operación Mangosta, y establecido en documento de fecha 20 de febrero de 1962, la culminación de la operación estaba prevista para la segunda quincena del mes de octubre de ese mismo año, cuando se ejecutaría la Fase Sexta o Final del plan con la intervención militar norteamericana. Mientras tanto, la escalada subversiva incluiría, entre otras líneas de acción, la infiltración de agentes y grupos de sabotaje, el apoyo a la actividad incrementada de las bandas armadas, la organización de atentados contra los principales dirigentes de la Revolución, la realización de una vasta ofensiva de propaganda anticubana y la ejecución de sabotajes dirigidos especialmente contra la industria del níquel, el suministro de petróleo, las comunicaciones y la generación de energía.

La Operación Mangosta fue descontinuada oficialmente por el presidente Kennedy en enero de 1963, tres meses después de la llamada Crisis de Octubre, desatada como resultado de las medidas adoptadas conjuntamente por Cuba y la Unión Soviética ante la evidencia de los preparativos de una agresión militar directa de Estados Unidos. Durante el período de vigencia oficial de la Operación, es decir, en un lapso de unos catorce meses, se registraron 5,780 acciones terroristas contra nuestro país, de ellas 716 sabotajes de envergadura contra objetivos económicos.

En los años siguientes, las infiltraciones de grupos terroristas, las incursiones aéreas, los ataques de embarcaciones piratas procedentes de territorio norteamericano y la campaña de acciones de sabotaje contra comercios, fábricas, almacenes, plantaciones y otros objetivos sociales, mantienen un ritmo similar.

Por su parte, los años de la década de 1970 fueron testigos de una recrudecida oleada de acciones terroristas contra Cuba, llevadas a cabo por organizaciones contrarrevolucionarias que, como reconocen testimonios desclasificados de la CIA, brindaron un rostro de origen cubano a esas y otras fechorías. El 17 de abril de 1970 un grupo de trece integrantes de la organización Alpha 66 desembarca en la costa nordeste de la provincia de Oriente, cerca de la ciudad de Baracoa, con la intención de realizar operaciones armadas y sabotajes en esa zona montañosa. El grupo fue liquidado pocos días después con la decisiva participación de las milicias campesinas serranas, al precio de cuatro combatientes muertos.

El 12 de octubre del año siguiente es ametrallado el caserío de Boca de Samá, en la zona de Banes, también en la provincia de Oriente, por una lancha rápida y una embarcación mayor procedentes del territorio de Estados Unidos. Hay dos muertos y varios heridos, entre ellos dos niños. En diciembre son capturados cerca de las costas cubanas los buques "Layla Express" y "Johnny Express", utilizados como barcos-madre para las incursiones piratas contra Cuba, cuyos capitanes confesaron ser agentes de la CIA. En los años siguientes prosiguió la actividad de infiltración de agentes por las costas cubanas, así como los ataques terroristas a instalaciones costeras del país.

En junio de 1976 la CIA reunió a cinco grupos terroristas de origen cubano radicados en Estados Unidos, que había sostenido, entrenado y tenido a su servicio, y creó el denominado Comando de Organizaciones Revolucionarias Unidas (CORU). En agosto de 1976, apenas dos meses después de la creación del CORU, un periódico de la extrema derecha de origen cubano radicada en Miami publicó un titulado parte de guerra en el que, después de narrar un atentado dinamitero contra la Embajada de Cuba en Colombia y otro que destruyó unas oficinas de Air Panama, se anunciaba: "Muy pronto atacaremos aeronaves en vuelo." El anuncio estaba firmado por los cinco grupos terroristas que integraban el CORU. Seis semanas después, estallaba en pleno vuelo, a los diez minutos de haber partido del aeropuerto internacional de la isla caribeña de Barbados, un avión civil cubano con 73 personas a bordo, acto monstruoso de terrorismo sobre el que volveremos más adelante.

El crimen de Barbados fue el hecho más relevante de la cadena de agresiones contra nuestro país en esos años, pero no el único. En otras secciones de esta demanda se referirá el incremento en esta etapa de los secuestros de embarcaciones, atentados contra instalaciones y funcionarios cubanos en el exterior y otras acciones, en muchas de las cuales fue reconocida o pudo determinarse la intervención del CORU. La violencia fue desatada particularmente contra los intereses cubanos en los Estados del Caribe y Centroamérica que mantenían relaciones con Cuba. Para ejecutar sus golpes los terroristas del CORU utilizaron sin dificultades como principales bases de operaciones los territorios de Estados Unidos, Puerto Rico, Nicaragua y Chile. En esos años fueron ejecutados actos terroristas, que provocaron muertos, heridos y daños materiales, en representaciones diplomáticas, consulares y comerciales de Cuba en Canadá, México, Chile, Perú, España, Jamaica, Gran Bretaña, Francia, Venezuela, Portugal, Costa Rica y Estados Unidos.

En otro orden de cosas, pudieran mencionarse como ejemplo de acciones de sabotaje durante esos años la destrucción total por un incendio del teatro "Amadeo Roldán", uno de los principales de La Habana, el 30 de junio de 1977, que produjo daños por valor de 15,8 millones de dólares, y el incendio de grandes proporciones provocado el 12 de octubre de ese mismo año en la escuela secundaria básica "Manuel Valdés Rodríguez", también en La Habana, con grave peligro para la vida de cientos de estudiantes del plantel.

El 8 de mayo de 1980 fue incendiado intencionalmente en Marianao un edificio de diez plantas donde estaba ubicado el círculo infantil "Le Van Tam", el mayor de Cuba. Sólo gracias a la acción heroica de bomberos, milicianos, estudiantes de una escuela secundaria próxima al lugar y población en general, se logró rescatar a 570 niños y trabajadores atrapados por el fuego. La similitud de los medios utilizados en esta acción con los ocupados a agentes de la CIA capturados o empleados en otros atentados terroristas anteriores, permitió a los especialistas llegar a la conclusión de que su procedencia era la misma. Esta despreciable acción ocasionó cuantiosos daños materiales.

4-. De 1990 a 1998 (ARTICULO DECIMOQUINTO)

Entre el 30 y el 31 de enero de 1990, una unidad del Servicio de Guardacostas de Estados Unidos ametralló e intentó hundir al buque mercante "Herman", de bandera panameña pero arrendado por Cuba y dotado por una tripulación de marinos cubanos, mientras navegaba por aguas internacionales del golfo de México con una carga de mineral destinada al puerto de Tampico. La brutal e injustificada agresión al "Herman", que afortunadamente no produjo víctimas humanas aunque causó serios daños a la nave, abrió de manera simbólica una década en la que reaparecen en escena los ataques piratas, las infiltraciones y los planes de atentados como modalidades de terrorismo contra Cuba, estimuladas por los sectores ultraderechistas, partidarios de la violencia, radicados en Miami y agrupados en torno a la llamada Fundación Nacional Cubano Americana.

Durante los primeros cinco años de la década de 1990, los órganos de seguridad cubanos frustraron numerosas infiltraciones y neutralizaron a una cantidad considerable de agentes encargados de la ejecución de acciones terroristas de todo tipo dentro de Cuba. A continuación, algunos hechos entre los más significativos de esos años:

El 7 de octubre de 1992, los terroristas Guillermo Casasús Toledo, Miguel Hernández y Jesús Areces Bolívar, pertenecientes a la organización Comandos L, ametrallan desde una embarcación procedente de Estados Unidos las instalaciones del hotel Meliá Varadero. Esta acción marca la nueva estrategia terrorista de concentrar la atención sobre el turismo extranjero en Cuba, para tratar de afectar la imagen internacional del país y una de las líneas principales del desarrollo de su economía.

El 2 de abril de 1993, el buque tanque "Mykonos", de bandera maltesa y tripulación cubano-chipriota, fue ametrallado a 7 millas al Norte de Matanzas por una lancha rápida tripulada por miembros del llamado Ejército Armado Secreto, grupo terrorista radicado en Miami.

El 2 de septiembre de 1993 es detenido el ciudadano mexicano Marcelo García Rubalcava, residente en Estados Unidos, a quien le fueron ocupados explosivos y propaganda subversiva. El terrorista admitió sus vínculos con la organización Alpha 66 y la participación personal de Andrés Nazario Sargén en los preparativos de su operación, que consistía en realizar atentados contra instalaciones turísticas e incluso contra el presidente Fidel Castro.

Paralelamente a este incremento de la actividad terrorista, se multiplican por esta época las trasmisiones de radio realizadas desde territorio de Estados Unidos por emisoras de diversas organizaciones terroristas en las que se incitaba a la realización de acciones violentas. En solo un mes, entre el 26 de enero y el 25 de febrero de 1993, dichas emisoras trasmitieron no menos de veinte mensajes incitando a la eliminación física de Fidel Castro, cien llamados a la realización de actos de sabotaje a la economía, 124 exhortaciones a militares cubanos a derrocar al Gobierno cubano y 471 convocatorias para ejecutar acciones de propaganda contra el Estado.

A finales de 1993 se multiplica la labor de reclutamiento de la Fundación Nacional Cubano Americana de personas dispuestas a realizar acciones terroristas en Cuba. Uno de estos agentes, descubierto posteriormente por los órganos de la seguridad cubana, recibió la misión de llevar a cabo acciones de envenenamiento de ganado vacuno, sabotajes contra autos de extranjeros y de turismo y colocación de bombas en instalaciones hoteleras y de recreación en La Habana, incluido el cabaret Tropicana. Otro tenía como encomienda la ejecución de incendios de cañaverales y la localización de objetivos económicos mediante la utilización de un sistema posicional por satélite con vistas a su saboteamiento posterior.

El 11 de marzo de 1994 se produce el ametrallamiento del hotel Guitart-Cayo Coco desde una lancha rápida tripulada por miembros de la organización Alpha 66, acción que se repite el 6 de octubre de ese mismo año.

El año de 1995 marca una escalada en los planes de la Fundación Nacional Cubano Americana para incrementar las acciones violentas dentro del territorio cubano, con especial prioridad a los atentados terroristas contra instalaciones turísticas y objetivos económicos. Se mantiene con igual prioridad la línea de acción referida a atentar contra la vida del Comandante en Jefe Fidel Castro. Durante estos últimos años, sin incluir los varios planes conocidos para asesinar al Presidente cubano, se destacan por su envergadura las acciones o planes terroristas siguientes:

El 20 de marzo de 1995 fueron detenidos en el aeropuerto de La Habana los ciudadanos norteamericanos de origen cubano Santos Armando Martínez Rueda y José Enrique Ramírez Oro, quienes habían colocado una carga explosiva de 1,38 kilogramos de C-4 en un hotel de Varadero que fue detectada y desactivada. Los dos terroristas habían viajado con documentación costarricense falsa, y anteriormente se habían infiltrado en el país por la zona de Puerto Padre. En esa ocasión dejaron escondidos un recipiente con 51 libras de C-4, mechas, baterías, relojes y otros medios para la preparación de artefactos explosivos que pretendían colocar en instalaciones turísticas. Martínez Rueda declaró haber recibido el aseguramiento logístico y el financiamiento de Ángel Bonet, Guillermo Novo y Arnaldo Monzón, todos cabecillas de la Fundación Nacional Cubano Americana.

El 20 de mayo de 1995 otra lancha rápida habilitada y tripulada por elementos de la organización Alpha 66 ametralló nuevamente el hotel Guitart-Cayo Coco. Los autores del hecho relataron su acción en un programa de la televisión de Miami, en el que también participó Nazario Sargén.

El 12 de enero de 1996 fueron detenidos en La Habana los cubanos Cecilio Reynoso Sánchez y Juan Ramos Reynoso, el primero residente en Miami, cuando trasladaban 900 gramos de explosivo C-4 y otros medios. Reynoso Sánchez cumplía indicaciones de Rufino Álvarez Oquendo, secretario general del Frente Nacional de Presos Políticos, pero admitió sus contactos con Hernán Santiesteban, Horacio García y Roberto Martín Pérez, de la Fundación Nacional Cubano Americana. La intención de estos terroristas era colocar artefactos explosivos en centros turísticos o locales de empresas de capital mixto.

El 11 de febrero de 1996 fueron capturados tres cubanos residentes en Estados Unidos que penetraron a bordo de una lancha rápida en la bahía de Cárdenas para tirotear el hotel Meliá Las Américas y regar propaganda subversiva. En agosto de ese año fue detenido el ciudadano norteamericano Walter Van der Veer, enviado por el llamado Frente Cubano de Liberación, quien introdujo en el país medios militares e incendiarios, realizó acciones de propaganda subversiva y organizó planes terroristas contra centros económicos.

El 17 de septiembre de 1996 fue detenido el ciudadano de origen cubano, residente en Miami, Pedro Pablo Pulido Ortega, quien se había infiltrado por la zona de Chambas, en la provincia de Ciego de Avila, con un cargamento de armas, parque y otros medios destinados a la ejecución de acciones terroristas. El arsenal debía haber sido entregado a Noel Ramos Rojas, también de origen cubano y residente en Estados Unidos, quien en varias ocasiones había entrado legalmente al país como miembro de la comunidad cubana en el exterior con el propósito de preparar condiciones para la realización de sabotajes contra instalaciones económicas. El plan había sido organizado por el grupo denominado Proyecto Cuba Gobierno Provisional, con base en Miami, y su cabecilla Julio Codias.

En octubre de 1996 se conoció de la existencia de un plan terrorista tramado por miembros de la organización denominada Brigada 2506 que consistía en habilitar avionetas u otros medios aéreos cargados de explosivos que serían dirigidos por control remoto contra una concentración popular en la Plaza de la Revolución y objetivos tales como las termoeléctricas de Tallapiedra, Mariel y Santa Cruz del Norte y la refinería "Ñico López". Quedó establecida la vinculación y el apoyo de la Fundación a este plan.

El 12 de abril de 1997 estalló un artefacto explosivo compuesto por unos 600 gramos de C-4 en uno de los baños de la discoteca "Aché" del hotel Meliá Cohíba, en La Habana. El día 30 de ese mismo mes fue descubierto otro artefacto, compuesto por 401 gramos de C-4, en el pasillo del piso 15 del propio hotel. Investigaciones posteriores permitieron determinar que las dos bombas, una de las cuales causó considerables daños materiales, fueron colocadas por el terrorista salvadoreño Francisco Chávez Abarca.

El 24 de mayo de 1997 estalló una bomba a la entrada de las oficinas de la representación de la empresa turística cubana Cubanacán en Ciudad México. Otro artefacto similar estalló a la entrada de las oficinas de Havanatur, otra firma turística cubana, en la ciudad de Nassau, el 3 de agosto.

La escalada terrorista adquirió nuevos matices con el estallido casi simultáneo de sendas bombas en los vestíbulos de los hoteles Capri y Nacional, en La Habana, el 12 de julio de 1997, con un saldo total de cuatro heridos y considerables daños materiales. Según pudo determinarse después, los artefactos habían sido colocados por el mercenario de origen salvadoreño Raúl Ernesto Cruz León, al servicio del connotado terrorista Luis Posada Carriles y la Fundación Nacional Cubano Americana.

Menos de un mes después, el 4 de agosto, estalló una bomba en el vestíbulo del hotel Meliá Cohíba. El día 22 otro artefacto hizo explosión en un pasillo del hotel Sol Palmeras, en Varadero.

El propio Raúl Ernesto Cruz León coloca el 4 de septiembre de 1997 cuatro bombas en los hoteles Copacabana, Chateau y Tritón y en el restaurante La Bodeguita del Medio. Una de ellas causa la muerte del turista italiano Fabio di Celmo. Pero esta vez Cruz León es descubierto y detenido horas después. Declaró haber sido reclutado por el salvadoreño Francisco Chávez Abarca, autor del primer atentado terrorista consumado.

El 30 de octubre de 1997 fue detectado un poderoso artefacto explosivo debajo de un kiosco de venta en la Terminal 2 del aeropuerto internacional "José Martí", en La Habana. Investigaciones posteriores permitieron concluir que los responsables de la colocación de esta bomba habían sido los ciudadanos guatemaltecos Jorge Venancio Ruiz y Marlon Antonio González Estrada, autores también del atentado contra el hotel Sol Palmeras.

El 4 de marzo de 1998 fueron detenidos en La Habana los ciudadanos guatemaltecos Nader Kamal Musalam Barakat y María Elena González Meza, quienes trataron de introducir en Cuba explosivos y otros medios necesarios para realizar atentados terroristas por cada uno de los cuales recibirán 1.500 dólares. Dos semanas después fue detenido el también guatemalteco Jazid Iván Fernández Mendoza, esposo de María Elena González y cómplice de sus planes terroristas. Los tres informaron en sus declaraciones la participación de Francisco Chávez Abarca en los preparativos de la operación, que era financiada y dirigida por Arnaldo Monzón, Ramón Medina -uno de los seudónimos de Luis Posada Carriles- y otro individuo identificado tan solo como "el señor de New Jersey".

El 28 de mayo de 1998 fueron detenidos los terroristas Ernestino Abreu Horta y Vicente Marcelino Martínez Rodríguez, quienes se habían infiltrado en Cuba unos días antes por la costa del municipio de Minas de Matahambre, en la provincia de Pinar del Río e intentado introducir un abundante cargamento de armas. Militaban, respectivamente, en las organizaciones Alpha 66 y Partido Protagonista del Pueblo, esta última organizada por el terrorista Orlando Bosch. El plan contemplaba la infiltración posterior de un grupo más numeroso de hombres.

El 10 de junio de 1998 fue detenido en el aeropuerto de La Habana el ciudadano salvadoreño Otto René Rodríguez Llerena, quien pretendía introducir en el país 1,519 gramos de explosivo plástico y otros medios para la fabricación de bombas destinadas a centros turísticos y otros objetivos. Este terrorista había sido el autor del atentado en agosto de 1997 contra el hotel Meliá Cohíba. En sus declaraciones identificó a Luis Posada Carriles como la persona que, bajo el seudónimo de Ignacio Medina, le propuso la realización de estas acciones y le suministró todos los medios para ejecutarlas. Mediante el testimonio del agente de la Seguridad del Estado cubana infiltrado en la Fundación, Juan Francisco Fernández Gómez, formuladas en el juicio contra Rodríguez Llerena, quedó una vez más de manifiesto la vinculación directa de esa organización con estos planes, y su intención de extender los objetivos de los atentados terroristas a instalaciones de particular significación patriótica y emocional para el pueblo cubano, como el memorial y mausoleo del Che y sus compañeros en Santa Clara, la Plaza Antonio Maceo, en Santiago de Cuba, y el Museo de la Revolución y el Memorial Granma.

Los planes terroristas contra Cuba, promovidos y financiados por la Fundación Nacional Cubano Americana y otras organizaciones contrarrevolucionarias radicadas en territorio norteamericano, se han mantenido latentes a pesar de las reiteradas denuncias públicas del Gobierno cubano. El Gobierno de Estados Unidos cuenta con toda la información y el enorme caudal de medios a su alcance para poder neutralizar estas acciones si lo quisiera. La continuada impunidad con que estos elementos terroristas prosiguen sus labores criminales contra Cuba, convierte de hecho a ese Gobierno en encubridor y cómplice del terrorismo contra nuestro país.

 



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Respuesta  Mensaje 2 de 10 en el tema 
De: residente Enviado: 11/06/2010 21:05
Panfleto
granmatico
 
 
granmaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa

Respuesta  Mensaje 3 de 10 en el tema 
De: hr-mk Enviado: 14/06/2010 22:00
Y que mas,Lacaya mercenaria?.

Respuesta  Mensaje 4 de 10 en el tema 
De: Picaro Enviado: 17/06/2010 16:34

Demanda del Pueblo Cubano al Gobierno de los Estados Unidos
por los daños económicos ocasionados a Cuba

A LA SALA DE LO CIVIL Y DE LO ADMINISTRATIVO DEL TRIBUNAL PROVINCIAL POPULAR DE CIUDAD DE LA HABANA

 
 
Me supongo que tanbien pudieran demandar no solo por el embargo si no tanbien
por actos de sabotage, desde el tiempo de Batista.  Si la Jeva esa casada con
Perez Roque pudo demandar a Cuba por el embarque que tubo con el espia
que se fue antes de las caidas de los aviones de hermanos al rescate.
 
Me parece inteligente, y creo que tiene posibilidades legales.
 
Me parece que esto seria para las cortes internacionales. 
 
 


Respuesta  Mensaje 5 de 10 en el tema 
De: hr-mk Enviado: 18/06/2010 22:55

¿Es Cuba un país terrorista, como dice el Imperio? (2)

El 12 de septiembre de 1998, fueron arrestados, en Miami, cinco cubanos que luchaban contra el terrorismo. Sentenciados a largas condenas, aún guardan prisión. Los terroristas no fueron enjuiciados.
Carlos Rivero Collado | Para Kaos en la Red | 18-6-2010
www.kaosenlared.net/noticia/cuba-pais-terrorista-como-dice-imperio-2
 
1-. EL SUBTITULO

El 17 de junio de 1998, la Seguridad del Estado de Cuba le entregó al FBI un documento de 230 páginas sobre las actividades terroristas que se estaban planeando y perpetrando contra Cuba desde territorio estadounidense.

El FBI reconoció estar impresionado con esa abundancia de pruebas … pero, lejos de arrestar a los terroristas que operaban desde Miami, lo que hizo fue encarcelar, casi tres meses después, en la propia ciudad, a los cinco cubanos que habían logrado, con su heroica labor de Inteligencia, algunas de esas evidencias. Era la época en que explotaban bombas en La Habana y las naves piratas atacaban desde el mar los centros turísticos de las costas cubanas.

Fueron negadas todas las mociones presentadas por los abogados para que los juicios a los cinco antiterroristas fueran celebrados fuera de Miami. El change of venue, o cambio de sede, se le otorga, por lo regular, a todo acusado que se juzgue en un medio hostil, lo que pudiera influir en la condena. Eso se le ha concedido en este país a cientos, quizás miles, de enjuiciados, entre ellos a Timothy McVeigh, quien hizo explotar una poderosa bomba frente al edificio federal de Oklahoma City, el 19 de abril de 1995, asesinando a 168 personas, entre ellas diecinueve niños menores de seis años.

En diciembre del 2001, los cinco héroes cubanos fueron condenados a sentencias que van de 15 años para René González Sehwerert a dos cadenas perpetuas para Gerardo Hernández Nordelo. Antonio Guerrero Rodríguez fue condenado a cadena perpetua más 15 años; Ramón Labañino Salazar, a cadena perpetua más 18 años y Fernando González Llort, a 19 años.

A casi doce años de su arresto, los cinco héroes antiterroristas aún sufren prisión en diversos Estados del Imperio Terrorista por luchar contra el terrorismo.

2-. LA FOTO

El 16 de marzo de 1968, veintiséis soldados del Imperio perpetraron tres masacres en las aldeas de My Lai, My Khe y Son My, en Vietnam del Sur, en las que fueron asesinados, a sangre fría, entre 347 y 504 mujeres, ancianos y niños, muchos de ellos bebitos. Algunas de las víctimas habían sido torturadas y abusadas sexualmente.

De los soldados yanquis que participaron en esta barbarie, sólo el teniente William Calley fue sentenciado. Otros soldados que presenciaron las masacres y las denunciaron en la prensa fueron expulsados del ejército y muy criticados por decenas de miembros del Congreso de Estados Unidos; además, recibieron cartas con amenazas de muerte y animales mutilados fueron lanzados en las puertas de sus casas.

Tres años después de haber estado no en prisión, sino bajo arresto domiciliario, el teniente Calley fue indultado por el culpable principal de esa monstruosidad, Richard M. Nixon.

La foto muestra treinta o cuarenta cadáveres de los cientos de seres humanos asesinados aquel día por los esbirros terroristas.

En las actuales guerras que el Imperio lleva a cabo en Afganistán, Iraq y Pakistán se han perpetrado masacres similares, como la de Azizabad, Afganistán, el 1 de septiembre del 2,008, en la que el Imperio asesinó a 61 niños, casi todos menores de ocho años.

En la invasión sionista a Gaza, que tuvo el apoyo incondicional del presidente George Bush y el presidente-electo Barack Obama, en diciembre del propio año, cientos de niños fueron asesinados a sangre fría.

3-. LA DEMANDA

Prosigamos ahora, entonces, con la “Demanda del pueblo de Cuba contra el gobierno de Estados Unidos ...” del 3 de enero del 2,000, que iniciamos la semana pasada con los artículos 14 y 15. En este escrito veremos los artículos 16 y 17. El tema es el mismo: los atentados terroristas perpetrados contra Cuba por el gobierno de Estados Unidos o por terroristas que actuaban en complicidad directa con ese gobierno.

Se hace evidente que el gobierno terrorista de Estados Unidos sólo acusa de terrorismo a los gobiernos que no se someten a su terror.

4-. ARTICULO DECIMOSEXTO

No ha habido sector alguno de la vida social y económica de la nación cubana que en estos cuarenta años no se haya visto afectado de manera directa, en grado mayor o menor, por la política agresiva del Gobierno de Estados Unidos contra Cuba. Pero, entre todos ellos, posiblemente han sido las actividades relacionadas con la producción de alimentos para el pueblo y de fondos alimentarios exportables para el sostenimiento de la economía del país, las que han figurado de manera más constante en los planes y programas concretos de la guerra sucia norteamericana contra Cuba.

Durante cuatro décadas, el sector agropecuario ha sido un objetivo priorizado en los planes de agresión de Estados Unidos contra Cuba. Fuente de los principales productos de exportación cubana y de la mayor parte de los alimentos que consume la población, este sector constituye una pieza clave en los propósitos desestabilizadores de ese país y en sus intenciones de doblegar por hambre la firme voluntad de nuestro pueblo de defender su Revolución, su sistema socialista, su libertad e independencia.

La principal vertiente de esta guerra contra la agricultura, la ganadería y la pesca cubanas ha sido, sin duda, la agresión biológica, a la cual se dedicará un espacio especial más adelante en esta demanda. Adicionalmente a esta línea de acción, sin embargo, hay que destacar el empleo también preferente del sabotaje y de otras formasde terrorismo. Instalaciones dedicadas a la ganadería, vaquerías de ordeño, granjas avícolas, almacenes de abono, fertilizantes y productos agrícolas y pecuarios, casas de curar tabaco, transporte de carga y maquinaria agrícola, entre otras, han sido objeto de acciones terroristas y de sabotaje con un elevado saldo de daños materiales y pérdidas económicas significativas para la producción y afectaciones sensibles en la disponibilidad de productos para el consumo de la población y la exportación.

El sector azucarero, principal actividad económica en la generación de empleos e ingresos del país, ha sido objeto en particular, desde los primeros momentos posteriores al triunfo de la Revolución en enero de 1959, de una intensa y prolongada agresión por parte de Estados Unidos y sus agentes. No les bastó a los estrategas norteamericanos suprimir la cuota azucarera de Cuba en el mercado de Estados Unidos y obstaculizar de manera sistemática la comercialización internacional del azúcar cubana, como ha sido denunciado reiteradamente por Cuba. Contra la caña en los campos, contra los centrales y los almacenes de azúcar, se desató desde el principio una feroz campaña terrorista de destrucción.

A raíz de la promulgación de la Ley de Reforma Agraria y de otras medidas de profunda justicia social, como parte de la secuencia de vuelos de aviones y avionetas piratas procedentes de territorio norteamericano que se multiplican a partir del segundo semestre de 1959, decenas de esos vuelos tienen como misión el lanzamiento de sustancias incendiarias sobre los cañaverales y de bombas sobre los centrales azucareros cubanos. Estas acciones causaron daños y pérdidas millonarias y costosas interrupciones a la producción azucarera.

Aunque recientemente la demanda presentada ante este mismo tribunal contra el Gobierno de Estados Unidos por estas organizaciones sociales cubanas por concepto de reparación de daños e indemnización de perjuicios humanos, recoge varios de los incidentes relacionados con esta línea de agresión, no es ocioso volver a recordar algunos de ellos seleccionados casi al azar:

El 26 de octubre de 1959, un avión arrojó dos bombas incendiarias sobre el central "Niágara", en la provincia de Pinar del Río. Ese mismo mes, el central "Punta Alegre", en la provincia de Camagüey, fue objeto de tres ataques con bombas lanzadas desde el aire, y el central "Violeta" fue atacado en dos ocasiones.

A partir del mes de enero de 1960, ya en pleno desarrollo la zafra azucarera de ese año, se multiplicaron los vuelos sobre cañaverales. El día 12 fueron incendiadas desde el aire 500 mil arrobas de caña en las áreas del central "Hershey", en la provincia de La Habana. El día 18 una avioneta procedente de Estados Unidos lanzó sustancias incendiarias sobre áreas cañeras de Rancho Veloz y Quemado de Güines, en la provincia de Las Villas, provocando la destrucción de más de 400 mil arrobas de caña y de dos viviendas campesinas.

El 28 de enero un avión blanco bimotor, con matrícula norteamericana número CN-325, dejó caer cápsulas incendiarias sobre los cañaverales del central "Adelaida", en la provincia de Camagüey, causando la pérdida de 15 millones de arrobas de caña. Los daños fueron valorados en 2,8 millones de pesos. Tras incursiones piratas realizadas contra áreas cañeras de los centrales "Corazón de Jesús" y "Santa Teresa", en la provincia de Las Villas, se descubrieron varias cápsulas lanzadas, que no explotaron, con la inscripción "Bristol Marines, Made in USA". El día 30 se perdieron más de 50 mil arrobas en el central "Chaparra", en la provincia de Oriente, y el 11 de febrero fueron incendiadas más de 100 mil arrobas en la provincia de Matanzas.

El 7 de febrero de 1960 una avioneta incendió 1,5 millones de arrobas de caña en los centrales "Violeta", "Florida", "Céspedes" y "Estrella", en Camagüey. El 23 de febrero varias avionetas riegan cápsulas incendiarias en las fábricas de azúcar "Washington" y "Ulacia", en Las Villas, y "Araujo", en Manguito, en la provincia de Matanzas. Se perdieron en total 6 millones de arrobas de caña. Solamente en la zona de Manguito las pérdidas fueron valoradas en más de un millón de pesos.

En marzo, las cañas del central "Trinidad", en Sancti Spíritus; de nuevo las de los centrales "Delicias" y "Chaparra", en Oriente; las de los centrales "Australia" y "Tinguaro", en Matanzas, y "Perseverancia", de Cienfuegos. En agosto, otra vez los cañaverales del central "Violeta", y así incontables otras agresiones ocurridas en años sucesivos, en los que también tuvieron una activa participación las bandas mercenarias organizadas, financiadas y armadas por Estados Unidos.

Las pérdidas ocasionadas entre 1960 y 1965 solo como consecuencia de la quema de caña en las diversas provincias del país por ataques piratas y la acción de las bandas mercenarias organizadas y financiadas por Estados Unidos, superan el equivalente de 1,5 millones de toneladas de azúcar. A ello se suman cuantiosas pérdidas económicas por afectaciones a la producción y a la exportación resultado de decenas de sabotajes en las instalaciones productivas, equipos agrícolas, almacenes y el transporte de esta actividad, ejecutados por agentes al servicio de ese país.

No menos de 46 importantes fábricas de azúcar fueron agredidas directamente, algunas de ellas en reiteradas ocasiones. En la citada demanda presentada por estas organizaciones sociales, se refiere un centenar de agresiones diversas contra centrales azucareros que provocaron considerables daños materiales en estas instalaciones. Entre estos casos se recuerda el ataque lanzado el 18 de febrero de 1960 contra el central "España", en la provincia de Matanzas, ocasión en que la avioneta agresora estalla al explotar en su interior una de sus propias bombas. Como resultado del incidente perecieron los dos tripulantes del aparato, identificados como el ciudadano norteamericano Robert Ellis Frost y su copiloto o­nelio Santana Roque, este último ex miembro de los cuerpos represivos de la tiranía batistiana, quienes habían realizado no menos de otras tres misiones aéreas similares contra objetivos cubanos desde el aeropuerto de Tamiami, en el estado norteamericano de la Florida.

La intensa campaña desplegada por el gobierno de Estados Unidos incitando a la emigración entre los técnicos de la industria azucarera, tuvo fuertes consecuencias económicas negativas en esta industria, que se vio también afectada por la movilización de un número importante de trabajadores que tuvieron que dar respuesta a necesidades de la defensa del país ante las continuas agresiones a que estaba sometida la nación.

Las acciones de sabotaje y ataques contra campos de caña e instalaciones de la industria azucarera, emprendidas por Estados Unidos contra esta rama clave de la economía cubana, han tenido como objetivo provocar el colapso de la economía azucarera y con ello el de todo el sistema económico cubano.

Entre las incontables agresiones contra otras actividades e instalaciones de la agricultura, pueden mencionarse a manera de ejemplo las siguientes: en 1960 el incendio de cuatro casas de curar tabaco en Limonar, provincia de Matanzas; en 1963 las granjas "José Martí" en Florida, provincia de Camagüey, "Conrado Benítez", en Trinidad, actual provincia de Sancti Spíritus, y "Yuri Gagarin" en Los Palacios, provincia de Pinar del Río; en 1964 la granja "Hermanos Mayo" en Las Tunas, y la "Julio Antonio Mella" en Aguada de Pasajeros, actual provincia de Cienfuegos; en 1980 el vivero de café "Santa Marta", en Guantánamo. En todos estos casos y decenas de otros similares, los terroristas y saboteadores al servicio del gobierno de Estados Unidos ocasionaron daños materiales de consideración en instalaciones, equipos, insumos, cosechas y producciones agropecuarias.

El incendioy destrucción de un elevado número de instalaciones dedicadas a la avicultura, con la pérdida de cientos de miles de aves, equipos, alimentos para la ceba de pollos y otros insumos de esa actividad, han ocasionado pérdidas económicas millonarias y severas afectaciones a la producción y el consumo de la población. Entre las innumerables instalaciones avícolas que han sido blanco de estas agresiones se cuentan una granja en Madruga, provincia de La Habana, en 1960; el ataque contra varias instalaciones de cría de cerdos y pollos en Martí, provincia de Matanzas, en 1963; el sabotaje de las instalaciones de "El Cubano", en Pedro Betancourt, y de la granja "España", en Perico, provincia de Matanzas, en 1964; al año siguiente, contra otras cincuenta instalaciones avícolas en Martí; en 1980 contra la granja "Buena Vista", en Santiago de las Vegas.

El sector de la pesca ha sido también uno de los que ha tenido que sufrir con mayor intensidad las provocaciones, acciones terroristas y agresiones de todo tipo dentro de los planes del gobierno de Estados Unidos contra Cuba. Es natural que una rama tan importante en la producción de alimentos para la población y en la generación de ingresos en divisas por exportaciones de los productos del mar, haya sido un blanco predilecto del terrorismo norteamericano, teniendo en cuenta además el carácter particularmente vulnerable de muchas de sus instalaciones que, como las embarcaciones de la pesca de altura, funcionan separadas y distantes del territorio nacional.

Un total de 294 embarcaciones pesqueras de diverso porte y actividad -atuneras, langosteras, camaroneras, de escamas, de captura de quelonios, esponjas y otras del alto y la plataforma- han sido objeto de agresiones diversas. Algunas de estas embarcaciones han sido destruidas o hundidas, otras seriamente dañadas y un número considerable de ellas han sido secuestradas y llevadas a territorio de Estados Unidos, de las cuales una parte importante no han sido nunca devueltas a Cuba.

La incitación a la emigración y la continua campaña por radio de emisoras que trasmiten ilegalmente desde Estados Unidos contra Cuba promoviendo la emigración ilegal, con la cobertura que brinda a este proceder la existencia de la llamada Ley deAjuste Cubano, en virtud de la cual las personas que arriben a suelo estadounidense procedentes de Cuba reciben permiso de trabajo inmediato y al cabo del año el permiso de residencia en ese país, junto con la impunidad de que gozan aquellos que secuestran embarcaciones para llegar a Estados Unidos, incluso los que cometen asesinatos en este empeño, han sido un fuerte estímulo para el secuestro de embarcaciones cubanas pesqueras, de recreación o de cualquier otro tipo. Como promotor de la emigración ilegal, el Gobierno de Estados Unidos contrae responsabilidad civil por los daños y perjuicios económicos ocasionados por estas acciones, que no solo han afectado al sector de la pesca, pues embarcaciones dedicadas a actividades de transporte, turismo o construcción, por mencionar solamente estos otros sectores, han sido igualmente secuestradas.

Sería interminable la enumeración de las decenas de naves cubanas que fueron atacadas en alta mar o secuestradas y llevadas a territorio norteamericano, donde los secuestradores han disfrutado invariablemente de total impunidad. Sólo se referirán a continuación algunos casos de especial significación.

El 13 de febrero de 1962 fueron atacados los pesqueros "Sigma I" y "Sigma V", en el Banco de Cayo Sal. El 13 de octubre de ese mismo año, la agresión fue sufrida por el pesquero tripulado por Filiberto Suárez Lima y Miguel Medina, quienes resultaron heridos, la embarcación hundida y los dos pescadores secuestrados y conducidos a Miami, donde no fueron liberados sino treinta días después.

También un 13 de febrero, pero de 1963, fueron secuestrados los pesqueros "Sigma XV" y "Sigma II" y conducidos a Cayo Elbow, en las Bahamas. Los pescadores Armando y Ramón López Ruiz resultaron heridos y abandonados a su suerte por los piratas procedentes de territorio norteamericano. Serían rescatados días después por unidades de la Marina de Guerra Revolucionaria.

El 20 de noviembre de 1968 es cañoneado a 100 millas de las costas venezolanas el motopesquero cubano "Alecrín". El 10 de mayo de 1970, los pesqueros "Plataforma I" y Plataforma IV" son secuestrados y sus o­nce tripulantes conducidos a un islote de las Bahamas, donde son rescatados días después.

El 23 de febrero de 1971, el guardacostas norteamericano "Cape York" apresa en aguas internacionales a cuatro embarcaciones pesqueras cubanas cuyos tripulantes son acusados de realizar sus labores en aguas jurisdiccionales estadounidenses. Los cuatro capitanes y 47 pescadores son multados y devueltos a Cuba el 2 de mayo, donde son objeto de un multitudinario recibimiento popular frente al edificio de la antigua Embajada de Estados Unidos. Durante su estancia fueron hostigados, abusivamente interrogados e incitados a desertar. Una agresión similar se comete el 26 de mayo contra cuatro lanchas auxiliares de otros dos pesqueros que laboraban en aguas internacionales al Oeste de la isla bahamesa de Dry Tortuga.

El 10 de octubre de 1972 los tripulantes de dos lanchas artilladas abordan a los pesqueros "Aguja" y "Plataforma IV", secuestran los pescadores, dinamitan las naves y las hunden, cerca de las costas de la isla de Andros. Los o­nce pescadores cubanos, en una pequeña lancha al garete, serían rescatados por un helicóptero bahamés el día 13. Un año después, el 4 de octubre de 1973, los pesqueros cubanos "Cayo Largo 17" y "Cayo Largo 34" son atacados por dos cañoneras, cuyos tripulantes asesinan al pescador Roberto Torna Mirabal y abandonan a los demás en balsas de goma, sin agua ni comida.

Los pesqueros "Ferro 119" y "Ferro 123" son atacados el 6 de abril de 1976 en aguas internacionales, entre Cayo Anguila y Cayo Sal, en Bahamas. Los pescadores Bienvenido Mauriz Díaz y Luis Orlando Díaz Pérez caen asesinados en la cobarde acción, en la que resultan heridos otros dos tripulantes. Los heridos y el resto de las tripulaciones fueron abandonados a su suerte, hasta que pudieron ser rescatados por otro barco cubano y por un barco mercante con bandera noruega.

Entre las numerosas embarcaciones secuestradas en puertos o aguas cubanas con la intención de conducirlas a territorio de Estados Unidos, cabe mencionar, a manera de ejemplo, los casos del langostero "Olguita", de la cooperativa pesquera de Batabanó, en abril de 1962, ocasión en que pereció ahogada la ciudadana María Cabrera García; el barco "Conchita", de la cooperativa pesquera de La Coloma, en Pinar del Río, el 11 de noviembre de 1964; el "Santa María", en 1967, de la cooperativa pesquera de Pinar del Río; el camaronero "Martín Gutiérrez", de la Flota del Golfo, conducido a Cayo Hueso el 27 de abril de 1969; las cherneras de la cooperativa pesquera de Batabanó, el 17 de mayo de 1991; la embarcación número 10 de la cooperativa pesquera de Isla de la Juventud, el 13 de noviembre de 1991; los pesqueros "La Luz", "Elba", "Tilapia", "Carpa" y "Patria", de la Asociación Pesquera Acuabana, entre finales de 1993 y principios de 1994; los barcos "Lambda 319", el 3 de mayo de 1993, y "Lambda 329", el 13 de junio de ese mismo año, ambos de la Flota del Golfo de Ciudad de la Habana.

Los casos enumerados forman parte de una extensa lista de actos de piratería promovidos o estimulados por la política de hostilidad llevada a cabo sistemáticamente por espacio de cuatro décadas por Estados Unidos, sobre cuyos autores no se conoce un solo caso en que la justicia estadounidense haya impuesto sanción.

Las agresiones contra instalaciones y embarcaciones pesqueras cubanas, además de un número considerable de víctimas humanas, han causado pérdidas económicas que se calculan en cientos de millones de dólares, sin contar su significativa afectación en el suministro de una fuente importante de alimentación y de aporte de proteínas para la población. Una embarcación pesquera es como una fábrica de alimentos. Su destrucción, robo o secuestro no puede, por tanto, considerarse exclusivamente como la afectación económica por la pérdida o la imposibilidad de disponer de un activo, pues la interrupción de su actividad no solo priva al país de productos de alto valor que pueden ser exportados, sino afecta significativamente la disponibilidad de alimentos de la población.

4-. ARTICULO DECIMOSÉPTIMO

El sector industrial, elemento clave en el desarrollo económico del país, que ha experimentado un favorable e importante cambio estructural después del triunfo revolucionario, ha sido considerado sistemáticamente en los diferentes planes de agresión de Estados Unidos y sus agencias especiales de inteligencia. Las ramas que conforman la industria básica nacional han sido blanco de ataques piratas, sabotajes y acciones terroristas que han ocasionado cuantiosas pérdidas materiales a la propia industria y repercutido negativamente sobre el resto de la actividad económica del país, como es el caso de las industrias de electricidad y del combustible.

Sabotajes y acciones terroristas perpetrados contra líneas eléctricas, redes de trasmisión y distribución y plantas generadoras de electricidad, han interrumpido el servicio de electricidad afectando tanto el sector residencial como actividades productivas y de servicios. Los daños ocasionados no solo se refieren a la industria en cuestión sino a los perjuicios ocasionados a la economía del país por la energía no servida, lo cual afecta al resto de las actividades productivas y de servicios y a la población. Sabotajes a las líneas y redes han dejado sin servicio temporalmente a localidades densamente pobladas y donde radican varias industrias. La planta termoeléctrica de Tallapiedra, en La Habana, fue objeto de un atentado terrorista, mientras que la central eléctrica "10 de Octubre", en Matanzas, sufrió un sabotaje a una de sus calderas.

El 13 de marzo de 1961, un mes antes del ataque mercenario por Playa Girón, una lancha pirata artillada atacó la refinería de petróleo "Hermanos Díaz", en Santiago de Cuba, causando daños a la instalación tecnológica y en varios tanques. En la acción se produjeron víctimas humanas. En ese mismo año, la refinería "Ñico López", en La Habana, fue atacada en dos ocasiones.

El 18 de agosto de 1963 el puerto de Casilda, en Cienfuegos, es atacado por una lancha pirata que disparó contra 24 vagones de ferrocarril con combustibles, impactando e incendiando uno de ellos. Otras acciones terroristas se llevaron a cabo contra camiones cisterna y estaciones de servicio de gasolina en diversos puntos del país, con graves daños materiales.

El 25 de octubre de 1962 se paraliza la producción de las minas de cobre de Matahambre, en Pinar del Río, por un intento de sabotaje. En esa misma zona, el 19 de agosto de 1963, dos lanchas piratas artilladas atacan la planta de sulfometales "Patricio Lumumba", produciendo daños de consideración en las instalaciones.

El 13 de noviembre de 1966 un avión pirata lanza tres bombas contra la planta Cubanitro "Cepero Bonilla" y la fábrica de abonos "Frank País", en Matanzas. El 8 de agosto de 1968 es saboteada la producción de fertilizantes de la propia empresa Cubanitro. Otras actividades de la industria básica, como las producciones de goma y papel, la industria gráfica y la de rayón, fueron objeto de sabotajes en diversas de sus instalaciones.

En general, se ha podido acopiar información de más de un centenar de fábricas e instalaciones de otras ramas industriales en todo el país que han sido objeto de acciones terroristas, sabotajes e incendios intencionales. En algunos casos, estas acciones ocasionaron la total destrucción de las instalaciones, en otros la paralización de la producción por períodos prolongados, interrupciones a la producción y los servicios y pérdidas considerables tanto por los bienes afectados como por la producción no realizada.

A continuación, una brevísima relación de algunas de estas acciones terroristas: en 1960, los sabotajes perpetrados en los telares de la textilera "Mayabeque", en la provincia de La Habana, y el sabotaje con vidrio a la producción de jabón en la fábrica "Gravi", en Jovellanos, provincia de Matanzas; en 1961, los incendios de la colchonería "O.K." y de la destilería "Bodegas Morera" en Lawton, ambos en la ciudad de La Habana, y la destrucción de la fábrica de conservas "La Campesina", en Colón, provincia de Matanzas; en 1962 se lleva a cabo una acción terrorista con fósforo vivo en la fábrica de muñecas que había sido inaugurada poco antes en Madruga, provincia de La Habana; en 1965 se realiza un sabotaje a la producción de la destilería "Arrechabala" de Cárdenas, en la provincia de Matanzas; en 1968 son incendiadas y destruidas la tenería "Patricio Lumumba", en Caibarién, y la fábrica de pienso para aves de Santiago de Cuba; en 1970 es totalmente destruida por un incendio la fábrica de fósforos "René Bedia", y en 1976 la fábrica "Sergio González", de la Empresa de Artes Gráficas, ambas en la ciudad de La Habana.

 


Respuesta  Mensaje 6 de 10 en el tema 
De: residente Enviado: 18/06/2010 23:09
hr-mk-aka
Y quien va a leer toda esa mierda que pones?

Respuesta  Mensaje 7 de 10 en el tema 
De: hr-mk Enviado: 25/06/2010 03:50
Para eso estas tu,para servir de peje sapo...

Respuesta  Mensaje 8 de 10 en el tema 
De: hr-mk Enviado: 26/06/2010 23:30

¿Es Cuba un país terrorista, como dice el Imperio? (3)

¿O el terrorista es el Imperio? ¿Adónde está la caja negra del “avión que impactó” el Pentágono aquel 11 de Septiembre? ¿Adónde están los restos de los motores y los cadáveres de los “pasajeros”?
Carlos Rivero Collado |
 
  1-. Otra agresión del agresor que no se cansa de agredir

Antes de proseguir con la Demanda del pueblo cubano contra el Imperio por los miles de atentados terroristas que ha perpetrado contra nuestro país desde 1959, veamos algo sobre los atentados terroristas de aquel 11 de Septiembre del 2001, que, según indican múltiples evidencias, los jefes del Imperio perpetraron contra el pueblo de Estados Unidos para justificar las guerras de Afganistán, Iraq y Pakistán, en que los jefes del Complejo Militar-Industrial-Terrorista han ganado casi un trillón de dólares, que ha de ser pagado por el pueblo trabajador de Estados Unidos. ¿Puede acusar a otros de terrorismo un gobierno que es capaz de perpetrar un hecho de tal magnitud para justificar las guerras con las que trata de aterrorizar a la humanidad para fortalecer su poderío en un mundo globalizado?

Ahora vemos que una mina submarina colocada por agentes del Imperio impactó hace varias semanas el barco Cheonan, de Corea del Sur, con el saldo de numerosos muertos. El Imperio acusa, por supuesto, al gobierno de Corea del Norte. Ahora una poderosa armada yanquisionista con cohetes nucleares avanza hacia Irán. Esperemos que en cualquier momento se diga que Irán cometió alguna que otra “agresión”. Es la historia perenne del Imperio: la autoagresión.

Aquí mismo en la Red hay cientos de sitios que aportan miles de datos sobre la culpabilidad del gobierno de Estados Unidos en las masacres del 11 de Septiembre. En muchos de esos sitios hay falsedades y conjeturas absurdas, pero en muchos otros hay informaciones y análisis muy serios que merecen atención y respeto. Juzgue el lector los que son falsos o verídicos, o puede simplificar su esfuerzo accediendo a mi artículo “¿Quién fue el culpable del 11 de Septiembre?”, que recoje muchas de esas serias acusaciones y aparece en el archivo de Kaos, con fecha 26 de junio del 2,008.

2-. 216 años de autoterror

La historia del Imperio es pródiga en autoagresiones, directas o indirectas, y se puede escribir diez libros sobre cada una de ellas. Señalemos sólo unas cuantas:

*George Washington: Whiskey Rebellion, 1791-94; Puerto Plata, Santo Domingo, 1794.

*Thomas Jefferson: Barbary Coast --Libia--, 1801-1805.

*Andrew Jackson: Florida, 1817, Islas Malvinas, 1833, Texas, 1835-36.

*James Polk: Mexico, 1846-48.

*Grover Cleveland: “república de Hawai”, 1894

*William McKinley: Acorazado Maine, Cuba, 1898.

*Woodrow Wilson: Lusitania, 1915; Telegrama Zimmerman, 1917.

*F. D. Roosevelt: Pearl Harbor, 1941.

*Harry Truman, Corea, 1950.

*Dwight D. Eisenhower, Libano, 1956; Cuba, 1960.

*John F. Kennedy: Crisis de Octubre, 1962.

*Lyndon B. Johnson: Golfo de Tonkin, Vietnam, 1964; Santo Domingo, 1965.

*Richard Nixon: Camboya, 1970.

*Ronald Reagan: Grenada, 1983; Guerra Iraq-Irán 1980-88

*George H. W. Bush: Panamá, 1989; Kuwait, 1990; Yugoslavia, 1991-93.

*Bill Clinton: Yugoslavia, 1993-95.

*George W. Bush: 11 de Septiembre, 2001; Afganistán, 2001-09; Iraq, 2003-09.

*Barack Obama, Afganistán, 2,009-10; Iraq, 2009-10; Pakistán, 2009-10; Corea, 2010.

Y muchas otras autoagresiones, directas o provocadas, que haría interminable esta relación.

3-. Preguntas que pudieran ser respuestas

Hagamos algunas preguntas que pudieran echar un poco más de luz sobre la culpabilidad directa o indirecta del gobierno de Estados Unidos en las masacres del 11 de Septiembre del 2,001:

a) ¿Fue Osama bin Laden el autor intelectual de este hecho abominable? Pero... ¿actuó solo o, según creen muchos analistas, con la complicidad de varios de los más altos dirigentes de Estados Unidos, incluyendo George W. Bush?

b) ¿Sorprendió a Bush, Cheney y Rumsfeld aquel suceso o... ya lo conocían de antemano? Si no lo conocían ¿cómo es posible, entonces, que Rumsfeld le dijera a uno de sus ayudantes que algo grande iba a suceder aquel día (“There'll be a big event today”) media hora antes de que el primer avión impactara la Torre Norte del Centro Mundial de Comercio?

c) ¿Por qué se ha aceptado la versión oficial de los hechos, divulgada por la prensa corporativa, y no se ha realizado una investigación exhaustiva sobre todo lo sucedido aquella mañana? ¿Acaso un enorme crimen no merece una inmensa investigación?

d) ¿Por qué Mohammed Atta, supuesto coordinador de toda la operación --según la versión oficial--, y piloto del Vuelo 11 que pasó sobre las plantas nucleares de Indian Point unos minutos antes de impactar en la torre norte del World Trade Center, no atacó esas plantas, con lo cual hubiera provocado su meltdown y la devastación por siglos del Corredor Nordeste, la zona más importante del país, que va de Washington a Boston, provocando la muerte de millones de seres humanos? ¡Qué terroristas tan extraños eran aquéllos que iban a morir para herir gravemente al “odiado imperio” y, por el contrario, le salvaban la vida!

e) Si, efectivamente, Osama fue el autor del trágico hecho... ¿por qué se le levantó el cerco que las tropas de la coalición imperial le tenían hecho en el sur de Afganistán, en marzo de 2003, para invadir a Iraq y derrocar a Saddam Husein, que no tenía relación ninguna con el hecho ni tenía armas de destrucción masiva?

f) Desde mucho antes de aquel día, y debido a los terribles atentados terroristas que se produjeron en la última década del Siglo XX contra objetivos estadounidenses, todos los aeropuertos del país habían aumentado sus medidas de seguridad (arcos detectores de metales, equipos de rayos X, detectores manuales, etc.) ¿Cómo es posible, entonces, que diecinueve hombres de apariencia árabe pudieran abordar cuatro aviones en tres aeropuertos distintos llevando encima, como dijeron por teléfono dos azafatas y varios pasajeros, armas de fuego, bombas, equipos de gases lacrimógenos, caretas antigases, navajas y cortadoras de caja?

g) ¿Cómo es posible que la FAA (Administración Federal de Seguridad) y el NORAD (Comando de Defensa Aérea de Norteamérica) dos agencias que han actuado siempre con eficiencia, fueran tan negligentes ... sólo aquella mañana?

h) ¿Por qué los F-15 volaron a 450 millas por hora en vez de las 1,750 que alcanzaban como máximo para interceptar los aviones secuestrados después que se produjo el primer ataque, o sea el de la torre norte del WTC? ¿Y por qué tuvieron que salir de la Base Aérea Otis y no de la Base Aérea McGuire, de New Jersey, que está mucho más cerca de New York y Washington?

i) ¿Por qué el Vuelo 77 de American Airlines, que “había salido”, una hora antes, del Aeropuerto Internacional Dulles, de Washington, “llegó a realizar” la increíble hazaña de bajar a menos de cuarenta pies de altura para impactar una parte del Pentágono que estaba siendo renovada y en la que no había militares sino obreros, en vez de hacerlo en la atestada zona de mando que se hallaba a menos de 150 metros de distancia y en la que hubiesen muerto cientos –o miles-- de jefes militares y altos funcionarios?

j) ¿Cómo se explica que varios de los diecinueve “secuestradores” obtuvieran múltiples visas de entrada y salida de EU y se entrenaran en varias escuelas de aviación, y que el FBI suspendiera una investigación que ya había iniciado sobre los mismos?

k) ¿Por qué varios testigos claves, como controladores aéreos, bomberos, policías de Nueva York y del FBI, han sido amenazados por agentes federales si revelan detalles sensitivos de todo lo que sucedió aquella mañana?

l) Si se han recuperado cajas negras del fondo del mar, a miles de metros de profundidad … ¿por qué nunca aparecieron las de los dos aviones entre los restos de las torres gemelas? ¿Y por qué se llevaron con tanta rapidez a un área apartada de Staten Island los escombros de las torres?

m) ¿Por qué el gobierno imperial insiste aún, a casi nueve años de los atentados, en que las torres se derrumbaron por el intenso calor provocado por el incendio del combustible, a pesar de que sólo explosiones internas pudieron provocar la doble implosión?

n) Desde mucho antes de que los jefes del Pentágono planearan la Operación Northwoods, en 1961, el Imperio contaba con la tecnología para operar a distancia grandes aviones de pasajeros, a los que se les hubiese colocado piezas electrónicas secretas, sin que los pilotos pudieran hacer nada, ya en el aire, para evitarlo. Se cree que ésta pudo haber sido la técnica que se usó para lanzar los dos aviones contra las Torres Gemelas y que el mundo creyera que habían sido secuestrados por terroristas musulmanes. Esta versión se fortalece por el hecho de que numerosas personas han visto a varios de los supuestos secuestradores, entre ellos el jefe de la operación, el egipcio Mohammed Atta.

ñ) El FBI sabía, desde mucho antes, que se podían producir ataques a objetivos civiles y militares utilizándose grandes aviones de pasajeros ¿Por qué desechó estos informes? ¿Quién dio la orden para que actuara en forma tan irresponsable?

o) ¿Adónde está Osama bin Laden? ¿Cómo es posible que el Imperio no pueda encontrar a un “fugitivo” que anda a caballo por lomas desarboladas, no por intrincadas malezas? ¿No puede el imperio más poderoso de la historia encontrar a un hombre que quizás esté protegido por unas decenas, o a lo sumo unos pocos cientos de leales, el imperio que venció en las guerras mundiales a millones de los más valientes soldados de la historia; que destruyó las dos máquinas de guerra más avanzadas de la ciencia militar; que ha asesinado o tratado de asesinar a 66 jefes de Estado o gobierno desde la creación de la CIA en 1947; que ha invadido decenas de países y derrocado a muchos gobernantes; que venció al gobierno de los talibanes en Afganistán, en el 2,002, y el de Sadam Hussein, que tenía el cuarto ejército más poderoso del mundo, en el 2,003; que tiene el arsenal nuclear más grande del planeta; que triplica en riqueza al país que le sigue; que tiene el sistema de espionaje electrónico más avanzado del mundo; que ha puesto en órbita de nuestro planeta a numerosos satélites, en uno de los cuales está el Telescopio Hubble que puede retratar lejanas galaxias; que interviene en los asuntos internos de casi todos los países del mundo, y que tiene aviones U-2 con cámaras tan potentes que pueden retratar las letras de un periódico a 30,000 pies de altura?

Se pudieran hacer muchas más preguntas sobre los misterios del 11 de Septiembre, pero con éstas es suficiente, al menos como preámbulo al tema central de este artículo.

Regresemos, entonces, a la Demanda del pueblo de Cuba contra el gobierno de Estados Unidos por los atentados terroristas perpetrados contra nuestro país:

4-. ARTICULO DECIMOCTAVO DE LA DEMANDA

En los planes desestabilizadores de la economía cubana concebidos por Estados Unidos, el transporte y el comercio, como actividades que garantizan los nexos entre las diferentes actividades y ramas de la economía, han sido objeto de una atención particular para la realización de sabotajes y agresiones.

El transporte aéreo ha sufrido directamente los efectos de la política de hostilidad hacia Cuba, como parte del intento sistemático de aislar a Cuba internacionalmente y obstaculizar toda vía de contacto o vínculo del país con el exterior. La aviación civil de transporte cubana ha desempeñado un importante papel en la neutralización de esos propósitos del vecino del Norte, y en años recientes ha participado activamente en el proceso de desarrollo del sector turístico, aumentando significativamente el número de visitantes transportados al archipiélago cubano y diversificando sus puntos de destino en diversos países del orbe.

Por eso, otra de las armas más utilizadas contra la Revolución ha sido el secuestro de aviones y embarcaciones cubanas, y los intentos de sabotaje contra estos medios. Los primeros hechos de esta naturaleza registrados ocurrieron en el mismo año de 1959. Representativo de ellos fue el secuestro en pleno vuelo, el 10 de octubre de ese año, de un aparato DC-3 de Cubana de Aviación por varios terroristas armados de pistolas y granadas de mano, que obligaron a la tripulación a desviar el avión hacia Miami. Ni los secuestradores ni el aparato fueron devueltos.

Un total de 78 naves aéreas de diversos tipos han sido afectadas por actos terroristas, intentos de secuestro y secuestros, muchas veces con el empleo de la violencia y la pérdida de vidas humanas. De estas aeronaves, algunas han sido destruidas o han sufrido fuertes averías; un número apreciable de los aviones secuestrados y conducidos a territorio norteamericano, no han sido devueltos por el Gobierno de ese país.

En 1960 ocurren varias acciones de este tipo, que en algunos casos ya tienen otras connotaciones más graves. El 5 de julio es desviado a la fuerza hacia Miami un avión Britannia de Cubana que cubría la ruta regular Madrid-La Habana, y el 14 de octubre son secuestrados en una sola operación seis aviones cubanos. El 29 de ese mes es secuestrado por nueve terroristas el avión DC-3 que cubría la ruta regular de La Habana a Nueva Gerona, acción en la que es asesinado el soldado Cástulo Acosta Hernández y heridos el piloto de la nave, Candelario Delgado, y el niño de 14 años Argelio Rodríguez Hernández.

El 8 de diciembre se produce un nuevo intento de secuestro de otro DC-3 de Cubana de Aviación en vuelo regular de Santiago de Cuba a La Habana, pero la acción es frustrada por la valiente actitud del piloto Francisco Martínez Malo, quien murió después como consecuencia de las heridas recibidas.
El 3 de julio de 1961 es obligado a desviar rumbo hacia Miami un DC-3 de Cubana en vuelo de La Habana a Santiago de Cuba, en el que viajaban 16 pasajeros. El avión fue retenido por las autoridades norteamericanas y luego vendido arbitrariamente por ellas.

El 9 de agosto de ese año fue secuestrada la nave C-46, matrícula CUT-607, acción en que resultan muertos el piloto Luis Álvarez Regato y el escolta Silvino Rómulo Sánchez Almaguer. Entre los meses de septiembre y diciembre de ese año fueron sustraídos del territorio nacional otros seis aviones ligeros. En estos casos, al igual que en los de acciones en las que se había asesinado o causado heridas más o menos graves a tripulantes o pasajeros, siguió prevaleciendo la impunidad otorgada a los secuestradores por las autoridades de Estados Unidos, con total desconocimiento de las reclamaciones cubanas de devolución de los autores de tales hechos criminales y de las aeronaves secuestradas.

Entre 1962 y 1965 se produjeron otros siete secuestros de aeronaves ligeras cubanas. En todos los casos los aparatos eran llevados por los secuestradores a territorio norteamericano. Otro hecho de gravedad fue el secuestro el 8 de julio de 1966 de un avión de fumigación en la región de Bayamo y el asesinato de su custodio, el combatiente Elúcido Torres. En su demencial política contra nuestro país, el Gobierno de Estados Unidos inició y fomentó la piratería aérea y el secuestro de aeronaves, acciones que posteriormente estimularon un fenómeno internacional de piratería altamente peligroso para la seguridad aérea de los vuelos internacionales que ha afectado a numerosos países, incluso a ese propio país.

A partir de la firma en 1973, por iniciativa cubana, del acuerdo entre Cuba y Estados Unidos sobre los secuestros y desvío de aviones, la estrategia de la CIA cambió: se abandonó el estímulo a los secuestros de aviones, pero elementos terroristas históricamente vinculados a la Agencia comenzaron entonces a fraguar una modalidad de agresión contra el transporte aéreo todavía más tenebrosa y criminal.

El 9 de julio de 1976 estalla en el aeropuerto de Kingston, en Jamaica, una bomba colocada en una de las maletas que iban a ser introducidas como equipaje en un vuelo comercial de Cubana de Aviación. Un retraso imprevisto en la salida del avión impidió casualmente que el artefacto estallara en pleno vuelo. Pero el siniestro plan rinde dramático fruto el 6 de octubre de ese año. Una bomba colocada dentro del avión CUT-1201 de Cubana de Aviación estalla en pleno vuelo pocos minutos después del despegue de la aeronave del aeropuerto de Barbados. En el criminal sabotaje mueren las 73 personas que viajaban en el aparato, de ellas 57 cubanos entre los que se encontraban los integrantes del equipo juvenil de esgrima. Los autores confesos del repugnante crimen actuaron contratados por dos de los más connotados terroristas de origen cubano vinculados a la CIA: Orlando Bosch Ávila y Luis Posada Carriles. Aunque los principales responsables de este bárbaro atentado terrorista fueron detenidos y sometidos a juicio en Venezuela, a la larga lograron evadir la acción de la justicia con el concurso de la CIA y la Fundación Nacional Cubano Americana. Los daños materiales ocasionados por esta bárbara acción, uno de los hechos más atroces de la guerra sucia contra Cuba, fueron tasados muy conservadoramente en la época en 1,3 millones de dólares.

A principios de los años 90 se sucedieron de nuevo varios secuestros de aviones, en los que estuvieron involucradas avionetas de fumigación e incluso un aparato de combate de la Fuerza Aérea Revolucionaria sustraído por un traidor.

El 29 de diciembre de 1992 es secuestrado un aparato AN-26 de la compañía Aerocaribbean, con 47 personas a bordo, y conducido a Miami. El 7 de julio de 1996 fue secuestrado en Santiago de Cuba un avión AN-2 y conducido a la base naval de Guantánamo. El pirata fue absuelto en el juicio que se le siguió en Estados Unidos. También el transporte marítimo, automotor y ferroviario ha sido víctima de las agresiones y sabotajes que el Gobierno de Estados Unidos ha realizado o alentado. En la actividad del transporte marítimo, los barcos mercantes han sido objeto de ataques piratas y otras agresiones; embarcaciones de recreo, remolcadores y otras naves han sido agredidas o secuestradas y llevadas a territorio de Estados Unidos; las instalaciones portuarias han sido blanco de acciones terroristas y sabotajes.

No menos de 36 embarcaciones cubanas han sufrido agresiones. Naves con banderas de otros países que transportaban mercancías para Cuba fueron también objeto de acciones terroristas y ataques. Una de las primeras acciones terroristas efectuadas contra buques mercantes que transportaban productos a Cuba, fue la llevada a cabo contra el vapor francés "LaCoubre" el 4 de marzo del año 1960, ya referida.

Veinte días después, durante la acción de secuestro de un yate de recreo, es asesinado el soldado rebelde Raúl Pupo Morales. El 12 de mayo de 1962, la lancha SV-28 del servicio de vigilancia de costas fue atacada de manera sorpresiva por una nave fuertemente artillada, perteneciente a la organización terrorista Alpha 66. Tres de sus tripulantes resultaron muertos y otros cinco heridos. La propia organización, cuyas naves zarpaban del puerto de Miami a la vista de las autoridades de guardacostas de Estados Unidos, reclamaría en los meses siguientes la autoría de otros hechos semejantes, entre ellos el ametrallamiento de naves mercantes de otros países. Una grave provocación ocurrió el 23 de febrero de 1963, cuando la goleta cubana de cabotaje "Joven Amalia" fue perseguida y embestida en aguas cubanas de la provincia de Oriente por el destructor norteamericano "Harold J. Allen".

El 27 de diciembre de ese mismo año, saboteadores al servicio de la CIA hacen volar una lancha de la Marina de Guerra Revolucionaria atracada en la bahía de Siguanea, en Isla de Pinos, y causan la muerte de tres marinos.

Una nueva modalidad de agresión se inaugura el 9 de agosto de 1964, cuando el mercante cubano "María Teresa", atracado en el puerto canadiense de Montreal, es víctima de un atentado terrorista.

El 12 de septiembre es atacado en aguas internacionales al Norte de Maisí el buque español "Sierra de Aranzazu", que conducía un cargamento de juguetes para Cuba. Mueren el capitán y dos tripulantes. En cuanto al secuestro de embarcaciones, en los años 90 se han producido no menos de doce acciones, entre consumadas y frustradas. Cabe recordar la serie de acciones piratas de que fueron objeto en 1994 varias lanchas de pasajeros y remolcadores de la bahía de La Habana. Uno de estos secuestros condujo al hundimiento del remolcador "13 de Marzo", incidente en torno al cual se desató una virulenta campaña de infundios en los medios de información norteamericanos.

El 8 de agosto de ese mismo año fue secuestrada una nave auxiliar de la Marina de Guerra Revolucionaria y asesinado el teniente de navío Roberto Aguilar Reyes. El asesino y secuestrador logró huir a Estados Unidos, donde permanece en libertad.

El transporte de pasajeros y el transporte ferroviario y de carga por camiones igualmente han sido agredidos o saboteados de diversa forma, dejando inservibles un número considerable de equipos. Estas agresiones forman parte de los planes de desestabilización de la economía afectando el normal desenvolvimiento de las actividades del comercio exterior y de la circulación de productos en la economía interna, así como el movimiento de la población. Las afectaciones económicas a este sector de la economía alcanzan una magnitud considerable, pero sus consecuencias para el resto de las actividades económicas y servicios del país y los daños ocasionados a la población son aún mayores.

El sector del comercio y la distribución de productos ha estado entre los objetivos considerados para su destrucción dentro de la estrategia terrorista, con el propósito de propiciar la desestabilización de la economía, en particular la distribución de productos a la población.

Cientos de tiendas de artículos industriales y de productos alimenticios, tanto en zonas urbanas como rurales a todo lo largo del país, grandes tiendas por departamento y establecimientos rurales conocidos como tiendas del pueblo, fueron saboteados, destruidos o saqueados por agentes terroristas al servicio del Gobierno de Estados Unidos, incluidos los integrantes de las bandas armadas mercenarias organizadas y apoyadas por la CIA en los años 60.

En otra parte de esta demanda se han referido algunos de los casos más notables de sabotajes y acciones terroristas llevadas a cabo contra decenas de comercios grandes y medianos en la ciudad de La Habana y casi todas las demás poblaciones importantes del país. Las pérdidas materiales causadas por estas acciones fueron muy cuantiosas.

Las restricciones impuestas por el bloqueo de Estados Unidos y su política por aislar a Cuba de su entorno geográfico, que, como se ha visto, condicionó la reubicación de su comercio a grandes distancias, así como las constantes agresiones de ese país y sus agentes, que obligaron al país a disponer de amplias reservas para contingencias, determinaron la necesidad de construir un gran número de almacenes en todo el país. Contra estos objetivos, que con sus inventarios debían garantizar el suministro de productos para un normal funcionamiento de la economía y el abastecimiento del consumo de la población, se dirigieron también las agresiones de Estados Unidos y sus agentes. No menos de 37 almacenes de las diferentes ramas económicas del país sufrieron acciones terroristas, sabotajes, incendios, causando pérdidas materiales considerables, y al propio tiempo provocaron afectaciones importantes a la producción y los servicios por la demora en la reposición de los bienes destruidos.

Solamente en 1961 fueron incendiados y destruidos, entre otros almacenes, cuatro naves para almacenar papas en la comunidad "Juan Abrahantes", en Madruga; un almacén de víveres en Jagüey Grande; uno para bobinas de papel en Franco y Clavel, hecho ya mencionado en el que resultó asesinado el obrero Carlos Rodríguez; un almacén de algodón en Luyanó y uno de tabacos en Centro Habana. Es atacado también el almacén de cigarros "Regalías El Cuño" en Clavel y Mercado, en La Habana, donde resulta asesinado el trabajador Lázaro García.

En 1963 es destruido el almacén de abonos "Quintero", en Jagüey Grande; un almacén del central "Elia", en Las Tunas, donde se guardaban algodón, granos y otros productos; el almacén de la cooperativa "Camilo Cienfuegos", en Cifuentes; un almacén de abonos en la granja "Guasimal", en Sancti Spíritus, entre otras instalaciones de este tipo.

En 1964 es destruido el almacén número 27 de la empresa "José Antonio Echavarría", de Cárdenas, con cientos de barriles de hidrosulfito de sodio. En 1966 es incendiado un almacén del Instituto Cubano de la Industria Cinematográfica, en La Habana.

En 1968 se provoca un incendio de grandes proporciones en un almacén de pieles en el Cerro, en La Habana, y en Camagüey es destruido el almacén central de ropas y tejidos.

En 1970 terroristas incendiarios destruyen un almacén de calzado y otro de colchones de la Escuela Formadora de Maestros en Guantánamo, y en el puerto de Isabela de Sagua resulta totalmente destruido el almacén de azúcar, donde se producen pérdidas millonarias.

En 1976 es destruido en Marianao un almacén de medios de educación. En 1978 es incendiado un almacén industrial de alimentos en Banes, Holguín, y en 1980 es incendiado el almacén de azúcar del central "Máximo Gómez", en Chambas, y el almacén central de la ECOA # 10 del Ministerio de la Construcción en Pueblo Nuevo, Matanzas.

Los diversos atentados terroristas de los cuales se mencionan algunos ejemplos, no solo destruyeron en su mayor parte las edificaciones sino provocaron pérdidas millonarias de productos y equipos para la producción, los servicios y el consumo de la población, lo cual a su vez causó severas afectaciones a la producción y los servicios por la intermitencia o ausencia de suministros durante determinados períodos.

Por su parte, la actividad turística, por su capacidad potencial de generar importantes ingresos en divisas para la nación, ha sido en los años más recientes un objetivo priorizado en los planes terroristas. Aun cuando los atentados preparados y ejecutados contra las instalaciones turísticas, de los cuales algunos de los más importantes han sido referidos anteriormente, han causado daños materiales de consideración e incluso víctimas humanas, su objetivo principal ha estado dirigido a provocar el terror y desestimular a posibles inversionistas de terceros países para que no realicen negocios en Cuba y a los turistas de otras regiones del mundo para que no visiten el archipiélago cubano. De esa manera se intenta privar al país de las divisas que requiere en la actual coyuntura económica, en la que este sector ocupa un lugar destacado en la generación de ingresos para Cuba y moviliza a otros importantes sectores económicos del país en el proceso de recuperación económica y de reinserción en la economía internacional.


Respuesta  Mensaje 9 de 10 en el tema 
De: hr-mk= Enviado: 04/07/2010 21:23
El patriota iraquí Manadel al-Jamadi, en Abú Ghraib: lo torturaron salvajemente, le echaron ácido fosfórico en los ojos y lo asesinaron. 1-. SOBRE EL SUBTITULO

El Líder de la Revolución Cubana ha dado la voz de alarma sobre el grave conflicto de Irán en varias de sus Reflexiones y lo ha hecho no con premura, sino con sensatez. El conoce la larga trayectoria terrorista del Imperio, que comenzó con la Masacre de los Iroqueses, en 1779, cuatro años antes de que se separara del otro imperio.

Cuba ha sufrido esa criminal insolencia imperialista desde que, en la primera mitad del siglo XIX, Estados Unidos, que ya era el principal comprador de nuestros productos de exportación, hizo todo lo posible por adueñarse de nuestro país, que aún era colonia española,  y, después, por evitar su independencia. Esa beligerancia anticubana se recrudeció a partir de 1959.

Ante la cuarta imposición de sanciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, el Parlamento iraní advirtió, el 17 de junio, que si sus barcos son abordados en alta mar, Irán hará lo mismo con cualquier barco que navegue por el Golfo Pérsico y el Estrecho de Ormuz. Esto, por supuesto, sería el inicio de una violencia mayor.

Unos días después, Ahmad Vahidi, Ministro de Defensa de Irán, declaró: “La capacidad coheteril de la República Islámica ha sido designada e implementada para defendernos contra cualquier agresión y no amenaza a ningún país. Los estadounidenses han dicho que usarán todas las opciones contra Irán y nosotros anunciamos que usaremos todas las opciones para defendernos”.

Se teme que aviones de guerra de Israel bombardeen las instalaciones en las que Irán desarrolla su programa nuclear, como hicieron hace treinta años con las de Iraq. Se espera que Irán responda, con la propia violencia, a ese acto de guerra. Se sabe que el gobierno de Obama le ha pedido a Arabia Saudita que permita a los aviones israelíes volar sobre su espacio aéreo para atacar a Irán.

Que los jefes del Imperio se hayan unido a Israel para amenazar a Irán desde el Golfo Pérsico y que hayan logrado que Arabia Saudita le permita a los aviones de Israel que usen su espacio aéreo para atacar a otro país musulmán, es una prueba palpable de lo que he venido diciendo en mis artículos desde antes de que Obama tomara posesión, que los sionistas dominan el gobierno de Estados Unidos.

Ese funesto poder llevó a George W. Bush a invadir Iraq en marzo del 2,003, pues Saddam Hussein, que había sido aliado del Imperio y no tenía nada que ver con el 11 de Septiembre ni poseía armas de destrucción masiva, sí era, por el contrario, enemigo del sionismo.

La situación es, en efecto, dramática y pudiera ser catastrófica. No sería la primera vez que el Imperio Terrorista coloca al mundo al borde de una guerra nuclear.

2-. SOBRE LA FOTO

El mundo entero conoce la infamia de Abú Ghraib. Cientos de millones han visto las monstruosas fotos. Prisioneros que, en su propia patria, son torturados hasta la muerte por invasores extranjeros después que les extirpan los órganos genitales y les echan ácido fosfórico en los ojos. Salvajes torturas que dejan a los detenidos casi al borde de la muerte. Perros furiosos que muerden y casi arrancan piernas y brazos. Pirámides humanas en forzados actos sexuales. Héroes que son obligados a usar ropas de mujer. Torturas con alambres eléctricos, salvajes golpizas, detenidos que son obligados a violar sexualmente a niños de quince años. Prisioneros que son obligados a masturbarse y a realizar el sexo en grupos. Guardias militares que saltan con sus botas sobre pies desnudos y sangrantes. Detenidos a los que se les pone cadenas en el cuello como si fueran perros y son arrastrados por el suelo. Detenidas que son violadas y golpeadas salvajemente por sus captores. Prisioneros que son penetrados sexualmente con palos de escoba … ¡para qué seguir!

Ninguno de los detenidos de Abú Ghraib ni de otras cárceles de Iraq tuvo nada que ver con lo que sucedió el 11 de Septiembre, suponiendo que lo haya hecho un grupo enemigo del Imperio y no, como señalan las evidencias, el Imperio mismo. Ninguno de ellos había sido juzgado, o sea eran, jurídicamente, inocentes.

Todo ese salvajismo que se vio en Abú Ghraib y en muchas otras prisiones de Iraq de las que no hay evidencias gráficas, sucedió nada menos que en la mil veces gloriosa tierra de Mesopotamia, cuna, hace diez mil años, de la civilización, o sea la Revolución Agrícola, y miles de años después, cuna también de las ciencias, las artes y las letras –filosofía, medicina, derecho, literatura, astronomía, arquitectura, economía, gobierno, pintura, escultura, agronomía, hidrología … ¡de todo! Patria excelente que hace 1,100 años fue sede del Califato de Bagdad que, con el Califato de Córdoba en España, eran los países más cultos del mundo.

Hay evidencias de que en la cárcel de Guantánamo se perpetraron torturas similares a las de Abú Ghraib. Se sabe de un joven prisionero –ni siquiera prisionero, era sólo un detenido, o sea no había sido juzgado, por lo que era, legalmente, inocente-- que, desesperado de tantas torturas, se fue arrancando el cabello durante toda una noche. Por la mañana, los guardias encontraron su cadáver en el suelo de la celda, rodeado de cabellos ensangrentados.

Jamás la humanidad había sido testigo de tanta crueldad, de tanta infamia, de tanto desprecio por el ser humano.

Abú Ghraib y la cárcel de la Base Naval de Guantánamo representan lo más infame de la especie humana a lo largo de toda la historia. La tortura, la crueldad y el el sadismo sexual existen desde el principio de la humanidad, pero jamás habían llegado a niveles tan repugnantes ni tan sádicos.

Un gobierno con un mínimo de honor y de decencia hubiese fusilado a todo el que tuvo que ver con esa sanguinaria asquerosidad, desde Donald Rumsfeld hasta el último de los esbirros de Abú Ghraib. Pero el gobierno imperial no ha hecho nada de eso, probando que es tan asesino, tan infame, tan sadista, tan indecente y tan cobarde como la monstruosa bestezuela que en la foto de este artículo ríe sobre el cadáver del mártir.

Se repite, con otras características, la historia de My Lai. En la masacre de My Lai sólo hubo un condenado, William Calley, que estuvo tres años bajo arresto domiciliario y luego Richard Nixon lo indultó por la matanza de niños, mujeres y ancianos cuyo principal culpable había sido Lyndon Johnson.

En Abú Ghraib, o­nce policías militares fueron condenados a sentencias menores de un año. Charles Graner fue condenado a diez años, Ivan Frederick a ocho, y Lynndie England, a tres. Esta cumplió sólo dos años –más o menos lo que le echan a quien se roba dos docenas de huevos-- y anda por ahí dando entrevistas en las que cuenta su “heroísmo”. Graner y Frederick están presos aún, pero en gratas condiciones, quizás bajo arresto domiciliario, como William Calley, el monstruo de My Lai. Nadie los cubre de estiércol ni les mea la cabeza ni les obliga a tener sexo con otros presos, ni hay perros que los muerdan ni ácido fosfórico que los ciegue ni les extirpan los genitales.

La Brigadier General Janis Karpinski, jefa de todas las cárceles que el Imperio tenía entonces en Iraq, cuya oficina estaba en la propia Abú Ghraib, ni siquiera fue enjuiciada. George W. Bush, Dick Cheney, Donald Rumsfeld, Condoleeza Rice, George Tenet y otros jefes del gobierno conocían lo de Abú Ghraib y lo permitieron, pero nunca fueron enjuiciados. Un gobierno de honor los hubiera condenado a todos, por lo menos, a cadena perpetua.

En agudo contraste, los cinco héroes cubanos que trataban de evitar que se perpetraran atentados  terroristas desde Miami contra Cuba,  fueron condenados a largos años de presidio, tres de ellos a cadena perpetua. Ahora en septiembre se cumplen doce años de su arresto y aún no han sido liberados  por el propio Imperio que indultó al monstruo de My Lai tres años después de la masacre de cientos de niños, mujeres y ancianos.     

Abú Ghraib es una estampa del Imperio. Sin Imperio no hubiera habido Abú Ghraib. Sin muchos Abú Ghraibs y sin muchos My Lais no habría Imperio. ¿Cuánto sadismo, cuántas torturas, cuántas monstruosidades no habrán perpetrado los insolentes esbirros del Imperio sin que de ellas haya habido evidencias gráficas como las de Abú Ghraib y My Lai, en toda su larga historia de agresiones terroristas en el mundo? ¿Cuánto de ese salvaje tratamiento no habrán sufrido los prisioneros del Imperio entre la población nativa de Norteamérica, y en México, Hawai, Cuba, Filipinas, Nicaragua, Haití, Alemania, Italia, Japón,Corea, Vietnam, Santo Domingo, Grenada, Panamá, Yusgoslavia, Afganistán, Iraq y muchos otros países en los que no hubo fotógrafos energúmenos, aunque útiles y loables?

Y es este insolente Imperio el que acusa de terroristas, o aliados del terrorismo, a otros gobiernos, como los de Cuba, Irán, Corea, Venezuela, Nicaragua y otros, que lo único que han hecho es emancipar al ser humano de la permanente tortura del capitalismo y de las sangrientas garras de su verdugo.

Regresemos, entonces, a otros artículos de la Demanda del Pueblo de Cuba contra el gobierno de EU por los miles de atentados terroristas perpetrados contra nuestro país:

3-. ARTICULO VIGESIMO

Una de las manifestaciones más cobardes de la política de agresión contra Cuba llevada a cabo por las organizaciones terroristas patrocinadas por la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos, ha sido la realización de atentados y otras acciones violentas contra funcionarios y oficinas cubanas radicadas en otros países. Los agentes terroristas, temerosos de la eficiente respuesta de los órganos de seguridad cubanos, se sienten más confiados para llevar a cabo sus acciones criminales fuera del territorio nacional, donde a veces pueden encontrar incluso la tolerancia o la complicidad de las autoridades de algunos de los países donde ejecutan estos hechos por los vínculos establecidos en ellos por los servicios especiales norteamericanos.

Contra las representaciones diplomáticas, consulares y comerciales de Cuba en diferentes países se han llevado a cabo un alto número de atentados terroristas que han ocasionado, además de víctimas, daños de consideración en los locales y otros medios de estas representaciones. Estas acciones, llevadas a cabo muchas veces por mercenarios pertenecientes a organizaciones terroristas de origen cubano radicadas en Estados Unidos y otros agentes entrenados y financiados por las agencias especiales del Gobierno de ese país, toman como objetivo no solo nuestras representaciones diplomáticas y comerciales en el exterior sino también se dirigen a instituciones comerciales de terceros países que mantienen vínculos con nuestro país, con la finalidad de sembrar el terror entre esos empresarios, amedrentarlos y conformar en el exterior una imagen de Cuba de inestabilidad e incertidumbre sobre su futuro, que impacte negativamente sobre las relaciones políticas, económicas y comerciales externas del país.

Los primeros hechos de esta naturaleza ocurrieron apenas semanas después del triunfo revolucionario en Cuba. El 5 de junio de 1959, la Embajada cubana en Santo Domingo es atacada por elementos contrarrevolucionarios. Muere el niño dominicano Ovidio Méndez y los diplomáticos cubanos Juan José Díaz del Real y Mario Rivas Patterson son golpeados brutalmente. En ese año sufrieron agresiones los consulados cubanos en Miami y Nueva York y las embajadas en Haití y Guatemala. El 4 de agosto de 1959 fueron destruidos con explosivos, en un hangar del aeropuerto de Miami, dos aviones C-46 que habían sido comprados por el derrocado gobierno de Fulgencio Batista y no habían sido entregados aún a Cuba.

Entre 1960 y 1964 ocurren 59 agresiones de consideración a diplomáticos y oficinas cubanas. El 15 de marzo de 1963 mueren los correos diplomáticos Juan de Dios Mulén Quirós y Enrique Valdés Morgado al ser saboteado el avión comercial boliviano en que viajaban. Son las primeras bajas fatales cubanas de esta vertiente de la guerra sucia contra Cuba. No serán las únicas.

El 3 de abril de 1967, el encargado de negocios de Cuba ante la o­nU, Nicolás Rodríguez, resulta herido dentro de su despacho por la explosión de un artefacto oculto dentro de un libro enviado a la misión. Exactamente un mes después estalla una bomba de fragmentación en el jardín de la Embajada cubana en Ciudad México, causando heridas a cuatro personas y daños de consideración.

En los años siguientes ocurrieron otros atentados terroristas con explosivos. El 4 de abril de 1972 uno de estos ingenios estalla en la sede de la oficina comercial cubana en la ciudad canadiense de Montreal. En la explosión muere el funcionario Sergio Armando Pérez Castillo y otras siete personas sufren heridas. El inmueble sufre grandes daños.

Las dependencias cubanas en Santiago de Chile son blanco de tres atentados dinamiteros en 1973. Pudo determinarse el empleo en estas acciones terroristas de petacas explosivas similares a las utilizadas en Cuba por agentes provistos de tales medios por la CIA. El 3 de diciembre de ese mismo año, una potente bomba de tiempo causa grandes estragos en las oficinas del Consulado de Cuba en Ciudad México.

Durante estos años, coincidiendo con la creación de la organización contrarrevolucionaria de franco corte terrorista conocida por las siglas CORU, se multiplica la escalada de acciones violentas contra instalaciones cubanas en el extranjero, tanto en cantidad como en intensidad. En 1974 ocurren 51 ataques terroristas en México, Perú, Jamaica, España, Gran Bretaña, Francia, Venezuela y otros países, 29 de ellos directamente contra intereses cubanos. El 28 de noviembre de 1975 es destruido por una bomba el auto del Embajador cubano en México, Fernando López Muiño.

En 1976 ocurren 53 agresiones terroristas, de ellas 28 contra intereses cubanos en Nueva York, Portugal, México, España y otros países. Varias de ellas dejan saldos lamentables de víctimas humanas. Todas producen perjuicios materiales considerables. El 6 de junio de ese año un artefacto explosivo colocado en la sede de la Misión de Cuba ante las Naciones Unidas, en Nueva York, causa daños de gran consideración. El 7 de noviembre, en un acto terrorista reivindicado públicamente por el CORU, una bomba destruye las oficinas de Cubana de Aviación en Madrid y afecta a tres locales colindantes.

Entre 1977 y 1980 se registran otros 96 atentados terroristas perpetrados en diversos países por grupos terroristas vinculados a la CIA. De ellos 24 estuvieron dirigidos contra intereses cubanos, incluidas tres agresiones a barcos surtos en puertos extranjeros. El 22 de julio de 1977 fue saboteado y hundido en el puerto peruano de El Callao el pesquero "Río Jobabo". Otra de las acciones más graves fue el incendio del buque "Mar Caribe" el 14 de febrero de 1978 en el puerto español de Vigo. También en El Callao, el 10 de octubre de 1997, fue colocado un artefacto explosivo en el buque "Río Damují", que provocó daños de consideración.

Significativamente, durante esos años casi la mitad de las acciones de este tipo tuvieron por blanco las instalaciones diplomáticas cubanas en Washington y Nueva York, en un momento de relativo alivio del clima de tensión en las relaciones entre Cuba y Estados Unidos durante la administración del Presidente James Carter. Más recientemente, los casos de atentados con artefactos explosivos en algunas oficinas comerciales cubanas en América Latina, ejecutados por la red terrorista que dirige Luis Posada Carriles, indican que esta modalidad de agresión contra Cuba no ha sido abandonada por nuestros enemigos.

3-. ARTICULO VIGESIMO PRIMERO

(Nota: este artículo trata del terrorismo biológico perpetrado por el gobierno de Estados Unidos contra nuestro país. No lo incluyo ahora porque ya lo hice en los dos artículos titulados “La infame guerra biológica del Imperio Terrorista contra el pueblo cubano”, que aparecen en el archivo de Kaosenlared, con fecha 27 de mayo y 2 de junio del 2,009, y que fueron republicados en otros sitiosweb)

4-. ARTICULO VIGESIMO SEGUNDO

La agresión radial y televisiva ha sido durante cuatro décadas uno de los principales instrumentos de la política norteamericana contra Cuba, en sus propósitos de subvertir el orden interno, distorsionar la realidad de la sociedad cubana y restar prestigio a su Revolución y a los dirigentes de ésta, así como estimular acciones terroristas contra cañaverales, centrales azucareros, almacenes, centros turísticos, instalaciones de la industria del petróleo y otros objetivos económicos y sociales y contra la vida de dirigentes del país, e incitar a la emigración de profesionales, técnicos, intelectuales, artistas, deportistas y funcionarios.

El ejemplo más reciente e indignante de los resultados de esta incitación constante a la emigración ilegal, favorecida por la continuada vigencia de la inicua Ley de Ajuste Cubano, es el caso del niño cubano Elián González, de 6 años de edad, secuestrado en territorio norteamericano y mantenido allí arbitrariamente por las autoridades de Estados Unidos, plegadas a la presión de los elementos más reaccionarios y anticubanos de la comunidad cubano-norteamericana de la ciudad de Miami, en violación flagrante de los derechos de su padre y abuelos residentes en Cuba y en contra de la voluntad de todo el pueblo cubano, expresada en masivas manifestaciones nacionales, y de la abrumadora opinión pública mundial.

Desde el propio año 1959 comenzaron las transmisiones radiales contra nuestro país por Radio Swan, emisora situada en esa isla caribeña. En 1960 otras emisoras radiales en otros países y en Estados Unidos se sumaron a esta labor desestabilizadora y contraria a los convenios internacionales de los que Cuba y Estados Unidos forman parte. A finales de 1961, La Voz de las Américas (VOA), órgano oficial del Gobierno de Estados Unidos, se sumaba a este programa de agresiones contra la nación cubana.

Entre 1966 y 1980 otras emisoras piratas en o­nda corta llevaron a cabo 3.904 trasmisiones contra Cuba. En 1980, en el llamado Documento de Santa Fe, plataforma programática de la ultraderecha norteamericana que respaldaba la aspiración presidencial del candidato Ronald Reagan, se sugiere reiniciar con nuevo impulso las trasmisiones diseñadas para la población cubana que se habían reducido entre 1974 y 1979. En 1981 el ya Presidente Reagan anuncia la salida al aire de la mal llamada Radio Martí. Desde entonces, y de forma multiplicada después de la desaparición de la Unión Soviética y el campo socialista europeo, se ha desplegado una ofensiva propagandística de grandes proporciones contra nuestro país, con más de 200 horas diarias de transmisiones radiales hacia Cuba, que alcanzó en enero de 1999 un promedio de 1.935 horas semanales de veneno radial. Entre 1990 y 1998, un total de 63 emisoras de radio subversivas han funcionado contra territorio cubano, de ellas 60 desde Estados Unidos.

A la agresión radial se suman los intentos de agresión televisiva, concebida desde 1962 y materializados a partir de 1989, cuando el Senado y la Administración norteamericanas avalaron la salida al aire de una emisora de televisión destinada a la subversión anticubana.

Un extraordinario esfuerzo de los técnicos cubanos y la dedicación de cuantiosos recursos materiales y financieros han sido necesarios para enfrentar esta otra modalidad de agresión y neutralizar o impedir la recepción de estas señales televisivas en nuestro territorio, que violan flagrantemente el derecho internacional y los acuerdos internacionales en esta materia

 

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De: residente Enviado: 22/11/2010 06:26


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